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EL SENADO DELATA LAS MENTIRAS DE
MONETA Y EL CITI Y SE ASOMBRA POR EL DINERO EN JUEGO
“El Citibank era socio con el grupo Moneta”

La parte argentina del informe final del Subcomité del Senado norteamericano resultó bastante más importante que las �apenas dos páginas� con que se ilusionaban los implicados. En 48 documentadas carillas, los investigadores explicaron en detalle las operaciones del Citibank con el M. A. Bank de Aldo Ducler, lavado de narcodólares incluido, y principalmente la relación con el Federal Bank de Raúl Moneta.

Fechas: La relación con el República (1989) coincide con la asunción de Carlos Menem; la cuenta con el Federal es de 1992, el comienzo de las privatizaciones.

Raúl Moneta, el banquero preferido de Menem, quedó en ridículo.
Había asegurado que no tenía nada que ver con el Federal Bank.

Por Susana Viau

El reporte del subcomité del Senado norteamericano, todavía sorprendido por una operatoria de magnitud “nunca vista”, ha dejado dos heridos graves en su primera embestida: el Citibank y Raúl Moneta. Los disparos se escaparon de la misma arma: el Federal Bank. El banco off shore de Bahamas, pivote de una vasta y prolongada operación de circulación de dinero de procedencia dudosa, fue definido, según los documentos incautados por el subcomité, por el propio Martín López, el hombre del Citibank encargado de las relaciones con el “Grupo Moneta”: era el canal utilizado por los clientes de “banca privada” para sacar dinero del país y reingresarlo blanqueado bajo la forma de “préstamos”. Ese continuo y gigantesco “back to back” que, en ocho años, movió mucho más de 4 mil millones de dólares correspondía a las 200 o 250 cuentas de clientes del Federal Bank. La revelación de la identidad de los titulares de esas cuentas, sin duda, podría encender la mecha del mayor escándalo políticojudicial y financiero de que se tenga memoria.
Prolijo, el Comité empezó por tratar de conocer las señas de los propietarios del Federal Bank: “En una conversación telefónica con la cabeza del Banco Central de Bahamas, éste confirmó al staff de minoría (del subcomité) que el actual propietario del Federal Bank es similar al reportado por el Citibank para el Grupo Moneta, con el 33 por ciento de las acciones para Raúl Moneta; 33 por ciento para los miembros de la familia Moneta; 30 por ciento para Benito Jaime Lucini; el 3 por ciento para Pablo Juan Lucini y el 1 por ciento propiedad de Jorge Rivarola”. El primer secreto a voces salía, con cierta facilidad y un telefonazo, a la luz. Raúl Juan Pedro Moneta no podrá continuar alegando que es ajeno a la fantasmagórica entidad.
En un segundo paso, un memorándum de febrero de 1997 firmado por Martín López dejaba pocas dudas respecto a cuál era la función del Federal Bank en la estructura operativa del Banco República: “a) para canalizar a los clientes de banca privada del Banco República, a los que les provee el back to back y un vehículo fuera de Argentina donde ellos pueden canalizar su dinero y reubicarlo en el Banco República por medio del Federal Bank (...), b) para canalizar el cash flow –el flujo de efectivo– de los socios del Banco República y servirse con estos depósitos y activos del Federal Bank como un puente, financiando los préstamos dirigidos a las compañías asociadas con el CEI y c) para financiar UFCO”. El “back to back” (que la grafía siempre práctica de los ejecutivos escribe como “b2b”) es ni más ni menos que el mecanismo por el cual se saca al exterior un dinero que vuelve en forma de “préstamos” otorgados por off shores o sociedades opacas. En buen romance, la forma más habitual de “blanqueo” o de “lavado”.
