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ELISA CARRIO DENUNCIA A POU Y HABLA DE UN “ENCLAVE MAFIOSO”
“Las pruebas están en la Argentina”

Elisa Carrió y Gustavo Gutiérrez prestarán los testimonios más importantes en la comisión parlamentaria que de aquí al martes se propone tener una opinión formada sobre el papel de Pedro Pou como presidente del Banco Central y, luego, aconsejar al Presidente si debe mantenerlo o despedirlo.
Elisa Carrió. La diputada radical aliancista sugiere leer prolijamente las causas abiertas. “Hay una cadena de la felicidad asegurada por la falta de controles del directorio del BCRA.”

Por Eduardo Tagliaferro

La diputada Elisa Carrió recibe a Página/12 en su departamento porteño, un virtual centro de operaciones. “Hay que romper el pacto de impunidad”, afirma mientras suenan celulares, teléfonos fijos y timbres.
–¿Por qué dijo que Pedro Pou es un delincuente?
–Independientemente de lo que se va a demostrar en el tema de lavado de dinero, hay muchas causas que muestran a Pou como una persona que ha cometido delitos. Hoy es una persona procesada en el caso del Banco Basel, en el caso Feigin hay que fijarse en lo que dice el juez federal de Córdoba respecto de Alí Babá y los cuarenta ladrones y la falta de controles del Banco Central. Hay que leer el expediente del Banco de Crédito Provincial. Hay que investigar lo que pasó en el Exprinter: las autoridades de control del lavado de dinero no dicen solo que hay operaciones sospechosas sino que el banco en sí mismo era sospechoso. Y a pesar de esta circunstancia al Exprinter le otorgaron la privatización del Banco de San Luis. Sigo: hay que analizar el caso del Banco Almafuerte, donde hay una cuenta sospechosa que a su vez tiene una empresa en Panamá y resulta que quien abre la cuenta es el propio síndico del banco. Además está la garantía que Pou les otorgó a todas las operaciones sospechosas del Banco República.
–¿Por qué lo hizo?
–Si uno hace el cruce entre todos los bancos nos vamos a dar cuenta de que el República es también el Federal Bank, pero también tiene que ver con el Feigin y con operaciones cruzadas del Macro. Acá hay una cadena de la felicidad asegurada por la falta de controles de un Presidente del Banco Central y su directorio. Al no haber política monetaria su función era exclusivamente el control de las operaciones bancarias.
–¿Detrás de ese listado de bancos está el poder político de la última década?
–Lo que yo llamo enclave mafioso es un sistema de corrupción privada con complicidad política y estatal. Al igual que en la década del `70 el problema no es el delito, el problema es la existencia de un Estado que no combate el delito.
–¿Por qué no lo combate?
–O bien es cómplice y participa del negocio, o es un empleado de esos grupos.
–El Gobierno le reclama las pruebas que involucran a Pou con maniobras dolosas. ¿Usted tiene pruebas?
–Las pruebas que comprometen a Pou están en la Argentina. Estoy cansada de que todo el mundo pida pruebas y nadie se haya puesto a leer los informes del Banco República y luego haya visto qué hizo el Banco Central con esos informes. Si en la Argentina nadie los lee es porque no los quieren leer. No esperen las pruebas de los Estados Unidos. A ellos les interesa el Citibank de Nueva York.
–¿Entonces cuál fue el objetivo del Gobierno al pedirle a usted las pruebas?
–Cuando el Gobierno me preguntó, yo dije: “No hagan una denuncia porque ya hay una causa que tiene el fiscal Guillermo Montenegro”. Acaban de rechazar por inocua la denuncia del Gobierno. Es un papelón, pero se los advertí. Lo que tendrían que haber hecho es ir al expediente `Raúl Moneta sobre asociación ilícita’, pedir todos los informes del Banco República y leerlos. Cuando el jefe de gabinete (Chrystian Colombo) me provocó diciendo aporte pruebas, yo le dije: “Señor, usted es jefe de Gabinete y no sabe buscar las pruebas utilizando los mecanismos del Estado”. Yo no tengo problemas en alcanzarles las fotocopias. Pero no quiero hacerlo. Quiero que al menos se tomen el trabajo de ir a realizar fotocopias. No jueguen a la verdad, busquen la verdad. Estoy convencida de que muchos juegan a la verdad y no quieren encontrarla. Porque la verdad implica demasiado. Igual, el gobierno no es un paquete. Por ejemplo el ministro de Justicia, Jorge de la Rúa, está trabajando seriamente en este tema. Unacosa es de la Rúa, otra es Colombo, otra es Horacio Jaunarena. Hay sectores que apoyan claramente la investigación.
–¿Es posible encontrar la verdad a través de la comisión bicameral que investiga el comportamiento de Pou?
