Por Nora Veiras
La maestra tipo es mujer, tiene
entre 25 y 45 años. Cuatro de cada diez son jefas de hogar y la
mitad está por debajo de la línea de pobreza. Ya no
sólo hay que hablar de escuelas pobres con alumnos pobres sino
de docentes pobres. Esto muestra que el sistema educativo argentino perdió
la cualidad de ser un instrumento de promoción social, sintetizó
la titular de la Federación de Trabajadores de la Educación
(Ctera), Marta Maffei, al presentar el resultado de la encuesta nacional
realizada por el gremio. El dato evidencia que la escuela está
lejos de ser una excepción en el deterioro social pero sus implicancias
son más graves: la función docente es la formación
de nuevas generaciones y las carencias socioeconómicas no hacen
más que retroalimentar las carencias culturales. Un cálculo
a grosso modo implica que sobre un total de 600 mil docentes, 120 mil
viven en condiciones precarias y le dan clase a más de 3 millones
de alumnos.
La idea tranquilizadora que manejan las autoridades, en el sentido
de que metemos a los chicos en el sistema educativo y rompemos el circuito
de pobreza intergeneracional, ya no es así. El mecanismo de transmisión
está metido adentro de la misma escuela, señaló
el sociólogo Artemio López de la consultora Equis, que realizó
el procesamiento de los 3030 formularios seleccionados sobre un total
de casi 30 mil encuestas realizadas desde el Instituto de Investigaciones
Pedagógicas Marina Vilte de Ctera.
La mitad de los docentes cobra menos de 500 pesos por mes y en regiones
más postergadas como el noreste son siete de cada diez maestros
los que no llegan a esa cifra. Para calcular el límite de la línea
de pobreza se toma como media nacional un ingreso mensual de 120 pesos
por persona. Ese piso se eleva un 30 por ciento en la Patagonia y decrece
ese mismo porcentaje en el noreste y noroeste. López explicó
que no hay diferencias entre la sociedad y el maestro, no hay un
cerco de goma que los haya protegido de la decadencia de los sectores
medios. En el total de la población, en el 30 por ciento de los
hogares están al frente mujeres y la mitad de los trabajadores
ganan menos de 410 pesos.
Más allá del perfil socieconómico de los maestros
y profesores, la consulta indagó sobre las condiciones laborales
y las consecuencias de la reforma educativa aplicada en varias provincias
a partir de la sanción de la Ley Federal de Educación en
1993.
El 46,6 por ciento de los maestros trabaja en escuelas de más de
500 alumnos, consideradas no recomendadas según la OIT y la Unesco.
Un 18 por ciento lo hace en escuelas de más de 1000 alumnos, las
más riesgosas e insalubres.
El 61,9 por ciento de las escuelas
no tiene computadoras a disposición de los docentes.
El 58,9 por ciento no tiene
computadoras disponibles para los alumnos.
El 91,2 por ciento no tiene
ni e-mail ni Internet para docentes.
El 91,5 por ciento no tiene Internet para alumnos.
El perfeccionamiento y la actualización docente es otro de los
ítems destacados de la encuesta:
El 88 por ciento dice capacitarse
por crecimiento profesional. El 85 por ciento para mejorar la enseñanza,
un 69 por ciento por las exigencias del sistema y un 59 por ciento por
la necesidad de mejorar el puntaje.
El 50,7 por ciento encuentra
dificultades importantes para acceder a la formación especialmente
por sus condiciones económicas y laborales (50,7 por ciento por
falta de dinero para pagar los aranceles, un 41,9 por ciento por falta
de tiempo institucional, un 39,9 por ciento por falta de dinero para viajes
y un 30 por ciento por falta de ofertas).
La consulta es lapidaria en torno de los resultados alcanzados en las
jurisdicciones donde se puso en práctica la reforma educativa:
para el 65 por ciento no mejoró el proceso de enseñanza-aprendizaje;
para el 72 por ciento empeoraron o no mejoraron las condiciones de trabajo
docente. Casi siete de cada diez maestros asegura que no fue consultado
en laelaboración de los nuevos currículum. Poco más
de la mitad dice que usa mucho el documento de los Contenidos Básicos
Comunes pero el 65 por ciento expresa que no sirvió para mejorar
la enseñanza. Sólo el 22 por ciento asegura que son muy
utilizados los currículum provinciales. La conclusión del
informe es que el currículum fue centralizado nacionalmente,
sin participación de los docentes, es muy utilizado y no mejora
la enseñanza. En el mismo sentido, los materiales más usados
son aquellos a los que acceden en forma gratuita como los distribuidos
por las autoridades o a través de las editoriales.
La evaluación es reconocida como un instrumento necesario por la
absoluta mayoría de los maestros. Sin embargo, casi seis de cada
diez está en desacuerdo con la evaluación docente que impulsaba
Educación durante la gestión del primer ministro de Educación
de la Alianza, Juan Llach. La mitad de los encuestados consideró
que apuntaba a establecer premios y castigos y a desprestigiarlos. Con
respecto a las pruebas estandarizadas para los estudiantes, el 55 por
ciento de los docentes estimó que los alumnos no se beneficiaron
con el resultado de esos operativos y casi la totalidad (93,8) dijo desconocer
qué hizo el Gobierno con los resultados.
