Por
Martín Granovsky
A
las cinco en punto de la tarde, como dijo citando a Federico García
Lorca, el Presidente dejó inaugurado el mandato de Ricardo López
Murphy en una ceremonia desvaída y sin entusiasmo que, sin embargo,
deparó tres anuncios. El primero, que el resto de los cambios de
completará durante la semana. El segundo, que López Murphy
no planea practicar una cirugía estética para cambiar su
cara. Y el tercero, que sí planea cumplir con los compromisos de
pago tomados con los organismos multilaterales de crédito. Fernando
de la Rúa no lo aclaró, pero la cita de Lorca está
tomada de un poema que se llama La cogida y la muerte. Con
menos poesía, el Frepaso emitió un cuidadoso documento de
compromiso con la Alianza y con el Gobierno en el que a la vez reclama
participación cuando se definan las políticas concretas
en Economía.
Desparramados sobre una tarima, los ministros y el Presidente no lucían
ayer como un equipo dispuesto a superar ni el sofoco de la sensación
térmica ni el frío glacial de la economía. Formal,
De la Rúa agradeció la gentileza de López Murphy
en haber vuelto de París (llegó por la mañana y voló
en helicóptero a Olivos) para aceptar el Ministerio de Economía
y la gentileza de José Horacio Jaunarena para retomar el Ministerio
de Defensa que ocupó durante buena parte del gobierno de Raúl
Alfonsín.
La Secretaría General que dejó Jaunarena quedó vacante.
El Presidente quería que la ocupara Darío Alessandro, que
goza de la extrema confianza de Carlos Chacho Alvarez y tiene buena relación
con De la Rúa, pero el Frepaso terminó el día sin
tomar ninguna decisión sobre nombres. Igual, me parece que
la Secretaría General de la Presidencia no incide sobre la respuesta
de los mercados, dijo un dirigente frepasista entre el realismo
y la ironía. Y el mismo Presidente aclaró sin desesperarse
que respetaría los tiempos frepasistas.
En la presentación de López Murphy, naturalmente, De la
Rúa habló del crecimiento, aunque en términos genéricos
que no parecieron despertar el entusiasmo de la platea de socios: en la
fila de más abajo, de izquierda a derecha de su pantalla, señora,
Rafael Pascual, Mario Losada, el propio De la Rúa, Chrystian Colombo,
López Murphy, Jaunarena; en la fila superior, Adalberto Rodríguez
Giavarini (el más sonriente junto con Héctor Lombardo),
Federico Storani, Graciela Fernández Meijide, Lombardo, Hugo Juri
y Jorge de la Rúa. Solamente su furcio cuando en vez de Colombo
dijo Lombardo provocó movimientos, animados por el mismo ministro
de Salud.
La versión presidencial sobre la salida de Machinea fue curiosa.
Si los historiadores se guían solo por su interpretación,
encontrarán solo dos motivos:
El primero es la presunta debilidad
de carácter de Machinea. La pérdida del factor confianza
ha influido en él, dijo De la Rúa.
El segundo es el fabuloso poder
de los medios. La prensa preguntaba ¿cuándo
se va, cuándo se va? y eso influye, explicó
De la Rúa, dando pie a que cuando un periodista resuelva cambiar
de ministro de Economía solo debe preguntar insistentemente por
su futuro. Los rumores han incidido en la decisión,
concluyó el Presidente.
En busca de precisiones los periodistas optaron por preguntar directo
a un López Murphy de traje gris, serio y reconcentrado, que ayer
mismo demostró lo que sin duda será una constante: es así,
y no está obligado a actuar para demostrar que le encanta la severidad
y piensa full time en los organismos de crédito como durante el
último año largo respetó la decisión militar
de ocupar otra vez un espacio en la política.
Ni siquiera se molestó en responder una inquietud sobre si practicará
un ajuste mayor.
