Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira
KIOSCO12


ENTREVISTA CON LINDA BLAIR Y WILLIAM BLATTY
“Hoy ‘El exorcista’ no se hubiera podido filmar”

Veintiocho años después de su estreno, el clásico de William Friedkin vuelve a la cartelera porteña en una versión que se anuncia como el �director�s cut�, pero que responde a las intenciones del novelista.

Linda Blair en 1973, cuando se convirtió en Regan MacNeil, la nena poseída por el demonio.

Por Martín Pérez
Desde Nueva York

“Vamos, hacé girar la cabeza.” Esa es la frase que Linda Blair asegura haber escuchado más veces desde el estreno de El exorcista, el film que la inmortalizó en el rol de Regan, la adolescente poseída por el demonio en el film de William Friedkin que desde hace 28 años sigue siendo el gran mito del cine de terror. “Por eso siempre digo que lo mejor que me pudo haber pasado en la vida fue la oportunidad de protagonizar una parodia de El exorcista”, se ríe Blair. “Porque hasta entonces no me podía reír libremente de todas esas cosas. Pero a partir de entonces lo hago cada vez más”, asegura la versión adulta de aquella niña prodigio protagonista de comerciales desde la edad de cinco años, que treinta años atrás cambió Nueva York por California en busca del que ella considera que es el sueño de todos: hacer una película. “Tengo que confesar que yo siempre soñé con estar en un film de Disney. Así que cuando llegó la oportunidad de actuar en una película, no la desaproveché. Claro que no era precisamente la clase de film que imaginaba. Y me cambió la vida para siempre.”
La razón por la cual Linda Blair está tranquilamente sentada en una habitación de un hotel de cinco estrellas de Nueva York, hablando ante la prensa extranjera sobre el film que le marcó la vida, pero que fue estrenado casi tres décadas atrás, es porque finalmente William Peter Blatty se salió con la suya. El autor de la novela en la que se basó la hoy mítica película de Friedkin logró convencer al estudio y a su director de que El exorcista debía reestrenarse en una versión más extensa, más acorde con la idea de la novela original. O al menos eso es lo que dice el propio Blatty, también dispuesto a rememorar el pasado ante la prensa. “La culpa de que me haya pasado todo este tiempo insistiendo en que había que presentarle al mundo esta nueva versión de El exorcista la tiene el propio Friedkin”, explica Blatty. “Porque ésta es la primera versión del film que él me hizo ver apenas terminó de editarlo. Luego debió cortarlo, porque la película no podía durar más de dos horas. Pero yo nunca más pude quitarme esta versión de la cabeza. Cada vez que nos encontrábamos con Friedkin él me preguntaba lo mismo. ‘¿Seguís pensando que la primera versión del film es la mejor?, me decía, y yo le respondía que sí. Y él me decía: ‘Estás equivocado’. Hasta que, finalmente, logré sentarlo en un cine para que viese nuevamente la versión que había desechado. Así fue como terminó aceptando que yo tenía razón’.
Hombre de voz baja, ritmo pausado y una permanente y didáctica sonrisa entre labios, Blatty es el auténtico motor detrás de este reestreno de El exorcista que llegará a Buenos Aires el jueves, apenas unos años más tarde de haber sido exhibida en su glorioso metraje original en el ciclo con el que Warner celebró toda su historia. Al lado de joyas como Rebelde sin causa, El exorcista demostró su perfección como film de autor, una película sobre el acto de creer antes que un mero film de terror. Por eso es difícil creer en el latiguillo “Versión del director” con el que es presentado este reestreno con nuevas escenas, sobreimpresos varios y un impactante remasterizado sonoro. Porque El exorcista original ya era el corte final de un director como Friedkin, que en aquel entonces –luego del éxito de Contacto en Francia– era una estrella que hacía lo que quería. De hecho, los ciento cinco días originales de rodaje terminaron duplicándose a la hora de buscar exactamente lo que quería Friedkin del film. “Blatty finalmente consiguió la versión por la que estuvo luchando durante todos estos años”, confirmó Blair durante su reportaje. ¿Y entonces por qué el título del corte del director?
“Porque este montaje fue realmente el primero que hizo Friedkin”, insiste Blatty, que explica que Friedkin alguna vez le confesó que la única razón por la que había reducido la duración del montaje original fue porque no sabía que el film iba a ser un éxito. “Nadie se va a sentar más de dos horas a ver una película”, cuenta Blatty que fue la frase con la que Friedkin justificó las modificaciones. “Pero William era muy joven cuando filmó El exorcista. Y recién con el tiempo se fue dando cuenta de la verdadera esencia del film.” ¿Cuál es esta esencia? “En una de las escenas recuperadas yace el centro moral del film”, explica Blatty. “Es una frase durante el diálogo final que tienen Karras y Merrin en la escalera. Karras pregunta: ‘¿Cuál es el sentido de todo esto? Aceptando que el príncipe de la oscuridad realmente existe, ¿qué hace molestando a esta chica?’. Y Merrin le responde: ‘Ella no es su objetivo. Su objetivo somos nosotros y todos los que están en esta casa’. Con lo que quiere decir que la fe de cada uno es la que depende del resultado de esa lucha.”
