Por
Claudio Zlotnik
En
su primera definición como ministro de Economía designado,
Ricardo López Murphy dejó en claro que su intención
es profundizar el modelo ortodoxo. Voy a buscar el máximo
grado de solvencia, competitividad, transparencia y previsibilidad. Tenemos
un Presupuesto, un esquema de financiamiento negociado con las organizaciones
multilaterales y reglas institucionales para el manejo de la política
monetaria. Voy a hacer cumplir estrictamente lo que está en ese
programa, declaró López Murphy ayer en Olivos. Si
bien no dio ninguna precisión sobre futuras medidas, tanto el total
alineamiento del flamante ministro a los acuerdos ya rubricados con el
Fondo como su currículum, ofrecen ciertas pistas sobre el camino
que seguirá al frente de Economía. Un evidente es que arremeterá
sobre el gasto de las provincias.
Este hombre que dentro de cinco meses cumplirá 50 años,
graduado en la Facultad de Ciencias Económicas de La Plata, obtuvo
un Master en la Universidad de Chicago. Fue asesor de los bancos centrales
de la Argentina y Uruguay y consultor del Fondo, de las Naciones Unidas
y del Banco Mundial. Radical de toda la vida, siguiendo la tradición
familiar, formó parte del equipo de economistas que asesoró
a Eduardo Angeloz en la campaña electoral del 89. Y lideró
el equipo de la Fundación de Investigaciones Económicas
Latinoamericanas (FIEL), reconocida por su línea ortodoxa en lo
económico. En FIEL, donde presentó la renuncia antes de
jurar en la cartera de Defensa, trabajan los economistas Daniel Artana,
Juan Luis Bour y Manuel Solanet.
Para el común de la gente, el nombre de López Murphy registró
un hito cuando, en la última campaña presidencial, reclamó
una baja del 10 por ciento en los salarios. Estoy dispuesto a inmolarme
políticamente planteando los temas de los que nadie quiere hablar,
aseguró en aquel momento, dando cuenta de que su sugerencia lo
había dejado fuera de la carrera por la titularidad del Palacio
de Hacienda. Pero, sobre todo, de mantener en alto su perfil de economista
predilecto por el establishment, poco propenso a las concesiones que impone
la política.
Justamente, la carrera de López Murphy se caracterizó por
amplificar un modelo económico resistido por la mayoría
de los políticos. Las medidas que, desde el llano, propuso aplicar
son aquellas tildadas de impopulares. Pero que, como él, fueron
ganando espacio en la historia económica argentina reciente. Hoy,
López Murphy es uno de los máximos referentes de esa línea
de pensamiento y por esa causa fue siempre muy resistido en las filas
del radicalismo.
¿Qué debe esperar el ciudadano común de López
Murphy? La férrea disciplina fiscal es la columna vertebral desde
la cual articulará el resto. Por este motivo, no debería
sorprender que en las próximas horas se anuncie un nuevo recorte
en el gasto público para lograr el cumplimiento de las metas con
el Fondo. En el manual de la ortodoxia figura que de esa manera se recreará
el círculo virtuoso que aliente la entrada de capitales, la baja
del riesgo país y el empujón económico salvador.
Un repaso por las propuestas realizadas por el flamante ministro desde
FIEL da cuenta de su alineamiento con la idea de suprimir subsidios estatales,
diferimentos impositivos y el ajuste de gastos en la administración
pública central. También de la necesidad de alivianar el
peso de los impuestos al trabajo y de igualar la edad jubilatoria de las
mujeres a la de los hombres, tal como figura en el decreto presidencial
que evaluará próximamente el Congreso. En relación
al sistema jubilatorio no es la única medida propuesta: además,
que se elimine de cuajo el sistema de reparto para que las AFJP se queden
con todo el negocio.
Durante la gestión de José Luis Machinea, López Murphy
opinó poco y nada sobre la marcha de la economía. Se opuso
a las negociaciones que el ex ministro encaró con las privatizadas
para bajar las tarifas. Y se supo que en una de las últimas reuniones
de gabinete de 2000, López Murphy lerecriminó a Machinea
un supuesto ablandamiento en la lucha para disminuir el déficit
fiscal.
El diagnóstico del ahora ministro es que el desborde en el gasto
público durante los 90 es la causa de los males actuales.
Y que para remediarlo, no alcanza con los beneficios que da el blindaje.
