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En vez de corte de ruta hay marcha
de los desocupados a Trabajo

De Gennaro y Santillán encabezarán la protesta de desocupados de La Matanza por incumplimiento de las promesas oficiales.

Víctor De Gennaro y el Perro Santillán encabezarán la marcha.
Los desocupados acusan al gobierno nacional de no cumplir.

Por Laura Vales

La tregua duró apenas tres meses. Entre reproches de que el Gobierno nacional se volvió a olvidar de ellos, los desocupados de La Matanza van a marchar hoy hasta la Capital para plantarse frente al Ministerio de Trabajo y batir bombos y redoblantes bajo la ventana de Patricia Bullrich. Será un nuevo round de una pelea que ya lleva casi un año. Esta vez, el reclamo principal es el envío de los dos millones de pesos (en materiales y remedios) que Nación prometió en noviembre pasado. Los piqueteros dicen, que de la suma acordada, hasta ahora sólo recibieron el equivalente a 30 mil dólares, y hablan además de otros incumplimientos. En el Gobierno, en cambio, aseguran que se está mandando a La Matanza todo lo prometido y vislumbran tras la protesta segundas intenciones. “No vamos a aceptar ninguna extorsión”, advirtió anoche la ministra cuestionada.
La marcha es convocada por la CTA y la Corriente Clasista y Combativa y va a estar encabezada por sus principales dirigentes, Víctor De Gennaro y Carlos “El Perro” Santillán. Aunque más que de marcha, convendría hablar de maratón: la columna comenzará a caminar a las 3 de la madrugada desde la ruta 4 y la avenida Don Bosco, en La Matanza, para llegar cerca de la una de la tarde a la sede de la cartera de Trabajo, en Leandro N. Alem 650. Es muy probable que también acompañen a los manifestantes el padre Luis Farinello, en su nuevo rol de candidato del Polo Social, y la diputada del Frepaso Alicia Castro.
La hoja de ruta de la movilización es la siguiente: irá por la avenida Don Bosco hasta Boedo y seguirá por esa calle hasta la avenida Rivadavia (a la altura del Instituto de Haedo). Continuará por Rivadavia hasta la Capital, hasta llegar al edificio del Congreso Nacional. Tomará después Callao hasta Corrientes, y de allí llegará a Leandro N. Alem.
Los organizadores informaron anoche que no tienen previsto cortar calles y que la idea es que los manifestantes ocupen sólo la mitad de las avenidas por las que marchen.
El nuevo pico de conflicto entre los desocupados de La Matanza y los funcionarios nacionales tiene casi el mismo esquema que las crisis anteriores. Las quejas de los desocupados están centradas exclusivamente en el incumplimiento del gobierno nacional; “la provincia está cumpliendo con todo lo pactado”, aseguró anoche el concejal Luis D’Elía (Frepaso), uno de los líderes de la protesta.
D’Elía detalló así el reclamo: “Sólo enviaron una parte mínima de los dos millones de pesos comprometidos en materiales y medicamentos, no cumplieron con la refacción de escuelas ni con el programa para el bacheo y, aunque mandaron los planes de empleo, hay dificultades continuas con su implementación”. El dirigente anticipó que la intención de la marcha es ser recibidos por la ministra de Trabajo, y que en caso de no tener respuestas “la decisión es instalar carpas frente al edificio, para esperar el tiempo que sea necesario”.
La pelea con los funcionarios empezó en junio del año pasado, cuando tras un corte de ruta, el gobierno nacional y el bonaerense se comprometieron a entregar alimentos y planes de empleo. Pero en noviembre los piqueteros denunciaron que la administración de la Alianza no cumplía con su parte. Hubo un nuevo corte de rutas que duró seis días y que se levantó tras otro acuerdo, ahora denunciado por incumplimiento. En el medio, Trabajo denunció a D’Elía por supuesto manejo irregular de los planes de empleo.
Ayer el Gobierno salió a cruzar el tema en una conferencia de prensa, al término de la reunión de Gabinete. Allí, Bullrich aseguró que se cumplió con el envío de planes Trabajar y ayuda social a los desocupados y advirtió que la marcha al Ministerio de Trabajo busca “impedir el reempadronamiento de beneficiarios” que lleva a cabo esa cartera, para transparentar su ejecución. En el Ministerio de Trabajo el argumento central es que el dinero se está entregando en pequeños envíos, a medida que se necesita. Y que así se hará durante todo el año. También Graciela Fernández Meijide replicó que su ministerio “ya va por la cuarta entrega de alimentos y vestimenta” y hasta consideró poco posible que el intendente local, Alberto Balestrini (PJ), pudiera negar que se está cumpliendo con lo pactado. Pero Balestrini hizo exactamente eso. En diálogo con Página/12, compartió el diagnóstico de situación de los piqueteros y sostuvo que no participará de la marcha, pero “comprende” la justicia del reclamo.
“La Nación cumplió con apenas el 20 por ciento de las cosas a que se había comprometido”, sostuvo. “De los dos millones de pesos en medicamentos y materiales solamente envió 30 mil pesos, y lo hizo hace apenas unos días atrás, el viernes anterior a que comenzara un nuevo corte de ruta”.

