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Diez reflexiones En azul y oro
Bocanadas de agonía

 El empate de Boca ante Newell�s en su cancha, en tiempo de descuento, sostiene el crédito de la formación elegida por Bianchi para jugar el Clausura, aunque el gol de Gaitán haya llegado cuando la hinchada comenzaba a silbar a los émulos de Serna y Riquelme.

 Por Facundo Martínez

1 El empate frente a Newell�s, gracias al gol de Walter Gaitán en el último minuto de juego, no aclara el panorama de Boca, por lo menos en lo referente a la elección del entrenador Carlos Bianchi, cuya intención pareciera ser volcar todo el poderío del equipo en la disputa de la Copa Libertadores. Si la igualdad de ayer sirve, es apenas para mantener despiertas las esperanzas de esa formación muletto, de caras nuevas y joviales, que encima no se entienden bien entre sí, porque Boca, el de cabotaje, no juega ni arrimando como el otro Boca, el campeón del 2000. 
2 Lo que hay que entender, primero, es que el técnico no tiene realmente esos dos equipos completitos, y por eso en el torneo local no se ve jugar a Boca. Porque al equipo de ayer le falta algo fundamental: que funcione el mediocampo. En cambio, con Mauricio Serna y Román Riquelme en la columna vertebral hay otro juego, más gustoso y también efectivo, por más que el nombre de los otros dos volantes varíe circunstancialmente. Ayer no anduvieron mal José Pereda ni el juvenil Matías Arce, pero Gaitán �bien anulado por Leonardo Ponzio�, salvo el gol del empate, no hizo nada bien, en tanto Villarreal fue mejor que Gaitán, pero cometió dos errores gravísimos y de uno de ellos nació el penal que puso a los rosarinos en ventaja. 
3 Newell�s es un equipo con oficio y muy rápido para contraatacar. La experiencia de Julio Saldaña alcanzó para complicar a los volantes locales, y también para generar peligro cerca del área de Roberto Abbondancieri, donde los delanteros Sebastián Cobelli y Diego Quintana se movieron con cierta soltura, ganándoles muchas veces las espaldas a Hugo Ibarra y a Nicolás Burdisso. Así fue como los rosarinos se pusieron en ventaja, a los 49 minutos, cuando Maximiliano Rodríguez entró por el sector derecho hasta la puerta del área chica y remató fuerte por debajo del arquero xeneize, quien se quedó mirando a sus compañeros sin entender la distracción. Newell�s se había puesto 1-0 y concretado la leve ventaja futbolística que había sacado durante todo el primer tiempo.
4 Si el primer tiempo fue malo, muy malo, fue porque Boca no supo encontrar el camino para presionar al rival. Ni Gaitán ni Villarreal ayudaron en la circulación de la pelota, que terminaba siempre en los pies de Pereda y algunas veces en los de Arce, para ser descargada imprecisamente sobre el mellizo Guillermo, de buen partido, a pesar de la soledad y de no saber a ciencia cierta si es o no titular en su puesto.
5 El que sigue dejando dudas es Antonio Barijho. El delantero no está solícito para el gol, justo cuando el equipo más lo necesita �con lo que le cuesta generar situaciones claras�, pero, a cambio �y a falta de Gaitán� ayer sacrificó su posición para aguantar la pelota, a los cuerpazos, tratando de abrirla a los costados. Eso está bien, pero qué decir cuando desperdicia esas chances que parecen tan simples de resolver. ¿Será que prefiere jugar en el otro Boca?
6 El gol de Burdisso que permitió empatar, a los 55�, fue el producto de una rebotera. El defensor la hizo bien, cuando la pelota le fue al pie la agarró de zurda y pum, adentro. Burdisso se está afianzando �igual que Facundo Imboden y Clemente Rodríguez� y hay que darle tiempo, comprenderlo. Eso sí, él tiene que tratar de no equivocarse, porque no es de esos que no yerran mucho, pero cuando lo hacen arman un desparramo. Ayer le dio un pase a Cobelli que casi termina en gol, de no ser por Abbondancieri, quien desvió el disparo al corner. Después, tras un fallido de Villarreal, le entró duro al mismo delantero y le cobraron penal. Sanción que Cejas, el arquero terremoto, convirtió en el 2-1 que puso en juicio a Boca hasta pasados dos minutos del tiempo de descuento.
7 Cosas del fútbol, el gol de Newell�s llegó justo en el momento en el que este Boca de ayer comenzaba a atreverse, a irse más arriba, con un poco de criterio. Después de que Bianchi ordenara dos cambios: Pérez por Imboden y Delgado por Arce, para dejar tres en el fondo y, a la carga barraca, mandar a todos para el arco de Cejas. El partido se pusointeresante, tomó más ritmo y pasó a jugarse de un lado al otro, ida y vuelta. Y así siguió hasta el final, aunque con un Newell�s más cuidadoso.
8 Los rosarinos tuvieron el partido en sus manos, pero se les escapó en el tiempo de descuento. Cejas sacó la pelota con los puños afuera del área, ahí la agarró Gaitán de zurda y metió un fuerte disparo que se desvió en Real y cayó por detrás del arquero. El empate les devolvió el alma a los hinchas xeneizes. Un puntito, y más con el empate de River ante Central, es un puntito. Después se verá para qué sirve.
9 Un indicador. Los hinchas iniciaron el show alentando al equipo y al técnico, ya antes del comienzo. Aguantaron la pobre actuación durante todo el primer tiempo. Cuando Newell�s abrió el marcador, alentaron más y más. Cuando Boca empató, se pusieron enérgicos. Y hasta insultaron a los plateístas por no gritar. Pero cuando los rosarinos anotaron el segundo, comenzaron de a poco a silbar a sus jugadores, más que nada a Villarreal y a Gaitán. Un murmullo inquietante ganó tribunas, y sólo el empate final lo apaciguó. Caminando, a la salida, un hincha dijo, para ser escuchado: �A estos jugadores hay que ponerles rueditas�.
10 Si Boca no empataba, podría haberse despedido ayer de este torneo local, no matemática sino emocionalmente. Pero sigue con chances y habrá, seguro, más experimentos, más rotación de caras nuevas y joviales, que servirán para armar quizás un buen equipo, en el futuro. Bianchi, aunque no lo diga, ya eligió un torneo. Boca, no el de ayer sino el otro, irá a buscar el triunfo a Chile, el próximo miércoles ante el Cobreloa. 

Final vibrante

Un primer tiempo para olvidar en el que Newell�s fue apenas superior a Boca porque generó situaciones más claras, simplificando el juego, todo gracias al buen trabajo de Saldaña. 

Boca no pudo hacer funcionar el mediocampo; Gaitán no aparecía y Villarreal dudaba y se equivocaba. El mellizo Guillermo tomó las riendas, pero no pudo hacer mucho.

Newell�s se puso en ventaja y eso despertó al conjunto de Bianchi, que salió con todo a buscar el empate y lo consiguió. Una distracción de Villarreal, que terminó en penal, le dio el triunfo parcial a los de Ribolzi, que sobre el final intentaron tener la pelota y no supieron cómo hacerlo.

El último cuarto de hora fue vibrante. El partido ganó en velocidad y en situaciones. Y cuando el resultado parecía sentenciado, Boca logró el empate final, que terminó festejando como un triunfo, que no fue. 

 

 

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