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Por Ariel Greco
 Ya no hubo tiempo para sorpresas en la final de la Copa AT&T. El brasileño Gustavo Kuerten estrenó su primer lugar en el ranking mundial con una cómoda victoria 6-1, 6-3 ante José Acasuso, la revelación del torneo, y se quedó con su undécimo título de ATP, el noveno sobre polvo de ladrillo. Ante más de 5500 personas que colmaron el court central del Buenos Aires Lawn Tenis, el torneo más importante de Sudamérica tuvo el cierre que se merecía. Es cierto que Acasuso no repitió sus actuaciones anteriores, pero Kuerten era un escollo demasiado difícil de superar como para esperar un resultado diferente. Así, la primera edición del certamen contó con todos los ingredientes que hubiesen esperado los organizadores. En el dobles, Lucas Arnold y el español Tomás Carbonell se quedaron con el título al ganarles 5-7, 7-5, 7-6 a Sebastián Prieto y Mariano Hood.
Como a lo largo de toda la semana, Kuerten demostró que posee un magnetismo inigualable. Por más que se enfrentaba al chico de la película, aquel que en su primer torneo de ATP surgió desde la qualy para meterse en la final y se convirtió en el mimado de todos, el brasileño consiguió que en ningún momento el público se volcara en su contra. Ya con la victoria consumada, todo el estadio lo ovacionó de pie. �Estoy muy feliz de haber ganado aquí porque realmente me hicieron sentir cómodo. Por eso les prometo que el año que viene voy a volver a estar con ustedes�, indicó Guga con felicidad, mientras de fondo sonaba la música de la escola do samba que lo está homenajeando en el Carnaval.
También Acasuso se llevó su merecido reconocimiento. A los gritos de su banda de incondicionales se les sumaron los de las plateas y hasta de los palcos. Claro que al pibe no le alcanzaba con todo lo bueno que había hecho en la semana y se sentía en deuda por la poca oposición que le había ofrecido al mejor del mundo. �Les pido disculpas a todos, quizá se quedaron con ganas de ver más tenis. Pero era una situación muy difícil, ya que era mi primera final y encima ante Kuerten�, dijo en la cancha un muy emocionado Acasuso, que estuvo a punto de ponerse a llorar.
Ya con menos bronca y más tranquilo en la conferencia de prensa, Acasuso tuvo tiempo para analizar con más profundidad todo lo que le había sucedido en su semana mágica. �No siento decepción, perdí con el número 1 del mundo. En ningún momento sentí una presión extra por jugar la final. Hoy no tenía nada que perder�, comentó el misionero, que a partir de esta actuación cambiará sus planes en el circuito. Los 49.800 dólares que se adjudicó por haber llegado a la final (hasta ahora sus ganancias totales apenas superaban los 45 mil) le servirán para solventar sus viajes a lo largo del año y buscar los puntos que necesita para cumplir su objetivo para esta mitad de temporada: clasificarse directamente para el cuadro principal de Roland Garros. Para ello deberá consolidarse entre los cien primeros, algo posible ya que con los puntos que logró en Buenos Aires ascenderá hasta el puesto 110 en el ranking que se conocerá hoy.
Dentro de la cancha, el partido casi nunca llegó a calentarse. El misionero jamás pudo encontrar su ritmo y cometió muchos errores no forzados, demasiados como para tener chances ante un número uno. Para colmo, en las pocas ocasiones en que pareció meterse en juego, allí surgió todo el talento de Kuerten para quitarle toda posibilidad. El brasileño sacó mejor que a lo largo de la semana y presionó siempre, por lo que Acasuso no tuvo opciones para recuperar los rápidos quiebres que logró su rival. Por eso, en menos de una hora, Guga se aseguró el título y el cheque de 89 mil dólares reservado para el ganador. �Desde el comienzo estuve muy concentrado y eso permitió jugar un tenis parejo y no darle posibilidades a Acasuso de que haga su juego�, explicó el brasileño, que comentó que le gustaría que haya más torneos como éste en Sudámerica.
Así pasó la primera edición de la Copa AT&T y el resumen dejó muchas más luces que sombras. La presencia impactante de Kuerten, un gran nivel de juego, una convocatoria extraordinaria que a lo largo del torneo llegó casi a las 50 mil personas y una organización acorde con la envergaduradel acontecimiento, pusieron el certamen al nivel de cualquiera de los que se disputan en el resto del mundo, según coincidieron los jugadores, tanto los argentinos como los extranjeros, y los periodistas que habitualmente cubren el circuito internacional.
El director del torneo, el ex tenista Martín Jaite, se mostró muy orgulloso por lo que se vivió durante la semana en el Buenos Aires. �El balance es excelente. Por la repercusión que tuvo, por la gran cantidad de gente que vino a verlo y por la presentación del evento, creo que fue un gran éxito y estoy muy satisfecho�, comentó Jaite. Incluso el director ejecutivo de la ATP, Mark Miles, elogió la organización y se mostró entusiasmado con la respuesta de la gente.
Jaite también se mostró dispuesto a mejorar los detalles que fallaron. �Yo soy de esas personas que piensan que las cosas siempre pueden salir mejor y por eso digo que hubo detalles para mejorar. Algunos se pudieron corregir sobre la marcha y otros quedarán para el año que viene�, explicó el director del torneo. Una de las falencias más notorias fue la del tablero electrónico, que a lo largo de la semana mostró resultados que llevaron a la risa, como games 15-6, 40-20, 7-7 o sets finalizados 3-1 o 2-0. La organización prometió corregirlos.
En lo que quedó un sabor dulce fue en la actuación de los argentinos. Sin dudas, lo más destacado estuvo del lado de Acasuso, que llegó a la final tras eliminar a Hicham Arazi, Albert Portas, Franco Squillari y Gastón Gaudio. Pero también fue bueno lo de Guillermo Cañas, que en dos partidos que normalmente perdía, derrotó a Francisco Clavet y a Hernán Gumy, además de sacarle un set en cero a Kuerten. A Gaudio y a Guillermo Coria se les frustró la posibilidad de acceder a la final, pero no quedaron en deuda, sobre todo por el espectacular segundo set que jugaron entre sí. Algo similar ocurrió con Squillari. Tal vez el más flojo haya sido Mariano Zabaleta, aunque dificultades físicas conspiraron contra su rendimiento.
La primera Copa AT&T ya es historia. Los organizadores tienen firmado el contrato por dos temporadas más y su sueño es conseguir más adelante un Masters Series, un status de torneo que obliga a los mejores jugadores del mundo a presentarse sin posibilidad de negarse. El primer paso ya se dio y, por lo visto, con mucha firmeza.
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