 

OPINION
Por Sergio Sinay *

¿Educar no es de hombres?

Al eliminar el cupo obligatorio de docentes suplentes varones (uno cada tres mujeres en las escuelas primarias) el gobierno porteño acaba de ejercer, aparentemente, un acto de equidad. Al parecer, un varón necesitaba menos puntaje que una mujer para estar al frente de un grado. Ahora, dicen los funcionarios, habrá que buscar otros (mejores) incentivos para que los hombres aspiren a ser maestros. Intuyo que, mientras tanto, habrá cada vez menos maestros varones. Y mientras los “nuevos incentivos” no existan (¿era difícil preverlos antes de actuar?) la disposición, que se propone como equitativa respecto de los géneros, será, por sus efectos, una medida machista.
Los modelos y prejuicios sobre lo “masculino” y lo “femenino” instalaron la creencia de que las mujeres saben y entienden sobre crianza, educación, salud, emociones y sentimientos, mientras los varones conocen cómo hacer funcionar el mundo externo y público, deciden y actúan. En ese marco ideológico (aun hegemónico pese a algunas modificaciones cosméticas en los discursos), ser docente es cosa de mujeres. Y como toda actividad “femenina”, en la escala social figura entre las peores pagas y menos consideradas. La decisión del gobierno porteño (más allá de sus intenciones) contribuirá, en mi opinión, a reforzar esta realidad.
Hay una consecuencia menos visible y cuantificable, pero grave. Muchas de las primeras heridas emocionales que un varón recibe durante su evolución y que contribuyen a que se desarrolle dentro de un modelo de cerrazón y corazas afectivas, de parquedad expresiva en cuanto a sentimientos y emociones, las sufre en la escuela primaria. Las figuras y presencias más cercanas son femeninas (en la casa y en la escuela). La escuela es, en los hechos, un ámbito “femenino”. Como bien apuntan Dan Kindlon y Michael Thompson en su libro Educando a Caín, el varón en la escuela se siente “una espina entre rosas”. Características propias de su género (actividad, impulsividad, maduración intelectual más lenta) son motivo de censura. Pregunten a las maestras y escucharán que “los varones son terribles”. El parámetro de buena conducta es el de las nenas. ¿Son terribles o son diferentes? Y sin son diferentes, ¿no es mejor estimular la presencia de maestros de su mismo sexo, avispados acerca de esta diferencia, para que el varoncito mame modelos masculinos presentes en el acto de aprender, de formarse, de socializarse? ¿No es bueno para las nenas ver que los hombres también educan y cuidan? Echar a los maestros varones para adoptar una medida de género “progresista” es contribuir, creo, a que los varones se sientan, desde chicos, ajenos al enseñar, al criar, al cuidar. Si no hay maestros varones será porque “eso” (y lo que hacen las maestras) es cosa de mujeres. La escuela, en fin, será cosa de mujeres. Y los negocios, el deporte, la guerra, la política, cosa de hombres. Más de lo mismo, en fin. El gobierno que tomó esta medida (que puede ser correcta, pero que no parece haber contemplado ni efectos ni alternativas posibles) tiene, en cargos de real importancia, apenas dos mujeres. ¿No habría que igualar también allí?

* Especialista en psicología masculina, autor de Misterios masculinos que las mujeres no comprenden.

 

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