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“El equipo de primera” temporada 2001 sigue dando que hablar
por su contenido explícito. No bastó con que en su debut
se intentara hacer creer la veracidad de un video claramente apócrifo,
sobre un supuesto complot de dirigentes de River para separar de su cargo
al técnico Américo Rubén Gallego, hecho reflejado
por Página/12 hace una semana. En su segunda emisión, este
lunes, el momento hot del programa producido por Torneos y Competencias
sucedió entre el invitado José Francisco Sanfilippo y el
panelista Oscar Ruggeri. La discusión entre los dos ex futbolistas,
ligados de una u otra manera en el pasado al Club Atlético San
Lorenzo, pasó a los hechos. Según denunció Sanfilippo,
Ruggeri le habría aplicado un codazo en la boca y también
lo habría pateado por debajo de la mesa.
Está claro que la intención del programa es provocar polémica
y conmover al televidente con temas “calientes” de la realidad
futbolística argentina: en su segunda emisión, el rating
bajó del 5.1 inicial a 4.7. Los eventuales invitados y los panelistas,
guiados por el conductor Fernando Niembro, no dudan en embarcarse en bizantinas
discusiones sobre cualquier tema que tenga ver con el fútbol o
sobre, como sucedió entre Sanfilippo y Ruggeri, “quién
tiene la culpa de la situación en San Lorenzo”. Está
claro, además, que invitando a Sanfilippo –un extraordinario
goleador en los años ‘50 y ‘60, reconvertido a “polemista”
en los ‘90–, la inducción al escándalo estaba
garantizada. Sobre todo si también estaba prevista, como finalmente
sucedió con el programa ya iniciado, la presencia estelar de Diego
Maradona. Sanfilippo y Maradona no se llevan bien desde hace un tiempo,
a partir de una serie de declaraciones rimbombantes del primero y la posterior,
furibunda, respuesta del ídolo. Contra todos los pronósticos,
ambos se mostraron diplomáticos y se saludaron con un beso en cámara.
El combate de fondo estaba en otro lado. Sanfilippo disparó primero:
“Ruggeri es culpable de lo que le pasó a San Lorenzo porque
abandonó el barco a pocos días de empezar a jugar una copa.
Le transmite a los jugadores lo que fue él dentro de una cancha,
un golpeador, que una vez casi lo quiebra en cien pedazos a Chilavert”.
Ruggeri, a quien las cámaras mostraban con evidente molestia mientras
hablaba Sanfilippo, esperó su momento y contraatacó. “¿Ustedes
necesitan levantar el rating? Porque si no, no entiendo cómo pueden
traer a esta piedra. Le quedan pocos días de vida, voltea a todos
los programas y con él no te podés descuidar porque te liquida.”
Hubo un tercero en discordia, además: Héctor “Bambino”
Veira, quien se metió en la discusión. Claro, Sanfilippo
le había dicho “yo a usted le tengo lástima”.
Y el aludido respondió: “Vos sos una mala persona”.
Ajeno a casi todo, Maradona –claramente el mayor atractivo de un
programa casi circense– remató su participación reclamando
un “arreglo” para garantizar su continuidad. “No se firmó
nada... Yo prometí estar dos programas por la amistad que tengo
con vos, Fernando. Pero bueno... no hay nada arreglado...” Y tomó
una pelota, comenzó a juguetear con ella como solo él puede
y la durmió sobre su frente. Fue el mejor final posible para otro
bochorno, el segundo, de este equipo ¿de primera?
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