Por
Diego Bonadeo
Un helicóptero, un camión hidrante, tres ambulancias, quinientos
setenta policías, treinta uniformados de a caballo y cuarenta personas
de seguridad privada. No son extras para la filiación
de un thriller, ni el contingente previsto para una posible
invasión foránea desde allende fronteras. Fueron las previsiones
que se tomaron para la seguridad pre, durante y post-River-Independiente,
en la misma semana en que los asociados ilícitos de un sello, cuyo
responsable merodeaba cotidianamente por el ex Concejo Deliberante porteño
ahora Legislatura de la Ciudad le pedían
a la comisión directiva de Boca entrada y micros para sus adláteres
y palafreneros.
River, único invicto hasta la cuarta fecha pese a agorerías
en contrario, dado el clima enrarecido que el club vivió en la
pretemporada, e Independiente allí cerquita en los números,
con la expectativa y la posibilidad de que, si la mayoría de adscriptos
al fútbol que le gusta a la gente que los dos equipos tienen respetan
la historia y su historia, no necesariamente este River-Independiente
sería un partido más.
Desde el arranque parecía darse de ida y vuelta y el tempranero
gol de Forlán a los dos minutos por gran pase atrás de Vuoso
no modificó demasiado el trámite. De a poco se fueron repartiendo
la pelota, mientras Ortega y Saviola sacaban ciertas ventajas en sus mano
a mano, mientras que en Independiente Marioni jugaba de Ortega,
quedando Vuoso y Forlán de punta, con River flaqueando en el fondo
pese a la reconocida solvencia de Yepes y al entrecejo severamente fruncido
de Celso Ayala.
Apuraba
River, y a los 19 Cardetti provocó rebotes, cabeceó Coudet
y Saviola marcó el empate. Exactamente a la mitad del primer tiempo,
a los veintidós minutos y medio, el árbitro Sánchez
interrumpió el partido con la pelota en juego para que los futbolistas
se rehidrataran, decisión que parece absolutamente razonable dada
la situación meteorológica que hacía transpirar por
el solo hecho de mirar. Claro que la interrupción pudo haberse
concretado esperando una situación de pelota muerta.
Enseguida Saviola le apunta al segundo palo, cruzado, de emboquillada
y desde fuera del área, y el partido se pone 2-1. Con más
calor que claridad futbolística, se fue diluyendo un primer tiempo
sin mezquindades, pero con pocas luces.
River arrancó el segundo tiempo sabiendo que Racing le había
ganado a Boca, y lo primero que hizo fue el tercer gol después
de una exquisita mezcla de pausa y amague de Saviola que dejó a
Cardetti solo frente a Rocha. Durante unos minutos, River fue por más,
pero de a poco Independiente se fue adueñando de la pelota y de
la geografía.
La entrada de Prieto por Ríos pudo haberle cambiado la fisonomía
al partido. Es que el zurdo fue en su poco más de media hora de
presencia en la cancha, quien mejor entendió lo que casi todos
sus compañeros entendieron a medias, en cuanto a leer por dónde
atacar y provocar a River. Pero, pese a Prieto, Independiente se fue diluyendo
en un fútbol que pretendió ser prolijo pero al que le faltó
profundidad y contundencia. Ganó River, porque pese a las crisis
institucionales, a los helicópteros, a la montada y a las turbulencias
extradeportivas, una vez más quedó claro que el fútbol-juego
es más fuerte. Como el amor, viste..
SUENA
EL BARCELONA, EN JUNIO
Saviola
la rompe y se va
Por
A. D. B.
Mientras continúa destacándose en cada partido de River,
Javier Saviola estaría jugando sus últimos partidos en el
conjunto de Núñez. En principio, el juvenil se despediría
del club en junio próximo, para continuar su carrera en el Barcelona
de España. Según trascendió, el asesor deportivo
del equipo español en Argentina, César Menotti, se habría
comunicado con el jugador en el transcurso de la semana pasada, para comunicarle
que los directivos de la entidad catalana están dispuestos a incorporarlo
para la próxima temporada. El mayor inconveniente para que esto
se concrete estaría centrado dentro del propio oficialismo de River.
Teniendo en cuenta que en diciembre se desarrollarán las elecciones
presidenciales, la venta del futbolista sería provocar cierto malestar
entre los hinchas, por el desprendimiento de otra de las figuras del plantel.
Saviola estuvo cerca de pasar a la institución española
el año pasado, pero la operación no llegó a cerrarse.
La ida del juvenil se sumaría al alejamiento de Pablo Aimar y a
la gran cantidad de jugadores que se despidieron a comienzos de 2001.
El que también tendría posibilidades de emigrar es Eduardo
Coudet. El ex jugador de San Lorenzo y Central estaría en los plantes
del Mallorca de España. Antes, Coudet debe resolver su situación
contractual con River. El futbolista se encuentra a préstamo y
el club debe desembolsar 2,2 millones de dólares para quedarse
con el pase definitivo. Otro que también tiene que solucionar su
relación es el arquero Roberto Bonano, que hace un año y
medio que está sin contrato. Mientras él pretende firmar
hasta junio de 2003, River le ofrece un vínculo hasta junio del
año que viene. Bonano sigue recuperándose de una lesión
en el pie y en diez días más estaría en condiciones
de reaparecer.
Luego de la victoria de ayer ante Independiente, el técnico Gallego
señaló que con jugadores como Saviola y Ortega, nunca
puedo estar preocupado. Por eso, a pesar de que no arrancamos bien, siempre
estuve tranquilo. Respecto de su rival de ayer, el entrenador indicó
que le gustó que Independiente haya salido a atacar, porque
ningún equipo que viene al Monumental lo hace. River volverá
a jugar mañana ante Guaraní de Asunción, por el Grupo
5 de la Copa Libertadores.
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