Por Juan Jesús
Aznárez *
Desde Oaxaca, México
El subcomandante
Marcos equiparó ayer los planes de desarrollo económico
del gobierno mexicano con los estragos causados por la conquista española
hace cinco siglos, y llamó a una revolución contra el sistema,
a voltear el país y ponerlo como debe estar. Si en
el pasado se usó el látigo y la espada para conquistar
nuestra tierra afirmó, hoy se usa al ejército
y el engaño para lo mismo. Otra vez descalificado, el presidente,
Vicente Fox, fue identificado como el nuevo capataz al servicio
del dinero.
Miles de simpatizantes colmaron la plaza de la catedral de la principal
alameda de la capital de un estado de tres millones y medio de habitantes,
donde más de la mitad pertenece a una de las 16 etnias indias.
Los pueblos indios de todo México sobrevivimos en las más
escandalosas condiciones de miseria, bramó el intelectual
blanco, jefe del Ejército Zapatista de Liberación Nacional
(EZLN). sublevado en enero de 1994, quien parece querer erigirse en el
líder de los 10 millones de mexicanos pertenecientes a alguna etnia
indígena. El 28 por ciento de esos 10 millones, repartidos en los
cuatro puntos cardinales de este país de 100 millones de habitantes,
vive en el Estado visitado por Marcos en su recorrido hacia Puebla.
Horas antes de la llegada de la caravana, antizapatistas procedentes de
Chiapas repartieron cerca de 300 ejemplares de la Voz Nacional, una publicación
de combate que resumió en portada el aborrecimiento suscitado por
el subcomandante en algunos sectores. Marcos debe ir
a la cárcel, no a Los Pinos (residencia de los presidentes mexicanos).
El Obispo Samuel Ruiz García, creador de la guerrilla, Rafael
Sebastián Guillén Marcos y demás líderes
del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), son
autores intelectuales y materiales de la muerte de más de 200 mexicanos
y cientos de heridos, acusa un artículo firmado por cinco
personas.
Los ejemplares no llegaron hasta la plaza donde Marcos era aclamado por
indios, mestizos y criollos que lo perciben como un nuevo referente de
la izquierda nacional, escasamente pródiga en líderes de
talla. Los indígenas cultivan una relación existencial con
la tierra, y sobre ella incidió el jefe del Ejército Zapatista
de Liberación Nacional (EZLN) para rechazar radicalmente el programa
oficial de instalación de industrias en el sur, que consideró
depredador de la tierra y los recursos naturales. La intervención
de Oaxaca le distanció aún más del gobierno y de
su titular, Vicente Fox, cuyas declaraciones subrayando que él
también quiere la liberación indígena, el insurrecto
calificó de mentirosas.
Tampoco citó a los conquistadores españoles, pero no había
pérdida cuando recurrió a su comportamiento para arremeter
contra los proyectos económicos. ¿Creen que nos engañan?
¿Que lo hacen con algo nuevo? Porque nada tienen de diferente sus
pensamientos y métodos con los que hace cinco siglos intentaron
exterminarnos, y llamaron a su guerra de destrucción con el nombre
de civilización. Indios zapotecos, mixtecos o huaves, silenciosos
la mayor parte del tiempo, figuraban entre los asistentes al acto desarrollado
en una plaza tomada por las pancartas, las banderas y las reclamaciones
de justicia y equidad.
La caravana llegó ayer a Puebla saludando a su paso. Dejó
atrás a 250 simpatizantes italianos, españoles y franceses.
Sin avisar, ni comunicar las razones, los autobuses en que viajaban desde
Chiapas no aparecieron en el punto señalado para continuar ruta.
Civilización se llamaba la destrucción de nuestra
civilización y nuestra cultura, a las masacres de indígenas,
al despojo de sus tierras y riquezas, a la humillación y el desprecio
por nuestra cultura, tronó el subcomandante. A la burla
pornuestra lengua, al rechazo por nuestro vestido, al asco por nuestro
color moreno, que no es otro que el color de la tierra. Las secuencias
más aplaudidas eran refrendadas por la principal consigna de la
marcha hacia el Congreso de Ciudad de México: ¡Zapata,
vive; la lucha, sigue!. Otros coreaban ¡No están
solos!, ¡no están solos!, en referencia al EZLN.
En una de las escalas, los 24 jefes rebeldes, pasajeros del autobús
insignia, fueron expurgados de malos espíritus por chamanes zapotecas.
Marcos reiteró que no pretende la autonomía de los pueblos
indígenas para separarse de México sino para evitar que
este país termine hecho añicos y malbaratado.
