Por Irina Hauser
A pesar de las revelaciones
del Senado norteamericano contra Raúl Moneta, al banquero preferido
de Carlos Menem no le fue tan mal en sus gestiones en el Consejo de la
Magistratura. Los consejeros que impulsan el juicio político contra
Luis Leiva, el juez de Mendoza que investigó y hace dos años
ordenó la captura de Moneta, lograron postergar el tratamiento
del caso. Si el dictamen acusatorio se hubiera votado en el plenario de
ayer, como estaba previsto, no hubiera conseguido los dos tercios necesarios
y Leiva hubiera podido seguir impartiendo Justicia tranquilo. El plenario
acordó que el expediente vuelva a la Comisión de Acusación
con el argumento de que se le debe agregar un dictamen contra el magistrado
que durmió por tres años el sueño de los justos en
la Corte Suprema. Durante la agitada sesión, Carlos Maestro y Pablo
Fernández revelaron que fueron presionados por las huestes de Moneta
para apoyar la remoción de Leiva. A casi nadie pareció preocuparle
si, por ejemplo, las presiones son moneda corriente. Como mucho, algunos
expresaron su solidaridad por la desgracia de sus pares.
Para decidir la postergación del debate sobre el juicio político
contra Leiva, que mientras tanto sigue ejerciendo la magistratura, bastaba
con una mayoría simple. Ayer el plenario tuvo asistencia perfecta,
incluido el titular del cuerpo y también de la Corte Suprema,
Julio Nazareno, que suele desaparecer en casos resonantes. De los veinte
consejeros doce resolvieron, como salida intermedia, devolver las actuaciones
a la Comisión de Acusación. Con esa misma proporción,
sin embargo, hubiera quedado desestimado el dictamen acusatorio que estaba
previsto tratar porque no se alcanzaban los dos tercios requeridos. Esto
indica que, a menos que alguien cambie abruptamente de opinión,
el pedido de remoción contra el juez más tarde o más
temprano será rechazado.
Si alguien cree que nos compró Moneta que lo diga acá,
estalló en plena sesión, aunque nadie le había dicho
nada, la menemista Lelia Chaya.
El exabrupto de la salteña sucedió a las declaraciones de
los aliancistas Fernández y Maestro. Hemos recibido la presión
incluso personal de Moneta, y me hago cargo de lo que digo, confesó
el diputado Fernández. Maestro, ex gobernador de Chubut, dijo que
había sido presionado para que cambiara de temperamento
a través del canal de televisión Supercanal de su provincia,
propiedad del grupo Vila-Manzano, vinculado a Moneta. Maestro contó
que el martes se difundieron imágenes que mostraban a Moneta dialogando
con un abogado y leyendas sobreimpresas con un mensaje dirigido a él
que le sugería que repensara su voto favorable a Leiva y no se
arrepintiera como seguramente está arrepentido por
el perdón que, como gobernador, le concedió a Mario Sayago,
quien había estado preso por la violación y el asesinato
de una nena de siete años. Las leyendas también acusaban
a Leiva de haber querido extorsionar al titular del Supercanal Holding,
contó Maestro.
Leiva, vale recordarlo, disputó la competencia en la causa sobre
el vaciamiento del Banco de Mendoza, con su colega porteño Gustavo
Literas. Leiva pidió la captura de Moneta, que estuvo prófugo.
Literas después se quedó con el expediente, y un día
que faltó al trabajo, su subrogante Carlos Liporaci quien
ayer renunció favoreció al banquero con una eximición
de prisión, decisión que el juez titular no cambió.
Al mendocino se lo acusa, entre otras cosas, por escriturar un terreno
por un valor menor al real, beneficiar a imputados en causas por contrabando
y mantener detenido a un menor en una cárcel para mayores.
No soy coimera, nunca robé ni cobré por ninguna gestión,
autorretrataba Chaya, para defender su posición contraria a Leiva.
A Maestro quiero decirle que lo lamento, añadió.
Fue Bindo Caviglione Fraga quien propuso postergar el debate para analizar
el dictamen de los auditores de la Corte que acusa a Leiva haber ingresado
por contrabando desde Chile cincuenta portafolios para el Encuentro Nacional
de Jueces Federales, que se hizo en Mendoza en 1995. Ese sumario estaba
a estudio desde 1997. Curiosamente, el titular del cuerpo de auditores,
Jorge Dal Zotto, recién le presentó el martes pasado a los
ministros la resolución que ordenaría que se abra una causa
penal y que Leiva pague una multa. Los supremos aún deben estudiarla.
Así, la pesquisa de los auditores que hasta hace unos días
gozaba de absoluto olvido, de pronto se convirtió en un elemento
crucial. No fue la única sorpresa del día: se sumó
la presencia del senador justicialista Ricardo Branda, imputado en la
causa de los sobornos y procesado por haber aceptado una dádiva,
quien recibió cariñosas palmadas en la espalda de sus compañeros,
como si no pasara nada. Confío en que se tomará una
actitud objetiva, dijo paradójicamente Branda, y apoyó
la postergación del debate.
Mario Gersenobitz rechazó las comparaciones de la celeridad con
que se trató el caso de Liporaci con las dilaciones en el de Leiva.
Siempre pensamos que este tema de los maletines era crucial porque
definía un perfil. Por eso es importante la auditoría de
la Corte, dijo el menemista Miguel Pichetto para avalar la inclusión
de ese informe como prueba.
Además de Chaya, Caviglione Fraga, Gersenobitz, Branda y Pichetto,
aprobaron el retorno del caso a Acusación a la espera de los resultados
de la Corte los abogados Fermín Garrote, Diego May Zubiría
y Eduardo Orio, el senador Augusto Alasino (PJ) y Horacio Usandizaga (Alianza)
y los jueces Margarita Gudiño de Argüelles y Javier Fernández
Moores.
Yo pido que se vote el dictamen hoy y según lo que diga la
resolución de la Corte, que se abra otro proceso, postuló
el académico Humberto Quiroga Lavié. Una propuesta que acompañaron,
sin éxito, Fernández, Maestro, el senador José Antonio
Romero Feris, el juez Claudio Kiper, el académico Juan Geminiani
y el representante del Poder Ejecutivo Alfredo Vítolo. Muchos de
ellos recordaron, además, que el asunto de los maletines ya había
sido analizado por el propio Consejo. Nazareno, después de haber
entrado y salido de la sala varias veces, habano en mano, se abstuvo.
A diferencia de otras audiencias, ayer no acudió la hinchada de
mujeres de Moneta. Sin hacer alharaca, sólo estuvieron su secretario
privado y, por un instante, su hijo mayor. Ahora el expediente seguirá
dando vueltas quién sabe cuánto tiempo más. Allegados
a la Corte dijeron que piensan sostener la misma tranquilidad que
hasta ahora, léase, no tienen apuro en resolver nada. Miembros
de Acusación dicen que podrían endurecer el dictamen acusatorio.
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