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MIENTRAS SE DILATAN LAS NEGOCIACIONES PARA FORMAR GOBIERNO
Israel dejó Gaza partida al medio

Una interna laborista muy enredada complicaba ayer la formación de un gobierno de unidad nacional en Israel, mientras el gobierno saliente de Ehud Barak salió a confrontar la Intifada partiendo los territorios autónomos de Gaza en dos. La medida suma presión económica a los palestinos, que podrían perder a sus patrocinantes europeos si no mejoran su gestión.
Soldados israelíes apuntan contra palestinos en Ramalá.
Un muerto y 60 heridos fue el saldo de los enfrentamientos.

Durante esta Intifada, las fuerzas israelíes no repitieron su error anterior de intentar mantener un control total de las zonas palestinas, patrullando las calles. Ahora, las tropas israelíes simplemente montan guardia en los puestos fronterizos, los accesos a Israel y las colonias judías. Pero al abstenerse de penetrar en territorio de la Autoridad Palestina, el gobierno israelí se quedó con pocos medios efectivos de represalia tras imponer un bloqueo casi total de los territorios. Confrontado con este dilema luego de que un soldado israelí fuera herido en la Franja de Gaza, ayer el saliente premier Ehud Barak recurrió a la creación de sub-bloqueos, partiendo la Franja en dos por medio del cierre de dos cruces clave. En el mismo gobierno admiten que esto sólo puede ser una medida temporaria, pero la reformulación de la estrategia israelí hacia la Intifada es rehén de unas negociaciones interminables para la formación de un gobierno de unidad nacional bajo el premier electo, Ariel Sharon.
Algunas fuentes afirmaban ayer con optimismo que ese gobierno ya estaría constituido para el lunes. No era algo que se desprendiera de las caóticas y contradictorias declaraciones de los funcionarios del Likud de Sharon y el Partido Laborista. El problema es simple: nadie sabe cómo dividir paritariamente la designación de ministros. Sharon había propuesto inicialmente que Barak retuviera su cartera de ministro de Defensa, y que Shimon Peres se hiciera cargo de la Cancillería. La cuota de poder asignada al laborismo parecía ser satisfactoria, pero el arreglo colapsó cuando Barak anunció su retiro de la vida política tras una revuelta de los dirigentes de su partido y una pelea con Sharon. Eso creó simultáneamente dos problemas para el premier electo. Primero, la salida de Barak dejó al Partido Laborista sin titular, por lo que, según se supo ayer, la decisión sobre la designación de ministros será derivada a la votación de un comité central con nada menos que 1700 miembros. La lucha por la sucesión también significa que las internas se trasladaron a las negociaciones sobre el gabinete, con un dirigente (Avraham Burg) negándose a entrar si el otro (Haim Ramon) lo hace, y viceversa. Pero el efecto más importante de la caída de Barak fue destruir cualquier consenso en su partido sobre cómo lograr un equilibrio de poder con el Likud.
El premier saliente era la única figura del laborismo interesada en ocupar Defensa. Cuando se eliminó a sí mismo como candidato, Sharon recurrió a Peres, quien dijo de mala gana que aceptaría el cargo, pero preferiría la Cancillería. Pero la ahora colegiada dirección del laborismo parece preferir desligarse por completo de una cartera que en el actual contexto sólo puede ser el ministerio de la represión. Lo que aspiran ahora es ocupar el Ministerio de Finanzas, adonde creen ver las verdaderas alturas dominantes dentro del gabinete, ya que controla el presupuesto de los otros ministerios. En ese sentido, no ocuparlo sería quitarle toda relevancia a una paridad numérica entre los partidos, ya que el Likud podría disciplinar a los ministros laboristas reduciendo sus partidas presupuestarias. Las discusiones ayer sobre este problema en el Hotel Dan en Tel Aviv no llevaron a ninguna parte. El laborismo exigió Finanzas, el Likud lo rechazó y ofreció Infraestructura, aduciendo que era “un importante ministerio económico”; el laborismo dijo que no y pidió Educación, el Likud lo rechazó porque lo enfrentaría con sus aliados religiosos, que no quieren ver a un laico al frente de esa cartera.
Estas no son más que las dificultades habituales para formar gobierno en Israel, pero el país podría no tener tiempo como para darse el lujo de dilatarlas indefinidamente. El problema más urgente es el bloqueo a Cisjordania y Gaza. Este “cordón sanitario” en torno a los territorios está infligiendo un gran daño económico (casi un 40 por ciento de desempleo y 32 por ciento de los palestinos bajo la línea de pobreza), pero no logró disminuir la violencia. Ayer mismo un palestino fue muerto y hubo 60 heridos durante choques en Hebrón y Belén. Y el espectáculo de 3 millones de palestinos sumiéndose en la pobreza complica la posición deIsrael en la comunidad internacional. El gobierno contempla así un “bloqueo con aire”, que permitiría la entrada de alimentos y medicinas, y la exportación de productos agrícolas palestinos. Esto es curiosamente similar a la estrategia de sanciones que el secretario de Estado norteamericano Colin Powell (quien hoy a la noche llega a Israel) impulsa para Irak. Pero Estados Unidos ya está en vías de encerrarse a sí mismo en un aislamiento diplomático. Tras un ataque el jueves contra Irak, ayer la Cancillería rusa lideró las críticas al considerar que “la acción contradice la Carta de la ONU y las normas de derecho internacional”.

