Por Susana Viau
La actividad de la comisión
bicameral que decidirá la suerte de Pedro Pou al frente del Banco
Central, pivotea en sus inicios en torno de los informes aportados por
los diputados Elisa Carrió y Gustavo Gutiérrez. La investigación
de los dos legisladores, cuyas conclusiones fueron entregadas a la subcomisión
del Senado americano que monitorea el lavado de dinero, hace eje en las
irregularidades que precedieron al derrumbe de los bancos de Raúl
Moneta y el rol jugado, por acción u omisión, por el BCRA.
Los diputados prometen un voluminoso aporte documental donde se prueba
el tratamiento privilegiado del que se beneficiaron los bancos República
y Mendoza y derivaron en lo que se considera el mayor escándalo
financiero de la década. Esos papeles incluyen, además de
los registros oficiales, las numerosas publicaciones de Página/12
y otros medios periodísticos referidos al ex banquero y al Citibank.
Según informó el presidente de la bicameral, el radical
Mario Losada, Carrió hará entrega mañana del informe
que desde hace seis meses se encuentra sobre el escritorio del senador
demócrata Carl Levin. Pondremos a disposición todos
los papeles que tenemos, dijo Carrió cuando Página/12
le preguntó acerca de esa contribución. Gutiérrez
explicó que su tarea en estos meses fue reunir información
procedente de dos vías: las pericias judiciales y las inspecciones
realizadas por el propio personal del BCRA a los dos bancos caídos.
Las pericias son las que llevó a cabo el juzgado federal
1 de Mendoza y anularon los camaristas Luisa Riva Aramayo y Horacio Vigliani.
Gutiérrez definió aquella resolución de la cámara
como un caso inédito en la Justicia argentina. Era discutible
el cambio de competencia; de lo que no había antecedentes era de
la anulación de las pericias, secuestros de contabilidad, documentación,
un auténtico lavado de pruebas, dijo .
Las pericias fueron realizadas por cuatro contadores de Mendoza divididos
en dos equipos que atendieron a los aspectos bancarios y, por otro lado,
dos hombres de la regional Córdoba de la AFIP que determinaron
el monto de la deuda impositiva, finalmente condonada.
Los técnicos pusieron en evidencia, según afirma Gutiérrez,
las transferencias del dinero del tesoro de la provincia al Banco Mendoza,
de éste al República con operaciones de pases y call money.
Si el banco, con sus 62 sucursales, hubiera volcado el dinero a
la economía regional a la tasa del Banco Nación, en vez
de prestarla a tasa preferencial y en muchos casos a tasa cero al República
que se encontraba metido en una dura pugna de compra de medios de comunicación
a través del CEI-Citicorp, el banco Mendoza no hubiera caído
e, incluso, hubiera dado utilidades, dice. El diputado agrega que
quedó demostrado por medio de los mismos informes periciales
que en la medida en que el República perdía depósitos
externos los reemplazaba quitándole fondos al Mendoza que
era agente de retención.
Quizás cuando Carrió y Gutiérrez hagan el relato
pormenorizado de esa operatoria, también recuerden a los integrantes
de la bicameral que la fuga de depósitos que Pedro Pou en su informe
al Congreso (y en línea con las explicaciones de Moneta) atribuyó
a las publicaciones periodísticas que revelaron la fragilidad de
las dos entidades, comenzó en julio de 1998 y las publicaciones
aludidas recién se conocieron a partir de marzo de 1999. Es más,
los principales retiros correspondieron a empresas constituidas en Bahamas
y atribuidas a Moneta, sociedades y socios vinculados, así como
a amigos de los accionistas de los bancos caídos: República
Holdings, 31 millones; Telefónica, 5 millones; el CEI, 4,3 millones;
Richard Handley, 3 millones; Alberto Petracchi (abogado y mano derecha
de Moneta), 1,6 millones; Alejandro Romay, 5,2 millones y Jorge Blanco
Villegas 1,3 millones.
