El Gobierno inaugurará hoy una mesa de diálogo con empresarios
y sindicalistas con una agenda imprecisa, pero un objetivo claro: mostrar
una escena social en paz ante las turbulencias externas que amenazan con
poner en riesgo los supuestos efectos benéficos del blindaje. De
paso, gracias a la convocatoria, el Ejecutivo conseguirá un éxito
inmediato. Todo parece indicar que la CGT oficial de Rodolfo Daer levantará
el paro general del 1º y 2 de marzo anunciado en diciembre pasado,
tal vez una de las huelgas frustradas convocadas con mayor antelación
de la historia.
Presidencia seguía repartiendo anoche las invitaciones que incluyeron
a las uniones empresariales, industriales y pymes, junto a las tres centrales
sindicales. Sin embargo, ayer a la tarde, tanto el jefe del MTA, Hugo
Moyano, como el de la CTA, Víctor De Gennaro, adelantaron que no
participarían de la convocatoria hasta tanto el Gobierno no hiciera
gestos tales como derogar la Ley Laboral, anular el descuento a los empleados
públicos o parar los despidos en el PAMI. De cualquier forma, por
la noche, De Gennaro aclaraba que en cuanto le llegara la invitación
la analizaría con la conducción de su central sindical antes
de tomar una determinación.
Según adelantaban en el Ministerio de Trabajo, los tres temas principales
a discutir en la reunión de hoy serán la forma de combatir
el empleo en negro, la reforma impositiva y la situación de los
inmigrantes ilegales. En la Jefatura de Gabinete explicaban que la mesa
no estaba pensada para que cada uno de los sectores participantes expusiera
su plan de gobierno o sus críticas a la gestión delarruista.
La intención es que se lleguen a acuerdos rápidos sobre
temas puntuales que se puedan poner en marcha en el Congreso. La reunión
se hará a las 18 en el Salón Norte de la Casa Rosada. Por
el lado del Gobierno participarán el presidente Fernando de la
Rúa, el jefe de Gabinete, Chrystian Colombo, el ministro de Economía,
José Luis Machinea, y la ministra de Trabajo, Patricia Bullrich.
Al llegar de visita a Comodoro Rivadavia, el Presidente hizo una curiosa
confirmación de su presencia en el encuentro. Si se organiza
estando yo en Buenos Aires, con mucho gusto asistiré, respondió.
De la Rúa fue bastante cristalino al referirse a los motivos del
reinicio del diálogo, una práctica que el Gobierno realizó
intermitentemente durante el año pasado con sectores sociales y
partidos políticos sin grandes resultados. A la Rosada le preocupan
algunos indicadores que mostrarían que el despegue económico
aún se demora y que los inversores se habrían comenzado
a inquietar respecto de la fortaleza del Gobierno para enfrentarse a nuevas
dificultades. Frente a esto, una nutrida convocatoria a empresarios y
sindicalistas en la Casa de Gobierno para conversar sobre temas concretos
de gestión mostraría una administración con mando
y proclive al diálogo.
Los mercados hoy están mejor, se esperanzó De
la Rúa. Nosotros estamos demostrando la fortaleza de nuestra
economía más allá del problema de Turquía,
eso servirá para apuntalar el crecimiento, agregó.
La crisis política turca que enfrentó al presidente
con el primer ministro aparentemente afectó el ánimo
de los inversores que asocian aquel país en vías de desarrollo
que hace poco también recibió un blindaje financiero con
la situación argentina.
Por la noche, en Trabajo, la ministra Bullrich continuaba reunida con
Daer, el mercantil Armando Cavalieri y el lucifercista Oscar Lescano,
con el ánimo de consensuar la agenda para hoy y arreglar el levantamiento
de la medida de fuerza convocada hace dos meses por la central sindical
oficial. Por la mañana, Daer ya había antepuesto la convocatoria
al diálogo social como condición para que no se hiciera
el paro, al que, por otra parte, tanto Moyano como De Gennaro habían
adelantado que no adhirirían. Daer explicó ayer mismo que
su paro era para exigir un salario mínimo de 500 pesos y la derogación
de los decretos que el Presidente firmó a fin del año pasado.
Aunque De la Rúa no cumpliera con esas doscosas, Daer prometió
llevar la propuesta oficial al plenario sindical del lunes que viene.
FERNANDEZ
MEIJIDE CRUZO A PERONISTAS Y SINDICALISTAS
Fue una operación política
Aunque en un principio minimizó
su impacto, el Gobierno no pudo ocultar su preocupación por la
marcha de los desocupados de La Matanza que anteayer se concentraron frente
al Ministerio de Trabajo. Este año, el Gobierno prepara una
respuesta rápida en lo social, fue la respuesta que ayer
entregó la ministra de Desarrollo Social, Graciela Fernández
Meijide, saliendo al cruce a las protestas sociales.
Tras un año de gestión y mientras se discute la formación
de una Agencia que unifique todos los planes sociales que implica una
crítica implícita a la política del actual Gobierno
en esa área, Fernández Meijide interpretó que la
marcha de La Matanza fue una operación política
en la que está la mano del gobierno bonaerense.
No se puede pedir el cambio de modelo en la puerta del Ministerio
de Trabajo, mientras están arreglando las listas de candidatos
con el poder político bonaerense para confrontar electoralmente,
sostuvo la titular de la cartera social a la agencia Télam. La
frepasista descalificó la protesta y aunque el titular de la CGT
disidente, Hugo Moyano, no participó de la misma, lo incluyó
entre sus promotores. Si esto no es una operación política,
¿me quieren decir qué es?, se preguntó luego
de referirse a una reunión, en la que supuestamente se discutieron
candidaturas para las próximas elecciones, y de la que participaron
los intendentes justicialistas de La Matanza, Alberto Balestrini; de La
Plata, Julio Alak y Moyano.
Se puso al frente de los piqueteros de La Matanza para atacar a
la Alianza, acusó al vicegobernador bonaerense, Felipe Solá,
a quien también imputó de haberla agredido gratuitamente.
En tono irónico sugirió una salida para el intendente matancero
y el gobernador bonaerense: Si Balestrini o Ruckauf se sienten desbordados
porque la crisis los supera, pueden venir a la Nación y acordar
(políticas comunes). Y redondeó su argumentación
con un razonamiento que le es habitual: El dinero del que dispone
la provincia de Buenos Aires y los fondos de coparticipación son
mucho más del que tengo yo para todo el país.
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