Por Alfredo Zaiat
En dos semanas enviaremos
las cajas. Esa simple frase no tendría la menor importancia
si no fuera porque la pronunció ayer Carl Levin, presidente del
Subcomité del Senado de Estados Unidos que ha dado a conocer un
explosivo informe sobre el manejo de dinero negro en un circuito que tenía
como postas al Citibank, el Banco República y el Federal Bank del
Grupo Moneta. Y esas palabras tampoco tendrían mucho valor si no
fuera porque esa voluntad manifestada por Levin puede provocar en Argentina
un terremoto político de proporciones. En el interior de esas cajas,
que ocupan toda una pieza entera y que fueron entregadas por el Citibank
Nueva York a los senadores americanos, están, entre otros documentos
valiosos, las más de 200 cuentas, sus titulares y cada uno de sus
movimientos registrados en el Federal Bank. En esas cuentas figuran altos
funcionarios del gobierno menemista, empresas importantes y conocidas
y todos los movimientos del CEI (Citi, República, Telefónica),
informó Luis Balaguer, el contador mendocino que lleva años
investigando los manejos del Grupo Moneta y el único argentino
que conoce el contenido de cada uno de los papeles de esas cajas explosivas.
Luego de la primera jornada de la audiencia, Levin brindó una conferencia
de prensa, indicando que han tenido muchos requerimientos
para recibir las famosas cajas, y que mañana (por hoy) anunciaremos
a quiénes se las enviaremos. La Justicia, el Gobierno y Diputados
serían el destino. El tiempo de dos semanas establecido por Levin
se debe, según destacó, a los procedimientos burocráticos
propios de la Cámara alta americana.
Levin también precisó que el interés que los motiva
a realizar esta investigación es el Citibank, y no el accionar
del Banco Central de la República Argentina. Estamos pensando
con Susan Collins (la republicana también titular del subcomité)
cómo cambiar las leyes, y estudiamos si no sería conveniente
prohibir a bancos americanos tener relaciones comerciales y financieras
con shell banks (bancos pantallas, como el Federal Bank), afirmó.
Unos minutos antes, Levin leyó un discurso de presentación
de la audiencia que impresionó por su contundencia a los presentes,
que no podían menos que relacionarlo con los movimientos millonarios
de dinero negro del Citi con los bancos de Moneta. Sus principales definiciones
fueron las siguientes:
Algunos de esos bancos
extranjeros de alto riesgo (los shell banks) están involucrados
en comportamientos delictivos, como fraudes financieros, y tienen clientes
involucrados en tráfico de drogas y corrupción política.
Luego mencionó a varias off shore, incluyendo al Federal Bank,
entidad inscripta en el paraíso fiscal de Bahamas perteneciente
a Moneta, tal como quedó demostrado en el informe del Senado de
Estados Unidos.
Uno se debe preguntar
por qué un banco estadounidense (el Citi) querría hacer
negocios con un banco que no quiere hacer transacciones en su lugar de
origen (el República).
Siguen creciendo los
bancos off shore pese a que las quejas internacionales sobre los fraudes
internacionales también siguen creciendo.
Son vehículo de
lavado de dinero, de evasión impositiva y otros delitos.
No podemos gastar miles
de millones de dólares de los contribuyentes para confiscar droga
y erradicar cultivos de coca, y al mismo tiempo dejar a los barones de
la droga depositar sus ganancias ilegales de la droga en bancos extranjeros
que tienen cuentas en bancos corresponsales.
No somos coherentes si
condenamos la corrupción en la práctica de los negocios
internacionales y consideramos ilegal el pago de sobornos porparte de
nuestros empresarios a funcionarios extranjeros, y al mismo tiempo dejamos
que el dinero de esas coimas sea depositado en cuentas de bancos estadounidenses
para que ganen intereses.
No podemos luchar en
favor de los derechos humanos en toda partes del mundo, y al mismo tiempo
permitir que los funcionarios corruptos de esos países le roben
a su propia gente y que los fondos de la corrupción se depositen
en bancos de Estados Unidos para aprovechar el secreto de nuestro sistema
bancario de EE.UU.
Este mismo senador será quien enviará en dos semanas a la
Argentina decenas de cajas con documentación que permitirá
abrir una investigación sobre parte del circuito del dinero negro
en la década del menemismo, que puede tener derivaciones insospechadas
no sólo para el Citi, sino para muchas de las empresas que participaron
en el proceso de privatización de los 90 y en la compra de
medios de comunicación.
