Por Cledis Candelaresi
Como técnico del Ieral,
brazo académico de la Fundación Mediterránea, Guillermo
Mondino es un hombre próximo a Domingo Cavallo. A media tarde,
cuando éste consolidaba sus chances de sumarse al gobierno aliancista,
el economista explicó a Página/12 qué diferencia
al ex ministro de Ricardo López Murphy y por qué la Alianza
debe optar entre la disciplina de mercado o las políticas
populistas.
¿Por qué renunció José Luis Machinea?
Por la combinación de varios factores. Se agotaba su tiempo
político para presentar una renuncia: una vez entrado a pleno en
el período electoral, hubiera tenido efectos más críticos
sobre la Alianza y el sucesor hubiese tenido menos tiempo para demostrar
resultados antes de los comicios. Machinea era un ministro de consenso,
el común denominador. No era irritante para ninguno, pero tampoco
era la persona deseable. No volvía loco a ninguno, pero respondía
al criterio de la Alianza de subordinar la economía a la política.
Esto, sin embargo, no es compatible con la recuperación de la economía
en este momento.
¿Por qué?
Argentina tiene una situación fiscal difícil de resolver
y, al mismo tiempo, un problema de competitividad. Hay que encontrar el
fino punto intermedio para que se mejore una cosa sin desbaratar la otra.
Creo que, al comienzo, Machinea pecó de buscar la solvencia fiscal,
y la economía cayó en recesión. A fin de octubre,
intentó recuperar la competitividad, pero el ruido político
puso en duda la solvencia del país. Hace falta un programa fuerte,
ejecutado por la Sinfónica de Berlín, y lo que teníamos
era el coro de Villa Siburu.
¿Economía tenía un problema de hombres o de
gestión?
Hubo un problema de gestión política. Machinea era
un ministro débil, sin la defensa a rajatabla del Presidente ni
de la dirigencia de la Alianza. El opinaba en la Rosada cómo avanzar
en la definición del caso Pou, pero luego las cosas tomaban una
dirección opuesta. El problema de la Alianza es que quiere poner
la política y su forma de hacerla por encima de la economía
y esto no es consistente con una reactivación.
¿Y qué significaría subordinar la política
a la economía?
No puedo jugar de centroizquierda, populista y demagogo, y llevar
adelante un programa de saneamiento fiscal, con inserción en los
mercados internacionales y de respeto a los pagos de la deuda. Machinea
representaba una política de centroderecha pero hacía política
populista. Eso no es consistente. Los hombres de negocios no saben si
creerles a las señales de la economía o los gritos de la
política. Por eso las inversiones se frenan. Su renuncia significa
un aporte extraordinario al país, ya que forzará a la Alianza
a definirse.
Las alternativas de recambio que se barajan hasta ahora, como López...
López Murphy es una opción durísima. Significa
estrictez fiscal, desapego a las políticas activas y política
económica aperturista.
¿Y Colombo?
Podría llegar a ser el segundo Machinea. Sería reincidir
en el error. Es más ejecutivo en un frente pero, al mismo tiempo,
más político y, por consiguiente, más dispuesto a
transar. Cuando abran los mercados el lunes, la primera pregunta será:
¿pusieron a un político al frente de Economía?
¿Y Cavallo en Economía, qué significaría?
Tragar una píldora durísima para la Alianza. Pero
así como López Murphy priorizaría la cuestión
fiscal, Cavallo pondría énfasis en solucionar los problemas
de competitividad.
¿Y qué podría cambiar con Cavallo al frente
del Banco Central?
Primero hay que ver para qué iría. Sólo para
supervisar bancos o administrar el sistema de pagos, no tiene sentido.
Esas son funciones técnicas que le quedarían chicas al Cavallo
de hoy, mucho más político. Otra cosa sería si tuviera
la misión de lograr un acuerdo monetario conBrasil, por ejemplo.
Pero eso requiere un mandato presidencial y una definición que
difícilmente la Alianza tome en un fin de semana.
¿Es aconsejable la destitución de Pedro Pou?
No. Porque se haría un daño enorme a la figura del
Banco Central. Con los elementos de que hoy se dispone, relevarlo a Pou
significaría que se impone la discrecionalidad. Lo que no descartaría
es una situación negociada, en la que Pou acepte hacerse a un lado.
¿No es costoso sostenerlo cuando está sospechado de
apañar lavadores?
Es costoso frente a la Alianza, nada más. Pero su destitución
es más costosa que su mantenimiento. Un cambio se puede percibir
como un debilitamiento del valor de la moneda.
¿Hay alguna medida obligada para un nuevo ministro?
Cada candidato tiene su recetario. Nada es demasiado obvio. López
Murphy haría un ataque fiscal más frontal. Cavallo intentaría
aumentar rápidamente la inversión, generar un ambiente de
negocios buenos y bajar la presión impositiva a niveles tolerables.
Podrían hacer, en definitiva, las mismas cosas, pero priorizando
costados diferentes.
¿A Cavallo le convendría ir a Economía?
