Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira
KIOSCO12


PARA ALLEGADOS A LOS PEREL, EL VIAJE FUE INUSUAL
Con misterio rumbo a Cariló

Los íntimos de la pareja muerta dicen que era infrecuente en Perel una escapada de ese tipo. Llamativo silencio en la familia.

Familia: �Desde hace unos días no quieren hablar con nadie. O saben algo de lo que ocurrió o recibieron el famoso CD que Perel grabó en su computadora�.

Perel mismo bajó de Internet e imprimió datos sobre el apart-hotel.
Segundos después, imprimió también el mensaje final de la cabaña 32.

Por Raúl Kollmann y Cristian Alarcón

“El viaje a Cariló es extraño. Mariano Perel y Rosita estuvieron diez días en Acapulco; llegaron un miércoles y el viernes ambos se subieron a la camioneta para ir a Cariló. Esto es absolutamente inusual. Mariano era un workaholic –un trabajador compulsivo–, que jamás hizo una cosa así antes: tomarse una vacación después de otra. Tampoco eran una pareja que solía compartir tanto tiempo juntos.” Con estas palabras, dos allegados a los Perel describieron otro de los aspectos poco claros del caso. Estos amigos íntimos de la pareja sostienen que en los últimos tiempos Mariano insistía en que Rosita tenía una enfermedad incurable, leucemia, desmentida por los forenses, y que eso pudo tener importancia decisiva en lo sucedido, es decir que el propio Perel organizó la muerte de ambos, él por la catástrofe financiera que vivía y ella por su enfermedad. Otros allegados no comparten esta idea y creen que detrás de la trama sólo están los gravísimos problemas de Mariano, incluyendo algún intento de extorsión, bastante habitual en él.
Los allegados también perciben ahora algo extraño en la familia: “Desde hace unos días no quieren hablar con nadie. O saben algo de lo que ocurrió o recibieron el famoso CD que Perel grabó en su computadora o encontraron algún dato sobre seguros de vida”, le dijo a Página/12 uno de los hombres más cercanos a Rosita. Ayer, los investigadores dieron a conocer que se encontró, en uno de los vasos de la última cena, una huella digital que no corresponde a ninguno de los integrantes de la pareja. Podría ser de un tercero o de un policía descuidado. También se confirmó lo adelantado por Página/12: el mensaje final fue impreso en la empresa en la que trabajaba Perel.
A casi tres semanas de la muerte de los Perel, allegados y amigos no descartan ninguna de las hipótesis:
u Que actuó un asesino profesional contratado por alguno de los enemigos del financista.
u Que el propio Perel contrató a un asesino profesional para matarlos y simular así un homicidio, tal vez para cobrar un seguro de vida o para dejar el camino a un juicio al Citigroup, para el cual trabajaba.
u Que Perel le pegó un tiro en la nuca a su esposa y después se suicidó, también con un tiro en la nuca.
“Estos viajes de Mariano y Rosita son más que raros –insisten los allegados–. El era hiperquinético, eran contados los momentos en los que paraba de trabajar y eso de tomarse dos vacaciones seguidas es poco creíble. En México se le cayó una operación que estaba intentando y, con la total asfixia económica que tenía, no hay explicación para ese viaje de relax a Cariló. O estaba huyendo o se estaba despidiendo. La verdad, me los imagino decidiendo un pacto suicida en Acapulco.”
Todos los amigos coinciden: en las últimas semanas insistía una y otra vez con el cáncer de Rosita. “Me lo dijo unas 15 veces”, le aseguró a este diario un compañero de emprendimientos. “De todas maneras, eso no significa nada porque era una especie de hipocondríaco. Jonathan (el hijo) se desmayó en Nueva York y ya estaba mandando mails de un médico a otro porque decía que era cáncer. Con lo de Rosita era igual: en los últimos tiempos aseguraba que lo de ella era un cáncer en la sangre, leucemia, incurable. Yo no le creí mucho”, remarcó otro allegado. Según se señaló ayer desde Dolores, hoy se entregará en la fiscalía un informe forense completo en el que se confirma que Rosita tenía una enfermedad en la sangre, pero no tan grave como lo sostenía Perel.
Hay otros amigos del financista que están convencidos de que las muertes fueron obra de un killer contratado por alguno de sus enemigos (ver aparte): “Mariano era un psicópata, no hay dudas, y habló de suicidio no sólo recientemente sino cuando tuvo que dejar el Banco Mercurio. Pero lo que no se puede entender en esa trama es que haya matado o haya mandado amatar a Rosita. Eso no encaja. ¿Alguien lo quería matar? Con la hecatombe económica que tenía, con deudas millonarias, es posible que haya intentado extorsionar a alguien. En ese terreno, arrinconado, seguro que no tenía límites”. La polémica sobre lo que pasó en cabaña 32 igualmente se transforma en unanimidad cuando hablan de lo extrañamente cerrada que está la familia en este momento. “Saben algo”, sugieren todos.
Ayer se confirmó otro adelanto de este diario: las dos cartas que Perel escribió antes de salir a Cariló fueron ambas a Miami y ambas a su banco, el Republic de Nueva York, sucursal Miami. La entidad fue adquirida hace un tiempo por HSBC, pero conserva su nombre. Hay dos datos interesantes: es obvio que quiso asegurarse y por ello mandó una por Correo y otra por Federal Express. Además, el destinatario fue Jimmy Smith, el oficial que manejaba su cuenta y una persona en la que Perel confiaba totalmente.
Otra novedad de ayer fue la detección, en uno de los vasos usados en la noche de las muertes, de una huella digital que no pertenece a los Perel. En rigor, por ahora no es una gran prueba: los propios investigadores creen que podría ser la huella de un policía bonaerense.
Por último, también se confirmó lo anticipado por Página/12: el mensaje final fue impreso en Antfactory. Esto sigue reforzando la hipótesis de que el financista fue protagonista de lo que pasó: escribió e imprimió el mensaje y de su propia arma salieron los disparos. O él diseñó el plan macabro o estamos en presencia de un eximio asesino profesional.