 

¿Peligro en Argentina?

En una rueda de prensa en Berlín, el asesor de política exterior del futuro premier israelí Ariel Sharon, Zalman Shoval, afirmó ayer que “existen indicios de que (la guerrilla proiraní Hezbollah) está planificando nuevamente atentados terroristas” en diversas regiones del planeta, incluida América latina”. Como ya ocurriera con la embajada de Israel en 1992 y con el edificio central de la AMIA en 1994, Argentina puede ser nuevamente el blanco de estos atentados. Shoval especificó que el Hezbollah ya está volviendo a actuar en Israel y parece estar creando “bases terroristas” en Europa, Estados Unidos, América latina y “quizá” el sudeste asiático.

 

Claves

Un soldado israelí fue herido ayer tras un atentado con coche bomba en la Franja de Gaza. El saliente gobierno de Ehud Barak respondió dividiendo la Franja, que ya se encuentra bajo bloqueo, en dos zonas “subbloqueadas”.
Pero estos bloqueos están llevando al colapso económico de los territorios palestinos. Ayer la Unión Europea (UE) advirtió que no podía seguir solventando a la Autoridad Palestina en esas condiciones, y en el gobierno israelí se habla de “un bloqueo que les permita respirar”.
Cualquier cambio en el bloqueo depende de que se resuelva la formación del gobierno de unidad nacional que desea el premier electo Ariel Sharon, mientras que ayer sus discusiones con el laborismo estaban trabadas.
En esos momentos, el principal asesor de política exterior de Sharon advertía que el grupo pro-iraní Hezbollah podría lanzar una nueva ola de atentados en América latina, incluyendo, por supuesto, la Argentina.

 

