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DOMINGO CAVALLO ACEPTO OCUPAR LA PRESIDENCIA DEL BANCO CENTRAL
Retorno político más que técnico

El ex ministro de Economía de Carlos Menem asumirá el cargo que dejará Pedro Pou luego de que la Comisión Bicameral emita su dictamen. Cavallo espera un acuerdo político para su desembarco.

Por Claudio Scaletta

Tras la insistencia del Gobierno, Domingo Cavallo aceptó ser el presidente del Banco Central. La designación oficial de Ricardo López Murphy terminó de convencerlo. Pero el ex superministro de Carlos Menem quiere que la transición sea ordenada. Su aceptación del cargo no será anunciada hasta que el alejamiento de Pedro Pou se complete por la vía institucional. El próximo viernes se conocerá el dictamen de la Comisión Bicameral que pondrá fin al entuerto. Hasta entonces deberá lograrse el consenso político que el jefe de Acción por la República necesita para tener margen de acción. Si esto no es así, el cargo recaerá en alguno de sus hombres. No descartan algunos analistas que Cavallo en el Central signifique, aunque se mantenga formalmente la convertibildad, una variación en el tipo de cambio.
López Murphy fue muy crítico del embate político contra Pedro Pou. Incluso subió la apuesta de sus colegas economistas del establishment, que hacían hincapié en el argumento de la autonomía institucional del Banco Central, afirmando que no creía en “tribunales populares”. Con el nuevo ministro de Economía, entonces, la salida de Pedro Pou será ordenada y por la vía institucional. Esto significa que el propio Pou dé un paso al costado antes del próximo viernes, el escenario menos probable, o que se produzca un dictamen adverso de la Comisión Bicameral, dato que se descuenta.
Será recién entonces cuando se dará a conocer oficialmente la designación de Cavallo. En el entretiempo, el líder de Acción por la República –que ve en su paso por el Banco Central una nueva base para su proyecto político presidencial– espera lograr los consensos necesarios que aún le faltan consolidar dentro de la Alianza. Si los rechazos que sigue concitando en algunos sectores se aplacan, su destino al frente de la autoridad monetaria es seguro. De no ser así, el cargo será ocupado por alguno de sus hombres más cercanos. Su candidato “in pectore” es el economista Adolfo Sturzenegger. No obstante, la presencia de Cavallo, acompañado por Daniel Marx, el pasado sábado en Olivos, cuando no eran pocos los aliancistas que estaban junto a Fernando de la Rúa en el peliagudo trámite de designar nuevo ministro, permite inferir que el cordobés no cuenta, como podría esperarse, con rechazos muy explícitos dentro de la coalición.
Cavallo se siente cómodo con López Murphy al frente del Ministerio de Economía. Aunque considera que la visión del ex hombre de FIEL es más ortodoxa que la suya, sabe que no hay diferencias de fondo. Para sus más estrechos colaboradores se trata de una dupla compatible y potente. Hace tiempo que los une una buena relación y muchas coincidencias. Para “los mercados” son la pareja ideal. Sin embargo, el carácter vehemente de Cavallo y sus ambiciones presidenciales siembran no pocas dudas en la dinámica de la relación. Para los memoriosos aún están frescos los escarceos del por entonces joven presidente del Banco Central, en 1982, con el ministro de Economía del dictador Reynaldo Bignone, José María Dagnino Pastore. Además, hace mucho tiempo que Cavallo está acostumbrado a ser “primus inter pares”, un lugar bastante alejado del perfil de mero técnico que, en principio, se requeriría para conducir el Central. Por otra parte cuesta creer que el cordobés abandone sus ambiciones presidenciales y no considere al Banco Central como un escalón para un posterior ascenso.
Pero además hay otra cuestión que puede generar fricciones en la dupla. Quienes quieren ver en Cavallo la representación de un sector “neodesarrollista” del establishment, algo que no se presenta del todo evidente, lo imaginan batallando por superar una de las principales restricciones que hoy enfrentan los sectores industriales: el tipo de cambio 1 a 1, con una estructura de costos poco flexible a la baja. Y aunque la convertibilidad es ratificada por todos los integrantes delGobierno en cuanta oportunidad y ámbito se presenta, no son pocos quienes la ven como una traba para salir de la recesión y hasta para una eficiente integración productiva en el Mercosur.
Un estrecho colaborador del ex ministro de Economía dijo a Página/12 que “salir de la convertibilidad sería hoy un suicidio”, sin embargo también agregó una posibilidad en la que no quiso profundizar: “Mantener la convertibilidad no quiere decir dejar fijo el tipo de cambio”.