A la hora de hablar de fe, Linda Blair siempre se preocupa por aclarar que en el momento de filmar la película, ella no tenía ninguna noción sobre Dios o sobre el Demonio. “Recién entendí qué era lo que había estado filmando cuando vi por primera vez la película en un cine”, explica la actriz, que actualmente confiesa rezar mucho, pero por el estado del mundo en general. Y agrega sobre el recuerdo de aquella primera comprensión sobre su trabajo: “Durante todo el tiempo que vi el film aquella primera vez, no pude dejar de unir el recuerdo del rodaje de cada escena con lo que finalmente significaba su aparición en la pantalla. ‘Así que esto era lo que estábamos filmando’, pensaba. Porque el rodaje duró mucho tiempo y yo ni me preocupaba por cada escena que se rodaba. Era una nena y los nenes sólo quieren salir a jugar. Claro que leí el libro antes de aceptar hacer el film, pero la verdad que no entendí nada. Y me parece que fue mejor así”, razona la actriz, que creció hasta desarrollar una personalidad televisiva, al punto que domina la entrevista como una animadora profesional, capaz de matizar cada respuesta con menciones a su labor en la defensa de los animales o sobre las posibilidades de su site de Internet.
Blair ni siquiera titubea cuando se le pregunta por las escenas más controvertidas del film, los insultos y la escena clave de la masturbación con la cruz. “Eso no estaba en el guión original”, aclara inmediatamente. “Fue un texto que el propio Friedkin me acercó la noche anterior a que rodásemos esa escena. Recuerdo haberme negado en primera instancia a leerlo, porque me daba cuenta de que eran palabras que se suponía no debía decir. Pero finalmente todos sabemos quién se salió con la suya. Siempre fue muy difícil decirle que no a William”, explica Blair, que cuenta que luego de haber rodado esas escenas, nunca se volvió a discutir sobre el asunto. “Fue algo de lo que no hablamos más con mi madre, que se enojó mucho cuando vio el film terminado. Si yo hubiese sido madre y hubiese visto a mi hija hacer eso en la pantalla, también me hubiera enojado”, concede.
Una respuesta que no coincide con la versión de la elección de Blair para interpretar a Regan que cuenta Peter Biskind en Easy Riders, Raging Bulls, su libro sobre la generación de cineastas que salvaron a Hollywood durante la década del setenta. “A la hora de entrevistar a Blair, Friedkin necesitaba saber si la joven podía enfrentar los requerimientos de su papel”, escribe Biskind, que cuenta que Friedkin le preguntó a Blair si había leído el libro y le pidió que le contase de qué se trataba. “Es sobre una nena que es poseída por el demonio y hace un montón de cosas malas”, explicó la joven Linda. “¿Qué clase de cosas malas?”, preguntó Friedkin. “Tira a un tipo por la ventana y se masturba con un crucifijo y...”, enumeraba Blair –siempre según el relato del libro de Biskind–, cuando Friedkin la interrumpió: “¿Qué significa eso?”. “Quiere decir pajearse, ¿no es cierto?”, respondió Blair, y Friedkin le preguntó qué sabía de eso y si lo había hecho. “Por supuesto, ¿usted no lo hace?”, respondió Blair, que después de esa entrevista consiguió el papel.
En tren de confesiones, Blatty acepta que nunca imaginó que Friedkin iba a encontrar la actriz indicada para interpretar a Regan. “El director de casting vio cientos de jóvenes para el papel, para poder llegar a presentarnos las doce o quince jóvenes que vimos William y yo. De todas ellas, Linda era claramente la indicada”, cuenta Blatty, que asegura que Mike Nichols se negó a asumir la responsabilidad de dirigir la versión cinematográfica del film porque argumentó que no pondría su carrera en manos de una actriz de doce años. “Y la verdad que yo nunca pensé que el papel de Regan debía ser interpretado por una niña. Voy a hacerles la confesión más humillante de todas: cuando comenzamos a producir el film, yo pensaba seriamente que debíamos elegir a un enano”, dice Blatty, que lanza una carcajada. “Juro por Dios que así fue. Nunca creí que una niña pudiera hacerlo.”
Empujado a poner un film como El exorcista en perspectiva con su época y con una actualidad mucho más rigurosa a la hora de los contenidos de sus productos masivos, Blatty acepta que hoy en día no se podría rodar un film como el que se estrena en versión remasterizada. “No creo que hubiésemos pasado la censura que hay dentro de cada estudio”, acepta. Incluso Friedkin confesó alguna vez que si El exorcista hubiese sido exhibida al público en sesiones de prueba, según las costumbres actuales, nunca se hubiese estrenado. “Porque la gente hubiese escrito en sus tarjetas: ‘Es terrible poner a una pequeña masturbándose con una cruz, maldito judío’. De cualquier manera, ésa fue la clase de notas que recibimos. Pero si las hubiéramos recibido antes del estreno, hubiese sido el fin”, explicó el director.
Y a la hora de responder sobre las consecuencias que semejante papel puede acarrearle a una joven actriz, la principal interesada elige contestar con una anécdota. “Hace unos años, una compañía estadounidense quiso rodar una remake de El exorcista en Canadá”, cuenta Linda Blair. “Y se contactaron conmigo con la idea de que los ayudase a elegir a la protagonista y trabajase el papel con ella. Les respondí que no comprendía cómo se atrevían a proponerme semejante cosa. Porque yo sobreviví a Regan porque soy muy fuerte y tuve mucha suerte y trabajé muy duro para comprender lo que sucedió y poder vivir una vida decente. Pero que bajo ningún punto de vista se podía someter a lo mismo a otra niña. Creo que eso les alcanzó como respuesta.”

 

PRINCIPAL