Por José Natanson
Luego de muchas horas de reunión,
el Gobierno logró ayer que los legisladores aliancistas de todo
el país firmaran un documento en el que se comprometen a impulsar
la reducción de los gastos de las cámaras provinciales:
la idea es que no superen el dos por ciento del presupuesto de cada distrito
y que las dietas se equiparen con los cuatro mil pesos que cobra un diputado
nacional. Aunque admitían que los resultados concretos tardarán
en verse, en el Gobierno se mostraban conformes con el resultado del encuentro.
La idea es instalar un clima para que el PJ no pueda negarse a avanzar
en el tema, explicaba un funcionario de Interior poco antes del
discurso de cierre de Fernando de la Rúa.
Los 400 legisladores fueron llegando desde temprano al Hotel Panamericano,
donde los esperaba el factótum del encuentro, el ministro del Interior,
Federico Storani. Divididos en comisiones, discutieron los diferentes
puntos del documento y otros temas, como la creación de un portal
que incluirá los datos de las legislaturas de cada provincia.
Pero lo más importante era el compromiso que Storani quería
tener listo y firmado por los dirigentes provinciales antes
de la llegada de De la Rúa. Básicamente, el objetivo era
establecer algún tipo de tope para los gastos de las cámaras
provinciales, cuidando al mismo tiempo la autonomía federal, y
establecer un límite al crecimiento de la planta de empleados.
Había varios problemas. El primero es que el Gobierno no puede
regular directamente la actividad de las legislaturas provinciales. Por
eso, en la redacción final se incluyó un párrafo
sobre las autonomías provinciales y se buscó una fórmula
que cuida la garantía federal: que los dirigentes provinciales
se comprometieran de manera individual a impulsar
la reducción de los gastos.
También fueron surgiendo otros inconvenientes. Por ejemplo, uno
de los objetivos era achicar las sobredimensionadas plantas de las legislaturas
prohibiendo la incorporación de nuevos trabajadores. Sin embargo,
cuando comenzaron a discutir cómo reducir las estructuras actuales,
advirtieron la inconveniencia de achicar las plantas, lo que podría
derivar en una avalancha de juicios de los trabajadores despedidos.
Fue una discusión larga. Finalmente, la viceministra del Interior,
Nilda Garré, el vicegobernador de Mendoza, Juan González
Gaviola, el secretario de Provincias, Walter Ceballos, y un conjunto de
legisladores provinciales que entraban y salían de una salita de
dos por cuatro terminaron de redactar el documento definitivo.
Los legisladores se comprometen a impulsar la reforma política
en sus provincias, avanzar en la modernización parlamentaria
y reducir el número de comisiones para agilizar el tratamiento
de las leyes. El capítulo 7 es el más importante: allí
ratifican su voluntad de profundizar la reducción del gasto
que insume la política y específicamente los poderes legislativos
provinciales. Por eso, el documento sostiene que los legisladores
provinciales de la Alianza procurarán establecer un parámetro
general que no supere el 2 por ciento del presupuesto general de la provincia.
Y buscarán achicar las dietas de manera tal que no superen las
de los diputados nacionales.
Poco antes de las siete de la tarde, De la Rúa entraba al Panamericano
y el subsecretario del Interior, César Martucci, corría
por los pasillos con la versión definitiva, que entregó
al Presidente segundos antes de que comenzara el discurso de cierre (ver
aparte).
Cansados luego de tantas horas de reunión, los funcionarios se
mostraban contentos con el desarrollo del encuentro. Aunque admitían
que es difícil que el documento se traduzca en avances inmediatos,
aseguraban que cumplieron con el objetivo de instalar el tema. Sabemos
que va a ser difícil convencer al PJ, que domina 17 de las 24 legislaturas,
explicaba un funcionario de Interior. Pero la idea era crear un
clima para que lesresulte difícil negarse a avanzar en la reducción
de los gastos. Queremos aprovechar el momento: la política está
muy desprestigiada y los legisladores que se nieguen a bajarse las dietas
van a tener que afrontar el costo, concluía.
ACTO
A NUEVE AÑOS DEL ATENTADO A LA EMBAJADA
Los Familiares, en el predio
Por
Raúl Kollmann
Como viene ocurriendo
en los últimos años, los dirigentes de la comunidad judía
argentina y la Embajada de Israel resolvieron no hacer un acto callejero
para recordar el noveno aniversario del atentado contra la sede diplomática
que aquel 17 de marzo de 1992 produjo 22 víctimas. Los familiares
de las víctimas y otras organizaciones decidieron, por el contrario,
convocar a una concentración en el predio donde estaba la embajada,
Arroyo y Suipacha, para el viernes 16. En ese acto, que comenzará
a las 14.30, hablarán la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela
de Carlotto, y Carlos Susevich, cuya hija murió en el ataque.
Según parece, los dirigentes de la comunidad judía argentina
mantienen el criterio de realizar actos de bajo perfil, sobre todo porque
consideran que no hay un gran estado de movilización que podría
asegurar una buena asistencia. En principio, el nuevo embajador de Israel
en la Argentina, Benjamín Orón, no estaba muy de acuerdo
con ese criterio, pero finalmente dio su visto bueno y todo indica que
el acto oficial por el aniversario del atentado se hará en el edificio
de la AMIA, Pasteur 633, donde se colocará una placa para recordar
a las 22 víctimas del ataque.
La concentración encabezada por los familiares se va hacer con
la consigna En el noveno aniversario de la masacre de la Embajada
de Israel, acto contra la impunidad en la Argentina. En un comunicado
distribuido ayer se menciona que se trata de una autoconvocatoria
que distintos sectores independientes de la colectividad judía
decidieron concretar ante la inexplicable decisión de la embajada
y las instancias rectoras de la comunidad, principalmente la DAIA, de
recordar aquel terrible crimen sólo con pequeñas ceremonias
en ámbitos cerrados. La concentración se va a realizar
en la llamada plaza seca, el predio donde estaba la embajada adquirido
por un grupo de ciudadanos judíos y no judíos para preservar
el recuerdo. El noveno aniversario encuentra la llamada causa-embajada
en una parálisis casi absoluta. La investigación prácticamente
no existió y hoy en día, aunque no está formalmente
cerrada, no se está haciendo casi ninguna diligencia. Se considera
que no hubo conexión local, sino que vino uno o dos individuos
desde Medio Oriente pasando por Brasil compraron una camioneta Ford F-100
con un documento brasileño trucho, le colocaron el explosivo que
supuestamente trajeron de afuera y luego un conductor suicida estacionó
frente a la representación diplomática haciendo estallar
la bomba. En ese esquema muy poco creíble no queda
ningún responsable en la Argentina y la única persona buscada
es un terrorista, Imad Mughnyha, supuestamente de la Jihad Islámica,
que nunca fue visto en Buenos Aires y, además, nadie sabe seguro
si existe o no existe.
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