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PARA RECORTAR Y PEGAR
Diez jugadas de la fecha

Fueron goles o goles que no fueron; goles que escribieron la historia o goles que pudieron darla vuelta por completo. Se recortaron especialmente �y se pegaron aquí� diez jugadas de la tercera fecha del Clausura, de los partidos que jugaron Racing�San Lorenzo, Unión�Argentinos, Colón-River, Lanús�Central, Gimnasia�Boca y Huracán�Independiente. Aquí están, éstas son.

1 En su regreso al fútbol argentino, Sergio Berti marcó el primer gol de Huracán luego de una gran combinación. El que inició la acción fue el defensor Gabriel Lobos, que parado en la puerta del área le cedió la pelota a Diego Graieb. El delantero superó la marca de Jorge Martínez, y cerca de los tres cuartos de cancha habilitó a Berti. El volante aguantó la carga de Milito, y definió con un fuerte zurdazo que ingresó por el ángulo superior derecho del arco de Rocha, en el primer poste, cuando se suponía que debía patear al segundo. La maniobra, que se produjo a los 4 minutos de juego, transcurrió sin que ningún futbolista de Independiente pudiera tocar la pelota.
2 Jorge Larrosa, fotógrafo de Página/12, parece que sabe mucho de fútbol y por eso, en el penal de Klimowicz contra Central, el 1 a 0, se tiró cuerpo a tierra detrás del arco, casi pegado a la red, junto al palo izquierdo de Tombolini, seguro de que hacia ahí iba a ir el instrumento. Acertó y la pelota le dio de lleno en la trompa. “O sé ucho de fútbol”, comentó después, con naturales dificultades de dicción. Si se debe juzgar por ese penal, el arquero de Central, que se fue para el lado opuesto, no entiende nada de esto, pero sin embargo él fue el principal responsable de que Lanús no ganara por diez goles de diferencia. Tombolini no adivinó como Larrosa, pero salvó varios mano a mano que demoraron la apertura del marcador. Antes del penal, por ejemplo, fue fusilado por el mismo Klimowicz a cinco metros y con un gran esfuerzo metió el manotazo y mandó la pelota al corner cuando el gol parecía escrito.
3 Otro que ayer hizo su nueva presentación en el fútbol argentino fue el delantero Bruno Marioni. La expectativa creada en la tribuna de Independiente era enorme. Apenas había pasado un minuto en su ingreso en lugar de Vuoso, y el ex jugador del Villarreal español hizo levantar a toda la cabecera: Marioni comenzó su carrera por la izquierda, eludió a Juárez, y cuando le tocó enfrentar a Rodolfo Graieb, lo superó ganándole la pelota que pasó entre las piernas del defensor. Cuando estaba por ingresar al área envió un centro que ningún compañero pudo conectar. Pudo haber sido el segundo tanto del equipo de Osvaldo Piazza.
4 La historia pudo ser muy distinta en La Plata si esa pelota que Sanguinetti reventó contra el travesaño, en lugar de salir, caía dentro del arco del Pato Abbondancieri. Fue así: a los 5 minutos, Serna cometió una infracción en perjuicio de Sava, en línea recta a medio metro de la medialuna y Claudio Martín cobró la infracción correspondiente. Tiró Sanguinetti, con violencia y el balón estalló en el travesaño, cerca del ángulo. El arquero de Boca estaba vencido.
5 La más clara para el equipo de Griguol se produjo a los 23 minutos del primer tiempo. Sava, el pivote, el último receptor del 90 por ciento de
las jugadas de ataque, recibió un pase de Enría y mientras Griguol se
acomodaba su espantoso bigotito a lo Cantinflas, Sava pateó, Bianchi cerró los ojos, pero, por suerte para Boca, Abbondancieri no, y logró rechazar con el pie esa pelota que se le metía. El rebote lo tomó Albornoz que llegaba a la carrera sediento de gol, y pateó con fuerza, pero sin dirección. Y entonces Griguol seguro que se tiró del bigotito, de bronca, y Bianchi pensó que si no había entrado ésa, no entraba ninguna más y se podía ilusionar con una victoria.