 

El “autor ideológico”

Los investigadores han dicho que será más fácil encontrar al autor ideológico que al autor material de las muertes de los Perel, o sea que supuestamente el asesino profesional ya desapareció del país, pero queda el enemigo del financista que le pagó al killer.
Malas noticias. Los enemigos de Perel se cuentan por decenas:
Son numerosos los familiares, amigos y otras personas que le dieron dinero para invertir y él usó la plata para vivir en el lujo, dejándolos sin nada.
Son también numerosas las personas con las que hizo giros de dinero, lavando la plata. En muchos casos venía del contrabando, en otros de la evasión impositiva. Perel era un especialista en girar dinero negro.
Todos los que lo conocen dicen que Perel era un extorsionador. Vaya una prueba. Tal como adelantó Página/12, en uno de los discos rígidos que usó dejó el rastro de una extorsión a un banco argentino en el que trabajó: al final de la carta decía: “Si me pagan los 800.000 dólares, el imperio continúa. Si yo hablo, el imperio se cae”. Esa extorsión es de 1998.
Por último, hay que decir que hasta el último criminalista sabe que detectar al autor intelectual de un delito es más que difícil y en los pocos casos en que se logra es porque primero se detuvo a los autores materiales, que son los que “cantan” quién pagó la operación. Un ejemplo es el caso Cabezas.

 

LA AUTOPSIA NO DESCARTA LA VIOLACION A NATALIA
A peritar el cabello del “Gallo”

Por Carlos Rodríguez
Desde Mar del Plata y Miramar

Una serie de pericias ordenadas por la Justicia tienden a develar un tema espinoso, que agrava el crimen de Natalia Melmann: aunque se dijo públicamente que no está probado que hubo violación, esa posibilidad nunca ha sido descartada, tal como lo indican varias constancias que obran en la causa. Desde el vamos, en el informe de la autopsia –al que tuvo acceso Página/12–, los tres forenses concluyeron en forma rotunda que la presencia de “pantalones jeans bajados, bombacha y corpiño semiarrancados” son elementos que “autorizan a sospechar d’emblèe (de golpe, en forma rápida) en una agresión sexual, consumada o no, seguida de muerte”. Para determinar el hecho, los fiscales –antes de ser recusados por la familia Melmann– habían solicitado varias pericias, entre ellas las que deben realizarse hoy sobre un trozo de tela, perteneciente a una prenda íntima de la víctima. También se tomarán muestras del cabello de Gustavo “El Gallo” Fernández, para saber si dejó sus huellas sobre el cuerpo de la joven.
Otro dato importante de la autopsia realizada por los peritos Jorge Tonelli, Mario Lago y René Baillieau, en presencia de Graciela Melmann, médica y tía de la víctima, es el haber señalado la posibilidad de que hubiera participado más de una persona en el homicidio. “Si bien toda esta tarea pudo haber sido realizada por una única persona de contextura física normal, no debería descartarse la participación de más de un actor, tomando en consideración la mecánica de transporte, reducción y sometimiento” de la joven en el predio donde fue hallado el cuerpo.
Tanto la posibilidad de una violación como la participación de por lo menos dos personas es la hipótesis que defiende a rajatabla el padre de la víctima, Gustavo Melmann. El miércoles, en Miramar, en presencia del escribano Mario Vera, el papá y sus abogados hicieron un procedimiento en un descampado ubicado sobre la calle 20, entre 37 y 39. En el lugar encontraron un saco de color marrón y una caja de preservativos. En principio, la prenda –similar a una que supuestamente extravió Natalia la noche del crimen– no fue reconocida por el hermano de la joven.
Sin embargo, los Melmann mantienen su hipótesis, que se completa con la presunción de que el crimen ocurrió en otro lugar y que luego la llevaron al vivero, entrando por un camino alternativo de aparente fácil acceso, aun llevando una carga pesada. Los peritos disienten con esa postura: “No existen elementos para suponer que la muerte fuera provocada en otro lugar distinto a donde fue encontrado el cuerpo”, fue la frase que dejaron asentada en el informe sobre la autopsia.
Sobre la posible violación, dejaron constancia de que “no se observaron a nivel de vulva y ano lesiones macroscópicas patognomónicas de violencia sexual”, pero aclararon que la descomposición del cuerpo “conspira contra este diagnóstico”. Por eso, además de las muestras tomadas en todas las cavidades se realizó el “arrancamiento de vello pubiano y peinado de la zona, para detectar la presencia de pelos genitales no pertenecientes a la víctima”.
Fuentes judiciales dijeron a este diario que todas las pericias ordenadas deberían estar listas para antes de mediados de marzo, fecha en la cual debe resolverse la situación procesal del único detenido. Como dato complementario, los peritos señalaron en su informe que “la contextura de la víctima (medía 1,76 y pesaba cerca de 70 kilos) permiten suponer que el verdugo debió ejercer una fuerza considerable para vencer su resistencia” o bien tuvo que utilizar “algún traumatismo que oficiara de anestesia previa o tóxico o droga que limitara su voluntad y conciencia”. Esa noche, como ya se dijo, Natalia había bebido unas copas.

 

PRINCIPAL