Por Eduardo Tagliaferro
La diputada Elisa Carrió
recibe a Página/12 en su departamento porteño, un virtual
centro de operaciones. Hay que romper el pacto de impunidad,
afirma mientras suenan celulares, teléfonos fijos y timbres.
¿Por qué dijo que Pedro Pou es un delincuente?
Independientemente de lo que se va a demostrar en el tema de lavado
de dinero, hay muchas causas que muestran a Pou como una persona que ha
cometido delitos. Hoy es una persona procesada en el caso del Banco Basel,
en el caso Feigin hay que fijarse en lo que dice el juez federal de Córdoba
respecto de Alí Babá y los cuarenta ladrones y la falta
de controles del Banco Central. Hay que leer el expediente del Banco de
Crédito Provincial. Hay que investigar lo que pasó en el
Exprinter: las autoridades de control del lavado de dinero no dicen solo
que hay operaciones sospechosas sino que el banco en sí mismo era
sospechoso. Y a pesar de esta circunstancia al Exprinter le otorgaron
la privatización del Banco de San Luis. Sigo: hay que analizar
el caso del Banco Almafuerte, donde hay una cuenta sospechosa que a su
vez tiene una empresa en Panamá y resulta que quien abre la cuenta
es el propio síndico del banco. Además está la garantía
que Pou les otorgó a todas las operaciones sospechosas del Banco
República.
¿Por qué lo hizo?
Si uno hace el cruce entre todos los bancos nos vamos a dar cuenta
de que el República es también el Federal Bank, pero también
tiene que ver con el Feigin y con operaciones cruzadas del Macro. Acá
hay una cadena de la felicidad asegurada por la falta de controles de
un Presidente del Banco Central y su directorio. Al no haber política
monetaria su función era exclusivamente el control de las operaciones
bancarias.
¿Detrás de ese listado de bancos está el poder
político de la última década?
Lo que yo llamo enclave mafioso es un sistema de corrupción
privada con complicidad política y estatal. Al igual que en la
década del `70 el problema no es el delito, el problema es la existencia
de un Estado que no combate el delito.
¿Por qué no lo combate?
O bien es cómplice y participa del negocio, o es un empleado
de esos grupos.
El Gobierno le reclama las pruebas que involucran a Pou con maniobras
dolosas. ¿Usted tiene pruebas?
Las pruebas que comprometen a Pou están en la Argentina.
Estoy cansada de que todo el mundo pida pruebas y nadie se haya puesto
a leer los informes del Banco República y luego haya visto qué
hizo el Banco Central con esos informes. Si en la Argentina nadie los
lee es porque no los quieren leer. No esperen las pruebas de los Estados
Unidos. A ellos les interesa el Citibank de Nueva York.
¿Entonces cuál fue el objetivo del Gobierno al pedirle
a usted las pruebas?
Cuando el Gobierno me preguntó, yo dije: No hagan una
denuncia porque ya hay una causa que tiene el fiscal Guillermo Montenegro.
Acaban de rechazar por inocua la denuncia del Gobierno. Es un papelón,
pero se los advertí. Lo que tendrían que haber hecho es
ir al expediente `Raúl Moneta sobre asociación ilícita,
pedir todos los informes del Banco República y leerlos. Cuando
el jefe de gabinete (Chrystian Colombo) me provocó diciendo aporte
pruebas, yo le dije: Señor, usted es jefe de Gabinete y no
sabe buscar las pruebas utilizando los mecanismos del Estado. Yo
no tengo problemas en alcanzarles las fotocopias. Pero no quiero hacerlo.
Quiero que al menos se tomen el trabajo de ir a realizar fotocopias. No
jueguen a la verdad, busquen la verdad. Estoy convencida de que muchos
juegan a la verdad y no quieren encontrarla. Porque la verdad implica
demasiado. Igual, el gobierno no es un paquete. Por ejemplo el ministro
de Justicia, Jorge de la Rúa, está trabajando seriamente
en este tema. Unacosa es de la Rúa, otra es Colombo, otra es Horacio
Jaunarena. Hay sectores que apoyan claramente la investigación.
¿Es posible encontrar la verdad a través de la comisión
bicameral que investiga el comportamiento de Pou?
Hay dos comisiones. Una es la bicameral que investiga a Pou. Otra
es la que vamos a formar en diputados. Comisión que entre otros
temas dictará una buena ley anticorrupción que contemple
todos estos aspectos, incluso la figura del encubrimiento que tiene que
ver con el lavado de dinero.
