Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira
KIOSCO12


LOS GOBERNADORES DEL JUSTICIALISMO RECHAZAN UN NUEVO AJUSTE
Por la plata se reúnen en La Plata

Los mandatarios emitirán un documento con críticas al rumbo económico que, presumen, profundizará el designado ministro Ricardo López Murphy. También reclamarán políticas activas.

Por Diego Schurman

Asocian a Ricardo López Murphy con ajuste. Para los gobernadores justicialistas, el liberalismo ortodoxo del designado ministro de Economía pondrá en jaque a sus provincias, obligándolos a una nueva etapa de reestructuraciones y reducciones de gastos. Es por eso que mañana mismo los mandatarios del PJ se reunirán para fijar una dura posición sobre el rumbo económico. Serán diplomáticos –aún esperan ser convocados a una reunión con el flamante funcionario–, pero no por ello evitarán las críticas y el llamado a transitar una nueva etapa social, con una fuerte reducción de impuestos y de la tasa de interés como plataforma para iniciar la reactivación.
La cumbre se realizará en La Plata. En la coordinación tuvo un papel activo el bonaerense Carlos Ruckauf. Aunque para no mostrar prevalencia de un distrito sobre otro se la presentó como una “autoconvocatoria” de todos los gobernadores del PJ.
En una conversación telefónica, Ruckauf y su par cordobés José Manuel de la Sota dejaron en claro el fin de semana el trazo grueso de la postura del partido, que seguramente quedará rubricada en un documento conjunto:
u Sospechan que López Murphy anunciará un paquete de medidas donde no faltarán “pautas de ajuste” y que éstas indefectiblemente afectarán a las provincias.
u Consideran que no es conveniente un enfrentamiento directo con el ministro a menos de un día de su asunción. Pero, en un año de sesgo electoral, creen necesario marcar claras diferencias con las políticas económicas y sociales de la Alianza.
u Por ello, dirán que sus estados ya implementaron ajustes y se comprometieron a congelar gastos hasta el 2005 en la firma del último pacto fiscal.
u Que, en todo caso, el ajuste lo debe realizar la Nación. Y que el propio ajuste interno le permitirá la “optimización” de los fondos destinados a la ayuda social y otras políticas activas.
u En este punto hay una referencia elíptica a la ministra de Desarrollo Social Graciela Fernández Meijide. Los mandatarios no la quieren más de interlocutora y comparten la demanda de unificar los planes fuera de su órbita, la que, en consecuencia, se volvería innecesaria.
u Se mostrarán dispuestos a colaborar, pero resaltarán que no se trata de cambiar de nombres sino de políticas. Por eso insistirán con una receta que consideran básica para comenzar a transitar la reactivación económica: bajar los impuestos y la tasa de interés, reforzar el control aduanero, y profundizar la lucha contra la evasión.
u Aún no saben si introducirán en sus críticas la “lentitud” en la toma de decisiones de Fernando de la Rúa. De hecho, Ruckauf marcó ayer con especial desdén la demora del Presidente en realizar todas las reestructuraciones de su gabinete. El gobernador justicialista está convencido que el ministro del Interior, Federico Storani, es uno de los deberá dejar su despacho para competir electoralmente en el distrito bonaerense.
De las conversaciones entre Ruckauf y De la Sota fueron puestos al tanto el santafesino Carlos Reutemann, según confiaron a Página/12 fuentes del justicialismo. Este trío de gobernadores –los que tienen más fuertes chances de competir por la presidencia en el 2003– tenía pensado realizar su propia cumbre en La Plata, en una sucesión de las ya celebradas en Córdoba y Santa Fe. Pero las circunstancias obligaron a posponerla hasta nuevo aviso.
El adelanto de la postura que adoptarán los gobernadores también llegó al oído de los jefes de bloque de diputados y senadores del PJ, quienes tendrán reservada una silla en la reunión que se celebrará en la gobernación bonaerense. El que no fue invitado, a pesar que de allí trascenderá la postura de todo el partido, fue el presidente del Consejo Nacional Justicialista, Carlos Menem.

Las voces en el PJ
Las siguientes son las principales reacciones que produjo entre la dirigencia justicialista la designación de Ricardo López Murphy al frente del Ministerio de Economía
Carlos Menem, ex presidente: “López Murphy es un economista serio, responsable que está con la dolarización”.
Felipe Solá: vicegobernador de la provincia de Buenos Aires: “Con Carlos Ruckauf vamos a apoyar a quien sea designado. No vamos a poner prejuicios de tipo ideológico”.
Jorge Remes Lenicov, diputado y ex ministro de Economía de la provincia de Buenos Aires: “El alejamiento de Machinea se generó a instancias de que el riesgo país en los últimos quince días se tornaba insostenible”.
Humberto Roggero, jefe del bloque en Diputados: “Para este modelo y esta línea, López Murphy aparece como el más apto”.
Eduardo Menem, senador: “Con la renuncia de Machinea hizo eclosión la crisis que viene soportando la Alianza de hace muchos tiempo”. “El Presidente se tiene que sacar de arriba a Alvarez, que es un verdadero collar de melones”.
Martín Redrado, economista, ex funcionario menemista: “Creo que el crédito que tiene López Murphy se puede consumir rápidamente si no tiene una estrategia para sacar todos los problemas juntos y no con cuentagotas”.

 

OPINION

Por Enrique M. Martínez

¿Qué es una política activa?