La otra vía de alimentación de las investigaciones de Gutiérrez
y Carrió fueron las auditorías practicadas por inspectores
del BCRA, que detectaron las inusuales transferencias de fondos del República
asociedades offshore representadas por el abogado Carlos Basílico,
en especial el Federal Bank. Tal como reveló Página/12,
el primer toque de atención lo dieron los técnicos del BCRA
en 1996, por medio del expediente 100.234/97. El segundo, que llevó
el número 100.115/99, fue más claro aún. Su título:
Sociedades en zonas de riesgo del exterior. Inversiones concentradas
y de riesgo. Dictaminaron que el origen de República Holdings
(ex UFCO), poseedor del 34 por ciento del CEI Citicorp y empresa estrella
del grupo Moneta y constituido en un paraíso fiscal donde los controles
son escasos o nulos, resta transparencia al grupo controlante
del Banco República.
En una tercera ocasión, con el informe 541/316 de diciembre de
1998
marcaron operaciones significativas y llamativas de un grupo
de offshores que, con el Federal Bank a la cabeza, constituidas todas
el mismo día, en la misma dirección y representadas por
el mismo Carlos Basílico operaban con el República y el
Citibank de Nueva York. Recién cuatro años después
del primer llamado de atención, el BCRA envió estos antecedentes
a la Procuración para que fuesen remitidos a sede judicial.
Esos dos canales (las pericias y las auditorías) fueron llevados
a Estados Unidos no para hacer una denuncia sino para complementar la
información que estaban analizando allí desde hacía
tiempo en relación a un grupo de casos. Allí detectaron
cómo era el movimiento de fondos desde el Federal Bank hasta la
sucursal Nueva York del Citibank, con lo que quedaba cerrado el circuito,
aclaró Gutiérrez.
Sin embargo, los diputados no se limitaron a reconstruir esas maniobras.
Piensan someter también al análisis de la bicameral los
préstamos cruzados (autopréstamos camuflados) entre los
bancos Macro y República y la deuda que, durante la administración
de Romero Feris y garantizada por la coparticipación federal y
autorizada por Pablo Guidotti y Pedro Pou, la provincia de Corrientes
tomó con el Bank Boston Ltd de Bahamas.
Claves
La comisión
especial sobre Pou ya se puso de acuerdo con los diputados Carrió
y Gutiérrez para que aporten mañana todo el material
disponible.
Los diputados prometen
un voluminoso aporte documental donde se prueba el tratamiento privilegiado
del que se beneficiaron los bancos República y Mendoza, de
Raúl Moneta.
Según los legisladores,
el derrumbe financiero estuvo precedido de una serie de irregularidades
que inspecciones del Banco Central documentaron.
Los diputados recurrieron
a pericias de la Justicia, investigaciones del BCRA e informaciones
de fuentes provenientes de los bancos caídos.
Un tema para la comisión
serán las afirmaciones de Pou según las que las publicaciones
periodísticas provocaron el drenaje de fondos.
Pero ese drenaje comenzó
en julio de 1998 y las publicaciones aludidas recién se conocieron
a partir de marzo de 1999.
Los principales retiros
correspondieron a empresas constituidas en Bahamas y atribuidas
a Moneta, sociedades y socios vinculados, así como a amigos
de los accionistas de los bancos caídos: República
Holdings, 31 millones; Telefónica, 5 millones; el CEI, 4,3
millones; Richard Handley, 3 millones; Alberto Petracchi (abogado
y mano derecha de Moneta), 1,6 millones; Alejandro Romay, 5,2 millones
y Jorge Blanco Villegas 1,3 millones.
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Debut
reservado, pero no secreto,
de la comisión sobre el Central
La comisión bicameral sobre Pedro Pou acordó
escuchar a Carrió y Gutiérrez, decidió sesionar reservadamente
para que De la Rúa sea quien difunda o no las conclusiones y mostró
la predisposición de llegar al martes que viene con una opinión
formada.