–Hay dos comisiones. Una es la bicameral que investiga a Pou. Otra es la que vamos a formar en diputados. Comisión que entre otros temas dictará una buena ley anticorrupción que contemple todos estos aspectos, incluso la figura del encubrimiento que tiene que ver con el lavado de dinero.
–¿Y en la bicameral es posible encontrar la verdad?
–Deseo profundamente que la verdad se encuentre en un lugar institucional. Deseo que la política se reivindique en el parlamento argentino. Si no se dan las condiciones de transparencia, vamos a informar públicamente desde otro lugar.
–¿Por qué usted y Gustavo Gutiérrez recurrieron al Senado norteamericano?
–Una denuncia acá hubiera sido parada por el aparato de impunidad. Si con la conclusión de una investigación en los Estados Unidos el aparato de impunidad sigue en pie, se imagina lo que hubiera sido con una denuncia de dos diputados contra todo ese aparato. Acá no hay República, aunque algunos parezcan republicanos.
–Pero hubo un Banco República. ¿Hay otro poder detrás de Moneta?
–Estoy convencida de que Moneta es un testaferro latinoamericano, desesperado y loco. Fue el banquero del menemismo, pero también fue el banquero del Citibank.
–¿Con protección del poder político?
–Hoy no está protegido por nadie. En este momento cada uno se está protegiendo a sí mismo.
–¿Cómo evalúa la actuación del Consejo de la Magistratura cuando le promueve juicio político al juez mendocino Luis Leiva?
–Leiva tiene varias causas. Si por algo no puede ser acusado es por la del Banco de Mendoza. El Consejo de la Magistratura tiene el caso del juez Roberto Marquevich con Alfredo Yabrán y este expediente está dormido. Que el impulso se lo hayan dado al caso de Leiva con Moneta está hablando a las claras de un tratamiento desigual en los temas. El Consejo no debería decidir como parte de una estrategia cuasi mafiosa de Moneta.
–¿Por qué el gobierno no exhibe la voluntad que usted le reclama?
–La comisión debería haber funcionado desde hace muchísimo tiempo. Si bien a mí me acusan de instalar este tema, lo que forzó la comisión fue el informe norteamericano. En buena hora. En segundo término considero que se tiene que investigar por delito. La comisión debe expedirse porque la renuncia blanquea al acusado. Un presidente del BCRA destituido por la comisión de delitos nunca más volverá a ser nada. En cambio los que renuncian lo atribuyen a motivos políticos y seguro que más tarde vuelven como ministros de Economía. El caso más grave es el de Javier Bolzico. Un hombre absolutamente comprometido que se fue sigilosamente en enero pasado.
–¿Por qué le preocupa?
–Porque era la mano derecha de Pou, miembro del directorio y quizás uno de los más complicados en el affaire.
–Pou dijo que lavado de dinero es solo el de la droga. Dejó afuera el dinero que puede venir de la corrupción. ¿Cuál es su opinión?
–Está marcando una estrategia defensiva, en la que posteriormente pueda decir que no es lavador porque no tiene compromisos con el dinero del narcotráfico. Internamente el Banco Central cuenta con normas sobre el lavado desde hace mucho tiempo. Normas que por supuesto han sido violadas. Fuera de los órganos internos del BCRA el único delito penado es el de narcotráfico. Esto no significa que no haya otra figura penal para el mismo hecho: encubrimiento. Si alguien evade impuestos y usted garantiza la evasión, usted es encubridor del evasor. “No importa la palabra que me nombra si es único y uno el anatema”, decía Jorge Luis Borges.
–¿El Banco Macro aparece vinculado a maniobras dudosas con el Banco República?
–El Macro tiene muchas vinculaciones con el República. Hay algo que tiene que quedar en claro: acá la lucha no es política. La verdad y la justicia suponen que si hay que juzgar a íntimos amigos de toda la vida hay que hacerlo. Esto es transversal.
–¿Qué se puede esperar de la segunda parte del informe norteamericano?
–Los americanos no están preocupados por los argentinos. Están preocupados por el Citibank de Nueva York. El informe va a versar sobre las irregularidades del City en relación con los bancos argentinos. Lo que nosotros tenemos que hacer después es investigar la actuación de los argentinos y los bancos argentinos. Nadie crea que en Estados Unidos Pou es importante.
–¿Qué aportará a la comisión bicameral?
–Voy a llevar el listado de causas. Voy a colaborar con la comisión porque sus miembros tienen que entrar en tema. Hay un listado de 20 causas penales abiertas donde podrán obtener información.
–¿Para usted cómo actúo Pou?
–Encubriendo.