En el imperio de los lugares comunes argentinos, se dice que para salir del modelo del piloto automático hay que aumentar la aplicación de políticas activas. Hoy, que se inicia una nueva etapa en la economía argentina, conviene recordar qué es una política activa.
Todo el espectro progre o seudoprogre, cuando tiene que dar un ejemplo práctico, recurre a la reducción de la tasa del IVA. Los más arriesgados sugieren ir del dólar a una canasta de monedas o generalizar un subsidio a los desempleados. Pero éstas no son políticas activas. En el mejor de los casos son iniciativas que corrigen el piloto automático y luego lo vuelven a dejar frío.
No se trata de una cuestión académica. Efectivamente, el país necesita una política económica que de manera muy activa ayude a corregir nuestras ineficiencias e injusticias. Pero eso se hace cambiando conductas y aptitudes de funcionarios, empresarios, sindicalistas. Para aumentar la productividad y la equidad simultáneamente hay que actuar sobre los valores comunitarios y sobre la organización productiva. No se trata de tocar una u otra variable macro, por importante que sea. El debate político pasa tan lejos de este concepto, que me siento obligado a mostrar ejemplos de política activa necesaria, extraídos de nuestra experiencia en la Sepyme de apenas los últimos días.
Volkswagen Argentina produce 35.000 vehículos anuales y tiene 100 proveedores autopartistas. Es una de las 56 filiales mundiales de una corporación que produce 5 millones de vehículos y que se abastece de autopartes por cotización de todas las filiales a su casa central. Esto permitiría trabajar a fondo con 20 o 30 proveedores para operar a escala global. No sucederá automáticamente. Todas las partes debemos hacer una tarea profunda para llegar allí. Esto es política activa.
El gobierno de San Juan piensa en un intercambio compensado con otras provincias, donde productos locales abundantes se cambien entre fabricantes, abaratando la oferta. Resolver esto es política activa.
Las cámaras productoras de herrajes, bulones y tornillos, muebles, indumentaria, calzado o marroquinería proponen una modalidad distinta de control de las importaciones, con su participación, que reduciría los ilícitos por subfacturación. Hacer esto es política activa.
Miles de pequeños empresarios no son sujeto de crédito porque tienen historias complicadas, aunque sus proyectos actuales son aceptables. Simultáneamente, hay más de 400 millones de dólares de crédito disponible sin usar, por falta de interés bancario. La Sepyme tiene un camino para juntar oferta y demanda. Concretarlo es política activa.
Hay mil ejemplos más de la gestión cotidiana. Me da miedo percibir que quienes cuestionan el piloto automático se embarcan con pasión en discutir temas laterales o marginales, con la fantasía de la variable única de efecto instantáneo. Mientras tanto, el verdadero cambio sigue esperando.En el imperio de los lugares comunes argentinos, se dice que para salir del modelo del piloto automático hay que aumentar la aplicación de políticas activas. Hoy, que se inicia una nueva etapa en la economía argentina, conviene recordar qué es una política activa.
Todo el espectro progre o seudoprogre, cuando tiene que dar un ejemplo práctico, recurre a la reducción de la tasa del IVA. Los más arriesgados sugieren ir del dólar a una canasta de monedas o generalizar un subsidio a los desempleados. Pero éstas no son políticas activas. En el mejor de los casos son iniciativas que corrigen el piloto automático y luego lo vuelven a dejar frío.
No se trata de una cuestión académica. Efectivamente, el país necesita una política económica que de manera muy activa ayude a corregir nuestras ineficiencias e injusticias. Pero eso se hace cambiando conductas y aptitudes de funcionarios, empresarios, sindicalistas. Para aumentar la productividad y la equidad simultáneamente hay que actuar sobre los valores comunitarios y sobre la organización productiva. No se trata de tocar una u otra variable macro, por importante que sea. El debate político pasa tan lejos de este concepto, que me siento obligado a mostrar ejemplos de política activa necesaria, extraídos de nuestra experiencia en la Sepyme de apenas los últimos días.
Volkswagen Argentina produce 35.000 vehículos anuales y tiene 100 proveedores autopartistas. Es una de las 56 filiales mundiales de una corporación que produce 5 millones de vehículos y que se abastece de autopartes por cotización de todas las filiales a su casa central. Esto permitiría trabajar a fondo con 20 o 30 proveedores para operar a escala global. No sucederá automáticamente. Todas las partes debemos hacer una tarea profunda para llegar allí. Esto es política activa.
El gobierno de San Juan piensa en un intercambio compensado con otras provincias, donde productos locales abundantes se cambien entre fabricantes, abaratando la oferta. Resolver esto es política activa.
Las cámaras productoras de herrajes, bulones y tornillos, muebles, indumentaria, calzado o marroquinería proponen una modalidad distinta de control de las importaciones, con su participación, que reduciría los ilícitos por subfacturación. Hacer esto es política activa.
Miles de pequeños empresarios no son sujeto de crédito porque tienen historias complicadas, aunque sus proyectos actuales son aceptables. Simultáneamente, hay más de 400 millones de dólares de crédito disponible sin usar, por falta de interés bancario. La Sepyme tiene un camino para juntar oferta y demanda. Concretarlo es política activa.
Hay mil ejemplos más de la gestión cotidiana. Me da miedo percibir que quienes cuestionan el piloto automático se embarcan con pasión en discutir temas laterales o marginales, con la fantasía de la variable única de efecto instantáneo. Mientras tanto, el verdadero cambio sigue esperando.

 

PRINCIPAL