Por Maximiliano Montenegro
El ministro de Economía, José Luis Machinea, suele insistir en que la tasa de desocupación descenderá este año 1,5 punto y que al final del primer mandato de Fernando de la Rúa estará en un dígito, es decir, abajo del 10 por ciento. Sin embargo, en el Fondo Monetario creen que la desocupación se mantendría este año casi en los mismos niveles actuales (14,7 por ciento). Y que hacia fines del 2003 se ubicaría todavía en el 13 por ciento. Más aún: para el FMI, la meta del dígito no se alcanzaría ni siquiera pasados dos años del próximo mandato presidencial: en el 2005, el desempleo rondaría aún el 11 por ciento.
Semejantes pronósticos, que contrastan con el optimismo oficial, figuran en el documento con que el Fondo aprobó el blindaje financiero, el cual, en detalle, fue difundido oficialmente por internet. El mismo informe sostiene que la deuda externa del sector público argentino se incrementará en 35 mil millones de dólares a lo largo del gobierno de De la Rúa, hasta alcanzar casi 170 mil millones hacia fines del 2003 (ver aparte).
Cuando Machinea promete que la desocupación cederá este año 1,5 punto, acostumbra agregar que seguirá la tendencia en los restantes años del primer período de gobierno aliancista. Esto significa que este año debería caer del 14,7 que marcó la medición del octubre último al poco más del 13 por ciento. Mientras que al finalizar el mandato de De la Rúa podría conseguirse el objetivo del dígito, una tasa que Argentina no tiene desde 1993, cuando empezó a manifestarse el drama de la desocupación masiva. Después del blindaje, tal meta parece haberse convertido en el eje de la estrategia oficial de tapar de señales alentadoras a una sociedad golpeada por una larga recesión.
Tampoco escapa a esa estrategia la necesidad de forzar un cambio de humor en lo económico en un año electoral más que complicado. Así, no es casual que en las últimas semanas no sólo Machinea sino también otros funcionarios del gabinete nacional hayan repetido el mismo argumento. La ministra de Trabajo, Patricia Bullrich, suele afirmar que la desocupación se reducirá �significativamente� este año. Lo dijo, por ejemplo, en la última reunión de la Organización Internacional del Trabajo. Y defendió los pronósticos de Machinea: �Claro que le creo, la meta es que la desocupación sea de un dígito (en el 2003) y lo vamos a lograr�.
Los números del Fondo Monetario, sin embargo, contradicen el optimismo oficial. Para el FMI, este año la desocupación no bajará de 14,5 por ciento. Es decir, prácticamente el mismo nivel que la última medición. En el 2002, disminuirá apenas otro medio punto, hasta 14 por ciento. En el 2003 seguiría rozando el 13 por ciento. En el primer año del próximo mandato presidencial, en tanto, sería casi del 12 por ciento. Y ni siquiera en el 2005, hasta donde se estiran los pronósticos, se podría alcanzar, según el Fondo, el objetivo trazado por Machinea, ya que la desocupación seguiría siendo entonces de dos dígitos.
Dichos pronósticos, elaborados por el staff de técnicos del FMI, ya contemplan los efectos benéficos que el blindaje tendría sobre la economía argentina. Más aún, fueron incluidos en el documento aprobado por el directorio del organismo al destrabar el paquete de salvataje financiero de Washington. El informe, con fecha del 4 de enero, lleva la firma de Claudio Loser, el argentino que dirige el Departamento Occidental, encargado de la supervisión de países como Argentina y Brasil. Recién hace unos días fue difundido en su totalidad, incluido el anexo de cuadros de proyecciones macroeconómicas, a través de internet. Los pronósticos sobre la desocupación en Argentina se repiten en dos tablas distintas: en la número 2 y en la 12, que plantean el �escenario de mediano plazo� para el país.