 


 

RODRIGUEZ LARRETA DESCRIBE EL CLIMA EN WALL STREET
“El tema Pou no los inquieta”

Por Martín Granovsky

“Lo que preocupa de la Argentina fuera de la Argentina no es la salida de Pedro Pou sino las diferencias políticas internas, problemas como Turquía y la recesión”, resumió a Página/12 el consultor Horacio Rodríguez Larreta tras una breve gira de contactos con bancos de inversión en Nueva York.
Rodríguez Larreta no es un izquierdista que reclama la estatización de la banca: empresario y ex funcionario, padre del ex interventor del PAMI y de un directivo del grupo IRSA, representa en la Argentina al grupo The Economist, vinculado con el semanario más influyente del mundo en los círculos de negocios.
–¿A quiénes vio en Nueva York?
–Cada febrero hago una recorrida, y vi directivos de bancos de inversión como Merryl Lynch, Leman Brothers y J.P. Morgan. Son instituciones muy importantes, porque los bancos de inversión son los habituales oferentes de financiamiento para la Argentina y por eso siguen muy de cerca nuestra realidad.
–¿Están preocupados por las investigaciones de la comisión bicameral sobre Pedro Pou?
–No. Nadie me dijo que la investigación que se lleva a cabo en la Argentina pueda producir algún tipo de remezón en la actividad financiera.
–¿Pero hablaron específicamente de la cuestión del lavado y sobre Pou?
–Claro, y no plantearon motivos de preocupación sino al contrario: a todos les pareció más que saludable la depuración de fondos constituidos por dinero de origen indebido. Y lo entiendo inclusive desde su propio interés, porque así eliminan la competencia del dinero negro. Es como cuando un industrial pide combatir el contrabando.
–¿El tema fueron los narcodólares o el lavado de fondos negros de cualquier origen?
–Tanto los dólares del narcotráfico como los del lavado son una competencia desleal a los que proveen financiamiento legítimo.
–¿Qué le preguntaron los directivos de los bancos de inversión a usted?
–En el orden externo se fijaron en la debilidad de un mercado vulnerable ante crisis como la turca, en la no apreciación del euro y en la posibilidad del rebrote de la aftosa. En lo interno quisieron saber en qué estado se encuentran las desavenencias políticas en la Alianza, qué puede pasar en las próximas elecciones y sobre todo qué efecto tendrá la persistencia y la pertinacia de la recesión. Este punto es clave: sin crecer no habrá posibilidades de financiamiento. No se puede vivir tanto tiempo en recesión.
–¿Que no asuste a Wall Street la investigación de Pou implica que no les interesa el tema?
–No. Significa que no los inquieta salvo que el Presidente saque a Pou y designe a Drácula. Mire, francamente mis interlocutores se preocuparían más si el gobierno despidiera a Daniel Marx como secretario de Finanzas. Con él negocian en términos que para ellos son previsibles. Además, si la convertibilidad dependiera de Pou eso supondría que la convertibilidad está extraordinariamente débil. Un ejecutivo de Merryl Lynch usó una palabra para definir qué pasaría si la Argentina basara toda la estabilidad del uno a uno y la solidez bancaria y monetaria en Pou. ¿Sabe cuál fue? “Atrocity.” Ni más ni manos: sería una atrocidad.

 


 

“El banquero Raúl Moneta es el
Chirolita de un sistema aterrado”

Explicación: �Moneta defiende lo que no es de él. Por eso esta acción desesperada. Bueno, en realidad, es un sistema el que se defiende a través de él.

Gustavo Gutiérrez, diputado nacional por el Partido Demócrata mendocino.