¿Y en la bicameral es posible encontrar la verdad?
Deseo profundamente que la verdad se encuentre en un lugar institucional.
Deseo que la política se reivindique en el parlamento argentino.
Si no se dan las condiciones de transparencia, vamos a informar públicamente
desde otro lugar.
¿Por qué usted y Gustavo Gutiérrez recurrieron
al Senado norteamericano?
Una denuncia acá hubiera sido parada por el aparato de impunidad.
Si con la conclusión de una investigación en los Estados
Unidos el aparato de impunidad sigue en pie, se imagina lo que hubiera
sido con una denuncia de dos diputados contra todo ese aparato. Acá
no hay República, aunque algunos parezcan republicanos.
Pero hubo un Banco República. ¿Hay otro poder detrás
de Moneta?
Estoy convencida de que Moneta es un testaferro latinoamericano,
desesperado y loco. Fue el banquero del menemismo, pero también
fue el banquero del Citibank.
¿Con protección del poder político?
Hoy no está protegido por nadie. En este momento cada uno
se está protegiendo a sí mismo.
¿Cómo evalúa la actuación del Consejo
de la Magistratura cuando le promueve juicio político al juez mendocino
Luis Leiva?
Leiva tiene varias causas. Si por algo no puede ser acusado es por
la del Banco de Mendoza. El Consejo de la Magistratura tiene el caso del
juez Roberto Marquevich con Alfredo Yabrán y este expediente está
dormido. Que el impulso se lo hayan dado al caso de Leiva con Moneta está
hablando a las claras de un tratamiento desigual en los temas. El Consejo
no debería decidir como parte de una estrategia cuasi mafiosa de
Moneta.
¿Por qué el gobierno no exhibe la voluntad que usted
le reclama?
La comisión debería haber funcionado desde hace muchísimo
tiempo. Si bien a mí me acusan de instalar este tema, lo que forzó
la comisión fue el informe norteamericano. En buena hora. En segundo
término considero que se tiene que investigar por delito. La comisión
debe expedirse porque la renuncia blanquea al acusado. Un presidente del
BCRA destituido por la comisión de delitos nunca más volverá
a ser nada. En cambio los que renuncian lo atribuyen a motivos políticos
y seguro que más tarde vuelven como ministros de Economía.
El caso más grave es el de Javier Bolzico. Un hombre absolutamente
comprometido que se fue sigilosamente en enero pasado.
¿Por qué le preocupa?
Porque era la mano derecha de Pou, miembro del directorio y quizás
uno de los más complicados en el affaire.
Pou dijo que lavado de dinero es solo el de la droga. Dejó
afuera el dinero que puede venir de la corrupción. ¿Cuál
es su opinión?
Está marcando una estrategia defensiva, en la que posteriormente
pueda decir que no es lavador porque no tiene compromisos con el dinero
del narcotráfico. Internamente el Banco Central cuenta con normas
sobre el lavado desde hace mucho tiempo. Normas que por supuesto han sido
violadas. Fuera de los órganos internos del BCRA el único
delito penado es el de narcotráfico. Esto no significa que no haya
otra figura penal para el mismo hecho: encubrimiento. Si alguien evade
impuestos y usted garantiza la evasión, usted es encubridor del
evasor. No importa la palabra que me nombra si es único y
uno el anatema, decía Jorge Luis Borges.
¿El Banco Macro aparece vinculado a maniobras dudosas con
el Banco República?
El Macro tiene muchas vinculaciones con el República. Hay
algo que tiene que quedar en claro: acá la lucha no es política.
La verdad y la justicia suponen que si hay que juzgar a íntimos
amigos de toda la vida hay que hacerlo. Esto es transversal.
¿Qué se puede esperar de la segunda parte del informe
norteamericano?
Los americanos no están preocupados por los argentinos. Están
preocupados por el Citibank de Nueva York. El informe va a versar sobre
las irregularidades del City en relación con los bancos argentinos.
Lo que nosotros tenemos que hacer después es investigar la actuación
de los argentinos y los bancos argentinos. Nadie crea que en Estados Unidos
Pou es importante.
¿Qué aportará a la comisión bicameral?
Voy a llevar el listado de causas. Voy a colaborar con la comisión
porque sus miembros tienen que entrar en tema. Hay un listado de 20 causas
penales abiertas donde podrán obtener información.
¿Para usted cómo actúo Pou?
Encubriendo.
