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Por Suzanne Goldenberg
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Desde Tel Aviv
 Una camioneta-taxi que llevaba
a un terrorista palestino y a su carga letal de explosivos por un campo
en Israel explotó en un retén caminero en Galilea ayer,
matando a una persona e hiriendo a nueve. La televisión israelí
dijo que por lo menos un terrorista palestino había subido al taxi
cerca de Tel Aviv, y que sus otros pasajeros, que eran árabes y
judíos, no tenían idea de que estaban viajando junto a una
bomba de 2 kilos. No quedó claro inmediatamente si el muerto era
uno de los terroristas. La policía dijo que había estado
rastreando una célula militante palestina durante 24 horas, después
que la policía detonara un aparato explosivo en una concurrida
calle central en Tel Aviv. La bomba, igual que la de ayer, estaba diseñada
para ser detonada por medio de un celular.
Se cree que el terrorista detonó la bomba de ayer después
de que el taxi se detuvo en un retén caminero cerca de la ciudad
árabe de Umm al Fahim en el norte de Galilea. La fuerza de la explosión
voló el techo de la camioneta taxi blanca y destrozó los
parabrisas de los vehículos que pasaban. También le arrancó
las piernas a un sospechado de terrorismo que la policía dijo que
era un hombre palestino de la ciudad de Jenin, en Cisjordania. El individuo
confesó haber planeado el frustrado ataque del miércoles,
dijo la policía, que previamente se había adjudicado un
grupo desconocido, llamado el “Regreso de las Brigadas”. “Escuché
una explosión fuerte... Vi partes de cuerpos, la mano de alguno”,
dijo David Grosser, un camionero que estaba presente en el lugar. “Todos
estaban en shock. Yo lloré durante media hora. Hoy me toca a mí,
mañana a usted.”
Nadie se adjudicó la explosión, pero al igual que en ataques
anteriores dentro de las fronteras del Estado judío, durante estos
cinco meses de alzamientos palestinos, los funcionarios israelíes
acusaron a Yasser Arafat de ser el responsable indirecto. El viceministro
saliente de Defensa, Efraim Sneh, dijo que la Autoridad Palestina de Arafat
había fracasado en refrenar a los militantes del Jihad Islámico
–que se han adjudicado muchas de las bombas durante los últimos
cinco meses– o a los Hamas. “Mientras los activistas de Hamas
y de Jihad están caminando libremente en Cisjordania y Gaza, la
responsabilidad es de aquellos que los dejan caminar libremente –dijo
Sneh–. Consideramos a la Autoridad Palestina responsable de la situación.”
El ataque de ayer sucedió mientras el primer ministro electo de
la línea dura de Israel, Ariel Sharon, entra en las etapas finales
de su empresa de reunir un gobierno de unidad nacional que se espera que
actúe aún más duramente contra el levantamiento palestino.
En los últimos días, algunos consejeros de Sharon pidieron
que se apure el asesinato selectivo de líderes de la Intifada y
se aumente el bloqueo sobre Cisjordania y Gaza. Sus demandas fueron aún
más estridentes ayer. “No podemos hablar en inglés
aquí, esto es Medio Oriente –dijo ayer Meir Sheetrit, un antiguo
líder del partido Likud de Sharon–. Aquí debemos hablar
en árabe.” Anteayer, el jefe del ejército de Israel,
Shaul Mofaz, dijo que los militares considerarían reocupar las
áreas de Cisjordania y de Gaza ahora bajo gobierno palestino. Las
declaraciones del general Mofaz de visitar a líderes judíos
se toparon ayer con la respuesta enojada de los funcionarios palestinos
de seguridad. “El debía saber que la peor clase de terrorismo
y de violencia es la ocupación”, dijo Jibril Rajoub, jefe
de la seguridad preventiva palestina en Cisjordania.
Mientras tanto, se perfilaban los contornos del gobierno de unidad nacional
de Sharon: el veterano laborista Shimon Peres, artífice de los
acuerdos de Oslo, será casi seguramente el canciller, mientras
para la cartera de Defensa se decidirá entre tres generales retirados,
también del laborismo: Binyamin Ben Eliezer, Efraim Sneh y Matan
Vilnai.
* De The Guardian de Gran Bretaña especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère
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