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AJUSTE A LA BAJA DE LOS PRONOSTICOS DE CRECIMIENTO
Una de miedo de origen turco

Con la nueva crisis, se volvieron a plantear los viejos temores. Los analistas privados ven cada vez más lejana la reactivación.

Cambio: Justo cuando en el equipo económico sobraba entusiasmo por la caída de las tasas a las que se refinanciaba la deuda, el escenario empezó a mutar.

Las convulsiones en Estambul reabrieron las dudas argentinas.

Por Claudio Zlotnik

¿Cómo impactará la crisis en Turquía en la economía argentina? ¿Se evaporaron los supuestos beneficios que dio el blindaje? ¿Corre riesgos la Convertibilidad? Estas son las preguntas de rigor que surgen tras la debacle en Estambul y su impacto, por ahora limitado a lo financiero, en los denominados países emergentes, como el argentino. José Luis Machinea ya salió a templar los ánimos. “El país está preparado” para soportar la tormenta, aseguró, haciendo un paréntesis en sus vacaciones en el sur. Pero un grupo de expertos consultados por Página/12 coincidió en que los argentinos tendrán que seguir esperando para notar una mejora económica. Incluso, algunos ya ajustaron a la baja los pronósticos de expansión para este año. Aunque, al mismo tiempo, los economistas descartaron la posibilidad de que la Argentina sea el próximo en devaluar.
Paradójicamente, la devaluación de la lira turca –del 31 por ciento en un solo día– llevó ayer un poco de calma a los mercados (ver nota aparte). Pero los especialistas creen que el “efecto anís” terminará perjudicando a la Argentina. Y estiman que la ya postergada recuperación económica seguirá demorándose, a pesar del optimismo del ministro de Economía.
Por ahora, la crisis turca se consumió buena parte de la mejora en el nivel de riesgo país que la Argentina había logrado durante enero, lo que a su vez dio lugar a un encarecimiento en los costos a los que toma prestado el Estado. Justo cuando en el equipo económico sobraba entusiasmo por la caída de las tasas a las que se refinanciaba la deuda y el relajamiento monetario en los Estados Unidos, de golpe, el escenario empezó a mutar. En Estados Unidos resurgió la inflación, y ya no es tan seguro que Alan Greenspan siga dándole buenas noticias a Machinea. Y, a su vez, la sacudida en Turquía puso en alerta rojo a los inversores internacionales respecto de los mercados emergentes. Ante el problema, la única respuesta que hasta ahora dio Economía fue pedir que los financistas no pusieran a todos los emergentes en la misma bolsa, un reclamo sintetizado en la aseveración de que “Argentina no es Turquía”.
Pero entre uno y otro país existen semejanzas difíciles de esconder. Como, por ejemplo, que ambos hayan recibido un salvataje multimillonario organizado por el FMI con una diferencia de días. “Bajo esta circunstancia, es muy difícil evitar el efecto contagio”, señaló a este diario Norberto Sosa, economista de la agencia bursátil Raymond James. En contraposición a lo que ocurre en Turquía, a favor de la Argentina juega la solidez de su sistema financiero.
De todos modos, la cuestión central es que ambos países están fuertemente endeudados, una característica que los hace muy dependientes de la entrada de capitales desde el exterior. En medio de las turbulencias, es esperable que esos fondos no se arrimen a la Argentina, en consecuencia no se produzca un fuerte descenso de las tasas de interés y, por ende, no se dibuje el círculo virtuoso con el que, sueña Machinea, logrará sacar a la Argentina de la recesión. “La recuperación se va a retrasar. Y si no se recuperan los títulos públicos, las tasas de interés volverán a recalentarse. La clave del impacto dependerá de la duración de la crisis”, sentenció Leonardo Bleger, economista jefe del Credicoop. El economista Marcelo Lascano también es pesimista. “En este contexto, no habrá salida de la recesión”, aseguró. Y culpó a la Convertibilidad por la falta de respuesta económica. “Hace años que vivimos en el quirófano; así no podemos seguir”, completó.
Martín Redrado, de la Fundación Capital, tuvo una mirada optimista sobre la crisis en Turquía. “Su resolución demandará, a lo sumo, un par de semanas”, señaló. Aunque, en diálogo con Página/12, añadió que el despegue económico “será lento”, al tiempo que criticó al Gobierno por exagerar las expectativas del blindaje. Lo cierto es que ante el giro en el contexto internacional, hay economistas que están afilando el lápiz para reducirlos pronósticos de crecimiento para el 2001. “Había consenso entre los analistas de que el PBI se expandiría 2 por ciento. Pero ahora no creo que supere el uno por ciento”, estimó Norberto Sosa a este diario.
Mientras tanto, en Economía prefieren apostar por un optimismo mesurado. “La reactivación viene”, dijo Machinea, aunque aclaró que nadie debe esperar un boom de la economía sino que la recuperación se dará “de manera gradual”. Lo cierto es que la crisis en Turquía y las dudas de que el Tío Alan baje la tasa en forma agresiva desnudaron las debilidades de la economía argentina, y vuelve a sembrar de sombras el sendero por el que transita. Otra vez, el principal esfuerzo del Gobierno está centrado en convencer a los inversores de que su capacidad de repago de la deuda está intacta, cuando los efectos del blindaje parecen haberse agotado. Después de un comienzo de año a puro gozo, Machinea se reencontró con los sinsabores.

 


 

LA ESPECULACION VOLVIO A GANAR
Con devaluar, bastaba

Los pronósticos se cumplieron. Los financistas le ganaron la pulseada al gobierno de Turquía y la corrida terminó en devaluación. La lira turca se depreció un 31 por ciento en un solo día, pasando de 685.000 a 991.660 unidades por dólar. Ante el hecho consumado, ayer los mercados operaron con subas: el índice de acciones líderes MerVal trepó 2,1 por ciento; los títulos públicos se apreciaron 0,5 por ciento en promedio y el riesgo país cayó 14 puntos, de 741 a 727.
“La situación era insostenible. La reacción fue positiva porque se presume que el Banco Central de Turquía dejará de perder divisas en defensa de la moneda”, señaló a este diario Hernán Fardi, de la consultora Maxinver. No obstante, en la city creen que la corrección bajista de los activos financieros continuará en los próximos días. “Turquía está fuera de control. Por lo menos cinco bancos quebrarán en las próximas horas. Se espera un nuevo acuerdo con el Fondo”, sintetizó en diálogo con este diario Ricardo Cavanagh, economista de Raymond James.
Las mejoras en el microcentro se correspondieron con subas en Brasil, donde las acciones ganaron 2 por ciento y el real se mantuvo en 2,04 unidades por dólar. En Wall Street, el Nasdaq (panel tecnológico) cayó 1,1 por ciento y llegó al mínimo en los últimos dos años, ante menores ganancias empresarias y la presunción de que la Fed no será tan agresivo en la baja de la tasa de interés.

 

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