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“López Murphy es una opción fiscal durísima”

Guillermo Mondino afirmó, además, que �Cavallo en el Banco Central serviría para alcanzar un acuerdo monetario con Brasil�.

Guillermo Mondino, economista del Ieral, brazo académico de la Fundación Mediterránea.

Por Cledis Candelaresi

Como técnico del Ieral, brazo académico de la Fundación Mediterránea, Guillermo Mondino es un hombre próximo a Domingo Cavallo. A media tarde, cuando éste consolidaba sus chances de sumarse al gobierno aliancista, el economista explicó a Página/12 qué diferencia al ex ministro de Ricardo López Murphy y por qué la Alianza debe optar entre la disciplina de mercado o las “políticas populistas”.
–¿Por qué renunció José Luis Machinea?
–Por la combinación de varios factores. Se agotaba su tiempo político para presentar una renuncia: una vez entrado a pleno en el período electoral, hubiera tenido efectos más críticos sobre la Alianza y el sucesor hubiese tenido menos tiempo para demostrar resultados antes de los comicios. Machinea era un ministro de consenso, el común denominador. No era irritante para ninguno, pero tampoco era la persona deseable. No volvía loco a ninguno, pero respondía al criterio de la Alianza de subordinar la economía a la política. Esto, sin embargo, no es compatible con la recuperación de la economía en este momento.
–¿Por qué?
–Argentina tiene una situación fiscal difícil de resolver y, al mismo tiempo, un problema de competitividad. Hay que encontrar el fino punto intermedio para que se mejore una cosa sin desbaratar la otra. Creo que, al comienzo, Machinea pecó de buscar la solvencia fiscal, y la economía cayó en recesión. A fin de octubre, intentó recuperar la competitividad, pero el ruido político puso en duda la solvencia del país. Hace falta un programa fuerte, ejecutado por la Sinfónica de Berlín, y lo que teníamos era el coro de Villa Siburu.
–¿Economía tenía un problema de hombres o de gestión?
–Hubo un problema de gestión política. Machinea era un ministro débil, sin la defensa a rajatabla del Presidente ni de la dirigencia de la Alianza. El opinaba en la Rosada cómo avanzar en la definición del caso Pou, pero luego las cosas tomaban una dirección opuesta. El problema de la Alianza es que quiere poner la política y su forma de hacerla por encima de la economía y esto no es consistente con una reactivación.
–¿Y qué significaría subordinar la política a la economía?
–No puedo jugar de centroizquierda, populista y demagogo, y llevar adelante un programa de saneamiento fiscal, con inserción en los mercados internacionales y de respeto a los pagos de la deuda. Machinea representaba una política de centroderecha pero hacía política populista. Eso no es consistente. Los hombres de negocios no saben si creerles a las señales de la economía o los gritos de la política. Por eso las inversiones se frenan. Su renuncia significa un aporte extraordinario al país, ya que forzará a la Alianza a definirse.
–Las alternativas de recambio que se barajan hasta ahora, como López...
–López Murphy es una opción durísima. Significa estrictez fiscal, desapego a las políticas activas y política económica aperturista.
–¿Y Colombo?
–Podría llegar a ser el segundo Machinea. Sería reincidir en el error. Es más ejecutivo en un frente pero, al mismo tiempo, más político y, por consiguiente, más dispuesto a transar. Cuando abran los mercados el lunes, la primera pregunta será: ¿pusieron a un político al frente de Economía?
–¿Y Cavallo en Economía, qué significaría?
–Tragar una píldora durísima para la Alianza. Pero así como López Murphy priorizaría la cuestión fiscal, Cavallo pondría énfasis en solucionar los problemas de competitividad.
–¿Y qué podría cambiar con Cavallo al frente del Banco Central?
–Primero hay que ver para qué iría. Sólo para supervisar bancos o administrar el sistema de pagos, no tiene sentido. Esas son funciones técnicas que le quedarían chicas al Cavallo de hoy, mucho más político. Otra cosa sería si tuviera la misión de lograr un acuerdo monetario conBrasil, por ejemplo. Pero eso requiere un mandato presidencial y una definición que difícilmente la Alianza tome en un fin de semana.
–¿Es aconsejable la destitución de Pedro Pou?
–No. Porque se haría un daño enorme a la figura del Banco Central. Con los elementos de que hoy se dispone, relevarlo a Pou significaría que se impone la discrecionalidad. Lo que no descartaría es una situación negociada, en la que Pou acepte hacerse a un lado.
–¿No es costoso sostenerlo cuando está sospechado de apañar lavadores?
–Es costoso frente a la Alianza, nada más. Pero su destitución es más costosa que su mantenimiento. Un cambio se puede percibir como un debilitamiento del valor de la moneda.
–¿Hay alguna medida obligada para un nuevo ministro?
–Cada candidato tiene su recetario. Nada es demasiado obvio. López Murphy haría un ataque fiscal más frontal. Cavallo intentaría aumentar rápidamente la inversión, generar un ambiente de negocios buenos y bajar la presión impositiva a niveles tolerables. Podrían hacer, en definitiva, las mismas cosas, pero priorizando costados diferentes.
–¿A Cavallo le convendría ir a Economía?
–Sólo con un previo acuerdo de gobernabilidad, que él podría sellar con el justicialismo. Tuvo una alianza electoral con (Carlos) Ruckauf y sus políticas son afines a las de los gobernadores del PJ. Ese es su activo. Pero el gran pasivo es que un sector de la Alianza lo rechazaría.

