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ADEMAS DE LOPEZ MURPHY, QUIERE A CAVALLO Y ALESSANDRO
Acá empiezan (pero no terminan) los deseos del Presidente

Fernando de la Rúa anunciará hoy si la salida de José Luis Machinea es �medio OK�, solo un cambio de ministro, una ampliación del espacio del Frepaso en el gabinete o la extensión de la Alianza hasta Domingo Cavallo, si es que el ex ministro de Menem se incorpora en persona o bendice a una figura suya para un cargo en el Banco Central. La trama secreta y los cabildeos.

Radiografía: Quienes mejor conocen a Cavallo descreen que se eventualmente se conforme con el mero control de las entidades financieras.

Por Sergio Moreno

El viernes, el Presidente se había quedado sin un ministro. Ayer no tenía gabinete: al promediar la tarde, atentos a una sugerencia suya, todos los miembros del Gabinete presentaron la renuncia a sus cargos. Fue un intento del Gobierno para amenguar la salida del titular de Economía (ex desde anteayer) José Luis Machinea, y una insinuación de que esta movida se trata de un “relanzamiento” y una demostración de autoridad presidencial. La ampulosidad del gesto no impidió, no obstante, que Fernando de la Rúa se reconcentre en el eje de esta transición, que es la designación del nuevo jefe del Palacio de Hacienda: Ricardo López Murphy era, hasta anoche, quien contaba con el fervor del Presidente a la vez que, según confiaron a Página/12 dos ministros y tres altos funcionarios de la administración, Domingo Felipe Cavallo habría aceptado hacerse cargo del Banco Central en cuanto Pedro Pou deje el sillón disponible.
En Olivos esperaban ansiosos la llegada del ministro de Defensa al país, proveniente de París, para escuchar sus condiciones, una de las cuales será que el oficialismo, unido, apoye las medidas que piensa tomar. En ese esquema –que contempla también ampliar la participación y el compromiso del Frepaso en/con el Gobierno– le fue ofrecida la Secretaría General de la Presidencia al frepasista Darío Alessandro. La respuesta quedó pendiente para hoy.
Si la iniciativa de modificar el gabinete hubiese ocurrido antes del viernes, el Presidente se habría anotado muchos puntos a su favor. Pero como es dable esperar de su estilo, De la Rúa decidió realizar la jugada grande después (un día después) de la renuncia de Machinea. La decisión comenzó a cobrar forma con el transcurso de las horas del sábado. Por la mañana fueron llegando los ministros a Olivos. Con ellos se estableció una tertulia interrumpida durante toda la jornada por llamados telefónicos, mini-reuniones y entradas y salidas de los protagonistas. El almuerzo encontró al Presidente sentado a la mesa junto a su hermano y ministro de Justicia, Jorge, a la titular de Trabajo, Patricia Bullrich, y al ministro del Interior, Federico Storani, frente a frugales raciones de pollo con papitas y no menos económicos flanes, de postre.
De la Rúa, Fernando, ya se había comunicado en dos oportunidades con López Murphy, a quien informó sobre sus anhelos de mudarlo al Palacio de Hacienda.

Olvídate de París

“Va tranquilo. Va a hacer su propuesta, va a escuchar los que le diga el Presidente y después decidirá.” Así habló el asesor de López Murphy frente a la sala VIP de embarque del aeropuerto Charles De Gaulle de París con el corresponsal de Página/12 en Francia. Esa confianza estaba acrecentada por la convocatoria a ejercer el cargo más importante de la economía argentina. Los allegados de López Murphy hablaron de “condiciones” que el ministro de Defensa (él no pudo renunciar porque estaba en vuelo hacia Buenos Aires) plantearía para dar el otro “medio OK”. No fue casual que Abel Viglione, economista de FIEL, planteara oportunamente a media tarde de ayer la necesidad de “asegurar un blindaje político”. Traducido: encuadrar a todo el oficialismo detrás del programa que proponga el nuevo ministro de Economía. “Los cuestionamientos políticos se lo fagocitan a cualquiera. Así no hay ministro que pueda sobrevivir”, dijo Viglione.
“Es el temor de Ricardo (López Murphy). El tiene sus ideas claras. Para ponerlas en marcha necesita apoyo político. De eso va a pedir garantías mañana (por hoy) al Presidente para aceptar”, confió a este diario un importante dirigente radical que lo conoce desde hace años. El mismo hombre dijo: “Ricardo no le puso bolilla negra a Cavallo”.
La afirmación refería a la otra versión lanzada desde el areópago del poder: que López Murphy aceptaría el Ministerio si Cavallo no era designado al frente del BCRA, previa despedida de Pou. Estilos diferentes, concepciones de la economía distantes, uno (López Murphy) es un ortodoxode la disciplina fiscal del Estado, el otro (Cavallo) es un heterodoxo que, además, no resistiría la tentación de ejercer de ombudsman ante cada medida que amague tomar el ex titular de FIEL. “Cavallo en cualquier parte del Gobierno es el Gobierno”, alertaban ayer influyentes dirigentes del radicalismo, que cerraron filas tras López Murphy como si fuese la imagen rediviva de John Maynard Keynes y no el hombre que tiene a la derecha de su pensamiento económico sólo la pared. El razonamiento de los radicales tendiente a demostrar la incompatibilidad en la coexistencia de los dos gordos de la economía remataba en una cuestión de temperamentos, fuerte en ambos economistas, de pocas pulgas y propensos a dirimir sus diferencias a los gritos. “En el caso de Cavallo, a través de los medios”, agregaban.

