Por Juan Jesús
Aznárez *
Enviado
especial a La Realidad, México
El Subcomandante
Marcos, jefe de la guerrilla indígena mexicana sublevada en enero
de 1994, acusó al gobierno del conservador Vicente Fox de no buscar
realmente la paz en Chiapas sino de sólo aparentar que lo intenta.
La preocupación central del señor Fox no es la paz
en Chiapas, sino aparentar que la paz en Chiapas es posible o es ya un
hecho. Marcos mencionó al secretario ministro
de Relaciones Exteriores, Jorge Castañeda, como uno de los funcionarios
más opuestos a las concesiones. En ese sentido dijo que el ministro
bloqueó la posibilidad de que el Comité Internacional de
la Cruz Roja escoltara la marcha zapatista que empieza mañana,
y también les hizo saber, a través de un propio,
que si los zapatistas quieren una guerra de mentiras, tendrán
una paz de mentiras.
Encapuchado, flanqueado por dos de sus lugartenientes en una conferencia
de prensa desarrollada en su cuartel general de La Realidad, a seis horas
de camino de San Cristóbal de las Casas, Marcos afirmó que
el gobierno trata de boicotear la marcha por 12 estados de México,
que servirá para promover la aprobación parlamentaria de
reformas constitucionales que afectarían a 10 millones de indígenas.
Marcos dijo que el Ejecutivo quiere su rendición incondicional
y advirtió que, si el proceso de paz se malogra, pueden registrarse
estallidos revolucionarios armados en diversas partes de México.
¿Por qué dice que Fox no quiere realmente la paz en
Chiapas?
El señor Fox ha dirigido toda una campaña en ese sentido.
Por un lado, con los medios de comunicación, a través de
los diferentes voceros, para tratar de convencer al pueblo de México
de que la paz está cerca, y también para tratar de apropiarse
de la marcha zapatista y presentarla como una marcha foxista. Esa estrategia
pretende presiones al EZLN, por amenazas y chantajes, para que se preste
a esa simulación de la paz.
¿Se disipan por tanto las esperanzas de paz en Chiapas?
No sé que el señor Fox tenga un plan respecto de Chiapas.
Nosotros sí tenemos uno: llegar a la paz, con un diálogo
que no sea una simulación, que siente las bases de la reconstrucción
del tejido social en Chiapas y de la reinserción del EZLN en la
vida política. Tiene que entrarle al toro por los cuernos.
¿Tiene miedo de agresiones? Han sido amenazados.
La marcha no es del EZLN sino de todos los pueblos indios. No tememos
miedo. Nuestra preocupación es cómo vamos a hacer para responder
a tantas expectativas que se han creado en la gente. Hemos debido de rechazar
cientos de actos que nos proponían. Si hubiéramos dicho
que sí, no sólo no llegábamos a México sino
que no salíamos del estado de Oaxaca. La movilización es
muy fuerte. Las expectativas no tienen precedentes en este país,
ni en el EZLN.
¿Cuánto tiempo van a estar en Ciudad de México?
Se definirá a partir de que nos encontremos con la Comisión
de Concordia y Pacificación (Cocopa, instancia que trata de solucionar
el conflicto zapatista). El objetivo principal de esta marcha es el diálogo
con el Congreso para conseguir el reconocimiento constitucional de los
derechos y culturas indígenas. En base a eso decidiremos. Respecto
del nombre de Sebastián Guillén (profesor universitario)
con el que el gobierno identifica al Subcomandante Marcos,
ni nos va ni nos viene.
¿Qué buscan ustedes exactamente?
Que los pueblos indios sean reconocidos como sujetos colectivos,
sujetos de derecho. No hay en México un reconocimiento constitucional
del indígena. Que el Estado reconozca que está formado por
diferentes y que esos diferentes, los pueblos indígenas, tienen
su organización política, social y económica. Entre
ellas, su relación con la tierra. Para el puebloindígena
es también su familia, sus raíces, su historia. No queremos
una autonomía excluyente, no queremos hacer la nación maya,
o fragmentar el país en pequeños países indígenas,
sino que se reconozca un sector social que tiene sus formas, que tiene
que incorporarlas. El reconocimiento de la autonomía de los pueblos
indios será un paso importante para que el EZLN haga política
abierta y acote los planes de la globalización.
¿Qué supone la posición de Castañeda?
La posición de Castañeda no rompe la relación
con Fox porque no hay relación con Fox. Lo que hace es poner dificultades
a que esa relación se establezca. Estamos en disposición
de que se establezca. No vamos a firmar la paz en este viaje. Vamos a
tratar de conseguir una de las condiciones para que se reanude el diálogo.
Si en el trayecto, o en el Distrito Federal, las tres señales se
cumplen retirada de las tropas de Chiapas, liberación de
presos zapatistas y aprobación de la ley redactada en 1996 por
la Comisión de Concordia y Pacificación, pues comenzaría
el diálogo.
¿Se haría una foto con Fox?
No. Hay condiciones. Si quiere la foto pues le damos un poster,
como en la feria. Esta es la hora del Congreso, no la de Fox, ni la del
EZLN. Finalmente lo que va a ocurrir es que el señor Fox se va
a dar cuenta de que nuestra voluntad de paz es sincera, se va a arrepentir
de no haber cumplido las señales antes, pero puede remediarlo.
Pero estos que hablaron en contra de nosotros ya perdieron.
* De El País de Madrid, especial para Página/12.
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