Luego, el subcomité indagó el rol del CEI (Citicorp Equity Investment), propietario en la actualidad de un amplísimos espectro de medios de comunicación: “El Citibank no era sólo corresponsal para el Banco República y el Federal Bank, el Citibank era también socio con el Grupo Moneta, el Banco República y, por un breve tiempo, con el Federal Bank en una compañía holding llamada CEI Citicorp Holdings (...) Para comprender la relación entre los bancos corresponsales es necesario también familiarizarse con su colaboración de negocios”. Tal como adelantó este diario en su edición del domingo 25, el Federal Bank era socio del Citi y de Moneta en el CEI. Un dato más para ilustrar que el Citi y Moneta falseaban la realidad cuando afirmaban ignorar quiénes eran los dueños del Federal Bank.
El informe puntualiza asimismo cuándo se iniciaron las relaciones de corresponsalía del Citibank con el Banco República y el Federal Bank: “El Citibank abrió su cuenta corresponsal con el Banco República en 1989. Y abrió su cuenta de corresponsal con el Federal Bank en 1992”. Las fechas no son una pura casualidad. La relación con el República (1989) coincide con la asunción presidencial de Carlos Menem; la cuenta corresponsal conel Federal es de 1992, el comienzo de las privatizaciones. El mismo citibanker responsable de las relaciones con el grupo Moneta, Martín López, reconoció ante el subcomité que, en esa calidad, “nunca visitó (el Federal Bank) y no sabe si alguien del Citibank lo hizo. Preguntado acerca de dónde estaba domiciliado el banco, Lopez dijo que “tenía el feeling” de que era en Uruguay, en las oficinas de “algún representante o abogado”.
El subcomité preguntó a Lagos por qué el Citibank había dicho ignorar quiénes eran los propietarios del Federal Bank y López contestó que no había visto la carta pero supo que el BCRA buscaba información sobre el Federal Bank y tuvo la impresión (nuevamente el feeling) de que el Central estaba “jugando algún tipo de juego”. Repreguntado acerca del sentido de esa frase, López explicó que porque uno de los firmantes de la carta había sido previamente el encargado de las relaciones con instituciones financieras del Boston Bank y “debía conocer a los propietarios del Federal Bank”. López agregó que mantuvo una conversación al respecto con el consejo del Citibank de Argentina y con su presidente, Carlos Fedrigotti, en la que opinó que el Citibank no debía responder positivamente el pedido de aclaración. Luego de esa charla, dijo, Fedrigotti escribió la carta y la envió. Agregó que Fedrigotti sabía “definitivamente” por esa época que el Federal Bank pertenecía al Grupo Moneta pero que, su negativa fue “técnicamente correcta” puesto que no tenía ninguna prueba legal para documentarlo y esa información debía estar guardada en el Citibank de Nueva York. Los formalismos y argumentos “técnicos” quizás no alcancen el viernes para que los “citibankers” respondan en audiencia pública por qué negaron conocer lo que conocían a la perfección. Carlos Fedrigotti es, junto a López, uno de los testimoniantes citados por el subcomité.
El subcomité del Senado hizo en su informe especial hincapié en el desusado volumen de las operaciones investigadas entre el Federal Bank, el Citibank de Nueva York y el Banco República: “El staff revisó las declaraciones mensuales del Federal Bank en su cuenta corresponsal del Citibank y determinó que (...) desde noviembre de 1992 hasta mayo del 2000 se movieron más de 4.400 millones de pesos . Esta cifra excede la cualquiera de los otros bancos off shore que, durante el mismo período, fueron examinados por el staff”.

Los cuates

El capítulo argentino del informe del subcomité de investigaciones denota en sus proporciones la importancia de las operaciones sospechosas de lavado realizadas por los bancos norteamericanos con los bancos argentinos. Los otros dos casos investigados, además del Federal Bank, son el de la financiera Mercado Abierto, propiedad del financista Aldo Ducler, acusado de canalizar el dinero del cartel de Juárez (ver páginas 4 y 5). Esas tres situaciones tienen para el subcomité un común denominador: la presencia del Citibank como banco corresponsal y como escala de la cuenta en la que se albergó parte de la coima del Proyecto Centenario.

