Por Miguel Bonasso
Las buenas investigaciones periodísticas
no son necesariamente patrimonio de los grandes medios nacionales. En
estos días, El médico del conurbano, una humilde publicación
especializada que se edita en Avellaneda desde hace once años,
publica una extensa denuncia sobre la virtual privatización de
las obras sociales provinciales de Córdoba y Buenos Aires, realizada
por los gobernadores Juan Manuel de la Sota y Carlos Ruckauf de acuerdo
con las pautas del Banco Mundial, el BID, los laboratorios medicinales
extranjeros y grandes gerenciadoras privadas a las que el periódico
acusa de vínculos espurios con funcionarios y políticos
de ambas provincias. El director de El médico..., Mauro Federico,
ha realizado algunas de estas investigaciones jugando en pared
con programas periodísticos de la televisión, pero en este
caso todavía no pudo lograrlo. Página/12 tuvo acceso a la
vasta y rigurosa documentación que sirvió de base para el
revelador informe, que no sólo habla del presente, sino que anticipa
tácitamente lo que podría ser la política
social de Ruckauf o De la Sota si alguno de los dos llegara a la Presidencia.
Los muchachos privatistas
El precursor fue el Gallego de la Sota, que entregó el Instituto
Provincial de Atención Médica (IPAM) a las gerenciadoras
privadas en medio de un proceso licitatorio que El médico... califica
de escandaloso y que está bajo la lupa de la Oficina
Anticorrupción de Córdoba. En algunos testimonios y documentos
que analiza el doctor Luis Alfredo Juez, fiscal anticorrupción
de Córdoba, aparece mencionada la propia esposa del gobernador,
Olga Riutort, que tiene a su cargo la Secretaría General de la
Gobernación.
Según Federico, Carlos Ruckauf se apresta a copiar en la
provincia de Buenos Aires el modelo mediterráneo, reestructurando
al IOMA (Instituto de Obra Médico Asistencial) con el mismo criterio
bancomundialista y sin olvidarse de los amigos.
La reconversión del IPAM cordobés, una obra social con 490
mil afiliados y un presupuesto mensual de 16 millones de pesos, se concretó
en octubre pasado, tras un proceso que motivó quejas y denuncias
de todo tipo. La reforma fue promovida y (parcialmente) financiada por
el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en el marco del proyecto Argentina
120 (AR 0120), al que ya habían adherido las provincias de La Pampa
y Salta.
La iniciativa se financia con un crédito de 100 millones de dólares,
de los cuales el BID sólo aporta el 60 por ciento, quedando el
40 restante a cargo de la provincia. Un dato interesante si se tiene en
cuenta que una de las razones alegadas por los partidarios de la virtual
privatización era que el IPAM mantenía una deuda de tres
meses con los prestadores, lo que tornaba inviable su operación.
Entre los que más criticaban al ente autárquico en aquella
época figuraba su actual titular, Enzo Bentatti, que en aquel entonces
presidía el Consejo Médico de Córdoba. Los críticos
omitían un dato fundamental: el Estado cordobés le debía
quince meses al IPAM. Ahora ese mismo Estado aportará recursos
para que el ente autárquico deje de ser una obra social y se convierta
simplemente en una aseguradora de riesgos, que administra
el financiamiento y contrata las prestaciones bajo el concepto de riesgo
compartido.
El administrador de los 100 millones se llama Horacio Miró
y fue designado como tal por De la Sota a sugerencia del ex presidente
Carlos Menem. Según la investigación, Miró
fue interventor en la UOM durante la dictadura militar y allí forjó
una sólida relación de amistad y negocios con
Lorenzo Miguel. En sociedad con otro pope sindical, el electricistaOscar
Lescano, Miró armó la consultora Tekhne que condujo el cambio
informático del IPAM y colocó en este organismo a varios
hombres de su confianza, como el ex director del Hospital Argerich durante
la gestión de Carlos Grosso, Enrique Rozemblat.
Los críticos del nuevo sistema, entre los que se cuenta el doctor
Mario Fernández, actual presidente del Consejo de Médicos
de Córdoba, y el doctor Horacio Barri, que fue durante 27 años
jefe de Planeamiento del IPAM, destacan los vicios de la reforma que tiene
como uno de sus ejes el pago capitado, que según ellos promueve
la subprestación: concentra la demanda y la oferta, desaparecen
los pequeños prestadores, se desvían fondos a las gerenciadoras
privadas exportando capital fuera de la provincia y el país, elimina
en la práctica la libre elección del afiliado, destruye
la equidad favoreciendo al que más paga, disminuye la cantidad
y la calidad de la atención médica, propicia la superexplotación
del personal médico y paramédico.
Sin embargo, las críticas más duras vienen del interior
del propio IPAM. Un documento de su Organismo de Control de Calidad señala
graves deficiencias e irregularidades de la conversión que afectan
seriamente a los beneficiarios.
La red de los negocios
Una vez definido el modelo general dice Federico,
había que cerrar el negocio en particular. Para ello se dividió
el gasto prestacional en tres grandes áreas: la atención
médica en sus tres niveles; la provisión de medicamentos
y el suministro de prótesis y órtesis.