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Por Felipe Yapur
La comisión bicameral
especial que tiene la misión de aconsejar la destitución
o la conservación del presidente del Banco Central de la República
Argentina (BCRA), Pedro Pou, realizó ayer su primera reunión.
Oficialmente los senadores redactaron el reglamento de funcionamiento
interno, demarcaron el área de trabajo (lavado de dinero) y anunciaron
que el dictamen final tendrá un carácter estrictamente reservado.
Pero extraoficialmente, los miembros de la comisión acordaron con
los diputados Elisa Carrió (UCR-Chaco) y Gustavo Gutiérrez
(Demócrata-Mendoza) la remisión para mañana de toda
la información referida al lavado de dinero que ambos legisladores
poseen. De esta manera se dio el primer paso en lo que se considera la
cuenta regresiva de la permanencia de Pou en la conducción del
Central.
Las poco más de dos horas que duró el primer encuentro fueron
ocupadas en discutir el reglamento, demarcar los límites de la
tarea y el carácter que tendría el dictamen final. Lo más
importante, según estimó ante Página/12 uno de sus
miembros, fue la comunicación informal que mantuvieron con Carrió
y Gutiérrez, quienes se comprometieron a entregarles el detalle
de sus investigaciones: Tendremos cuatro días para estudiar
todo ese material y así llegar al martes con una opinión
formada, indicó el legislador, quien prefirió mantenerse
en silencio cuando se le consultó sobre si ésta era la forma
de avanzar con mayor rapidez en la decisión final.
Este punto no es un detalle menor, sobre todo si se tiene en cuenta que
al final de la reunión los legisladores anunciaron que su trabajo
no tiene plazos y que el ritmo estará dado por la marcha
de las tareas, pero más ante la inminente publicación del
informe del Senado norteamericano. Al respecto, los miembros de la comisión
determinaron que no es conveniente, por ahora, viajar a los Estados Unidos
y prefirieron, en cambio, solicitar a la Cancillería su colaboración.
Sin asesores y con la sola participación de los taquígrafos
del Senado, Losada presidió la reunión junto a los presidentes
de las comisiones de Presupuesto y Hacienda de Diputados, Raúl
Baglini, y del Senado, el justicialista Carlos Verna; de la comisión
de Finanzas de la Cámara baja, Víctor Peláez; y de
la comisión de Economía de la Cámara alta, Alcides
López.
La elaboración del reglamento interno pareció que sería
un tema de rápido tratamiento. Todos lo creyeron así cuando
López llegó hasta el Salón Gris con un borrador.
Acordaron uno a uno los 12 artículos, con suma rapidez, hasta que
llegaron al último, donde se explicita el carácter de la
resolución final. El debate giró primero alrededor de si
éste debía ser público o secreto. Por unanimidad
se determinó que la resolución no podría ser de conocimiento
público, pero algunos no estaban convencidos del término
secreto. Tras un pequeño debate y previa consulta
de un diccionario se prefirió reservado: Una
vez que (el presidente Fernando) De la Rúa se pronuncie no habría
inconveniente de que el texto se dé a conocer, señaló
uno de los protagonistas del encuentro.
La preocupación por dejar en claro esta posición llevó
a Losada y a Baglini a abundar en aclaraciones durante la conferencia
de prensa posterior. El virtual vicepresidente dijo: Creemos que
el primero que debe conocerlo es el Presidente. Es de lógica y
prudencia. La potestad de darlo a conocer es del Poder Ejecutivo.
A su turno, Baglini señaló que lo debe conocer sólo
el Presidente porque, por ejemplo, si trasciende una recomendación
de destitución y luego el titular del Ejecutivo no coincide con
nuestra posición, el funcionario en cuestión no podría
continuar en su puesto porque perdió toda autoridad.
El debate, según uno de sus protagonistas, no fue áspero.