En todo caso, el auxilio financiero disminuyen la incertidumbre de los
inversores. Pero, para ganarse la confianza de los financistas deberá
mostrarse muy estricto y, al mismo tiempo, enviar urgentes señales
inequívocas. En primera fila aguardan la aprobación parlamentaria
de la reforma previsional y la puesta en marcha de la desregulación
de las obras sociales. Luego, y siguiendo al pie de la letra las últimas
recomendaciones de FIEL, podrían eliminarse algunos impuestos (como
Ingresos Brutos), profundizar la apertura económica y poner a la
venta las últimas joyas, como el Banco Nación y Lotería
Nacional. Será cuestión de esperar, para el caso de López
Murphy, qué distancia hay del dicho al hecho.
ABEL
VIGLIONE, DE FIEL Y CERCANO A LOPEZ MURPHY
No
deben esperar grandes medidas
Por
Claudio Scaletta
Abel
Viglione es, junto a Daniel Artana y Juan Luis Bour, uno de los economistas
de FIEL que más aparece en la prensa defendiendo las perspectivas
técnicas de su institución. En diálogo
con Página/12 sintetizó las líneas principales sobre
los que es posible trabaje el nuevo ministro de Economía.
¿Qué políticas cabe esperar de Ricardo López
Murphy?
Ricardo no va a luchar por nuevas leyes impositivas ni por nuevas
reformas estructurales. Los marcos regulatorios están. Creo que,
aprovechando los marcos regulatorios, intentará ordenar las finanzas.
Y si esos marcos no le dan, Ricardo es una persona muy austera. La sociedad
no debe esperar grandes medidas.
¿Qué cree usted que debe hacerse en la economía?
Hay que cerrar la brecha fiscal. Y eso sólo se consigue bajando
el gasto o subiendo impuestos, pero para esto hay menos consenso. En segundo
lugar hay que trabajar con el ministro del Interior en el convenio de
responsabilidad fiscal con las provincias, para que se cumpla el congelamiento
del gasto primario. Y tercero, hay que atacar el costo del sistema político,
algo que el ex vicepresidente está de acuerdo.
Suponiendo que esas medidas logren poner las cuentas en orden resta
el detalle de cómo crecer.
La única manera de crecer es reactivando la demanda. Hoy
hay un problema de confianza de las familias. Algo que ningún ministro
puede manejar.
Para quienes tienen ingresos por debajo de la línea de pobreza
no se trata de un cuestión de confianza.
Ese grupo de familias son los desocupados. Para ellos hay que crear
más trabajo. Y eso se logra bajando los impuestos que lo gravan.
Es necesario continuar profundizando la reforma laboral.
¿Qué puede pasar en las provincias con más
ajuste?
Vivimos en un sistema federal. El gobierno central no puede imponer
las políticas provinciales. Lo único que puede establecer
es el límite del dinero que les va a otorgar además de la
coparticipación automática.
¿Cree que hay margen político para seguir bajando
sueldos?
Después de haber bajado entre 12 y 15 por ciento los sueldos
en el sector público, es bastante difícil hacerlo de nuevo.
Pero hay que pensar a la inversa que el vocero presidencial (Ricardo Ostuni),
que días después del blindaje dijo que si crecía
la recaudación se recompondría la quita salarial. Un gran
logro sería mantener esta quita.
¿Cree que López Murphy armará su equipo de
trabajo con gente de FIEL?
Cuando Ricardo se fue al Ministerio de Defensa no se llevó
ni a la secretaria. Tampoco quiso aceptar una licencia sin goce de sueldo
a su cargo de economista jefe de la fundación. El es así.
Durante el año 2000 sólo lo vi dos veces. Una cuando preparamos
un trabajo para el presupuesto del ministerio y otra en la que me invitó
a cenar.
¿Cómo recibe FIEL que su ex economista jefe sea ministro
de Economía?
Ricardo es una persona que dejó la academia cuando se fue
al Gobierno y decidió hacer carrera política. Para él
debe ser un logro importantísimo, porque dejó todo por la
carrera política.
¿Qué le parece Cavallo en el Banco Central?
Cavallo es una persona muy activa, que se mueve demasiado rápido.
Y el presidente del Banco Central sólo tiene que controlar el sistema
financiero. No es un embajador en el exterior, en cuanto a contactos.
Creo que para Domingo Cavallo el cargo es chico.
¿Se ve como parte del futuro equipo económico?
No creo que Ricardo me lleve con él, soy demasiado informal.
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