Por Cecilia Sosa

Los profesores de la facultad más grande del país y de América latina tendrán que rendir examen desde este año. Para examinar su calidad académica, la Facultad de Ciencias Económicas (UBA), donde estudian 60 mil alumnos, está desarrollando un megaproyecto de evaluación docente. El objetivo es vasto: supone abarcar a los tres mil docentes y a todos las carreras de Económicas. Por un lado, los alumnos deberán responder un cuestionario sobre el desempeño de sus profesores y, por otro, los docentes tendrán que informar sobre sus actividades académicas y de extensión. Los resultados quedarán incluidos en los legajos y pesarán en los concursos para cubrir cargos. “La idea de la evaluación es mejorar la calidad académica. No es para establecer premios y castigos, sino para analizar cómo se puede mejorar la enseñanza”, dijo Carlos Degrossi, decano de la facultad.
“Queremos evaluar todo el universo de la facultad, todos los cursos. Y no es poca cosa. Tenemos cerca de tres mil docentes y más de 50 mil alumnos que cursan, cada uno, un promedio de dos o tres materias por cuatrimestre”, contó Marta Mena, a cargo de la Secretaría Pedagógica. En total, se harán entre 100 y 150 mil encuestas. “La tarea es enorme. No vamos a poder evaluar todo junto. Se dividirá entre dos o tres cuatrimestres”. Esto, así como el resto del proyecto, lo deberá definir próximamente el consejo directivo de la facultad. Para el segundo cuatrimestre se prevé que comenzará la evaluación masiva, una práctica que ya funciona en algunas facultades como Ingeniería y Odontología.
La encuesta tendrá carácter anónimo para los alumnos y garantizará la confidencialidad de la información. “Como la encuesta es previa al final del cuatrimestre, los estudiantes pueden tener la fantasía de que influye en su nota. Es sólo una fantasía. Igual, para que no pese, la hacemos anónima”, explicó Mena. El cuestionario constará de un esquema cerrado de preguntas, con un breve margen para comentarios libres. Algunos de los ítem incluidos en encuestas preliminares –que se vienen tomando desde 1996– fueron: grado de satisfacción con la materia cursada, actualidad de la bibliografía, técnicas pedagógicas. También se requirió opinión sobre el desempeño específico del docente: “ha demostrado conocer la materia que enseña”, “ha explicado con claridad”, “ha estimulado la reflexión y el juicio crítico”, “ha promovido un buen clima grupal”. Los alumnos deben calificar con entre 1 y 10.
Los resultados obtenidos en las evaluaciones previas mostraron que “la gran mayoría de los alumnos valora la calidad académica de los docentes. Fue algo casi unánime”, según la secretaria pedagógica. Las principales críticas se dirigieron contra la organización de las cátedras, la masividad de los cursos y las deficiencias en infraestructura. Pero, sobre todo, se centraron en la instancia de la evaluación. “Muchos alumnos criticaron que no hubiera una devolución completa de los exámenes, que faltaran explicaciones sobre los resultados”, dijo Mena. Y advirtió: “La evaluación es un momento del aprendizaje muy importante. A veces, con una buena devolución el estudiante aprende más que en todo el curso”. “Los profesores que obtuvieron mejores resultados, en general, habían hecho cursos de capacitación. Hay una relación directa entre la formación pedagógica de los docentes y cómo son evaluados por los alumnos.” Con esa convicción, la facultad creó hace tres años un programa de capacitación docente continuo dirigido a docentes de ciencias económicas de cualquier universidad (informes: en Córdoba 2122, piso 2º, 4370-6154, interno 6502). La evaluación también recaerá sobre los propios docentes. Tendrán que contestar un formulario donde se les pedirán datos sobre su formación académica, sus investigaciones y publicaciones. También se van a repetir algunas preguntas realizadas a los alumnos para cruzar las respuestas. Los directores de áreas disciplinares también tendrán que presentar un informe sobre sus docentes. Aunque los plazos no están definidos, en el cuatrimestre que está por comenzar se haría la tarea de difusión y la evaluación empezaría el segundo cuatrimestre. “El proceso será gradual. Antes de aplicarla, la evaluación tiene que ser consensuada entre todos”, dicen las autoridades.

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