 

Claves

Los investigadores del Senado norteamericano quedaron muy sorprendidos con la magnitud de las operaciones de la off shore Federal Bank.
Los asombró la cantidad de dinero transferida y la cantidad de movimientos en plazos notablemente cortos.
Carl Levin, el presidente del Subcomité, se ocupa de temas de lavado de dinero desde hace más de 20 años.
En el informe emitido ayer, los senadores dijeron que no habían visto un fenómeno así en ningún otro caso mundial.
Tal como adelantó Página/12, el Senado dio por probada que el Federal pertenecía a Raúl Moneta.
Estableció que el Citibank no solo sabía ese dato clave: también que ese régimen de propiedad era central en la relación entre el Citi y el Federal.
Para los senadores, la llave de esa centralidad está dada por la asociación entre el Citi y Moneta, que se extiende así al Citi y el Federal.
El subcomité retó al Citi porque no siguió normas estrictas sobre lavado de dinero frente a una entidad montada en un lugar que, como Bahamas hasta el año pasado, estaba considerada como plaza de alto riesgo por su capacidad de convertir dinero negro en blanco.
También explicó las triangulaciones con Mercado Abierto, de Aldo Ducler, y el propio Federal Bank, en un caso para reciclar dinero del narcotráfico y en otro para transferir, hasta donde pudo ser probado, un millón de dólares proveniente de coimas.

 

Maggio tiró la toalla

Pablo Maggio, abogado del Citibank, asesor de Nicolás Di Tullio en la entrevista que el hombre acusado de invertir dinero del cartel de Juárez mantuvo con el agente especial de la aduana norteamericana Perino, y asesor del director del Banco Central Manuel Domper, decidió ayer no volver a renovar su contrato con el BCRA. Según se explicó extraoficialmente, Maggio, que tenía un despacho al lado de Domper, encargado de monitorear el control de lavado de dinero, dijo que su alejamiento se debía al tratamiento que la prensa había dado a su nombre. Oficialmente, el Banco Central sí informó, en cambio, que “Pablo Maggio no es abogado de Nicolás Di Tullio. El abogado de Nicolás Di Tullio es Eduardo Marquardt”. Página/12 pudo corroborar que Marquardt compartió tareas profesionales junto a Daniel Saint-Jean, socio en la actualidad de Pablo Maggio y letrados ambos del Citibank NA.

 

LAS INVESTIGACIONES DE LA BICAMERAL PARLAMENTARIA
El foco puesto sobre Pou

Por Felipe Yapur

La comisión bicameral especial sobre el lavado de dinero celebrará hoy su tercer encuentro donde, como sucedió en los dos anteriores, recibirá más material y, según adelantaron sus integrantes, definirá un cronograma de citaciones entre las que estaría incluido Pedro Pou. La reunión se realizará inmediatamente después de que finalice la Asamblea Legislativa donde Fernando de la Rúa inaugurará el nuevo período de sesiones ordinarias.
Hace quince días los bloques de senadores y diputados de la Alianza anunciaron prácticamente al unísono la intención de impulsar la remoción de Pedro Pou de la presidencia del Banco Central de la República Argentina (BCRA), fruto de las denuncias por lavado de dinero. Los primeros convocaron a la comisión bicameral especial que debe aconsejar la continuidad o no del titular del Central al presidente Fernando de la Rúa. Los miembros de la Cámara baja anunciaron la conformación de una comisión investigadora. La primera funciona, lenta, pero por ahora camina. La de Diputados todavía no se concretó, aunque en el bloque oficialista juran que comienza la semana que viene.
Durante estas últimas dos semanas que pasaron, la conducción del bloque de la Alianza se reunió dos veces con los diputados que investigaron el lavado de dinero, la radical Elisa Carrió y el demócrata Gustavo Gutiérrez. En esos encuentros se acordó la convocatoria de la comisión investigadora, se decidió que estará integrada por los titulares de los bloques y se les ofreció a los dos legisladores la presidencia y la vicepresidencia de la comisión. Según fuentes de la bancada oficialista, éstos aceptaron el convite.
“No está pinchada la comisión”, aseguran en el sector frepasista, y agregan que “cuando regresen Carrió y Gutiérrez de los Estados Unidos la comisión comenzará a trabajar”. Asimismo indicaron que la duración de la comisión prácticamente está acordada y que no superará los tres meses. En el bloque radical, las coincidencias son totales.