Por Susana Viau

Cuando el diputado Gustavo Gutiérrez, con el soporte del contador Luis Balaguer, comenzó a monitorear el funcionamiento de los dos bancos de la provincia de Mendoza, no podía calcular que una década después el resultado de ese trabajo iba a dar pie a una investigación internacional. Y mucho menos que, con la incorporación de la radical Elisa Carrió, los dossiers harían detonar un escándalo político-financiero de repercusiones incalculables.
Hoy llegará a la comisión bicameral del Congreso encargada de determinar si Pedro Pou continúa o no en su puesto de titular del Banco Central el informe que Carrió y Gutiérrez presentaron ante el Senado americano. A fin de mes, el subcomité que preside el demócrata Carl Levin hará público el balance final, construido sobre 14 casos exponenciales de lavado de dinero. Uno de ellos, dedicado a las operaciones que se llevaron a cabo entre el Banco República (propiedad de Raúl Moneta), el Federal Bank de Bahamas y el Citibank de Nueva York, consumirá por sí solo una de las tres audiencias públicas a realizarse en Washington. El caso, dice Gutiérrez, es “una radiografía de la Argentina de los ‘90”.
–¿Han desatado el paquete del mayor escándalo financiero de la década?
–Sin duda. No ha habido otro de más importancia, en magnitud y en ramificaciones políticas. Afecta a la médula del funcionamiento de la Argentina de los ‘90. Hasta la desregulación, el mercado financiero marginal operaba en “cuevas” o mesas de dinero. Luego, los operadores de esas mesas, como Raúl Moneta, pasaron a ser banqueros. Con la cobertura de un banco hicieron lo mismo que antes hacían desde las “cuevas”. Así como nadie puede negar que durante el gobierno de Alfonsín los negocios se hicieron con las devaluaciones y el control de cambios, en los ‘90 los grandes negocios pasaron a hacerse con la capitalización de títulos de deuda. Mientras otros países trataron de rescatar esos papeles, Argentina utilizó el sistema de capitalización para la venta de empresas públicas: quien tenía un papel que costaba 16 pesos lo entregaba por 100. Es el caso del Citibank.
–Pero para esas fechas el Citibank estaba en dificultades...
–Estaba en serios problemas, consiguió una dispensa del organismo rector estadounidense para transformar esos títulos en activos y en consecuencia apareció el CEI, que controló Altos Hornos Zapla, Frigorífico Rioplatense, fue accionista de Telefónica de Argentina, de Telecom, y después se lanzó furiosamente a la compra de medios como brazo comunicacional del grupo: Azul, Telefé, Atlántida, CVN, Radio Continental, participación en Torneos & Competencias. Las caras visibles de esa operación fueron Richard Handley, el número 1 del Citicorp, John Reed, y Moneta, quien después de unos pases accionarios terminó siendo presidente y principal accionista del CEI. Las normas bancarias de Estados Unidos obligaron al Citibank a colocar parte de sus activos en cabeza de Moneta y su banco fue una segunda marca del Citi. Esta es, en definitiva, la versión simplificada de una operación de alta complejidad financiera. La investigación del senador Carl Levin toma la punta del hilo –la relación entre el Federal Bank y el Citibank de Nueva York–, y desnuda una red financiera de poder económico y político que sintetiza los ‘90 en Argentina.
–¿Cuáles fueron los pilares de su investigación?
–Uno fue cómo se anuló la investigación iniciada en el juzgado federal 1 de Mendoza, por la caída del Banco Mendoza. El aparato judicial actuó no sólo para anular la investigación sino para destruir al juez que la llevaba adelante. El otro ocurrió dentro del Banco Central, donde la línea técnico-profesional detectó las inusuales operaciones del grupo República con el Federal Bank y sociedades uruguayas y recién en el año 2000, por la fuerte presión que impusimos llevando este informe a Estados Unidos, decidieron darle traslado a la Justicia. Ahí no había un juez para destruir, pero trataron de hacerlo con el personal técnico. Estas dos vertientes fueron las que presentamos con Carrió al Senado americano y conlas que logramos sentar al Citibank Nueva York para que explique quién es este famoso Federal Bank del que Moneta niega la propiedad. Como si fuera poco, ya en el ‘98 los técnicos del BCRA se sorprendían al saber que el República declaraba como actividad extrabancaria el alquiler de inmuebles al Citi, comisiones cobradas al Federal Bank y, como suprema curiosidad, honorarios cobrados a Telefónica por el estudio del rebalanceo de las tarifas en Argentina. El controvertido fallo de la Corte, que ratificó este controvertido rebalanceo, sospecho que tiene vinculación con este controvertido honorario pagado al República para que asesorara en el tema.
– ¿Por qué esta investigación levantó tantos y tan fuertes temores?