Me moveré con el programa, el presupuesto y el esquema de
financiamiento negociado con los organismos multilaterales anunció
sin referirse ni por cortesía a la Alianza, a la sin embargo nunca
cuestionó-. Voy a cumplir con lo que está explicitado en
ese programa.
Luego transparentó otro criterio: El espacio que uno tiene
en economía es siempre reducido, y yo soy consciente de eso.
Un periodista quiso saber el por qué de su rostro serio, buscando
una explicación política.
No está entre mis prioridades la cirugía estética
para que mejore mi rostro dijo muy seco.
Preguntado sobre los sueldos, prefirió mencionar como objetivos
el logro de un máximo grado de solvencia, cohesión
social, coherencia y previsibilidad. También negó
haber puesto condiciones a De la Rúa porque estaría
violando el ordenamiento jurídico. Y sobre los otros ministros,
López Murphy encontró una forma de mencionar, sin mencionar,
el rumor de que había pedido que Raúl Baglini reemplazara
a Storani.
Nos conocemos desde hace 32 años, cuando estudiamos en la
misma universidad dijo el economista casi cariñoso.
Fue un gesto personal, pero además sonó a reconocimiento
partidario. López Murphy tranquiliza a los radicales, y sobre todo
a los radicales de la provincia de Buenos Aires, que con él suman
un hombre más a Storani y Jaunarena, confirmando su imagen de hombre
del partido.
Está todo dicho, cerró Graciela Fernández
Meijide al bajar del escenario.
En realidad, estaba dicho lo más importante: para conformar a los
mercados, aquí y afuera, De la Rúa eligió a un economista
ortodoxo que creyó en él como referente político
hace 19 años por consejo de Fernando de Santibañes.
Quedaba implícito en los pasillos, porque todos se cuidaron de
no hacerlo explícito, que López Murphy formará un
tándem económico con Domingo Cavallo, quien volverá
al Banco Central también luego de 19 años, cuando ocupó
la presidencia del BCRA luego de la guerra de Malvinas y al final de la
dictadura.
Y todos inscribían en la lista de tareas pendientes tanto la reforma
del gabinete como el bordado político con el Frepaso.
De la Rúa emitió una leve señal. Dijo que se irán
del gabinete quienes se presenten a candidaturas para octubre, así
pueden dedicarse a la campaña electoral. Si ése el es criterio,
ningún ministro actual quedaría afectado, a tal punto que
Storani recordó velozmente que el candidato del radicalismo bonaerense
al Senado es Alfonsín. En cambio entran en la categoría
de la incompatibilidad funcionarios como el encargado de provincias Walter
Cevallos, el viceministro de Acción Social Gerardo Morales o el
secretario de Agricultura Antonio Berghongaray.
Ningún funcionario del Frepaso es, hasta ahora, precandidato para
octubre. No lo son, por ejemplo, Nilda Garré de Interior, Horacio
Viqueira de Trabajo y Marcos Makón de Jefatura de Gabinete. Para
ellos tres, la chance es más bien la de un ascenso si Alessandro
al final no reemplaza a Jaunarena. Podría sumarse, entre los precandidatos,
el senador Pedro del Piero. Y también Ricardo Mitre, el secretario
administrativo del Senado en tiempos de Chacho vicepresidente, encargado
de entonces de publicar por primera vez la lista de empleados del Senado
dentro de una reforma para desmontar los vicios de una de las instituciones
más desprestigiadas de la Argentina. En la reunión de la
conducción frepasista donde, dicho sea de Frepaso, sintonizaron
Alvarez e Ibarra, quien a la noche le envió el documento de la
fuerza a De la Rúa el criterio para ocupar nuevos cargos
fue no dejar huecos en los actuales, que en el caso de Alessandro, nada
menos que jefe del bloque aliancista, sería un espacio enorme.
Si ésa termina siendo la clave, Mitre sería el único
que reúne las condiciones, porque actualmente no es funcionario.
