Por Eduardo Tagliaferro
Diálogo, lo que se dice
diálogo, es lo que faltó en el lanzamiento formal de la
denominada Mesa de diálogo que el Gobierno presentó
en sociedad. La breve respuesta de venimos a escuchar que
la mayoría de los representantes de organizaciones empresarias
y sindicales realizaba cuando ingresaba a la Casa Rosada dejaba en claro
que la iniciativa es por ahora un gesto. Cuidemos la paz social,
dijo el presidente Fernando de la Rúa a sus interlocutores, incluida
la conducción de la CGT oficial que responde a Rodolfo Daer, a
quienes invitó a dejar de lado los conflictos.
Acodados a (y apiñados en) la misma mesa donde se realizan las
reuniones de gabinete, en el Salón Norte de la Casa de Gobierno,
cerca de ochenta dirigentes de centrales empresariales y sindicales escucharon
a la ministra de Trabajo explicar las características de la propuesta
oficial. Bullrich informó sobre el temario que propone el Gobierno:
la articulación de políticas sociales y de seguridad
social, la optimización del gasto social, el
seguro de desempleo y la extensión en la cobertura
del sistema solidario de salud. Todo esto sin dejar de lado ítems
como crecimiento económico con generación de empleo,
reforma tributaria y reforma del Estado.
En una extensa mesa donde el color dominante de los trajes era el azul
noche, se ubicaron, Raúl Vivas, de la Confederación General
Económica, Osvaldo Rial de la Unión Industrial Argentina,
Alberto Alvarez Gaiani, de la COPAL, representantes de cámaras
comerciales como CAME, de la Sociedad Rural Argentina junto a los sindicalistas,
Armando Oriente Cavalieri (empleados de comercio), Gerardo Martínez
(UOCRA) y Andrés Rodríguez (UPCN). Ausentes estaban la CGT
que responde a Hugo Moyano y la Central de Trabajadores Argentinos, liderada
por Víctor De Gennaro. Minutos antes de la reunión la CTA
decidió no concurrir al encuentro, ya que Bullrich objetó
el ingreso a la Rosada de uno de los miembros de su delegación,
el concejal frepasista y secretario de la CTA Luis DElía
.
Cuando hay una mesa abierta, como ésta, están todos
invitados, dijo De la Rúa a los periodistas que preguntaban
por la ausencia de los dirigentes de la CTA. Han sido todos invitados,
insistió el Presidente en su contacto con la prensa al final del
lanzamiento de la iniciativa oficial.
A la cabecera se sentaron los dueños de casa, Bullrich, el jefe
de Gabinete, Chrystian Colombo, el secretario general de la Presidencia,
Horacio Jaunarena, y el secretario de Agricultura, Ganadería y
Pesca, Antonio Berhongaray.
Luego de la presentación de Bullrich hablaron Cavalieri, el representante
de la CGE y el titular de la UIA. Además de destacar que el
blindaje es una oportunidad, Cavalieri aprovechó el escenario
para reivindicar el diálogo y la búsqueda de consensos.
En este punto, el dirigente de los mercantiles se permitió un toque
legalista: criticó la gran cantidad de decretos de necesidad
y urgencia dictados por la administración De la Rúa
y su tendencia a gobernar de espaldas al Parlamento.
El diálogo es civilizado, es constructivo y patriótico,
dijo De la Rúa, al presentar la iniciativa a su auditorio. Antes
de continuar con su discurso el Presidente reivindicó a Colombo
y Bullrich, sus representantes en la Mesa de diálogo.
Colombo es para mí una pieza clave, dijo De la Rúa.
También hubo flores para la flamante licenciada en periodismo,
Bullrich. Más allá de algunos entredichos, la
piba como ustedes le dicen, mostró la fuerza y vigor de la
mujer argentina, dijo el Presidente. Un vasto despliegue de seguridad
impedía que cronistas y periodistas presenciaran los sucesivos
discursos. De todas maneras el salón estaba colmado por los fotógrafos
y cameramen a los que sí se permitió ingresar.
Tras las alabanzas, el Presidente avanzó sobre definiciones más
drásticas. Los paros no conducen a nada, dijo con todas
las letras. Los destinatarios de la frase, los gremialistas de la CGT
oficial, recibieron el mensaje. Vamos a analizarlo el próximo
lunes, se limitó a decir Rodolfo Daer, cuando al ingresar
a la Rosada se le preguntó por el paro que la central sindical
convocó para los próximos 1° y 2 de marzo. Yo
creo que sí, respondió por su parte Cavalieri cuando
finalizado el encuentro se le preguntó si la medida de fuerza podía
quedar sin efecto.
El Presidente se extendió en recusar el falso antagonismo
entre las fuerzas empresarias y las sindicales. Muchas veces se
mostró como irreconciliables al capital y al trabajo, arremetió
De la Rúa. Luego de reconocer las distintas identidades
de los presentes, las diferencias de criterios y de invitar a deponer
conflictos, el Presidente citó la encíclica
Rerum Novarum del papa León XIII. El texto vaticano
del año 1891 fue su fundamento para argumentar que el capital
y el trabajo deben unirse. Incluso fue más allá y
exaltó a los presentes con un convite ecuménico mostremos
al mundo que el capital y el trabajo pueden integrarse, afirmó.