El senador destacó el buen humor de Verna, quien pronosticó
un trabajo sin inconvenientes porque ninguno de nosotros es economista
y tampoco tenemosrelaciones con el sector financiero. Su observación
fue acompañada de carcajadas radicales. Después, en la conferencia
de prensa, el justicialista sólo habló para destacar que
su participación es absolutamente institucional y no representa
al bloque. La cuota de dramatismo estuvo a cargo de Baglini, quien
en medio de la reunión comenzó a sangrar a través
de uno de los puntos de la herida que le dejó la intervención
quirúrgica a que fue sometido la semana pasada. El legislador se
opuso a ser asistido y recién lo hizo una vez finalizado el encuentro.
La definición de los temas que tratará la comisión
también generó un breve pero intenso debate. Losada era
partidario (acuerdo mediante con De la Rúa) de que sólo
había que evaluar la responsabilidad de Pou frente a las denuncias
de lavado de dinero que hicieron los diputados y no descuidar el informe
que se conocerá el 2 de marzo del Senado de los Estados Unidos
sobre maniobras irregulares del Banco República, de Raúl
Moneta, y de Mercado Abierto, del ex orteguista Aldo Ducler. En tanto,
López y Peláez plantearon que era preciso incursionar en
otra de las controvertidas actuaciones de Pou como el cierre de los bancos
Patricios y Mayo. Se llegó a un acuerdo que luego intentó
con no poco esfuerzo sintetizar Losada: La comisión
se constituyó por estos episodios que son de dominio público.
Pero vamos a buscar todos los antecedentes. Naturalmente, al analizar
este tema vamos a evaluar la actuación del presidente del Banco
Central. No podemos divorciar una cosa de otra, pero el tema de convocatoria
es la cuestión del lavado, dijo.
La comisión volverá a reunirse el martes próximo
a las 12.
ARREGLARON
LAS NUEVAS AUTORIDADES DEL SENADO
Losada sigue, Cafiero no
Por F. Y.
Sendos llamados del titular
de la UCR Raúl Alfonsín y del presidente Fernando de la
Rúa terminaron desactivando el intento del sector más duro
del bloque de senadores del PJ, encabezado por el entrerriano Augusto
Alasino, por desplazar de la presidencia provisional del cuerpo al radical
Mario Losada. Anoche, el bloque opositor anunció que respaldará
la continuidad en su cargo del virtual vicepresidente.
Durante toda la semana pasada, los halcones del PJ sector donde
militan, además de Alasino, Remo Costanzo, Angel Pardo, Ricardo
Branda y en especial los misioneros René Oudin y Julio César
Humada presionaron para que sus colegas acompañaran el cambio
de Losada. Impulsaban una terna conformada por los radicales José
María García Arecha, Leopoldo Moreau y Jorge Agúndez.
Esta propuesta buscaba quebrar la relación con la conducción
del bloque peronista, que preside el sanjuanino José Luis Gioja.
Sin embargo, el miércoles pasado un primer llamado de Alfonsín
a Gioja comenzó a desbaratar la iniciativa de los halcones. Ese
día, el presidente de la UCR le remarcó al justicialista
la inconveniencia de modificar la línea sucesoria presidencial.
Pero ayer un nuevo llamado telefónico produjo la modificación
de la decisión de los justicialistas. Esta vez fue De la Rúa.
Gioja se encargó de dar cuenta de esa comunicación: Anoche
hubo un llamado del Presidente y un pedido expreso para que continúe
Losada como presidente provisional, pensando en la situación del
país y el riesgo económico, y contemplando la situación
financiera generada en Turquía, dijo, y agregó que
la mesa de conducción del bloque fue invitada a participar hoy
de un encuentro en la Casa de Gobierno.
La otra decisión que tomó el bloque del PJ es la de impulsar
el reemplazo de Antonio Cafiero por Eduardo Menem en la vicepresidencia
del cuerpo. El único que se opuso a tal decisión fue Carlos
Corach, quien sostuvo que nadie podrá evitar pensar que se trata
de un castigo a quien denunció la existencia de sobornos
en el Senado.
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