Me gusta su causa del subcomandante, pero no el procedimiento
(la sublevación armada), comentaba una ilustrada matrona
zapoteca, ataviada con un colorido vestido tradicional. Reclamándole
procedimientos más expeditivos en un panfleto, el Partido Obrero
Socialista (POS) y la Juventud Socialista (JS), dos grupúsculos
del amplio abanico de apoyo al zapatismo, aconsejaban a Marcos que exigiera
la salida del ejército, no sólo de Chiapas, sino también
de Oaxaca, Hidalgo y otros estados.
* De El País de Madrid, especial para Página/12.
Claves
El objetivo de la larga
marcha zapatista, que culminará el 11 de marzo en Ciudad
de México, es lograr del Congreso la aprobación de
la nueva ley de derechos y cultura de los indígenas.
Paralelamente, y como
condición para reanudar el diálogo con el gobierno,
el subcomandante Marcos requiere tres señales
del nuevo presidente Vicente Fox: la liberación de todos
los zapatistas presos, el retiro de siete retenes militares de la
zona que ocupa la guerrilla en el sureño estado de Chiapas,
y la aprobación de la ley indígena.
Desde el gobierno, las
señales de distensión han sido hasta ahora la liberación
de 58 zapatistas presos y el retiro de cuatro de los siete retenes.
Además, el canciller Jorge Castañeda afirmó
ayer en Bruselas que el subcomandante Marcos podría hablar
en el Congreso mexicano antes de que se revisen las normas que sólo
autorizan a hacerlo a congresistas, senadores o altos gobernantes.
Y desde ambos lados,
se multiplican las acusaciones de mala fe.
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JORGE
CASTAÑEDA, CANCILLER MEXICANO
Queremos lo mismo que los zapatistas
Por Bosco Esteruelas
Desde Bruselas
Fox tiene los mismos objetivos
que la marcha zapatista. Jorge G. Castañeda, el académico
de izquierda de 47 años a quien el presidente Vicente Fox eligió
para dirigir la política exterior de México, responde de
esta manera a las acusaciones del subcomandante Marcos en el sentido de
estar bloqueando la reanudación de las negociaciones de paz.
¿El fuego de recriminaciones entre el EZLN y el gobierno
mexicano está dañando el significado de la marcha zapatista?
Ni lo más mínimo. No creo que tenga ninguna importancia
en comparación con el hecho fundamental de que esta marcha está
teniendo lugar, que se está llevando a cabo con plena tranquilidad,
con todas las garantías, toda la seguridad, todo el orden que requiere.
Es una marcha como ha dicho el presidente Fox por la paz, para la paz
y cuya causa e inspiración comparten la inmensa mayoría
de los mexicanos.
Pero el subcomandante Marcos los acusa de estar capitalizando todo
este proceso.
Insisto, lo más importante es que la marcha está teniendo
lugar, con tranquilidad y orden, provocando entusiasmo por parte de todos
los participantes, con toda transparencia y con un número muy importante
de extranjeros. Se habla de 400, 500.
El EZLN sostiene que el gobierno está incumpliendo las promesas
de poner en libertad a más presos zapatistas y de frenar la retirada
de tropas de Chiapas.
Si no me equivoco, el día 24 fueron excarcelados una veintena
de presos más. Lo importante es lo que ha planteado el presidente
Fox, que su disposición para seguir por ese camino es grande, pero
también quisiera ver alguna disposición del otro lado a
sentarse a iniciar el diálogo que debe desembocar en un final del
conflicto, no en un final de las causas milenarias del conflicto.
¿Les sorprende que los zapatistas elijan como representante
en las negociaciones a un líder guerrillero que no sea Marcos?
No, es un asunto enteramente de ellos. No tenemos nada que decir
ni tampoco nos sorprende. Ya veremos lo que acontece. Lo importante es
la voluntad muy clara del gobierno no sólo de permitir la marcha,
sino de apoyarla. Porque es una marcha cuyos objetivos son los del gobierno:
la aprobación de la ley de la COCOPA (Comisión para la Concordia
y la Paz) y la transformación del zapatismo en un movimiento político
que participe en la vida política del país. Esos son los
objetivos del gobierno y los de la marcha, con lo cual no puede haber
mayor coincidencia.
¿De qué modo van cambiar las relaciones de México
con Estados Unidos?
En algunos aspectos se están ya dando los cambios. El primero
es que se ha logrado colocar en la agenda el tema migratorio. Había
estado presente en la relación por más de un siglo, pero
no había estado en la agenda porque Estados Unidos no lo aceptaba
y México no había insistido. El logro más importante
del encuentro entre los presidentes Bush y Fox fue colocar este tema en
la agenda y la aceptación por parte de Estados Unidos de iniciar
negociaciones al más alto nivel a este respecto.