 


 

“Los datos son contundentes”

Por Eduardo Tagliaferro

Detrás de su ronquera hay algo más que cansancio. La línea telefónica trae también cierta satisfacción por la contundencia del informe del Subcomité del Senado norteamericano. En diálogo con Página/12 desde Washington, la diputada Elisa Carrió dice que “se abre la posibilidad de construir una República en serio”.
–¿Tanto la entusiasmó la audiencia en la que se conoció el informe del subcomité presidido por el senador Carl Levin?
–La audiencia ha superado con creces todas las expectativas. Casi la mitad del informe está dedicado a las maniobras del Federal Bank en triangulación con el Banco República y el Citibank de Nueva York. En este sentido es más de lo que nosotros pensábamos, el informe ha sido contundente.
–¿En qué se expresa su contundencia?
–En los datos. Se ha demostrado que mintieron los miembros del Citibank de Nueva York, los responsables del Citibank Argentina y (el banquero Raúl) Moneta. Todos han mentido con el objetivo de esconder al verdadero dueño del Federal Bank. Hoy se sabe que el Federal Bank pertenece al grupo Moneta.
–Además de ocultar la pertenencia del Federal Bank a Moneta, ¿se ocultan detrás de esta maniobra fondos proveniente de la corrupción?
–El Federal Bank estaba destinado a encubrir y canalizar inversiones. En este informe se ha demostrado que hay operaciones sospechosas de millones y millones de dólares. Después habrá que determinar si el origen de estos fondos es la corrupción, dinero sucio de las privatizaciones, narcotráfico o alguna otra cosa.
–¿De este informe surgen indicios que la Justicia argentina podría incorporar a causas que estén en trámite?
–Se habla de la cuenta Daforel, mencionada en la causa por la venta ilegal de armas. En el tema de IBM-Banco Nación aparece Gastón Figueroa Alcorta (ex asesor de Claudia Bello). Pero hay casos en los que habrá que profundizar, por ejemplo el de un funcionario que no está acusado por la Justicia pero que tiene una cuenta de dos millones de dólares. Este funcionario va a tener que explicar el origen de esa cuenta. Nosotros sabemos que ahí hay un delito, pero en realidad, al no tener causa abierta en la Argentina, no hay evidencia, como sí la hay en el caso IBM-Banco Nación. Por eso el caso de este funcionario no figura en el informe.
–¿El Senado comprobó que detrás de Moneta hay personajes vinculados al poder político de la última década?
–En principio se prueba la complicidad de Moneta con John Reed, Richard Handley y Bill Rhodes, todos directivos del Citibank. Moneta es el testaferro de negocios que no pertenecen al sector político por excelencia, aunque pueda haber tenido, en algunos casos, negocios con funcionarios políticos.
–¿Todo esto con la aquiescencia de Pou, titular del BCRA?
–Estamos frente a una mega operación de lavado de dinero. La audiencia ha superado todas las expectativas, no sólo por el espacio que se le dedicó al tema sino también por la contundencia de lo datos. En este sentido es más de lo que nosotros pensábamos. Pou no sólo no investigó sino ahora también se informa que le habría expedido una especie de certificado a Carlos Fedrigotti para que esté presente en la audiencia del próximo viernes. Además habrá que investigar el comportamiento del directorio del Central. Entre ellos el caso de Javier Bolzico, un hombre de (Alberto) Kohan.
–¿Qué cambiará en la política argentina luego de este informe?
–El informe puede ser una bisagra. A partir de ahora se abre la posibilidad de construir una República en serio, ya que el modelo tuvo que tener una justicia adicta. Este informe es una reivindicación de la política, muestra que cuando hay voluntad y se trabaja se puede llegar ala verdad y la justicia. Ahora dependera de la investigación que se realice en la Argentina. Estamos frente a un hecho de relevancia mundial. Es el primer caso de lavado de dinero investigado por este subcomité que complica a las autoridades de bancos privados, del Central y de la Justicia. La batalla recién empieza.