Abogado, amigo de Alvarez desde la adolescencia y acostumbrado a la gestión
por su experiencia privada, tiene, igual que los demás, la característica
de ser cercano a Chacho y de poder funcionar, entonces, como un enlace
en la Casa Rosada. Tanto las alternativas en cuanto al secretario general
como la actitud frente a López Murphy siguieron el mismo patrón
de conducta, puntualizado así a este diario así por varios
de los presentes:
No irse de boca con declaraciones
anti-López Murphy. Ni sífernandismo ni posición
rupturista, dijo un legislador.
Pedir participación
en la discusión de las políticas concretas.
Ser cuerdos ahora para
que no quedemos como los loquitos cuando critiquemos algo, según
definición de un funcionario.
Trabajar en posiciones diferenciadas
que tengan sustento técnico y político. Alvarez insistió
mucho en esto.
Señalar el compromiso
con el Gobierno y con el electorado de la Alianza.
Nadie está entusiasmado y todos delarruistas, alfonsinistas
y frepasistas saben que el fantasma de la Alianza es el fracaso.
Si leyeran a Lorca, sin duda querrán que la cita de ayer haya sido
solo de horarios, porque el poema de un torero muerto por un toro termina
de este modo: Las heridas quemaban como soles/ a las cinco de la
tarde,/ y el gentío rompía las ventanas/ a las cinco de
la tarde./ A las cinco de la tarde./ ¡Ay qué terribles cinco
de la tarde!/ ¡Eran las cinco en todos los relojes!/ ¡Eran
las cinco en sombra de la tarde!.
Claves
López Murphy dijo que cumplirá con los compromisos financieros.
Jaunarena volvió
a Defensa, el Ministerio que ocupó con Alfonsín.
De la Rúa no anunció
ningún cambio más en el gabinete.
El Frepaso no pondrá
a ningún diputado en la Secretaría General.
Los candidatos son Mitre,
Garré, Makón y Viqueira.
Un documento del Frepaso
reclamó cambios en la política económica.
A la vez, señaló
el compromiso con el Gobierno y la Alianza.
El acuerdo con Cavallo
ya está cerrado. Falta que se vaya Pou.
Los economistas cercanos
a López Murphy insisten en que la prioridad será el
achicamiento del deficit fiscal. |
DECLARACION
DEL FREPASO SOBRE LOS CAMBIOS
Las
condiciones del compromiso
Frente
a la situación actual, es necesario reafirmar dos posiciones
que nuestra fuerza política ha expuesto en varias oportunidades.La
primera es que nunca estuvo en discusión desde el Frepaso
la continuidad de la Alianza como proyecto estratégico,
esto lo hemos señalado sin matices, aun en las situaciones
más críticas y difíciles de nuestro gobierno.La
segunda es que el presidente de la Nación es quien decide
los nombres de quienes quiere que lo acompañen en su gestión.
Más allá de los nombres que a partir de hoy encabezarán
el equipo económico, resulta de vital importancia acordar
la dirección y el programa que dominará las decisiones
de nuestro gobierno. Si esto no es claramente preestablecido,
luego es esperable que en una Alianza se entablen debates públicos,
por falta de acuerdos básicos o porque decisiones importantes
con fuerte impacto en la sociedad son tomadas desde concepciones
meramente individuales.