¿Esperan por parte norteamericana un gesto de amnistía
de mexicanos indocumentados?
Bueno, esperamos más que un gesto. Eso es parte de la negociación.
Obviamente, el tema de la situación legal de los mexicanos presentes
en Estados Unidos es un tema propio de la negociación y está
en la agenda junto con el de la violencia en la frontera o el de los programas
de trabajadores temporales o el de la ampliación de visas permanentes
para mexicanos.
¿Es de prever una mayor cooperación en la lucha contra
el narcotráfico?
El procurador (ministro de Justicia) norteamericano y su homólogo
mexicano van a reunirse el próximo 6 de marzo en Washington para
sentar las bases de una cooperación más estrecha, más
confiada, imbuida de confianza mutua a raíz en primer lugar de
las características del gobierno mexicano. El presidente Fox quiere
una mayor coordinación entre las agencias norteamericanas y las
agencias mexicanas. Ahora hay una gran dispersión, a veces hay
confusiones de buena fe, otras de media buena fe. Le gustaría ordenar
la cooperación, organizarla, basarla más en la confianza
y también, por supuesto, despejar del camino este proceso unilateral,
irritante y contraproducente que es la certificación.
¿Y en Guanajuato se abordó la idea de acabar con la
certificación sobre el narcotráfico?
El presidente Bush dijo muy claramente que haría llegar al
Congreso el mensaje de que hay un nuevo gobierno en México en el
que se puede confiar y que por tanto eso debe reflejarse en la actitud
del Congreso. En qué va a desembocar en concreto lo vamos a ver
en los próximos días o semanas cuando el Senado vote.
¿México irá a la III Cumbre de las Américas
el mes próximo en Quebec?
Tenemos las esperanzas de que se avance en las negociaciones sobre
el ALCA, aunque no es algo que nos tenga detenida la respiración.
Pero nos parece importante que se avance de la manera más expedita
posible. Si se puede poner en marcha en el año 2003, enhorabuena,
si no, cuando se pueda, pero no hay una postura de adelantar la fecha.
¿Está el nuevo gobierno satisfecho con los resultados
obtenidos hasta ahora con el Tratado de Libre Comercio TLC
con EE.UU. y Canadá o apuesta por reformas?
No se trata ni de revisarlo ni mucho menos de renegociarlo. Se trata
de ir más allá de lo que se pudo lograr en un momento determinado,
en una coyuntura determinada con relación a una política
regional, con relación al tema migratorio o al tema energético,
o sobre la creación de fondos de obtención de recursos canalizados
hacia ciertas regiones o ciertos sectores sociales o de temas de infraestructura.
Sobre el Plan Colombia para erradicar al narcotráfico, ¿la
Administración Fox tiene las mismas reservas que Europa?
De entrada apoyamos de forma decidida el proceso de paz y la reanudación
de las negociaciones de paz y la iniciativa del (presidente Andrés)
Pastrana de revivir el proceso. No hay otra salida que la negociación.
No existe una salida militar. Por cierto, esta opinión es compartida
por Estados Unidos. Pero en efecto puede existir la duda que la ayuda
que está recibiendo Colombia en la lucha contra el narcotráfico
pueda derivar en la ayuda para el esfuerzo contrainsurgente. Y eso podría
ser complicado para Colombia, para EE.UU. y para los países amigos
de Colombia como México. Preferiríamos que se le diera menos
acento militar y que se mantenga muy claramente el deslinde entre la lucha
contra el narcotráfico y la lucha contrainsurgente.
¿Logró Fox en Guanajuato persuadir a Bush para que
Estados Unidos cambie la política contra Cuba?
No, no trató de convencerlo. El presidente Fox reiteró
lo que por cierto otros presidentes de México tradicionalmente
han dicho, su oposición al bloqueo.
¿Pero, entonces, no hay cambios en la actitud hacia Cuba?
¿No pretende el nuevo gobierno adoptar una política más
pragmática respecto de otros gobiernos mexicanos?
Sí, puede haberlos, pero no en lo que se refiere al bloqueo.
Nos oponemos al bloqueo y estimamos que la postura de seguir tratando
de aislar a Cuba y de no mantener relaciones de ningún tipo es
contraproducente, injusta e ineficaz. Y esa postura la reiteró
con mucho vigor el presidente en las conversaciones de Guanajuato.
¿Y cómo va a votar México respecto de Cuba
en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU el mes próximo
en Ginebra?
Estamos analizando la situación y consultando con los países
latinoamericanos y Canadá si existe la posibilidad de un proyecto
común. México decidirá su voto en el momento que
deba hacerlo y cuando lo haga lo hará sin aceptar presiones de
nadie, ni de Estados Unidos ni tampoco de Cuba, ni presiones ni chantajes.
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