RODRIGUEZ
LARRETA DESCRIBE EL CLIMA EN WALL STREET
El tema Pou no los inquieta
Por Martín
Granovsky
Lo que preocupa de la
Argentina fuera de la Argentina no es la salida de Pedro Pou sino las
diferencias políticas internas, problemas como Turquía y
la recesión, resumió a Página/12 el consultor
Horacio Rodríguez Larreta tras una breve gira de contactos con
bancos de inversión en Nueva York.
Rodríguez Larreta no es un izquierdista que reclama la estatización
de la banca: empresario y ex funcionario, padre del ex interventor del
PAMI y de un directivo del grupo IRSA, representa en la Argentina al grupo
The Economist, vinculado con el semanario más influyente del mundo
en los círculos de negocios.
¿A quiénes vio en Nueva York?
Cada febrero hago una recorrida, y vi directivos de bancos de inversión
como Merryl Lynch, Leman Brothers y J.P. Morgan. Son instituciones muy
importantes, porque los bancos de inversión son los habituales
oferentes de financiamiento para la Argentina y por eso siguen muy de
cerca nuestra realidad.
¿Están preocupados por las investigaciones de la comisión
bicameral sobre Pedro Pou?
No. Nadie me dijo que la investigación que se lleva a cabo
en la Argentina pueda producir algún tipo de remezón en
la actividad financiera.
¿Pero hablaron específicamente de la cuestión
del lavado y sobre Pou?
Claro, y no plantearon motivos de preocupación sino al contrario:
a todos les pareció más que saludable la depuración
de fondos constituidos por dinero de origen indebido. Y lo entiendo inclusive
desde su propio interés, porque así eliminan la competencia
del dinero negro. Es como cuando un industrial pide combatir el contrabando.
¿El tema fueron los narcodólares o el lavado de fondos
negros de cualquier origen?
Tanto los dólares del narcotráfico como los del lavado
son una competencia desleal a los que proveen financiamiento legítimo.
¿Qué le preguntaron los directivos de los bancos de
inversión a usted?
En el orden externo se fijaron en la debilidad de un mercado vulnerable
ante crisis como la turca, en la no apreciación del euro y en la
posibilidad del rebrote de la aftosa. En lo interno quisieron saber en
qué estado se encuentran las desavenencias políticas en
la Alianza, qué puede pasar en las próximas elecciones y
sobre todo qué efecto tendrá la persistencia y la pertinacia
de la recesión. Este punto es clave: sin crecer no habrá
posibilidades de financiamiento. No se puede vivir tanto tiempo en recesión.
¿Que no asuste a Wall Street la investigación de Pou
implica que no les interesa el tema?
No. Significa que no los inquieta salvo que el Presidente saque
a Pou y designe a Drácula. Mire, francamente mis interlocutores
se preocuparían más si el gobierno despidiera a Daniel Marx
como secretario de Finanzas. Con él negocian en términos
que para ellos son previsibles. Además, si la convertibilidad dependiera
de Pou eso supondría que la convertibilidad está extraordinariamente
débil. Un ejecutivo de Merryl Lynch usó una palabra para
definir qué pasaría si la Argentina basara toda la estabilidad
del uno a uno y la solidez bancaria y monetaria en Pou. ¿Sabe cuál
fue? Atrocity. Ni más ni manos: sería una atrocidad.
El
banquero Raúl Moneta es el
Chirolita de un sistema aterrado
Explicación: �Moneta defiende lo que no es de él. Por
eso esta acción desesperada. Bueno, en realidad, es un sistema
el que se defiende a través de él.
Gustavo
Gutiérrez, diputado nacional por el Partido Demócrata
mendocino.
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Por Susana Viau
Cuando el diputado Gustavo Gutiérrez,
con el soporte del contador Luis Balaguer, comenzó a monitorear
el funcionamiento de los dos bancos de la provincia de Mendoza, no podía
calcular que una década después el resultado de ese trabajo
iba a dar pie a una investigación internacional. Y mucho menos
que, con la incorporación de la radical Elisa Carrió, los
dossiers harían detonar un escándalo político-financiero
de repercusiones incalculables.
Hoy llegará a la comisión bicameral del Congreso encargada
de determinar si Pedro Pou continúa o no en su puesto de titular
del Banco Central el informe que Carrió y Gutiérrez presentaron
ante el Senado americano. A fin de mes, el subcomité que preside
el demócrata Carl Levin hará público el balance final,
construido sobre 14 casos exponenciales de lavado de dinero. Uno de ellos,
dedicado a las operaciones que se llevaron a cabo entre el Banco República
(propiedad de Raúl Moneta), el Federal Bank de Bahamas y el Citibank
de Nueva York, consumirá por sí solo una de las tres audiencias
públicas a realizarse en Washington. El caso, dice Gutiérrez,
es una radiografía de la Argentina de los 90.
