Por Irina Hauser
El mismo día que el Senado
norteamericano revele las conexiones del banquero Raúl Moneta con
el lavado de dinero y las coimas pagadas a IBM, el Consejo de la Magistratura
resolverá la suerte del juez que investigó sus maniobras
en el vaciamiento del Banco de Mendoza y ordenó su captura, Luis
Leiva. Si ningún cambio drástico ocurre, Leiva podrá
seguir ejerciendo la magistratura sin la amenaza de ser destituido. Todo
indica que en el plenario de hoy el dictamen acusatorio que impulsa el
juicio político en su contra no conseguirá el apoyo de los
dos tercios de los consejeros necesarios. Algunos miembros del cuerpo,
sin embargo, están buscando a toda costa que se postergue la votación.
El del mendocino Leiva podría convertirse en el primer dictamen
acusatorio que no logre la mayoría necesaria en el plenario de
la Magistratura para prosperar. Según la regla de los dos tercios,
si hoy asisten los 20 integrantes del cuerpo harían falta 14 votos
a favor de la destitución para que el juez sea enviado al jurado
de enjuiciamiento. Si concurren 18 consejeros como puede suceder
se necesitarán 12 votos.
La destitución de Leiva ha sido impulsada sin tregua por el menemista
Moneta. El tema desató arduas discusiones entre los consejeros.
Hasta ayer eran ocho los impulsores de su juicio político: Juan
Gersenobitz, Eduardo Orio, Fermín Garrote, Diego May Zubiría,
Miguel Angel Pichetto, Lelia Chaya, Augusto Alasino, Javier Fernández
Moores. A ellos se les habría sumado a último momento Bindo
Caviglione Fraga. Y lo mismo hará Ricardo Branda si, a pesar de
haber sido procesado por cohecho, decide concurrir al plenario. En el
otro wing, los opositores al dictamen acusatorio eran otros ocho: Pablo
Fernández, Carlos Maestro, Alfredo Vítolo, Claudio Kiper,
Margarita Argüelles, Humberto Quiroga Lavié, Juan Geminiani
y José Antonio Romerio Feris. A ellos se sumaría el voto
de Horacio Usandizaga, según le dijo a algunos compañeros.
Fiel a su tradición, el presidente del Consejo y de la Corte
Suprema, Julio Nazareno, se abstendría.
Ante las posiciones reñidas, y cuando está por salir a la
luz el informe estadounidense, ayer comenzaron a surgir planteos tendientes
a postergar la votación. Gersenobitz dijo en la reunión
de la Comisión de Acusación que se debería analizar
si cabe tener en cuenta los videos de las filmaciones ocultas hechas por
Moneta de sus propias reuniones, tema que deberá discutirse hoy.
A este diario le señaló que el cuerpo de auditores de la
Corte Suprema emitió recientemente un duro dictamen contra Leiva,
aún no firmado por los ministros del tribunal, en el que le cuestiona
cómo ingresó de Chile a Argentina 52 maletines para un congreso.
Garrote fue uno de los que más inquieto se mostró por el
asunto de los videos. Y algunos comentarios maliciosos señalaban
que es porque entre los clientes suyos figura (según el directorio
de estudios de abogados de la Argentina del 2000) la firma IBM, ligada
según los datos norteamericanos al Federal Bank (ver aparte), a
lo que sumaban que su secretaria, Adriana Scoccia, lo fue del juez Adolfo
Bagnasco, quien tiene la causa IBM-Banco Nación.
Usandizaga y Geminiani plantearon entre sus pares que no les alcanzó
el tiempo para analizar el complejo caso de Leiva, un argumento difícil
de sostener ya que es un expediente de larga data. Colaboradores de Fernández
cuestionaron la propuesta de Gersenobitz porque, dijeron, él mismo
pidió que se excluyera del expediente el testimonio de Elisa Carrió,
porque ya estaba terminada la recopilación de pruebas.