–Muchos creían que se estaba ante una red infranqueable. Esta modestísima investigación solitaria que iniciamos con Carrió muestra que había fisuras. Por eso hemos pedido al Consejo de la Magistratura que observe las conductas de los jueces federales Gustavo Literas y Carlos Liporaci y de los camaristas Luisa Riva Aramayo y Horacio Vigliani. No descartamos hacerlo también con los miembros de la Corte que han sido funcionales a esta operación. También hay que anotar en esa cuenta la inacción del Congreso. Ahora hay muchos interesados porque la cuestión se trata en Estados Unidos.
–La estrategia defensiva de Moneta hace eje en el juez Leiva, en usted y, ahora, en Carlos Balter.
–Es una estrategia de testigos plantados, videos de origen incierto, autodenuncias, utilización de personas marginales que dan testimonios presuntamente incriminatorios. Es el ataque de una persona que se está jugando la vida. Está defendiendo lo que no es de él. Por eso se está jugando la vida, por eso esta acción desesperada. Bueno, en realidad, es un sistema el que se defiende a través de él. Moneta es el Chirolita de un sistema aterrado.
–Otro capítulo decisivo será el del 28, cuando el pleno del Consejo de la Magistratura resuelva si destituye a Leiva o desestima la acusación.
–En toda esta pelea, los que quedan en observación son los miembros del Consejo. No pueden desconocer que están jugando un partido en el que se está a favor de la verdad y de la justicia o a favor de Moneta.
–¿Qué papel ha desempeñado Pedro Pou?
–Carrió y yo hemos sido parcos en la calificación ideológica o política de Pou. Hablamos de la responsabilidad funcional de todo el directorio del Central: desde el síndico Enrique Menem hasta una persona que pasó hace 20 días del sillón del directorio al de Patagon, violando la Ley de Etica Pública. Me refiero a Javier Bolzico. Todo el directorio sabía que antes de la corrida de depósitos de la que habla Pou para justificar la caída del República, ese banco ya había sido calificado Camel 4 y que su estructura de depósitos dependía de off shores que fueron las primeras en retirarlos. Cuando el BCRA informa al Congreso en los términos en que lo hace es porque ha comprado el argumento conspirativo de Moneta: que a los bancos de este señor lo tiraron los periodistas judíos y los legisladores asociados con un juez para extorsionar a la provincia. Porque hay que decirlo con todas las letras. No sólo nos han atacado a mí y al juez: hay un ejército de abogados querellando a periodistas indóciles que no forman parte de “la cadena de la felicidad”.
–¿Qué opina de la respuesta del gobierno?
–A mí lo que me llama la atención es la dualidad en los mensajes de Machinea y de Colombo. En noviembre, cuando el país se quedó sin financiamiento en 24 horas, dijeron que habíamos padecido un golpe especulativo del mercado, que éramos rehenes de golpes como ése que había llevado a 1000 el riesgo país, obligando a tomar dinero al 24 por ciento anual. ¿Esos son los mismos Machinea y Colombo que hoy desestiman a quienes le ponen nombre y apellido a lo que ellos denunciaron en noviembre? Se podrá decir desde la tapa de Ambito Financiero que esta investigación es producto de la insidia de la izquierda o del progresismo ideológico de algunos diputados. En mi caso, me siento fuera de todasospecha: soy liberal y miembro de un partido conservador de más de cien años. Pero me hago las mismas preguntas. Esto no es capitalismo de competencia sino capitalismo prebendario. El capital financiero es el único que ha acumulado ganancias en un país que se ha achicado. Hay sectores que están pidiendo que no se siga adelante porque amenaza el sistema. Quiero que me expliquen si es que el negocio de la droga, el contrabando de oro, de armas, los secuestros extorsivos, la evasión impositiva, alimentan o no el sistema financiero argentino.
–¿Habrá un antes y un después del informe del senado americano?
–El después lo estamos viviendo ya. Hace un año no estaba reglamentada la ley antilavado y lo hicieron en 24 horas; no estaba la Unidad de Inteligencia Financiera y lo hicieron en 48; no se había integrado la bicameral de seguimiento del Banco Central y ya se ha constituído y se le ha dado un reglamento. Tampoco se discutía si había bancos metidos en actividades ilícitas y se ha demostrado que, por lo menos dos, lo hacen; el periodismo casi no escribía sobre esto y hoy es tema de tapa; discutieron en público el presidente del Banco Central y el presidente del Citibank de Argentina; los banqueros tienen que ir a hablar con el presidente a Olivos y no en un cocktail; se ha desnudado la figura de Moneta, que es el patovica del sistema financiero. Todo esto ha pasado y ya es un éxito. En síntesis, se ha construído una masa crítica de la que no se puede volver. Estos delitos son como los vampiros: sólo se termina con ellos si les echamos luz.

 

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