Los dirigentes de la Ctera anunciaron que van a presentarle al Ministerio
de Educación diez o doce propuestas para empezar a revertir
esta situación. Maffei dijo que el Gobierno tiene que
desarrollar una política activa para lograr la unidad del sistema
que no es la homogeneidad pero no puede ser que por un lado esté
el Colegio Nacional de Buenos Aires y que a diez cuadras, en otra escuela,
la diferencia de contenidos sea abismal.
El empobrecimiento docente reforzado por las brechas regionales son ya
una tragedia. En cualquier caso, los remedios requerirán un largo
tratamiento que trascienden en mucho las posibilidades del sistema educativo.
La voz del ministerio
El Ministerio de Educación dijo que no conoce cómo
se hizo la encuesta, pero evitó entrar en polémica.
De cualquier forma estos datos confirman la necesidad de definir
una nueva carrera docente, estimó el viceministro de
Educación, Andrés Delich, y anunció que este
trabajo junto con el que encargamos nosotros para indagar sobre
el perfil de los maestros y profesores va a contribuir para abrir
el debate sobre el futuro docente.
A fines del año pasado, la cartera educativa firmó
un convenio con el Instituto de Investigación y Planificación
Educativa (IIPE) dependiente de la Unesco para definir cómo
son los maestros. El estudio apunta a profundizar los niveles de
formación y, sobre todo, los consumos culturales de los trabajadores
de la educación.
El Ministerio de Educación está analizando los informes
coordinados por el pedagogo Juan Carlos Tedesco y el sociólogo
Emilio Tenti Fanfani. Todavía no definió ni cómo
ni cuándo los difundirá.
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La
lenta cuenta regresiva del incentivo docente
Por
N.V
Hablamos
todos los días con el ministro (Hugo Juri), dijo la titular
de la Ctera, Marta Maffei. El motivo del diálogo no es otro que
las dificultades para disponer de la partida que permita el pago de la
cuota de 180 pesos del incentivo salarial docente antes del comienzo de
las clases. Anoche, el gremio esperaba una respuesta del jefe de Gabinete,
Chrystian Colombo, para saber si Economía habilitará la
partida de 160 millones de pesos necesarios para abonar la mitad de la
cuota correspondiente al segundo semestre del 2000. Si no se paga,
probablemente habrá paro, advirtió Maffei. El congreso
del gremio se reúne el viernes próximo.
El año pasado los maestros firmaron un cronograma de pago con el
ex ministro de Educación, Juan Llach, para garantizar el cumplimiento
de esa promesa que permitió el levantamiento de la Carpa Blanca
después de más de 1000 días. Sin embargo, la disponibilidad
de fondos siempre se retrasó y este verano parece no ser la excepción.
El ministro Hugo Juri le pidió colaboración a los diputados
de la Alianza para persuadir al Gobierno y conseguir a tiempo
los recursos. De los 160 millones necesarios, Economía dice que
tiene dificultades para habilitar entre 30 y 50 millones antes de abril.
No sé, consigan un préstamo del Banco Nación,
nosotros pagamos los intereses pero esto hay que pagarlo, se exaltó
un funcionario de Educación ante la intransigencia de Economía
que desataría una protesta en el frente escolar.
La dirigencia de Ctera decidió hablar con todos: se entrevistaron
con las ministras de Desarrollo Social, Graciela Fernández Meijide,
y de Trabajo, Patricia Bullrich. El reclamo llegó al presidente
Fernando de la Rúa quien le pidió a Colombo que tratara
de desactivar ese conflicto. La garantía del Tesoro nacional para
abonar el incentivo de 360 pesos por semestre le permitió a la
Alianza el levantamiento de la Carpa Blanca, uno de los pocos logros de
su gestión.
El acuerdo para que las provincias más postergadas salarialmente,
como Misiones, Corrientes, Chaco, Jujuy, Salta, Formosa, cobraran un 7
por ciento más sobre el acuerdo nacional para llegar a un piso
de 360 pesos de sueldo tampoco se cumplió. El Gobierno recortó
la partida asignada el año pasado y no le abonó la diferencia
a los profesores del nivel medio. Para este año se habían
previsto 20 millones de pesos más (de 660 a 680 millones) para
afrontar esa deuda pero Economía cercenó el incremento.
En el Palacio Sarmiento no saben ya qué hacer pero los Machineas
boys todavía no dieron el sí. El congreso de la Ctera sesiona
el viernes próximo y para el lunes siguiente está previsto
el comienzo del año escolar en la mayoría de las provincias.
NUMEROS
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40
por ciento de las maestras es jefa de hogar y tiene de 2 a 5
personas a cargo.
500
pesos es un ingreso mensual al que no llega la mitad
de los docentes.
88.2
por ciento de los docentes trabaja en escuelas sin
gimnasio.
41.7
por ciento se desempeña en establecimientos
sin biblioteca.
1000
alumnos tienen las escuelas donde trabaja el 18 por
ciento.
46.6
por ciento trabaja en escuelas no recomendadas por
la OIT y la Unesco.
90
por ciento o más de las escuelas
no tienen e-mail ni Internet.
72
por ciento considera que con la reforma su trabajo empeoró
o no mejoró.
69
por ciento cree que no mejoró la eliminación
del fracaso de los más pobres.
80.7
por ciento piensa que la enseñanza
mejora cooperando y no compitiendo.
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