El padre de la criatura

La dupla ideal que anhela el Presidente es López Murphy en Economía y Cavallo en el Central, según confiaron a Página/12 un ministro y un funcionario de su estrecha cercanía. Los esfuerzos por incorporar al Gobierno al padre de la Convertibilidad son un intento de conformar a los mercados, los mismos –inasibles y caprichosos– que terminaron evaporando a Machinea a pesar de haber hecho todos los deberes que le exigieron. El viernes, el propio De la Rúa mantuvo una conversación telefónica con el ex ministro de Carlos Menem que ayer fue rematada con una reunión que concretó el jefe de Gabinete, Chrystian Colombo, en el edificio de la ex Somisa.
Aquí también coexisten varias versiones. En una coincidieron dos importantes integrantes del Gobierno: el cargo le fue ofrecido y Cavallo habría aceptado bajo la condición de que la eyección de Pou se realice siguiendo todos los caminos institucionales. La otra pertenece a un allegado al iracundo presidente de Acción Por la República: sólo acepta jugar en primera, equiparando –excesivamente– al BCRA con las ligas menores. Y nunca existió ofrecimiento alguno.
La tercera versión: Cavallo no acepta el cargo pero sí que lo ocupe uno de los suyos, Adolfo Sturzenegger que, para colmo de bienes, fue radical, amigo y compañero de ruta en el pensamiento económico de López Murphy.
De cualquier forma, las versiones oficiosas emanadas de Olivos hacen las veces de guiño al establishment y derraman un bálsamo de tranquilidad hasta tanto se defina el asunto. Después de todo, el recambio en el Central llegará, quizá, cuando promedie marzo, después de que la comisión bicameral que investiga a Pou se expida y sugiera al Presidente que termine con sus días al frente de la institución.

It’s politics, stupid

El desfile por Olivos fue ayer procesión. Colombo, Storani, Bullrich, De la Rúa (Jorge), De la Rúa (Antonio), Horacio Jaunarena, Ricardo Ostuni, Darío Lopérfido –Cecilia Felgueras debió contener la ansiedad en su casa, atrapada por una fiebre de 38 grados que le propinó una gripe– pasaron por las butacas del chalet presidencial. Una idea fue cobrando forma con el correr de las horas hasta que el Presidente sugirió, en su estilo, que los ministros pongan sus cargos a disposición. Así lo hicieron, verbalmente, y muchos de ellos temieron por lo que ocurriría hoy. Zarandear la coctelera del Gabinete daría fuerza a la idea de una reafirmación de autoridad presidencial, de un relanzamiento del Gobierno, la misma idea que De la Rúa no compró el 5 de octubre de 2000 y que devino el 6 en la salida de Chacho Alvarez de la vicepresidencia. El año pasado no lo hizo y empujó una renuncia. Este año lo hizo después de otra, la de Machinea.
La movida se debía completar con la incorporación del Frepaso a este proceso de cambios. El Presidente escuchó y aceptó la idea de Storani de incorporar a más dirigentes frentistas al corazón de la administración. La condición era que el designado debía ser de absoluta confianza de Chacho. Darío Alessandro recibió la propuesta de Storani (aunque una versiónindica que Fredi se comunicó primero con Alvarez y otra que fue el propio De la Rúa quien llamó al jefe del bloque aliancista de diputados) para ocupar la Secretaría General de la Presidencia. Jaunarena, actualmente en ese puesto, cubriría el lugar que López Murphy dejaría vacante en Defensa, volviendo a un cargo que ocupó cuando Raúl Alfonsín gobernaba el país.
Al cierre de esta edición, Alessandro continuaba reunido con el Presidente en Olivos, adonde llegó alrededor de las nueve de la noche. Si bien en el Gobierno daban como un hecho la aceptación del cargo, el Frepaso decidirá qué hacer tras una reunión de su Mesa Nacional a efectuarse hoy mismo, surgida de una conversación que mantuvieron ayer Alvarez y Aníbal Ibarra (ver página 4).
Graciela Fernández Meijide también pasó por Olivos y a la salida confirmó el ofrecimiento que De la Rúa le hizo a López Murphy. La ministra integra la mesa nacional del Frepaso y allí estará, no se sabe aún si en condición de tal o de ex. Ayer ella era candidata a que le aceptaran la dimisión, generando que los pocos dirigentes frentistas que pudieron hablar con el Presidente preguntaran por su suerte. Obviamente, la respuesta de De la Rúa fue a su estilo, y todos se quedaron con la incógnita.
El Frepaso discutirá los ofrecimientos y más de un dirigente planteará que Alessandro debe aceptar el cargo y que Graciela debe seguir al frente del ministerio pero, si de la Rúa dispone lo contrario, que la cartera quede para el Frepaso. El candidato podría ser el vicejefe de Gabinete, Marcos Makón.