ACUERDO
EN LA COMISION PARA DICTAMINAR CONTRA POU
Faltan el cómo y el cuándo
Por Felipe Yapur
Entre los miembros de la comisión
especial bicameral del Congreso que deberá evaluar la actuación
del presidente del Banco Central frente a los casos de lavado de dinero
hay consenso para recomendar la remoción de Pedro Pou. Las diferencias
surgen a partir de cómo, cuándo y en qué momento
realizarlo. Las divergencias se dan fundamentalmente entre los radicales.
Algunos de ellos, más propensos a coincidir con los tiempos del
presidente Fernando de la Rúa, sostienen que habría que
extender el trabajo el tiempo suficiente como para que Pou caiga
por su propio peso. Otros, en tanto, sostienen que las condiciones
están dadas para recomendar la remoción en pocos días
más. Ayer, en su segundo encuentro, los legisladores estudiaron
el informe remitido por los diputados Elisa Carrió y Gustavo Gutiérrez,
que incluye dos auditorías realizadas por el Central al Banco República
de Raúl Moneta. Todos coincidieron en calificarlo como muy
valioso aunque incompleto a la hora de informar sobre
cuál fue la respuesta de Pou frente esa información, por
lo que solicitaron más precisiones al BCRA.
Dos horas duró la segunda reunión de la comisión
integrada por los senadores Mario Losada (UCR), Alcides López (UCR)
y Carlos Verna (PJ) y los diputados radicales Raúl Baglini y Víctor
Peláez.
Este tiempo sirvió para las diferencias de criterio entre los miembros
de la comisión volvieran a resurgir a partir de definir cuánta
más información necesita la comisión para emitir
una resolución. Fundamentalmente las discrepancias se dan entre
los radicales donde Losada y Baglini, más propensos a oír
las recomendaciones presidenciales, sostienen que todavía
es muy pronto para emitir opinión, que es preciso ser cautelosos
y hasta asegurar que recién tenemos el 10 por ciento de la
información necesaria. López y Peláez, en cambio,
no comparten esta visión y aseguran que la responsabilidad de Pou
se puede comprobar con algunos elementos más. Pero entre estos
dos últimos las coincidencias tampoco son totales. Mientras López
dice que Pou debería ser el único funcionario que tendría
que citar la comisión, el neuquino Peláez es de la teoría
que hay que convocar a funcionarios del Central que puedan aportar más
datos sobre la conducta de Pou. El justicialista Verna, en tanto, se limita
a acompañar las decisiones alcanzadas en conjunto y deja que las
diferencias las resuelva la mayoría radical.
En cuanto al informe de los diputados Carrió (UCR-Chaco) y Gutiérrez
(Demócrata-Mendoza), la totalidad de los miembros de la comisión
coincidieron ayer en destacar que es muy valioso, pero al
decir de uno de los integrantes de la comisión, deja en claro
que Moneta incurrió en conductas gravísimas, pero estos
papeles no dan cuenta de lo que hizo Pou para corregir o evitar estos
hechos como presidente del Banco Central.
Del material recibido, los legisladores se detuvieron especialmente en
los dos expedientes internos del Central que integran el informe de los
diputados y que resultan de sendas auditorías externas encargadas
por el BCRA para escudriñar los movimientos de fondos del banco
del menemista Moneta. Ambas auditorías otorgan bajísimas
calificaciones al República y dan cuenta de los exuberantes
e injustificados movimientos de dinero del banco a través
de entidades off shore que servían de cobertura, como el Federal
Bank. Estos datos generaron la idea de solicitar al Central las circulares
y resoluciones del directorio respecto al control del lavado de dinero
y específicamente referidas a estos dos expedientes. Necesitamos
ese material para poder tener la certeza de que el presidente del Banco
Central no cumplió con su deber de vigilar el funcionamiento del
mercado financiero, confió uno de los integrantes de la comisión.
Por último, los legisladores decidieron que sólo viajarán
a los Estados Unidos si el informe sobre lavado de dinero que realizó
el Senado de ese país tiene alguna información de carácter
reservado que no se dé a publicidad.
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