¿Han desatado el paquete del mayor escándalo financiero
de la década?
Sin duda. No ha habido otro de más importancia, en magnitud
y en ramificaciones políticas. Afecta a la médula del funcionamiento
de la Argentina de los 90. Hasta la desregulación, el mercado
financiero marginal operaba en cuevas o mesas de dinero. Luego,
los operadores de esas mesas, como Raúl Moneta, pasaron a ser banqueros.
Con la cobertura de un banco hicieron lo mismo que antes hacían
desde las cuevas. Así como nadie puede negar que durante
el gobierno de Alfonsín los negocios se hicieron con las devaluaciones
y el control de cambios, en los 90 los grandes negocios pasaron
a hacerse con la capitalización de títulos de deuda. Mientras
otros países trataron de rescatar esos papeles, Argentina utilizó
el sistema de capitalización para la venta de empresas públicas:
quien tenía un papel que costaba 16 pesos lo entregaba por 100.
Es el caso del Citibank.
Pero para esas fechas el Citibank estaba en dificultades...
Estaba en serios problemas, consiguió una dispensa del organismo
rector estadounidense para transformar esos títulos en activos
y en consecuencia apareció el CEI, que controló Altos Hornos
Zapla, Frigorífico Rioplatense, fue accionista de Telefónica
de Argentina, de Telecom, y después se lanzó furiosamente
a la compra de medios como brazo comunicacional del grupo: Azul, Telefé,
Atlántida, CVN, Radio Continental, participación en Torneos
& Competencias. Las caras visibles de esa operación fueron
Richard Handley, el número 1 del Citicorp, John Reed, y Moneta,
quien después de unos pases accionarios terminó siendo presidente
y principal accionista del CEI. Las normas bancarias de Estados Unidos
obligaron al Citibank a colocar parte de sus activos en cabeza de Moneta
y su banco fue una segunda marca del Citi. Esta es, en definitiva, la
versión simplificada de una operación de alta complejidad
financiera. La investigación del senador Carl Levin toma la punta
del hilo la relación entre el Federal Bank y el Citibank
de Nueva York, y desnuda una red financiera de poder económico
y político que sintetiza los 90 en Argentina.
¿Cuáles fueron los pilares de su investigación?
Uno fue cómo se anuló la investigación iniciada
en el juzgado federal 1 de Mendoza, por la caída del Banco Mendoza.
El aparato judicial actuó no sólo para anular la investigación
sino para destruir al juez que la llevaba adelante. El otro ocurrió
dentro del Banco Central, donde la línea técnico-profesional
detectó las inusuales operaciones del grupo República con
el Federal Bank y sociedades uruguayas y recién en el año
2000, por la fuerte presión que impusimos llevando este informe
a Estados Unidos, decidieron darle traslado a la Justicia. Ahí
no había un juez para destruir, pero trataron de hacerlo con el
personal técnico. Estas dos vertientes fueron las que presentamos
con Carrió al Senado americano y conlas que logramos sentar al
Citibank Nueva York para que explique quién es este famoso Federal
Bank del que Moneta niega la propiedad. Como si fuera poco, ya en el 98
los técnicos del BCRA se sorprendían al saber que el República
declaraba como actividad extrabancaria el alquiler de inmuebles al Citi,
comisiones cobradas al Federal Bank y, como suprema curiosidad, honorarios
cobrados a Telefónica por el estudio del rebalanceo de las tarifas
en Argentina. El controvertido fallo de la Corte, que ratificó
este controvertido rebalanceo, sospecho que tiene vinculación con
este controvertido honorario pagado al República para que asesorara
en el tema.
¿Por qué esta investigación levantó
tantos y tan fuertes temores?
Muchos creían que se estaba ante una red infranqueable. Esta
modestísima investigación solitaria que iniciamos con Carrió
muestra que había fisuras. Por eso hemos pedido al Consejo de la
Magistratura que observe las conductas de los jueces federales Gustavo
Literas y Carlos Liporaci y de los camaristas Luisa Riva Aramayo y Horacio
Vigliani. No descartamos hacerlo también con los miembros de la
Corte que han sido funcionales a esta operación. También
hay que anotar en esa cuenta la inacción del Congreso. Ahora hay
muchos interesados porque la cuestión se trata en Estados Unidos.
