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Un paro de subtes en la hora pico
dejó a 700 mil pasajeros en la vía

El gremio lanzó el paro sorpresivo por el desplazamiento de 39 guardas. La empresa contestó con 190 telegramas de despido. Pero todo volvió a cero tras la conciliación obligatoria.

La desolación: tras conocerse la medida de fuerza, las estaciones quedaron vacías.
Antes, muchos pasajeros vieron interrumpidos sus viajes y el enojo brotó desde el subsuelo.

Ayer, cinco minutos después de las 8 de la mañana, un paro sorpresivo en las cinco líneas de subte y el Premetro dejó varados durante una hora a 700 mil pasajeros, y provocó caos en colectivos y taxis, demoras y discusiones callejeras. El motivo de la medida de fuerza anunciado por la UTA, gremio al que pertenecen los conductores y guardas de subterráneos, fue el desplazamiento de 39 guardas de la línea B a otras líneas. Metrovías adujo que la movida tenía relación con una innovación técnica que permite que el control de ascenso y descenso de los pasajeros lo realice el conductor, pero negó que se hubieran planificado despidos. “Reconversión tecnológica”, aclaró el vocero de la empresa, Juan Ordóñez. La UTA consideró que se estaba anticipando una lista de despidos y lanzó el paro sorpresivo en la hora pico que más golpea: entre las 8 y las 9. La empresa respondió con 190 telegramas de despido. Después de varias horas de reuniones, conciliábulos y amenazas de sanciones oficiales, el Ministerio de Trabajo dispuso la conciliación obligatoria: durante 15 días, las dos partes deberán retroceder sus pasos hasta el momento previo al conflicto, anulando los despidos, los traslados y los paros.
El jueves pasado, los guardas de la línea B –Federico Lacroze-Leandro Alem– comenzaron a recibir comunicados de Metrovías anunciándoles un cambio de puestos de trabajo por reconversión tecnológica en esa línea que comenzará a operar sin guardas: de la B deberían trasladarse a alguna de las restantes líneas o el Premetro, según consignó la empresa. Con el correr de las horas, los 39 guardas de la B comprobaron que habían sido trasladados. “Los comunicados empezaron a ser distribuidos entre los compañeros sin darnos aviso a nosotros”, aseguró el prosecretario gremial de los tranviarios, Carlos Heredia. “Inmediatamente se realizaron asambleas y se decidió la modalidad de los paros sorpresivos”.
Y el gremio cumplió al pie de la letra con el adjetivo, porque a las 8.05 de ayer lanzaba un paro en todas las líneas y el Premetro que tomó por sorpresa a alrededor de 700 mil personas. Apenas iniciada la medida, se desató el caos bajo tierra, cuando en medio del recorrido comenzaron a encenderse las luces rojas de emergencia y desde los parlantes se anunciaba que las formaciones quedarían detenidas en las estaciones durante media hora.
Mientras el paro fue sorpresa, los pasajeros se enteraban de la medida de fuerza, ya en los andenes, y después de colocar el cospel en el respectivo molinete. En las estaciones de mayor concentración de público, los nervios y tensiones se descargaron sobre boleterías y guardias de seguridad, especialmente cuando los pasajeros se enteraban de que el valor del cospel no sería devuelto, ya que la empresa no se responsabilizaba por la interrupción del servicio.
El caos subió como lava volcánica hacia la superficie, donde miles de personas intentaban trepar a colectivos abarrotados y disputaban cuerpo a cuerpo los taxis, mientras que 190 empleados del subte comenzaban a recibir telegramas de despido justificados en el paro. A partir de las 9, el paro fue levantado provisoriamente, y la tensión entre el público comenzó a aflojar a partir de las 9.15, cuando muy paulatinamente comenzaron a restablecerse los servicios, aunque el gremio evaluaba concretar nuevos paros en otra hora pico, entre las 17 y las 18. “Las cosas no se hacen así, no estamos para paros imprevistos, este tipo de cosas no pueden suceder más en la Argentina”, dijo, muy ofuscada, la ministra de Trabajo, Patricia Bullrich. Amenazó con sanciones que podían llegar a la pérdida de la personería gremial si continuaban las medidas, aunque después Bullrich convocó “al diálogo” a ambas partes.
Juan Ordóñez, vocero de Metrovías, aseguró que los 190 despidos se resolvieron porque “el paro no siguió los pasos previstos, no nos anunciaron la medida. Nos enteramos a las 8.01 y a las 8.05 se inició”. Finalmente, delegados, UTA y Metrovías se reunieron ante el director Nacional de Negociación Colectiva, Jorge Schuster, que dispuso la conciliación obligatoria. Durante 15 días hábiles no se podrán realizarmedidas de fuerza, los 190 despidos fueron anulados y los guardas de la B seguirán en sus puestos.

 


 

ASESINARON A UNA MUJER EN SU CASA
Un misterio en Barracas

Una mujer de 79 años apareció muerta ayer en su casa del barrio de Barracas, ahorcada con un cable de televisión y con una bolsa de residuos en la cabeza. El cuerpo de la mujer –identificada por la policía como María Amelia Seca– fue encontrado por una pareja que vive en un departamento contiguo al de la anciana, en el que había un gran desorden, aparentemente por un robo. Los investigadores presumen que el asesinato se produjo porque la mujer habría visto a las personas que entraron en la vivienda vecina a la suya.
La pareja que encontró a la anciana muerta tenía una relación de parentesco con ella, ya que la mujer era su sobrina política. Todo comenzó a las 7.30 de la mañana de ayer, cuando, recién llegados al país de sus vacaciones en Brasil, el matrimonio abrió la puerta de su casa, una típica vivienda pasillo con dos departamentos ubicada en la calle Cayasta 3286, y vio que un par de pies asomaban de la primera puerta. Temerosos por lo que estaban viendo, se acercaron con cautela y, horrorizados, descubrieron en el interior del departamento que María Amelia Seca se encontraba tirada en el piso y muerta, con un golpe en la cabeza, un cable de televisión atado a su cuello y una bolsa de residuos que la cubría.
Todavía sorprendido por el hallazgo y sin saber cómo reaccionar, el matrimonio entró a su departamento, el segundo del pasillo, para dar aviso a la policía. Pero en su casa las cosas tampoco estaban como las habían dejado antes de partir de vacaciones: todo lo que había en su departamento estaba desordenado. A simple vista pensaron que habían sido víctimas de un robo, pero esto no fue confirmado por el comisario Alfredo Ahek, titular de la seccional 30ª que interviene en el hecho, para quien las dudas surgen porque “se trata de una vivienda sumamente humilde. Sin embargo no descartamos ninguna hipótesis”, explicó el comisario, que agregó que la puerta de entrada no había sido violentada.
Los investigadores presumen que María Amelia Soca fue asesinada por las personas que estaban merodeando en el departamento de sus vecinos y a los que ella pudo haber visto.

 

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