 

Claves

El Presidente terminó el día sin definir quién sucederá a Machinea.
Si fuera por las apuestas, ganaría Ricardo López Murphy.
El posible ministro no cree que la economía está en el apocalipsis.
Los análisis de políticos y economistas subrayan que con López Murphy podría profundizarse el ajuste.
De la Rúa también quiere que Cavallo lo acompañe.
Lo ayudó en ese deseo el FMI. Fisher recomendó a Cavallo que se sume al Gobierno, quizás como presidente del Banco Central.
El Ejecutivo anhela que Darío Alessandro se incorpore a la Secretaría General de la Presidencia como forma de mostrar que el Frepaso y el propio Alvarez apoyan los cambios.
También Cavallo y López Murphy piensan, en sintonía con los sectores de negocios, que la política hace ruido sobre la economía.
Horacio Jaunarena podría ocupar nuevamente el Ministerio de Defensa.
No está definido si los cambios terminan allí o abarcarán también a Graciela Fernández Meijide en Desarrollo Social.

 

�Usted debe aceptar�, le dijo Fisher a Cavallo

El directivo del Fondo Monetario Internacional sugirió al ex ministro que se integre a la estructura de gobierno. También Machinea es partidario de acercar a Cavallo, y ése fue uno de los consejos que dejó a De la Rúa. En todos los casos, el argumento en favor del economista apunta a la confianza de los mercados internacionales.

Radiografía: Quienes mejor conocen a Cavallo descreen que se eventualmente se conforme con el mero control de las entidades financieras.

Stanley Fisher, hombre clave del FMI y amigo de Cavallo. El establishment no quiere que la política “interfiera”.