Sólo con un previo acuerdo de gobernabilidad, que él
podría sellar con el justicialismo. Tuvo una alianza electoral
con (Carlos) Ruckauf y sus políticas son afines a las de los gobernadores
del PJ. Ese es su activo. Pero el gran pasivo es que un sector de la Alianza
lo rechazaría.
¿QUE
PIENSAN EN WALL STREET DE LO QUE VIENE?
Los ruidos políticos inquietan
Por Claudio Zlotnik
Arturo Porzecanski es el economista
jefe para países emergentes del ABN Amro Bank en Nueva York. En
diálogo con Página/12, dijo que José Luis Machinea
se fue desgastado por las peleas en el seno del Gobierno. Y que, para
lograr el éxito, el próximo ministro debe contar con apoyo
político.
¿Qué análisis hacen en Wall Street de la renuncia
de Machinea?
A los inversores no les sorprendió la salida de Machinea.
En Wall Street quedó claro que Machinea no se fue porque hizo un
mal trabajo, sino porque fue víctima de las peleas políticas
en el Gobierno. Algunos miembros de la Alianza, en vez de amigos, parecen
enemigos del Gobierno.
¿Cuál es el candidato del mercado?
Da lo mismo Chrystian Colombo o Ricardo López Murphy. Debe
asumir quien logre el mayor apoyo político dentro de la Alianza.
¿De qué vale llevar al Ministerio de Economía a un
premio Nobel si, un día después de asumir, salen Chacho
Alvarez y Alfonsín a tirarle piedras?
¿Alcanza con un cambio de nombres para reactivar la economía?
Sigo pensando que el problema más grave son los ruidos políticos.
Argentina necesita que, por lo menos, durante seis meses nadie se pelee
con nadie. Y que se transmita confianza a la gente. Tal vez alguien con
más carisma que Machinea lo logre.
¿Qué debería hacer el nuevo ministro?
Me imagino que los políticos de la Alianza lo van a presionar
para efectuar una rebaja de impuestos, al estilo de lo que ya se anunció
con los autos. Lo primero que me van a preguntar los inversores mañana
bien temprano es si en la Argentina cambiaron las reglas de juego. Lo
único que les interesa en Wall Street es que en forma clara se
descarte la devaluación. Y, después, si el nuevo ministro
cuenta con un fuerte respaldo de Alfonsín y Alvarez.
En las últimas horas hubo versiones sobre una salida del
uno a uno.
Nunca escuché a inversores decir que preferían que
la Argentina devaluara. Aquí nadie quiere tocar la Convertibilidad.
Fíjese que, pese a la devaluación del real, existe superávit
comercial con Brasil y las exportaciones vienen creciendo. El problema
argentino es la debilidad del consumo y la falta de atractivo para las
inversiones.
¿Y cómo se hace?
Lo básico es bajar el ruido político y hacer una buena
tarea de marketing en los mercados. Y en esto último, el Gobierno
falla. Con las tasas de interés en baja, como en los últimos
dos meses, la economía empezará a arrancar. Los políticos
deben armarse de paciencia. La Reserva Federal bajó la tasa hace
dos meses y todavía no se ven los resultados en la economía
real. Lleva tiempo. Yo sé que el objetivo del Gobierno es mostrar
signos positivos antes de octubre. Pero el blindaje se concretó
a mediados de diciembre y recién empezó marzo. Ver una recuperación
en tan poco tiempo era una misión imposible.
¿Cómo imagina la evolución de los mercados
si se confirman Colombo o López Murphy?
Si se confirma el rumbo y existe apoyo político, no hay dudas:
acciones y bonos subirán fuerte. Es lo lógico por el cambio
de expectativas.
Dos informes preparados
El analista de uno de los bancos de inversión más
grande del mundo trabajó ayer toda la mañana; a la
tarde tenía que jugar al fútbol con sus amigos. Espera
con ansiedad saber quién será el futuro ministro de
Economía. Hoy a media tarde enviará el informe a la
casa central ubicada en Nueva York de la entidad para ser distribuido
entre sus clientes que quieren saber qué pasa en Argentina
para decidir sus inversiones. Por las dudas tiene preparado dos.
Uno, positivo, con Ricardo López Murphy designado ministro
de Economía. El otro, negativo, que tiene a Chrystian Colombo
como reemplazante de José Luis Machinea.
Los argumentos de uno y otro trabajo son los siguientes:
López Murphy: Mejora las expectativas porque tiene más
credibilidad con los inversores. Pero se necesita que no haya ruidos
políticos para su gestión. Y que se resuelva rápido
la situación de Pedro Pou en el Banco Central. Se esperan
medidas de baja de impuestos y de gastos en la misma proporción.
Colombo: Es muy ejecutivo pero los mercados no cambiarían
sus expectativas con su nombramiento. Ya es jefe de Gabinete, cargo
que le da más atribuciones que como ministro y, pese a ello,
el riesgo país se disparó a 800 puntos. Los inversores
que conocen el país hablan bien de Colombo pero saben también
que su nombramiento no cambiaría las expectativas de la gente
y de los inversores.
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