La estrategia defensiva de Moneta hace eje en el juez Leiva, en
usted y, ahora, en Carlos Balter.
Es una estrategia de testigos plantados, videos de origen incierto,
autodenuncias, utilización de personas marginales que dan testimonios
presuntamente incriminatorios. Es el ataque de una persona que se está
jugando la vida. Está defendiendo lo que no es de él. Por
eso se está jugando la vida, por eso esta acción desesperada.
Bueno, en realidad, es un sistema el que se defiende a través de
él. Moneta es el Chirolita de un sistema aterrado.
Otro capítulo decisivo será el del 28, cuando el pleno
del Consejo de la Magistratura resuelva si destituye a Leiva o desestima
la acusación.
En toda esta pelea, los que quedan en observación son los
miembros del Consejo. No pueden desconocer que están jugando un
partido en el que se está a favor de la verdad y de la justicia
o a favor de Moneta.
¿Qué papel ha desempeñado Pedro Pou?
Carrió y yo hemos sido parcos en la calificación ideológica
o política de Pou. Hablamos de la responsabilidad funcional de
todo el directorio del Central: desde el síndico Enrique Menem
hasta una persona que pasó hace 20 días del sillón
del directorio al de Patagon, violando la Ley de Etica Pública.
Me refiero a Javier Bolzico. Todo el directorio sabía que antes
de la corrida de depósitos de la que habla Pou para justificar
la caída del República, ese banco ya había sido calificado
Camel 4 y que su estructura de depósitos dependía de off
shores que fueron las primeras en retirarlos. Cuando el BCRA informa al
Congreso en los términos en que lo hace es porque ha comprado el
argumento conspirativo de Moneta: que a los bancos de este señor
lo tiraron los periodistas judíos y los legisladores asociados
con un juez para extorsionar a la provincia. Porque hay que decirlo con
todas las letras. No sólo nos han atacado a mí y al juez:
hay un ejército de abogados querellando a periodistas indóciles
que no forman parte de la cadena de la felicidad.
¿Qué opina de la respuesta del gobierno?
A mí lo que me llama la atención es la dualidad en
los mensajes de Machinea y de Colombo. En noviembre, cuando el país
se quedó sin financiamiento en 24 horas, dijeron que habíamos
padecido un golpe especulativo del mercado, que éramos rehenes
de golpes como ése que había llevado a 1000 el riesgo país,
obligando a tomar dinero al 24 por ciento anual. ¿Esos son los
mismos Machinea y Colombo que hoy desestiman a quienes le ponen nombre
y apellido a lo que ellos denunciaron en noviembre? Se podrá decir
desde la tapa de Ambito Financiero que esta investigación es producto
de la insidia de la izquierda o del progresismo ideológico de algunos
diputados. En mi caso, me siento fuera de todasospecha: soy liberal y
miembro de un partido conservador de más de cien años. Pero
me hago las mismas preguntas. Esto no es capitalismo de competencia sino
capitalismo prebendario. El capital financiero es el único que
ha acumulado ganancias en un país que se ha achicado. Hay sectores
que están pidiendo que no se siga adelante porque amenaza el sistema.
Quiero que me expliquen si es que el negocio de la droga, el contrabando
de oro, de armas, los secuestros extorsivos, la evasión impositiva,
alimentan o no el sistema financiero argentino.
¿Habrá un antes y un después del informe del
senado americano?
El después lo estamos viviendo ya. Hace un año no
estaba reglamentada la ley antilavado y lo hicieron en 24 horas; no estaba
la Unidad de Inteligencia Financiera y lo hicieron en 48; no se había
integrado la bicameral de seguimiento del Banco Central y ya se ha constituído
y se le ha dado un reglamento. Tampoco se discutía si había
bancos metidos en actividades ilícitas y se ha demostrado que,
por lo menos dos, lo hacen; el periodismo casi no escribía sobre
esto y hoy es tema de tapa; discutieron en público el presidente
del Banco Central y el presidente del Citibank de Argentina; los banqueros
tienen que ir a hablar con el presidente a Olivos y no en un cocktail;
se ha desnudado la figura de Moneta, que es el patovica del sistema financiero.
Todo esto ha pasado y ya es un éxito. En síntesis, se ha
construído una masa crítica de la que no se puede volver.
Estos delitos son como los vampiros: sólo se termina con ellos
si les echamos luz.
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