Por Claudio Scaletta

El Fondo Monetario Internacional quiere a Domingo Cavallo en el Banco Central. “Usted debe aceptar”, fue la lacónica sugerencia que el número dos del organismo financiero, Stanley Fisher, hizo telefónicamente al ex ministro de Carlos Menem. José Luis Machinea también habló con Domingo Cavallo a mediados de semana y estaba de acuerdo con que ocupe la presidencia del Central. Las conversaciones comenzaron cuando las revelaciones sobre tránsitos de dinero sospechoso desdibujaban la continuidad de Pedro Pou al frente de la entidad monetaria. El consejo del amigo americano fue finalmente aceptado por Cavallo, aunque no aseguró ocupar personalmente esa responsabilidad, alternativa que hasta última hora de ayer no había sido descartada.
La presidencia del Banco Central, cargo que el líder de Acción por la República ocupó en las postrimerías del proceso militar, no sólo fue insinuada a Cavallo por el jefe de Gabinete, Chrystian Colombo, sino también –sin que esto implique coordinación entre ambos– por José Luis Machinea. El tanteo fue hecho por el presidente, Fernando de la Rúa, cuando todavía no se esperaba la salida del titular del Palacio de Hacienda. Si bien el cargo se presentaba poco acorde a su carácter hiperactivo y locuaz, Cavallo escuchó con mucho interés el ofrecimiento. Destacó que en cualquier caso se necesitaba el respaldo político adecuado. El ex ministro pidió el consenso de Raúl Alfonsín y Carlos Alvarez, por el lado de la Alianza, y de los tres gobernadores de las principales provincias justicialistas, Carlos Ruckauf, Juan Manuel de la Sota y Carlos Reutemann. El establishment económico considera que “la política” interfiere en la economía y que el problema de la administración de la Alianza es que no logra verticalizar a su “ala izquierda” representada por Alfonsín y el Frepaso. Por ello Cavallo consideró que estos consensos resultaban imprescindibles. Todo parece indicar que, de estos respaldos, el único que tarda en llegar es el del presidente del radicalismo.
Aunque todos los economistas consultados por Página/12 destacaron la contradicción entre el rol de un presidente del Banco Central –cuya función más activa es el control de las entidades financieras– y el carácter del ex ministro, coincidieron en que el prestigio internacional ganado por Cavallo tras la estabilización monetaria producida por la convertibilidad sería un aporte fundamental para la confianza externa. Machinea también comparte esta visión. Un estrecho colaborador del ex ministro dijo a este diario que “José Luis considera que Cavallo es una pata muy importante para la nueva etapa que se inicia”.
Quienes mejor conocen a Cavallo descreen que se conforme con el mero control de las entidades financieras. Tampoco lo imaginan ocupando el gobierno y guardando silencio sobre los temas económicos. No resulta lógico que quien tuvo bajo su control a Economía, Obras y Servicios Públicos y la AFIP, se contente ahora con ocupar un virtual segundo plano. Más aun si se trata de un puesto netamente “técnico”. Perfil del que el ex ministro intentó alejarse desde las épocas en que Carlos Menem se lo endilgaba cuando discutían la paternidad de la convertibilidad.
Los más optimistas, en cambio, lo imaginan a Cavallo ocupado activamente en otra tarea para la que parece ser el más indicado: buscar alternativas para mejorar la competitividad de la economía. Esa vía no parece muy reñida con la función de un presidente del Banco Central. El camino sería la negociación de una moneda común con Brasil, una alternativa que permitiría además superar las crecientes asimetrías económicas en el ámbito del Mercosur (ver reportaje a Guillermo Mondino, de la Mediterránea, página 6).
Para el Fondo Monetario el currículum del ex ministro de Carlos Menem es el más adecuado para reemplazar a Pedro Pou sin provocar la preocupación de los inversores internacionales y del establishment financiero local. Se trata del economista argentino más conocido en el exterior, que fue llamado para solucionar los problemas de Ecuador y hasta la crisis rusa de1998. Prescindiendo de las diversidades geográficas, culturales y económicas, la propuesta de Cavallo –y en esto también está en línea con el FMI– fue siempre homogénea: la convertibilidad, se trate del sucre o del rublo.

 

El pequeño L. M. ilustrado

Los amigos y colaboradores de Ricardo López Murphy, convencidos de que será el futuro ministro de Economía, se ocuparon ayer por mostrar una faceta de su jefe un poco más humana que la de un “talibán del neoliberalismo”. “El está preocupado por los problemas sociales”, indicó uno de sus asesores, interesado en aclarar que López Murphy no es “un dogmático”. Precisó que el economista que cambiará el traje de ministro de Defensa por el de Economía estudió en la Universidad de Chicago, pero “es un radical de toda la vida”, dando a entender que esa pertenencia le otorga credenciales que permitirían superar “la etiqueta de fundamentalista”.
“Ricardo está muy preocupado por el estancamiento económico, y no por cuestiones técnicas, sino porque genera desempleo y pobreza”, indicó a este diario uno de los hombres de confianza del por ahora titular de la cartera de Defensa. Con el compromiso de mantener en reserva su nombre, el funcionario aceptó exponer cuál es el pensamiento de López Murphy en cuestiones relevantes de la actual crisis de gobierno:
Machinea: “Hubo un ensañamiento injusto con él. En Economía no hay magia. Sufrió un desgaste muy fuerte de la city. Es una lástima que se vaya del Gobierno. Es un amigo”.
La economía: “No hay una situación apocalíptica. Está mejorando por razones internas y externas. Baja la tasa de interés internacional y están mejorando los precios de los commodities que exporta el país y también la relación euro-dólar. Se viene la recuperación”.
Cambios en el Gabinete: “Lo preocupante son las transiciones. No son fáciles y no es tarea sencilla armar equipos de trabajo”
Gobierno: “Más que problemas económicos, el tema es político. Hay que evitar los ruidos políticos. A Cardoso (Fernando Henrique, presidente de Brasil) se le desarmó la coalición y sigue gobernando sin problemas”.
Chacho Alvarez: “Hay una excelente relación con Chacho. Ricardo lamentó mucho cuando renunció a la vicepresidencia. No existen problemas personales pese a los orígenes políticos diferentes”.
Cavallo: “No hay una amistad, hay una relación distante pero cordial”.

 

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