En este sentido después de conseguido el blindaje, planteamos
la necesidad de un relanzamiento del gobierno centrado en cuestiones
básicas.La primera era que en la nueva etapa debía
haber un explícito compromiso con la economía real,
es decir, contar con una estrategia clara del modelo de desarrollo
económico de nuestro país. Dijimos que la misma
importancia que se le daba a la solvencia fiscal debería
ponerse en las cuestiones de la microeconomía, de la competitividad
y al apoyo de sectores productivos que pueden liderar un proceso
de crecimiento sustentable. Nuestro país necesita imperiosamente
definir un modelo de desarrollo que resuma la esperanza de nuestro
pueblo, que compense nuestra vulnerabilidad interna y externa
y reúna los consensos básicos para evitar que estemos
permanentemente asfixiados por la coyuntura. Lo urgente y lo importante
deben ir de la mano en esta nueva etapa. Ya se ha demostrado que
si el compromiso con la solvencia fiscal no va acompañado
con un fuerte estímulo a los sectores productivos y con
nuevas políticas activas que acompañen a quienes
puedan liderar una estrategia de crecimiento, el esfuerzo que
viene haciendo desde hace años el conjunto de la población
se perdería.Un cambio de nombres sin la definición
de la política puede llevar alivios y recrear expectativas
en los mercados en el corto plazo, pero se podría volver
a tropezar con la misma piedra, luego de trascurridos los primeros
meses de gestión, si no se establece un plan estratégico
de crecimiento con equidad.
En segundo lugar insistimos en su momento en que debe existir
en el país un programa social basado en una renta mínima
de inclusión, o un ingreso mínimo para el desarrollo
humano, que tienda a concentrar los recursos nacionales, provinciales
y municipales, haciéndolos más controlables, eficientes
y visibles para el conjunto de la población, porque no
es sustentable en el tiempo una política económica
que conviva con los actuales niveles de desocupación, pobreza
y marginación. Ya ha quedado demostrado en la anterior
década que la fragmentación de programas sociales,
la falta de control y la dispersión de los recursos conspiran
contra los fundamentos de una política social, solidaria
e inclusiva, e incrementan los preocupantes índices de
desigualdad.
El tercer punto era llevar adelante una verdadera cruzada nacional
contra la evasión impositiva. No hay política fiscal
exitosa si seguimos conviviendo con los niveles de evasión
actuales, y si se insiste con una política que sitúa
el control en aquellos sectores que ya están en el límite
de la supervivencia. A nadie se le puede escapar hoy en la Argentina,
luego de los hechos que se están investigando relacionados
con la fuga de dinero negro del país durante la última
década, que el control de la evasión debe centrarse
en los sectores que cuentan con mayores recursos de poder económico.
Este punto se asocia al tema de la calidad y eficacia de nuestras
instituciones políticas y económicas. Ya el Presidente
señaló en innumerables ocasiones los daños
para nuestra producción que ocasionan lasprácticas
ilegales como el contrabando, el dumping, la evasión fiscal,
el incumplimiento de los contratos, es decir, el reconocimiento
de la ausencia de controles y la permeabilidad institucional que
favorece la cultura rentística en la que vivió nuestro
país durante muchísimos años. Por eso cuestionamos
en su momento la política llevada adelante respecto a las
empresas de servicios a las cuales se les otorgó aumentos
de tarifas, financiadas por los usuarios, por compromiso de inversiones
que nadie controla, como viene sucediendo desde la era menemista.
Aun con organismos de control que tienen la misma composición
que en el gobierno anterior. Esto no es seguridad jurídica,
esto es no cortar con la corrupción y con los peores vicios
del sistema anterior en la relación entre el Estado, las
empresas y los usuarios.En el mismo sentido, el Gobierno debe
colaborar a fondo y explícitamente con la investigación
que va a llevar adelante la Cámara de Diputados sobre el
lavado de dinero, evasión impositiva y presuntos actos
de corrupción cometidos en la década anterior.
En síntesis, reafirmamos nuestro compromiso con la Alianza
y el gobierno nacional y al mismo tiempo insistimos en que deben
modificarse algunos aspectos importantes de la política
económica, que no pasan por desconocer los problemas fiscales,
la vulnerabilidad externa del país, ni las reglas del juego
que deben mantenerse estables; sino por desarrollar una estrategia
y un plan de crecimiento con equidad y justicia, como señaló
el Presidente en su último discurso a la Asamblea Legislativa.
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