Por
Andrés Osojnik
Para
festejar, festejemos a lo grande. Esa parece haber sido la premisa en
el Consejo del Menor y la Familia cuando su titular era Atilio Alvarez.
Por una fiesta de cumpleaños de 15 de un grupo de chicas de los
institutos se llegaron a pagar 160.000 pesos. Para las agraciadas se compraron
vestidos, zapatos, bijouterie, conjuntos sport, y hasta lencería.
Se trasladó a cumpleañeras e invitados a Mar del Plata,
donde se contrató un carísimo hotel para la pompa. Los agasajos
se hicieron varios años seguidos. Una vez no alcanzó con
las quinceañeras y se organizó otro festejo, con vestidos
de fiesta incluidos, para chicas que cumplían 16. Fue en el barco
Mississippi y la noche costó 45.000 pesos. Al margen de la manteca
al techo, las rendiciones de cuenta de esos gastos incluyeron todo tipo
de irregularidades. Esos festejos, más una serie de viajes para
chicos internados un paseo a Córdoba y San Luis costó
casi 700.000 pesos, constituyen el eje de una denuncia que la Oficina
Anticorrupción acaba de enviar a la Justicia. El monto total cuestionado
supera los cinco millones de pesos.
Atilio Alvarez estuvo al frente del Consejo del Menor desde 1990 hasta
1998, cuando debió renunciar en medio de una ola de escándalos.
Denuncias por presunta malversación de fondos, la situación
de los institutos, acusaciones de torturas a chicos y supuestas irregularidades
en el otorgamiento de becas conformaron un cóctel que terminó
eyectando a Alvarez del puesto, aunque luego se transformó en defensor
de menores, cargo que ocupa en la actualidad. A su vez, tiene un puesto
en el gobierno de Córdoba: es el presidente del Organismo Ministerial
Coordinador de Proyectos Especiales para la Niñez y la Adolescencia.
Y es director ejecutivo del Instituto de Derecho de Familia de la Universidad
Católica Argentina.
Con el gobierno de De la Rúa, al frente del Consejo quedó
María Orsenigo, que el año pasado ya había girado
antecedentes contra Alvarez a la Oficina Anticorrupción (OA). Ahora,
las irregularidades en torno a las fiestitas y los viajes de aquel momento
también fueron enviados a la OA. De allí, el expediente
viajó sin escalas a la Justicia federal. La causa quedó
a cargo de Gabriel Cavallo.
El juez tiene ahora en sus manos los resultados de una auditoría
que muestra los escandalosos gastos de aquella época y su falta
de transparencia. Las auditorías iniciadas tras una denuncia
interna fueron hechas en realidad en 1996, con Alvarez al frente
del organismo. En ese entonces, al ser detectadas las irregularidades,
se iniciaron sumarios. Pero esas actuaciones duermen aún hoy el
sueño de los justos. Una de las tareas de Cavallo será determinar
quién o quiénes manejaron esos fondos y si Alvarez tiene
responsabilidad en el tema.
La auditoría de 1996 encontró que las fiestas de 15 de 1992,
1993 y 1995 fueron realizadas en medio de un gran desorden administrativo,
con rendiciones faltantes o demoradas, y facturas truchas, entre otras
irregularidades. Ni siquiera está claro si las agasajadas provenían
todas de institutos u hogares vinculados al Consejo.
Pero los datos más llamativos son los gastos desglosados de lo
que se pudo reconstruir en la auditoría. Para la fiesta del 92,
en la que se celebraron los 15 años de 25 chicas, fue alquilado
el salón del hotel Chateau Frontenac de Mar del Plata, aunque en
ningún lado figura cuánto se gastó en eso. Sí
figura que se pagaron 6400 pesos en trasladar a todo el mundo hacia la
costa, que se desembolsaron otros 8000 en alojamiento, 12.000 en servicio
de lunch y mozos, 4234 en conjuntos sport, 1840 en calzados y carteras,
2000 en tocados, accesorios y lencería y 1200 en fotos
para 40 chicas, aunque las agraciadas eran solo 25. En total, ese festejo
costó 43.732; a razón de 1749 pesos por cabeza cumpleañera.
En el 93, la fiesta fue también el 17 de diciembre y, como
el año anterior, en el Chateau Frontenac. En esa oportunidad, las
festejadasfueron 52, poco más del doble que la vez anterior, pero
los gastos subieron casi cuatro veces.
En los nuevos ítems de erogaciones se sumaron los vestidos de fiesta:
9500 pesos. El transporte hasta Mar del Plata costó 14.600 pesos.
Y las fotos fueron algo más caras que en el 93: casi 5000
pesos. En total, 160.802 pesos. Es decir, algo más de 3000 pesos
por cumpleañera. Una cifra que a las familias de las agasajadas
les hubiera solucionado algo más que la fiesta de los 15.
En diciembre de 1995 ya no hubo viaje a Mar del Plata, el festejo se hizo
en el Instituto Garrigós. Aunque los gastos no bajaron proporcionalmente:
para 49 beneficiadas, el monto total de la fiesta fue de 65.053 pesos.
Ese año ya no alcanzó con homenajear a las quinceañeras:
hubo fiesta de 16: 67 chicas que cumplían un año de haber
cumplido los 15. Motivo más que suficiente para alquilar a 19.000
pesos el barco Mississippi, comprar otros 68 vestidos de fiesta por valor
de casi 8000 pesos. Y otros tantos conjuntos sport por casi 4000 pesos.
Total: 45.066 pesos para el novedoso festejo de 16.
Entre cumpleaños varios y los viajes (ver aparte), entre 1992 y
1995 el Consejo Nacional del Menor y la Familia gastó unos 5.400.000
de pesos. La mayor parte, con rendiciones irregulares. Ahora, el juez
Cavallo deberá determinar quién o quiénes son los
responsables del escándalo.
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