“Se abandona la Convertibilidad”
El ex ministro de Economía durante los últimos años de la administración de Carlos Menem, Roque Fernández, aseguró que si Domingo Cavallo asume la presidencia del Banco Central “abandona la Convertibilidad”. La designación de Ricardo López Murphy en Economía, en cambio, fue saludada con entusiasmo por los economistas de la ultraliberal CEMA, el mencionado Fernández y Carlos Rodríguez. Esos dos ex funcionarios, ministro y viceministro de Economía, respectivamente, arremetieron con dureza contra la eventualidad del nombramiento de Domingo Cavallo al frente del Banco Central. “Es un peligro”, dijo Fernández; “corremos el riesgo de que saque a López Murphy en 24 horas”, aventuró Rodríguez.
“La llegada de López Murphy me parece bien, pero lo de Cavallo me hace acordar a lo que sucedió en 1982, cuando presidiendo el Banco Central lo pasó por arriba al ministro de Economía de entonces (José María) Dagnino Pastore”, recordó Rodríguez. Si Cavallo asume en el Central “se abandona la Convertibilidad y se pierde la autonomía. La propuesta que en repetidas ocasiones se ha estado mencionando es pasar a una canasta de monedas, que es lo que muchos grupos empresarios han estado pregonando con el visto bueno de gente que ha tenido contactos con Cavallo”, puntualizó Fernández. Vale recordar que Roque trabajó con Cavallo cuando éste último era ministro, ocupando, precisamente, la titularidad del BC. Durante ese período, la relación entre ambos no fue muy cordial, para terminar en ruptura en el momento que Fernández reemplazó a Cavallo al frente de Economía.
Para Rodríguez “o el Banco Central es un administrador que compra y vende dólares a un peso, o se deja la Convertibilidad y se dedica a dar créditos, a utilizar encajes, a utilizar el tipo de cambio, pero devaluando, por supuesto. Esa es una política muy peligrosa y no conveniente”. Para Fernández, si “Cavallo va a ir a hacer política cambiaria, monetaria y financiera, va a tener mucho más poder con un Banco Central no autónomo que lo que puede tener (Chrystian) Colombo y (Ricardo) López Murphy y el Presidente juntos si se sale de la Convertibilidad”.
Por último, Rodríguez sostuvo que “nadie mejor que López Murphy será un duro con el gasto público”. “Si FIEL (Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas, a la que pertenece López Murphy) no es dura con el gasto ya no creo más en nada, debido a gran cantidad de trabajos que ha hecho FIEL para la reforma del sector público y del gasto público”, apuntó el economista.

 

Daniel Marx siempre está
Fue director del Banco Central durante el alfonsinismo. Trabajó en el gobierno menemista con Domingo Cavallo en la refinanciación de deuda que derivó en el Plan Brady. Fue hasta el viernes pasado el Secretario de Finanzas de José Luis Machinea. Y en los últimos dos días estuvo pegado nuevamente a Cavallo y también al jefe de Gabinete, Chrystian Colombo. Se trata de Daniel Marx, miembro del equipo económico de Machinea, uno de los candidatos a quedarse en el nuevo team que armará Ricardo López Murphy. Mantendría el puesto de Secretario de Finanzas en esa alternativa. Pero también se menciona que si se cae el acuerdo político con Cavallo, ocuparía la presidencia del Banco Central. Ya sea en una o en otra posibilidad o en cualquier otra que le ofrezcan, en el Gobierno aseguran que Marx seguirá en la función pública.
“Por sus contactos personales”, fue la diplomática respuesta del ahora ex ministro de Economía, José Luis Machinea, cuando se refirió a la posibilidad de que Marx se quede en el nuevo equipo económico liderado por López Murphy.
“José Luis es muy bueno”, fue la respuesta cuando Página/12 consultó a uno de los más estrechos colaboradores de Machinea respecto a los movimientos de Marx. El ex funcionario comentó con una cuota de indignación que Marx se estuvo moviendo toda la semana pasada, cuando el equipo de Machinea sabía que sus horas estaban contadas, para quedarse en el Gobierno. Su línea de permanencia fue Colombo, con quien entabló una relación cercana. Esa vinculación lo llevó a reunirse con Cavallo, el sábado en la Quinta de Olivos, junto a Colombo por espacio de dos horas para hablar del desembarco del ex ministro en el Banco Central.

 

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