La atención médica de los 490 mil afiliados fue licitada
con una razonable cápita de $18,60. Un negocio cercano
a los diez millones mensuales, atractivo tanto para propios como ajenos.
Los pliegos establecieron que dicha asistencia debía llevarse a
cabo a través de redes de prestatarios. Cuantas menos fueran,
mejor. Finalmente los beneficiarios fueron distribuidos compulsivamente
entre cinco Redes, a través de un reparto discrecionalmente proporcional:
93 mil afiliados para cada red. Todas denominadas con colores (magenta,
verde, azul, violeta y naranja). La piedra del escándalo fue la
Red Verde, del grupo MAS (Medicina Asistencial Solidaria) vinculado
según el informe a la dupla (Enrique) Coti Nosiglia-Luis
Barrionuevo. De acuerdo con la denuncia presentada a la Oficina
Anticorrupción por Miguel Martínez García, de la
Intergremial del Hospital Córdoba, la Red Verde se presentó
tarde al acto de entrega de las ofertas y sin embargo se le permitió
ingresar. El denunciante le solicita al fiscal que se investigue a la
doctora Olga Riutort (la gobernadora) por haber admitido la presentación
fuera de tiempo de la Red Verde.
Algo similar o más grave aún se denuncia en relación
con la adjudicación del servicio de prótesis y órtesis
del IPAM (unos 400 mil pesos mensuales) a la empresa Angiocor SRL, una
prestadora del PAMI en la era de Alderete, seriamente cuestionada por
las autoridades nacionales de salud pública.
Angiocor le ganó la licitación a cuatro competidoras, a
pesar de que una de ellas, la Unión Transitoria de Empresas (UTE)
Bioimplant Tecnofix, obtuvo mayor puntaje: 100.50 contra 99. Esta diferencia
fue considerada irrelevante en el dictamen de preadjudicación
del IPAM, donde también se dice que el mayor puntaje no constituye
criterio definitorio de la preadjudicación. Otra competidora
de Angiocor, Promedón Biomédica, denunció que la
Comisión de Preadjudicación le otorgó un porcentaje
por debajo de lo que le correspondía para favorecer a la primera.
En el record de Angiocor figura una sanción de la Anmat (Administración
Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica
del Ministerio de Salud y Acción Social, por comercializar productos
vencidos. Entre los documentos que tuvo a su disposición Página/12,
figura un informeseñalando que el apoderado de Angiocor, Luis Alberto
Fernández está inhabilitado para operar con cuenta corriente
por el Banco Central hasta el año 2002, debido a que libró
cheques sin fondos. También hay un documento de la AFIP donde figura
Angiocor en el registro de empresas que han emitido facturas apócrifas.
Los resultados según la denuncia parecen estar a la
altura de los antecedentes: auditores del propio IPAM levantaron más
de una docena de actas en las que se deja constancia de la suspensión
de cirugías debido a la falta de prótesis.
Peor el remedio que la
enfermedad
El IPAM reformado dispuso también capitar la provisión
de medicamentos para controlar el gasto. Se ofreció
una cápita mensual de 5,60 por afiliado para cubrir todas las necesidades.
Y se instauró un modelo basado en un listado restringido de drogas.
Apenas 1700; 3000 menos que en el listado anterior. El objetivo
según la denuncia estaba claro: posicionar ciertos
productos pertenecientes a un grupo de laboratorios.con los que los eventuales
oferentes tuvieran un arreglo especial que les permitiera
manejar el precio. Curiosamente el 90 por ciento de los productos que
integran el vademécum del IPAM pertenecen a no más de cinco
laboratorios, entre los que se encuentran Roche, Glaxo y Abbot.
El titular del IPAM, Bentatti, aseguró que hubo fuertes presiones
de las multinacionales de la industria farmacéutica para
modificar las condiciones de la licitación, pero como no cedimos
no se presentaron. A la cabeza de la gesta antimultinacionales se
ubicó entonces Dronor SA, a cuyo titular, Eduardo Cassol, la investigación
vincula con Ruckauf. Una fuente anónima, a la que se presenta como
ex colaborador del gobernador bonaerense asegura que Dronor
desembarcó primero en Córdoba, para hacer caja,
pero este año se presenta en la licitación del IOMA
(la obra social bonaerense) donde se prevé implementar un sistema
idéntico al cordobés. Dronor, igual que Angiocor,
recibió una sanción de la Anmat por comercializar medicamentos
vencidos.
Además de los vínculos con Dronor, la investigación
le adjudica a Ruckauf otras conexiones con el negocio de la enfermedad.
Según El médico..., Alejandro Dosoretz, vinculado
comercialmente a varias empresas de salud es íntimo amigo del hombre
que ríe y habría aportado 3 millones de pesos
a la campaña proselitista del actual gobernador. Cuando
logró su objetivo (la gobernación), Ruckauf lo nombró
miembro del directorio del IOMA, desde donde Dosoretz consolidó
varios de sus negocios.