6 Sobre la mitad del segundo tiempo en la cancha de Lanús, exactamente a los 23 minutos, cuando el equipo local le ganaba 2 a 0 a Central, pasó todo esto: el pibe Rodrigo Díaz, que en su debut demostró que es capaz de meter unos estiletazos de muerte, jugó la bocha en profundidad para Klimowicz, quien le iba ganando en velocidad a Daniel Díaz y se relamía ensu triunfal carrera hacia el gol. El defensor de Central, que era el último hombre, no midió las consecuencias y taló al 9 de Lanús a la altura de los tobillos, fuera del área. Gustavo Bassi peló el reglamento y lo desplegó: a) tiro libre al borde del área; b) roja directa a Díaz por ser el último hombre. Una nueva calamidad se abatió sobre el pobre Tombolini cuando Kmet pateó el tiro libre de zurda y el balón, tras rozar a alguien de la barrera, se metió contra el palo izquierdo. Tres a cero y Central con dos jugadores menos: partido liquidado.
7 Los hinchas de Boca que recuerdan a Walter Gaitán cuando jugaba en Central y hacía malabares con la zurda se ilusionaron con su presentación oficial, en el bosque platense. No jugó bien Gaitán en el primer tiempo, como volante por la izquierda y mejoró cuando pasó a cumplir específicas funciones de enganche. Lo curioso es que de la zurdita de Gaitán no hubo mucha magia, pero casi mete un golazo de derecha. Fue una espectacular volea, tras un pase de Barijho, que hizo pasar el balón muy cerca de uno de los postes. Si Gaitán se junta alguna vez con Riquelme y/o Pandolfi, los rivales pueden pasar más de un papelón.
8 El partido entre Unión y Argentinos ya estaba definido hacía rato y los locales ya festejaban su llegada a la punta. Para esperar el final, los volantes de Unión hacían circular la pelota hasta que le cayó a Carlos Marczuk. El ex jugador de Instituto no tuvo mejor idea que tirar una rabona, que todos los de Argentinos interpretaron como una cargada. Por eso, ni bien terminó el encuentro lo fueron a buscar para increparlo, lo que generó un pequeño tumulto. “Fue una forreada”, dijo Rolando Schiavi. “A mí no me gustan que me carguen”, atacó Roberto Monserrat. En su defensa, Marczuk aseguró que la tiró “por necesidad”.
9 La importancia de la jugada tiene más que ver con el futuro que con el presente. Por más que Franco Costanzo no hubiese atajado el penal que ejecutó Darío Gigena, River igual se hubiese llevado el triunfo porque ya ganaba 3–0. Sin embargo, de cara a los próximos partidos, la confianza que va a tomar el pibe puede ser fundamental para su consolidación, luego de que muchos dudaran de sus condiciones. Además, la doble tapada fue realmente espectacular. Primero adivinó que el remate de Gigena iba a su derecha, y si bien no fue demasiado fuerte, es cierto que iba bastante esquinado. Y luego en el rebote se levantó muy rápido para contener con sus piernas el zurdazo a quemarropa de Gigena. Así mantuvo su arco invicto por segundo partido consecutivo.
10 Por varios motivos, el primer gol de Maximiliano Estévez ante San Lorenzo merece un lugar entre las jugadas seleccionadas. a) Fue gol de Racing, con todo lo que ello significa. b) Fue de cabeza, algo inusual para un jugador que apenas mide 1,62 metro. c) Fue ante San Lorenzo, algo especial para el goleador que siempre confesó sus simpatías y la de toda su familia por Huracán. d) Y la razón principal: la manera en que Estévez conectó de cabeza fue casi antinatural. Pese a que con el parietal derecho aparentaba ser más sencillo cabecear al arco un centro desde la izquierda, Estévez la tomó con el parietal izquierdo, casi hacia su propio campo. Por el efecto que traía la pelota, y por el que le indujo el propio Estévez, Saja no tuvo ninguna chance. Un verdadero golazo.

 

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