 


 

¿QUE PIENSAN EN WALL STREET DE LO QUE VIENE?
“Los ruidos políticos inquietan”

Por Claudio Zlotnik

Arturo Porzecanski es el economista jefe para países emergentes del ABN Amro Bank en Nueva York. En diálogo con Página/12, dijo que José Luis Machinea se fue desgastado por las peleas en el seno del Gobierno. Y que, para lograr el éxito, el próximo ministro debe contar con apoyo político.
–¿Qué análisis hacen en Wall Street de la renuncia de Machinea?
–A los inversores no les sorprendió la salida de Machinea. En Wall Street quedó claro que Machinea no se fue porque hizo un mal trabajo, sino porque fue víctima de las peleas políticas en el Gobierno. Algunos miembros de la Alianza, en vez de amigos, parecen enemigos del Gobierno.
–¿Cuál es el candidato del “mercado”?
–Da lo mismo Chrystian Colombo o Ricardo López Murphy. Debe asumir quien logre el mayor apoyo político dentro de la Alianza. ¿De qué vale llevar al Ministerio de Economía a un premio Nobel si, un día después de asumir, salen Chacho Alvarez y Alfonsín a tirarle piedras?
–¿Alcanza con un cambio de nombres para reactivar la economía?
–Sigo pensando que el problema más grave son los ruidos políticos. Argentina necesita que, por lo menos, durante seis meses nadie se pelee con nadie. Y que se transmita confianza a la gente. Tal vez alguien con más carisma que Machinea lo logre.
–¿Qué debería hacer el nuevo ministro?
–Me imagino que los políticos de la Alianza lo van a presionar para efectuar una rebaja de impuestos, al estilo de lo que ya se anunció con los autos. Lo primero que me van a preguntar los inversores mañana bien temprano es si en la Argentina cambiaron las reglas de juego. Lo único que les interesa en Wall Street es que en forma clara se descarte la devaluación. Y, después, si el nuevo ministro cuenta con un fuerte respaldo de Alfonsín y Alvarez.
–En las últimas horas hubo versiones sobre una salida del uno a uno.
–Nunca escuché a inversores decir que preferían que la Argentina devaluara. Aquí nadie quiere tocar la Convertibilidad. Fíjese que, pese a la devaluación del real, existe superávit comercial con Brasil y las exportaciones vienen creciendo. El problema argentino es la debilidad del consumo y la falta de atractivo para las inversiones.
–¿Y cómo se hace?
–Lo básico es bajar el ruido político y hacer una buena tarea de marketing en los mercados. Y en esto último, el Gobierno falla. Con las tasas de interés en baja, como en los últimos dos meses, la economía empezará a arrancar. Los políticos deben armarse de paciencia. La Reserva Federal bajó la tasa hace dos meses y todavía no se ven los resultados en la economía real. Lleva tiempo. Yo sé que el objetivo del Gobierno es mostrar signos positivos antes de octubre. Pero el blindaje se concretó a mediados de diciembre y recién empezó marzo. Ver una recuperación en tan poco tiempo era una misión imposible.
–¿Cómo imagina la evolución de los mercados si se confirman Colombo o López Murphy?
–Si se confirma el rumbo y existe apoyo político, no hay dudas: acciones y bonos subirán fuerte. Es lo lógico por el cambio de expectativas.

 

Dos informes preparados

El analista de uno de los bancos de inversión más grande del mundo trabajó ayer toda la mañana; a la tarde tenía que jugar al fútbol con sus amigos. Espera con ansiedad saber quién será el futuro ministro de Economía. Hoy a media tarde enviará el informe a la casa central ubicada en Nueva York de la entidad para ser distribuido entre sus clientes que quieren saber qué pasa en Argentina para decidir sus inversiones. Por las dudas tiene preparado dos. Uno, positivo, con Ricardo López Murphy designado ministro de Economía. El otro, negativo, que tiene a Chrystian Colombo como reemplazante de José Luis Machinea.
Los argumentos de uno y otro trabajo son los siguientes:
López Murphy: Mejora las expectativas porque tiene más credibilidad con los inversores. Pero se necesita que no haya ruidos políticos para su gestión. Y que se resuelva rápido la situación de Pedro Pou en el Banco Central. Se esperan medidas de baja de impuestos y de gastos en la misma proporción.
Colombo: Es muy ejecutivo pero los mercados no cambiarían sus expectativas con su nombramiento. Ya es jefe de Gabinete, cargo que le da más atribuciones que como ministro y, pese a ello, el riesgo país se disparó a 800 puntos. Los inversores que conocen el país hablan bien de Colombo pero saben también que su nombramiento no cambiaría las expectativas de la gente y de los inversores.

 

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