POR LA FRAGMENTACION DE LOS TERRITORIOS AUTONOMOS
Una administración atomizada

Por Angeles Espinosa

La sede del Ministerio de Cultura palestino se halla en un modesto edificio del centro de Ramalá (Cisjordania) en cuyos bajos se han instalado una tienda de ropa y un snack-bar. Pero ésta es sólo una de sus dos sedes, la otra se encuentra en el complejo administrativo del centro de la ciudad de Gaza (en la franja del mismo nombre). Cerca de allí se levanta también el Consejo Legislativo, una construcción baja que no llama en absoluto la atención.
La fragmentación territorial sobre la que se levanta el embrión del Estado palestino obliga a duplicar las instalaciones gubernamentales. A la espera (cada vez más desesperanzada) de poder izar la bandera sobre Jerusalén Oriental, la capitalidad institucional se divide entre las citadas Ramalá y Gaza. Los ministros reparten su tiempo entre las dos oficinas de sus respectivos ministerios, una actividad que se complica cuando las autoridades israelíes deciden suspender los pases para cruzar Israel a los “VIPs” palestinos. Dos centenares de personas, entre ministros, negociadores y parlamentarios, cuentan con esos documentos.
Pero la decisión no ha sido fácil. Inicialmente, la autonomía se estableció en Gaza y Jericó, y los notables de esta última ciudad fueron renuentes a dejar escapar las instituciones hacia Ramalá, por lo que algunas oficinas aún se mantienen allí. También el departamento encargado de los Asuntos de Jerusalén tiene su sede en Bethany, un pueblo de las afueras de la ansiada capital de donde es originario su titular, Ziad Abu Zayyad. Y luego está el curioso caso del rabino Moshe Hirsch, responsable de Asuntos Judíos de la Autoridad Palestina, que ni siquiera reside en los territorios autónomos.
Con tanta dispersión geográfica, uno se pregunta dónde se reúne cada semana el Consejo de Ministros. “Allí donde se encuentre Arafat”, responde sin dudarlo uno de los miembros del gabinete. Cuando el presidente palestino se halla en Ramalá, todos acuden hasta allí. Pero lo más habitual es que la convocatoria sea en Gaza, donde, por disponer de mayor libertad de movimientos, reside Arafat. Entonces, los ministros necesitan al menos dos horas para trasladarse a la cita.
“Lo peor ha sido durante el Ramadán”, confesaba estos días a este diario uno de los ministros. “Arafat nos convocaba a las seis y media y como la ruptura del ayuno era aproximadamente una hora antes, o llegábamos tarde o nos quedábamos sin cenar con nuestras familias, y claro, sucedía esto último”, recuerda. Los ministros trataron sin éxito de convencerlo para cambiar el horario. Claro que más dificultades tienen los funcionarios de rango menor que, debido al bloqueo impuesto por Israel en represalia por la Intifada.

 


 

ALARMA EN LA POBLACION Y ENSAYOS MISILISTICOS
Preparen las máscaras de gas

Por Ferrán Sales
Desde Jerusalén

Cerca de 10.000 israelíes acudieron el domingo pasado a los centros de protección civil a recoger o renovar máscaras de gas, en previsión de hipotéticos ataques bacteriológicos por parte de Irak. El gobierno de Ehud Barak respondió con un mensaje tranquilizador a la población. No habrá reparto masivo de máscaras, ya que “no hay ninguna necesidad de medidas especiales” y las posibilidades de un ataque iraquí sobre Israel en represalia a los nuevos bombardeos angloamericanos son, “por ahora, mínimas”.
A pesar de los mensajes de calma lanzados desde la jefatura del gobierno en Jerusalén, tropas israelíes y estadounidenses completaron esta semana en el desierto del Neguev, al sur de Israel, una serie de maniobras militares conjuntas con un objetivo primordial: desplegar y entrenar a las tropas en el uso de los misiles Patriot, que durante la guerra del Golfo, en 1991, fueron utilizados para interceptar los proyectiles Scud lanzados desde Irak. En estas maniobras conjuntas, de cinco días de duración, se utilizaron unas versiones mejoradas de los misiles Patriot, que han llegado a Israel hace pocas semanas procedentes de Alemania. Estos nuevos misiles servirán para reemplazar a los antiguos Patriot, muchos de los cuales se revelaron defectuosos durante la guerra del Golfo.
Israelíes y norteamericanos confían, sin embargo, en poder reemplazar en un futuro próximo esas baterías de misiles antimisiles por otros proyectiles más sofisticados y certeros: los Arrow, de tecnología israelí. Estos nuevos proyectiles han sido diseñados en un programa conjunto con Estados Unidos a lo largo de los últimos 14 años y en la operación se han invertido más de 2000 millones de dólares.
Mientras Israel pone a punto su armamento, se repiten en diversas ciudades de Irak manifestaciones multitudinarias en apoyo a Saddam Hussein y a la causa palestina, en las que los lemas más coreados fueron: “Saddam, todos somos tus soldados; bombardea Tel Aviv” y “muerte a América, muerte a Israel”. Frases similares se gritan también en poblaciones de Gaza y en Cisjordania, donde se producen a diario manifestaciones en apoyo a los “hermanos iraquíes”, en respaldo a la Intifada y contra el primer ministro electo de Israel, Ariel Sharon.