PRESENTACIONES
DEL CITI ANTE EL SUBCOMITE DEL SENADO
La carta de Pou que lleva Fedrigotti
Por A. Z.
Carlos Fedrigotti, Jorge Bermúdez
y Martín López se pararán hoy en el estrado y enfrente
estará Susan Collins, la republicana y cotitular del Subcomité
del Senado norteamericano, que les tomará juramento. Jurarán
decir toda la verdad. Los tres ejecutivos del Citibank ingresarán
a la sala, que será más grande que la de ayer de la jornada
inaugural de las audiencias, porque se espera una concurrencia más
numerosa para escuchar las preguntas de los senadores y las respuestas
de esos banqueros. Fedrigotti, actual titular del Citi en Argentina, presentará
su arma de defensa. Esta fue otorgada por el presidente del Banco Central,
Pedro Pou, el mismo que lo había amenazado con denunciarlo penalmente,
para luego arrepentirse. Ante la adversidad, por las contundentes pruebas
presentadas en el informe de los senadores americanos, el Citi y Pou se
han transformando en aliados. Fedrigotti presentó al Subcomité
una carta de Pou en la cual se destaca que el Citi no ha violado normas
legales que ameriten la iniciación de acciones judiciales.
Página/12 tuvo acceso a esa carta y a la que envió posteriormente
los abogados del Citi al Subcomité del Senado americano. La misiva
de Pou está fechada el 26 de febrero. Un día después,
el buffet americano Wilmer, Cutler & Pickering, que atiende asuntos
del Citibank, con oficinas en 2445 M Street N.W., Washington, con la firma
de Jane Sherburne, se dirige a Linda Gustitus, asesora del senador Carl
Levin, para hacerle saber del aval del Banco Central (se publican aparte
facsímiles de ambas cartas).
Pou le destaca a Fedrigotti que el motivo de la carta es en relación
con las notas cursadas por Citibank N.A. con fechas 17 de mayo de 1999,
1º de agosto de 2000, 6 de setiembre de 2000, y 12 de febrero de
2001, todas ellas relacionadas con la información en poder de vuestra
entidad referida al Federal Bank Limited. Esta entidad es una de
los bancos off shore de Raúl Moneta por donde circularon miles
de millones de dólares de dinero negro durante los años
del gobierno menemista.
El segundo párrafo es el saludado por el Citi. Y dice lo siguiente:
Al respecto (información sobre el Federal Bank), le informo
(Pou a Fedrigotti) que conforme han dictaminado las distintas áreas
técnico legales de este Banco Central no se ha configurado una
infracción legal que amerite la iniciación de acciones judiciales
y/o administrativofinancieras en contra de la entidad a su cargo.
Al final, Pou sólo se queja de que el Citi no haya aportado la
información cuando fue requerida y no tiempo después
a resultas de una investigación llevada a cabo en un país
extranjero.
La responsabilidad del Citibank en el movimiento del dinero negro a través
del Banco República y el Federal Bank ha quedado demostrado en
el informe de los senadores americanos. Y su política deliberada
de ocultar datos sobre los dueños del Federal Bank también
ha quedado en evidencia en esa investigación. Las deficiencias
en el control por parte del Banco Central también ha sido señalado.
El informe de los senadores americanos es contundente para ambas partes
afirmando que ... en 1999, cuando el Banco Central de la Argentina
le pidió específicamente al presidente del Citibank Argentina,
Carlos Fedrigotti, toda la información sobre el Federal
Bank, Fedrigotti dijo: nuestros registros no contienen información
que nos permita determinar a quién pertenece el Federal Bank.
Por su inusual respuesta, surge la pregunta de por qué el Citibank
no fue preciso. Las hipótesis señaladas son tres:
1 Por pedido del
Grupo Moneta.
2 Porque el Federal
Bank servía para prestar dinero a entidades relacionadas con el
CEI (donde el Citi tiene una participación accionaria) estaba ayudando
a Moneta para evitar sanciones del Banco Central por violar los límites
en materia de préstamos a entidades relacionadas.
3 Porque el Citibank
no quería poner en evidencia el descuido del Banco Central con
el Federal Bank.
Ya sea por alguna de ellas o por las tres puesto que no son excluyentes,
el Citi y el Banco Central van de la mano en este escándalo de
lavado de dinero. Esas cartas muestran la solidaridad cruzada ante el
infortunio compartido de estar en el banquillo de los acusados.
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