La risa es salud
Dosoretz, el mecenas de campaña; Alberto Labato, médico
personal del hombre que ríe, y el ex dirigente sindical
hospitalario Antonio La Scaleia son algunos de los hombres que el protocandidato
presidencial del PJ eligió para una reforma del IOMA que parece
réplica de la cordobesa.
El IOMA, cuyo titular es el ex intendente de Necochea Julio Municoy, es
la segunda obra social del país. Cubre a un millón y medio
de afiliados y tiene un presupuesto anual de aproximadamente 500 millones
de pesos.
Este año licitará sus servicios médico-asistenciales
sobre la base de un nuevo modelo prestacional. También la provisión
de medicamentos. En un proceso que, según Municoy, será
transparente, pero ya ha provocado la denuncia de la Federación
de Proveedores del Estado bonaerense (Femape), que solicita la mediación
del fiscal de Estado Ricardo Szelagowsky para que se revean los pliegos
de bases y condiciones para la licitación del servicio de prótesis
y órtesis, porque fueron modificados luego de haber sido
verificados por los organismos de control. Y para peor, se
cambió el valor de la cápita. Dos viejas conocidas,
Dronor y Angiocor, volverán a entrar en acción en la reforma
del IOMA, mientras saldrán de escena unas cien prestadoras de menor
entidad contradiciendo el supuesto apoyo a las pymes que es caballito
de batalla de Ruckauf. Y dejando en la calle a 5000 personas. El escándalo,
igual que en el caso cordobés, vuelve a hacerse presente esta vez
con una flagrante violación de la ley. El ya citado fiscal Szelagowsky
abrió un expediente donde desaprueba el convenio directo suscripto
por el IOMA para la provisión de medicamentos y recuerda lo elemental:
que debe llamarse a licitación.
La reforma bonaerense, igual que la cordobesa, responde doctrinariamente
a los lineamientos establecidos por el Banco Mundial. A tal punto que
el documento oficial sobre dicha reforma está basado en el paper
Buenos Aires Social Adjustment Loan Basal-The health sector
del organismo supranacional de crédito y control.
Y que los beneficiarios rían, como Ruckauf, porque la risa es salud.
Radiografía
de las redes
Estos son, según El médico del conurbano,
los cinco grupos que se rerpartieron la atención de los 490
mil afiliados del IPAM cordobés:
Red Magenta: Grupo Prored A.C.E., vinculado al empresario de la
salud Néstor Jaimovich. Se presentó como gerenciadora
a la licitación del PAMI en tiempos de Víctor Alderete.
Red Verde: Grupo MAS (Medicina Asistencial Solidaria), vinculado
a Luis Barrionuevo y Enrique Coti Nosiglia.
Red Azul: Grupo Hospital Privado-Centro Médico Córdoba
SA-Dimsa. Hay otros. Vinculado a Gilberto Chiotti, actual secretario
de Salud del intendente de la ciudad de Córdoba, Germán
Kammerath.
Red Violeta: Grupo G y S Gerenciación y Sistemas-Coprin.
Vinculado a la ultramenemista Marta Alarcia. Manejan también
cápitas del PAMI en Córdoba.
Red Naranja: Integrada por la Federación Médica Gremial
de Córdoba y el grupo Brines.
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Kafka y los aneurismas
Por M. B.
Uno de los lugares comunes con los que la clase política
suele defender la desregulación de las obras sociales es
la pretendida libertad del beneficiario, que podría
optar por el mejor servicio. En la reforma del IPAM cordobés
hay algunos casos dramáticos que lo desmienten. Como el de
la señora María del Carmen Velázquez, que debió
recurrir a la Justicia para que la operasen de múltiples
aneurismas que ponían en peligro su vida. La señora
Velázquez fue reubicada, junto con otros 93 mil afiliados
del IPAM, en la Red Magenta del Grupo Prored (Agrupación
de Colaboración Empresaria), el que supuestamente debía
hacerse cargo de su delicada operación. Pero los prestatarios
se negaron a operarla aduciendo que el trámite había
sido iniciado ante el IPAM y le correspondía a la obra social
hacerse cargo. Los funcionarios del IPAM, por su parte, insistían
en que debía hacerlo la Red Magenta, por cuanto la paciente
había sido adjudicada a ellos. Harta de ser enviada
y reenviada de un lugar al otro por la supuesta libertad del
mercado, presentó un amparo ante la Justicia para obligar
a quien correspondiera ya fuera Prored o el IPAM a intervenirla
quirúrgicamente con la urgencia que su caso reclama. Recién
entonces, el administrador de Prored, Marcos Lozada Echenique, la
citó en el sanatorio Allende para que se entrevistara con
los neurocirujanos y acordase la operación para la misma
semana. El pleito se había iniciado en setiembre y se resolvió
a fines de noviembre. En esos dos meses un aneurisma poco advertido
sobre esta kafkiana distribución en redes pudo romperse,
enviándola a la tumba o convirtiéndola en un vegetal.
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