 


 

“Al rengo hay que verlo caminar”

Por E. T.

Por un lado, estaba pendiente del informe del Subcomité del Senado norteamericano, ya que significaba la conclusión de años de investigaciones iniciadas en Mendoza, su provincia. Por el otro, el diputado Gustavo Gutiérrez seguía con atención el plenario que en Buenos Aires realizaba el Consejo de la Magistratura, finalmente frustrado, para decidir la suerte del juez Luis Leiva, que precisamente instruyó la caída del Banco Mendoza. “Tan sorprendidos por la falta de controles del BCRA, aquí están desconcertados por el no funcionamiento de la Justicia argentina”, dijo en diálogo con Página/12.
–¿El informe del Subcomité da precisiones, nombres y apellidos vinculados en la maniobra de triangulación de fondos? ¿Hay nombres vinculados a la política argentina?
–En la lista sí hay nombres. Pero sobre el informe no quiero hablar. Ni Carrió ni yo queremos farandulizar este tema. Hay que ver la operatoria en su conjunto. Todavía debemos leer atentamente el informe y hacer una traducción correcta. Luego ordenaremos las transferencias, fundamentalmente de los funcionarios públicos, y veremos cuáles son las figuras delictivas en las que se encuadrarían.
–¿Qué cargos podrían corresponderles a los implicados en las maniobras?
–Evasión impositiva es la figura en la que podrían encuadrarse transferencias de dinero tan importantes. También podría haber incumplimiento de los deberes de funcionario público. Hasta la sanción de la ley de lavado y su reglamentación, se consideraba lavado lo que provenía de la droga. Pero en los casos de evasión se puede aplicar la ley penal tributaria.
–¿Cuál fue la mayor sorpresa entre los investigadores norteamericanos?
–El contexto político en el que se produjo el informe es mucho más de lo que esperábamos. Por su dureza, el Senado norteamericano actuó contra el Citibank como lo hizo contra la empresa Microsoft.
–¿Qué otras cosas le llamaron la atención del subcomité?
–Nos llamó la atención la dureza del senador Carl Levin. Investigando el Citibank de Nueva York, no entienden cómo pudo manejar esa masa de fondos sin informar, sin que existieran controles del BCRA, sin que interviniera la Justicia. Más que por los incumplimientos del Central, aquí están desconcertados por la no existencia de Justicia en la Argentina.
–¿De este informe se desprenden pruebas que podrían ser incorporadas a expedientes como el de IBM-Banco Nación o la venta ilegal de armas, por ejemplo?
–Si la Justicia argentina quiere investigar hay elementos. En la Argentina no se está investigando a nadie, salvo a (Víctor) Alderete y María Julia Alsogaray.
–¿Evalúa que la Justicia argentina iniciará nuevas actuaciones?
–Le voy a responder con un dicho del campo. Al rengo hay que verlo caminar para ver de que lado renguea. Si nosotros nos hubiéramos comportado como el juez Adolfo Bagnasco, que cada vez que venía a Estados Unidos realizaba una conferencia de prensa, seguramente no hubiéramos avanzado mucho. Como muestra fíjese como se comportó el Consejo de la Magistratura en el caso del juez Luis Leiva.
–¿Qué opinión tiene de la reunión plenaria del Consejo?
–Poca vida le doy al Consejo de la Magistratura si acepta presiones como las que realizaron Moneta y Manzano, que se encargaron personalmente de llamar a los consejeros para influir en su decisión. Si no pregúntele al senador Antonio Romero Feris, que no atendió sus llamados.
–¿Qué se puede esperar de las audiencias públicas de hoy y mañana? ¿Cómo continúa el tema?
–Las audiencias serán muy importantes. Se podrán escuchar explicaciones de boca de los propios funcionarios del Citibank, e incluso existe la posibilidad que alguno de ellos se arrepienta y confiese mayores cosas. El Senado nos hizo depositarios de las 25 cajas con el detalle del informe y la documentación de las transferencias y boletas de depósitos. Nosotros las entregaremos a las autoridades del Parlamento argentino.

 

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