Por Adrián De Benedictis
Una vez más, Independiente
volvió a chocar contra sus propias dudas. Cuando parece que el
equipo de Avellaneda va a despegar definitivamente, se encuentra en el
camino con un obstáculo que lo vuelve a ubicar como un conjunto
intrascendente. Después de un final de 2000 exitoso y una gran
producción en los torneos de verano, el equipo conducido por Osvaldo
Piazza era señalado como uno de los candidatos al título
en este torneo Clausura. Sin embargo, a pesar de que pasaron apenas tres
partidos, comenzó su camino en el campeonato con mucha dificultad:
primero empató con Belgrano, y luego le ganó en tiempo de
descuento a Almagro, que tenía dos jugadores menos.
Por su parte, el equipo de Parque Patricios tampoco atravesaba un presente
alentador: dos derrotas consecutivas servían para encender la alarma.
Pero ante los equipos grandes, Huracán casi siempre termina con
una sonrisa. Y en un partido donde todo indicaba que finalizaría
igualado, el local encontró la victoria en el final, a partir de
la inteligencia para aprovechar una pelota detenida. El 2-1 significó
los primeros puntos en el certamen, y el envión anímico
para volver a repetir la buena campaña del año pasado.
Sin jugadores clave como Moner, Chaparro, Gabrich y Soto, Huracán
apostaba todas sus fichas al nuevo refuerzo: Sergio Berti. Y no le salió
nada mal. Apenas habían pasado cuatro minutos de partido, y el
ex jugador de Boca y River hacía su presentación marcando
un tanto de zurda, al primer palo de Rocha, ingresando por la izquierda.
Lentamente, Independiente comenzó a acercarse hacia el arco de
Ríos. Primero Prieto la tiró por arriba, y después
Forlán se perdió el empate de cabeza. El mayor problema
de Independiente es que no tenía profundidad en su juego y, para
colmo, Cambiasso no estaba preciso como en otras tardes.
Huracán sostenía la victoria con la firmeza de sus marcadores
centrales, y cuando podía acertar con algún pelotazo largo,
entre Diego Graieb y el juvenil Gareca se repartían para complicar
a Rocha. Precisamente, el arquero logró controlar un cabezazo de
Graieb que tenía destino de gol.
El primer tiempo se terminaba, y exactamente a los 43 minutos, una gran
jugada que construyeron Prieto (los jugadores de Huracán reclamaron
un codazo sobre Rodolfo Graieb) y Cambiasso por la izquierda, sirvió
para que el uruguayo Forlán marcara la igualdad con un zurdazo
cruzado. Respecto de la situación de Prieto, en estos días
deberá firmar su primer contrato, de lo contrario podría
seguir los pasos de Francisco Guerrero, que fue marginado del plantel
por disposición de los dirigentes.
En la segunda parte, ninguno de los dos se sacaba ventaja. La fórmula
de Independiente era buscar por arriba, pero facilitaba la tarea de los
defensores de Huracán. Ni siquiera la vuelta de Bruno Marioni que
reemplazó a Vuoso, pudo quebrar la última línea del
conjunto de Babington. Y la jugada del final sentenció el resultado:
44 minutos, tiro libre para Huracán sobre la derecha del área.
Juárez ejecuta el centro y el debutante Ramón Ortiz se elevó
para colocar la pelota de cabeza, junto al palo más lejano de Rocha.
Otra vez, como en el Apertura pasado, Huracán volvía a festejar
ante Independiente. En Avellaneda, después de siete años,
siguen esperando por el salto a la gloria.
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