Talleres ganó 4-2 a Huracán en un partido de trámite
emotivo, con seis goles y muchas llegadas. El equipo cordobés justificó
la victoria por su contundencia para definir en el área rival,
porque el conjunto de Parque Patricios no mostró la misma practicidad
cuando dominó.
La apertura llegó a los 30. Una pelota bombeada de Garay a espaldas
de la defensa de Huracán dejó solo a Zelaya con Ríos.
El arquero manoteó el balón, pero el delantero se la llevó
y amagó ante el guardameta, que quedó desparramado en el
piso. Zelaya le pegó al arco y, aunque Lobos intentó rechazar
en la línea, la pelota se introdujo en el arco.
Dos minutos después, llegó el segundo tanto cordobés.
Tras un corner desde la derecha, Franco cabeceó solo en el centro
del área; la pelota superó la estirada de Ríos, pegó
en el travesaño y dio en la espalda del golero, cruzando la línea
del arco y convirtiéndose en el 2-0.
Huracán descontó cinco minutos más tarde, cuando
Gabrich quedó solo ante Cuenca y no pudo resolver, pero el rebote
lo tomó Sergio Berti, sobre el borde derecho del área grande,
y sacó un zurdazo bombeado al segundo palo que entró en
el ángulo. Un verdadero golazo.
Cuando Huracán presionaba por la igualdad, en la segunda mitad,
llegó el tercero de los cordobeses. Alaniz la fue a buscar a la
banda lateral, a la altura del área, y lo vio a Ríos adelantado,
esperando el centro. Desde allí le apuntó al ángulo
izquierdo del arquero y le pegó un bombazo que entró con
la misma precisión que el remate de Berti.
Llegó el descuento cuando una combinación iniciada por Carrizo
terminó en una habilitación a la izquierda sobre Diego Graieb,
quien con un zurdazo cruzado y bajo batió a Cuenca. Pero un remate
bajo de Sarmiento a tres minutos del final puso cifras definitivas.
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