Es evidente que en el Fondo piensan que la creación de empleo en los próximos años será mucho más gradual que durante los períodos de crecimiento en el pasado, como lo demuestran las módicas tasas de empleo proyectadas en los mismos cuadros. Pero en el FMI calculan que ladesocupación descenderá a un ritmo mucho más lento de lo que augura Machinea fundamentalmente por una razón: porque evalúan que la economía argentina crecerá en los próximos años bastante menos de lo que espera el ministro.
Para este año, en el Fondo, prevén un crecimiento del producto del 2,5 por ciento. Esa cifra es un techo para la mayoría de los pronósticos de las consultoras privadas. Pero Machinea y el jefe de Gabinete, Chrystian Colombo, insistieron en las últimas semanas con que se podría superar el 5 por ciento.
Si bien el �riesgo país� (la tasa de interés adicional que paga el gobierno argentino para endeudarse por sobre lo que paga el Tesoro norteamericano) había bajado fuertemente en el último mes �hasta que la continuidad de Pou en el Banco Central fuera confirmada pese a las sospechas sobre lavado de dinero� y hay quienes observan una incipiente reactivación de la demanda, el pronóstico del FMI no es para nada conservador. Como demostró el economista radical Roberto Frenkel, revisando detenidamente las cifras, para lograr un aumento del producto del 2,5 por ciento este año, la economía debería estar creciendo en el último trimestre a casi el 6 por ciento, para compensar el arrastre estadístico negativo de fines del año pasado.
Para los años siguientes, los números del Fondo también son más cautos: en el 2002 se crecería al 3,8 por ciento, con lo cual recién entonces podría superarse el nivel de actividad previo a la recesión, cuatro años antes. Sólo después la economía estaría creciendo algo arriba del 4 por ciento.
Claves
El informe elaborado por el staff técnico del FMI apenas aprobado el blindaje señala que la desocupación se mantendrá en niveles elevados por lo menos hasta el 2003.
La deuda externa seguirá, según ese mismo estudio, con tendencia creciente, incluso en un escenario de tasas internacionales más bajas y cumplimiento de las metas fiscales.
Al mismo tiempo que aplaude el programa de ajuste implementado por el gobierno de Fernando de la Rúa y la conducción económica de José Luis Machinea, el FMI no cree que el desempleo baje en lo inmediato.
La reacción del mercado laboral a una recuperación del sendero de crecimiento sería mucho más moderada a lo ocurrido en anteriores períodos de reactivación económica.
Los pronósticos del FMI no coinciden con las perspectivas que suelen trazar los funcionarios del Palacio de Hacienda y del Ministerio de Trabajo. El Gobierno insiste en que la tasa de desocupación bajará 1,5 puntos este año y a menos del 10 por ciento antes del fin de mandato.
Una despedida con 170.000 millones
Por M.M.
La deuda externa pública, tanto de la Nación como de las provincias, seguirá creciendo vertiginosamente durante el gobierno de Fernando de la Rúa. Según las cifras que manejan en el Fondo Monetario, entre el año 2000 y el 2003 la deuda del sector público argentino se incrementará en 35 mil millones de dólares. Así, pasará de los 134 mil millones con que cerró en el año �99 a 169 mil millones hacia fines del 2003 (ver cuadro).
El peso de los intereses de la deuda también crecerá notablemente en las finanzas públicas nacional y provinciales. Así, el pago de intereses de la deuda pasará de los 9655 millones abonados en el �99 a más de 16 mil millones hacia fines del 2003.
El creciente peso de los intereses de la deuda en el Presupuesto público obligará tanto a Nación como a provincias a redoblar el ajuste fiscal, si se pretende llegar a la meta acordada con el FMI de déficit cero en el año 2005. Tanto es así que para lograr ese objetivo quien administre el Estado ese año deberá conseguir un superávit fiscal de casi 18.000 millones de dólares destinados exclusivamente al pago de intereses de la deuda externa.
En los próximos cinco años, el salto de los intereses será tan veloz que superará al crecimiento del producto, con lo cual intereses/PBI seguirá deteriorándose. Y también aumentará el peso de la deuda total en relación al producto, hasta llegar a casi el 53 por ciento del PBI en el 2002 para descender recién a partir del año siguiente. |
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