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�Es una cuestión de coherencia�

 Así explicó Joan Manuel Serrat su participación en el festival del 23 de marzo en Ferro, junto a Jaime Roos, Pablo Milanés y Víctor Heredia.
Serrat no quería faltar al festival de las Madres de Plaza de Mayo.
�Siento un rechazo absoluto a un tiempo, una época, una forma.�

El cartel promete a un cuarteto de artistas que en las últimas décadas le supieron dar una banda sonora al sector progresista de la sociedad: el próximo 23 de marzo, las Madres de Plaza de Mayo (Línea Fundadora) convocan a un festival en Ferro que conmemorará los 25 años del golpe militar, bajo el lema "30.000 razones nos convocan -- Por la memoria, la verdad y la justicia". Con el auspicio de este diario (las entradas se consiguen en el teatro Gran Rex o al 4323--7200), allí estarán Jaime Roos, Víctor Heredia, Pablo Milanés y Joan Manuel Serrat, en una noche que servirá también para recaudar fondos para la casa de las Madres. En la mañana de ayer, el periodista Alfredo Leuco se comunicó en su programa "Primera mano" (lunes a sábado de 6 a 9, por Continental) con Serrat, quien habló por primera vez de su participación en la noche de repudio al genocidio del llamado Proceso de Reorganización Nacional.

  --¿Cómo fue que aceptó participar de este recital, y por qué?

  --Bueno, por coherencia. Estoy en este recital por coherencia conmigo y por solidaridad a unos seres humanos a los que, de forma brutal, les arrancaron los sueños en forma de seres humanos, les arrancaron su sangre, les arrancaron su vida, y ni siquiera les han devuelto los cadáveres. O lo que es lo mismo, por rechazo absoluto a un tiempo, a una época y a una forma. Una forma que me provoca rechazo. Y, evidentemente, lo hago por solidaridad con las Madres y el repudio absoluto a una época oscura de la Argentina, que fue eso que eufemísticamente se ha llamado el Proceso.

  --Ese nefasto 24 de marzo de 1976 a todos nos trae una imagen primera, original, terrorífica. ¿Qué es lo primero que le viene a la cabeza, alguna cosa en particular, o el proceso político en general?

  --Al cabo de un tiempo, el proceso político en general. La época aquella, la dictadura, se torna un cuerpo específico, todo junto. Y me es muy difícil separar una anécdota, incluso creo que no me sentiría a gusto con el hecho de contar alguna sensación porque estoy lleno de sensaciones. Y lo único que pido es que sean sensaciones que formen parte del pasado, que no tengamos que enfrentarlas más.

  --¿Fue muy complicada la organización?

  --Hace ya un par de años que se viene organizando. Conmigo contactaron hace dos o tres años, no sé. Desde que lo empezaron a pensar... hemos seguido constantemente en cada viaje, aclarando puntos, a ver quién venía y todo eso. Quiero aclararle a la gente que yo sencillamente me limito a participar. La organización la están manejando las Madres y la gente que colabora conmigo desde Buenos Aires, y yo participo encantado. Me toca hacerlo, afortunadamente, con un cartel de tres amigos: un negro auténtico, un negro pintado y un uruguayo flaco. Estoy encantado.

  --La idea es, además, juntar fondos para las Madres Línea Fundadora, que no tienen casa...

  --Lo sé. Evidentemente ellas lo primero que hacen es tenerme al tanto, primero de sus motivaciones concretas y después de cada uno de los pasos que se iban a dar, y en cada una de las situaciones en las que más o menos iba a estar implicado, comprometido. La relación es clara en todo momento.   --¿Sobre qué temas escribe en estos días, de qué van a hablar las canciones que escucharemos en los próximos meses?

  --Yo por ahora no estoy escribiendo nada. Estoy completando una gira que me está llevando de punta a punta de España a América. Y la verdad es que es una gira muy intensa, y estamos tocando prácticamente a diario. Ayer tocamos en Valladolid, hoy tocamos en Bilbao, mañana en San Sebastián, pasado mañana en Barcelona. Y así vamos de un sitio a otro con una gran intensidad. Es una gira hecha absolutamente con el corazón. Lo complicado es que luego hay que hacerla con el cuerpo, y ahí es donde realmente el tiempo se estrecha mucho y no me queda mucho margen para sentarme a escribir. Entonces, cuando termine esto me sentaré a escribir y empezaré a reorganizar un poco las ideas que me dan vueltas en la cabeza.

 

 

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