La Mesa de diálogo volverá a reunirse el próximo
jueves. Previamente se definirá un mecanismo de funcionamiento,
la organización de comisiones de trabajo y el listado de sus integrantes.
El Ministerio de Trabajo será la sede, donde se recibirán
las propuestas de los integrantes. Demostrando que todas las herramientas
están al servicio del diálogo, Bullrich habilitó
una línea telefónica. Uno de los objetivos del Gobierno
quedó claro luego del discurso presidencial: evitar conflictos
sociales que pongan en peligro el blindaje financiero. Todo
esto reiterando una práctica que suele embelesar al Presidente:
dialogar.
A Ibarra tampoco lo
atraen las fotos
Todos los diálogos son buenos si tienen contenidos,
si tienen sustancia. Si el diálogo es para la foto, no sirve
dijo Aníbal Ibarra refiriéndose a la reunión
realizada ayer en la Casa Rosada. La declaración fue formulada
a los periodistas en la Jefatura de Gobierno porteño, tras
presidir un acto. Al hacerlo, el jefe de Gobierno marcó una
diferenciación respecto del optimismo del presidente Fernando
de la Rúa. Su mención a la foto reproduce
lo dicho sobre el tema por el secretario general de la CTA, Víctor
De Gennaro. Ibarra se había reunido con el Presidente el
martes, en lo que se interpretó como un gesto de autonomía
de ambos respecto del líder del Frepaso, Carlos Chacho
Alvarez. Aunque no lo haya expresado en público, Ibarra está
disconforme porque el ex vicepresidente no lo sumó a la representación
del Frepaso que integra el Grupo de Trabajo que colabora con el
Ejecutivo.
Ibarra resaltó que encuentros como el de ayer tienen
que apuntar a buscar consensos, hay que ver los puntos de vista
y ceder en algunas posiciones. Si no se le agrega contenido
a este diálogo y a todos, las reuniones no tienen
sentido.
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LA
CTA NO ASISTIO EN SOLIDARIDAD CON DELIA
Bullrich sacó bolilla negra
Por Fernando Almirón
La ministra de Trabajo, Patricia
Bullrich, vetó la presencia del dirigente de la CTA, Luis DElía
en la mesa de diálogo que habilitó el Gobierno la tarde
de ayer. La objeción hizo que la Central disidente decidiera dar
marcha atrás en su decisión de asistir a la convocatoria
del presidente Fernando de la Rúa: Estamos dispuestos a dialogar,
pero sin condicionamientos ni objeciones, aseguró el secretario
general de la CTA, Víctor De Gennaro, durante una conferencia de
prensa en la que se mostró codo a codo con DElía,
cuestionado por la cartera laboral por supuestas irregularidades en el
manejo de los planes Trabajar destinados al partido de La Matanza.
Ni Bullrich ni el dirigente de los desocupados bonaerenses se ahorraron
duros cruces en los últimos treinta días. Los mensajes de
ida y vuelta a través de los medios recrudecieron cuando DElía,
al frente de un piquete que cortó la semana pasada la ruta 3, denunció
que la funcionaria no había cumplido con los acuerdos firmados
en diciembre del año pasado, que incluían un giro del gobierno
nacional por dos millones de pesos para la compra de medicamentos y herramientas
para los desocupados de La Matanza.
La ministra dijo entonces que DElía cobraba una comisión
a cada beneficiario de los planes Trabajar y que muchos de éstos
en realidad eran usados para financiar su militancia. E impulsó
una investigación judicial. El jueves el Gobierno convocó
a una mesa de diálogo a la que en principio la CTA se negó
a participar. Es para la foto, dijo entonces De Gennaro. Sin
embargo, ayer la Central cambio de idea y decidió concurrir al
encuentro. Envió a la Casa Rosada la nómina de dirigentes
que integrarían la comitiva: De Gennaro, su secretario adjunto
Hugo Yasky; el secretario gremial Víctor Mendibil; el secretario
del personal aeronáutico Ariel Basteiro; y DElía.
La sorpresa llegó cuando desde el entorno de la ministra se desaconsejó
la presencia de este dirigente debido a que no representaba a trabajadores
y tenía abierta una causa judicial.
Lamentablemente se abrió un cuestionamiento a una decisión
soberana de nuestra organización de quiénes son los que
nos representan y en esto queremos dejar aclarado que DElía,
como todos los compañeros de la Federación de Tierra, Vivienda
y Hábitat, son dirigentes sindicales de nuestra organización,
aseguró De Gennaro al justificar la repentina ausencia de la central
en la Mesa de Diálogo. Tres años le llevó al
gobierno de Carlos Menem entender y aceptar que los trabajadores desocupados,
precarios y jubilados, son trabajadores y pertenecen a nuestra organización,
¿cuánto le demandará a éste?, se preguntó
el secretario general de la central obrera, quien volvió a insistir
que no estamos para que con una foto se levante un paro.
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