Si no tenés a Michelle Pffeifer vestida de Gatúbela
y atrás el respaldo publicitario de una major, lo que te puede
ayudar a llamar la atención del público y lograr que se
interese por tu película son los festivales. Por eso valoro tanto
lo que pasó acá en Berlín y el premio que el jurado
le dio a La ciénaga. Las palabras de Lucrecia Martel, después
del anuncio de los premios (en una ceremonia que fue precedida por la
proyección del clásico 2001: Odisea del espacio, de Stanley
Kubrick) sonaban serenas, a pesar de que ella misma reconocía de
qué manera la había afectado la Berlinale. Los primeros
días estuve muy tranquila, pero a medida que iba transcurriendo
el festival me fue ganando una ansiedad que no se correspondía
con mis expectativas, quizás porque se empezó a hablar tanto
de la película, trata de explicarse Martel, en una improvisada
rueda de prensa, con periodistas argentinos y europeos.
Como experiencia, creo que lo que aprendí es que lo mejor
es presentar la película e irse, salir al menos del microclima
del festival, y después, si hay algún premio, volver corriendo,
por supuesto. Martel se considera sorprendida por el hecho de que
ninguna de las películas norteamericanas haya sido premiada (Pensé
que iba a haber una tentación en ese sentido) y valora el
hecho de que el jurado haya llamado la atención sobre otro cine
posible. Pero no hay que engañarse, reflexiona. A
veces tenemos la ilusión de que va a pasar algo, como pensaron
los brasileños después del éxito y el Oso de Oro
de Estación central, y la cosa se queda ahí. El secreto,
me parece, está en la continuidad. Eso es lo que tenemos que conseguir
para el cine argentino.
En eso está la productora Lita Stantic, que desde 1999 hizo circular
Mundo grúa, de Pablo Trapero, por todo el globo y ahora confía
en el interés que ya está despertando La ciénaga.
Tenemos ofertas de tres distribuidores franceses, dos de Italia,
dos de Holanda, uno de Suiza y uno muy importante de Estados Unidos,
se entusiasma Stantic. La experiencia de Berlín fue muy gratificante,
pero ahora todas la expectativas están puestas en el estreno en
Argentina, el 5 de abril, después de la apertura en el Festival
de Mar del Plata, el 8 de marzo.
Para el director del Instituto Nacional de Cine, José Miguel Onaindia,
la experiencia de esta Berlinale no pudo haber sido mejor. No sólo
presentamos una gran película en competencia, después de
trece años de ausencia en el concurso oficial, sino que estuvimos
en todas las secciones del festival, con Sólo por hoy, de Ariel
Rotter, en el Panorama, y Tocá para mí, de Rodrigo Furth,
en el Forum. Si a eso le sumamos el éxito de Plata quemada en España,
donde ganó el Goya, y su reciente estreno en París, me parece
que podemos decir que es un muy buen momento para el cine argentino. Y
que hay que aprovecharlo.
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