* De El País de Madrid, especial para Página/12.

 


 

LA UNION EUROPEA AMENAZA TERMINAR SU AYUDA
Cortando los víveres a Arafat

Por Andrew Osborn y Suzanne Goldenberg
Desde Bruselas y Jerusalén

La Unión Europea, el respaldo financiero más importante de la Autoridad Palestina (AP) de Yasser Arafat, indicará este lunes que ya no está dispuesta a subsidiar la organización a menos que EE.UU. y las naciones árabes también contribuyan. Chris Patten, el ex ministro conservador británico que es el comisionado de Relaciones Exteriores de la UE, bosquejó un documento de trabajo para los cancilleres advirtiendo que el rol de la Unión como el principal suministrador de préstamos y financiación para Arafat está llegando a su fin. “Hemos hecho lo que podemos para mantener la AP a flote pero no podemos seguir financiándola. Necesitamos un plan en que la AP se vuelva más solvente”, dijo ayer un diplomático de la UE.
La continuación del cierre por Israel de los cruces fronterizos de Cisjordania y Gaza significa que la Autoridad está soportando un déficit mensual de unos 45 millones de dólares. El memorándum pedirá a los ministros de Exteriores de la UE que organicen una conferencia de donantes para mediados de marzo en un último intento de lograr que naciones extraeuropeas aumenten su asistencia financiera. “En la crisis actual, la UE ha sido una de las principales fuentes de ayuda financiera a la AP, ayudándola a sobrevivir de mes en mes –dice el documento–, pero no debe y no puede seguir soportando esta carga sola”. Patten también impulsará a los ministros europeos a poner presión sobre Israel para que levante sus bloqueos fronterizos.
Patten, ex gobernador de Hong Kong, quiere que la UE aliente a los israelíes a seguir cobrando impuestos en nombre de los palestinos, una medida que solía ser la base principal de las finanzas palestinas. Bruselas dio a la AP unos 25 millones de dólares en diciembre último, y en una medida de emergencia por única vez acordó prestarle casi 90 millones de dólares para sufragar los costos de 2001. Pero la AP ya ha gastado un tercio de ese dinero en enero, y a este ritmo la UE ya tiene que pensar en una cuenta de 330 millones de dólares sólo para este año. Patten advierte que “cualquier decisión de la UE de proveer más asistencia a la AP deberá monitorearse cuidadosamente a fin de asegurar que el financiamiento es usado para su verdadero propósito”. Y cree que la AP está próxima al colapso. “Actualmente existe un verdadero riesgo de que la pérdida de legitimidad y la decepción popular con la AP lleve a la anarquía, la atomización del poder y la ausencia de ley”.
Se espera que el secretario de Estado norteamericano Colin Powell también presione a Israel, durante la gira que empieza por Medio Oriente esta noche, para que termine el bloqueo económico y libere 54 millones de dólares de impuestos que se deben a los palestinos, entre quienes el desempleo ha subido a un 38 por ciento desde que la Intifada empezó hace cinco meses. Un 38 por ciento de ellos viven con menos de 2 dólares por día.

 

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