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Acuerdo entre potencias contra el calentamiento

Los ocho países más industrializados y Rusia acordaron retomar las negociaciones para reducir las emisiones de gases con efecto invernadero.

“Hemos superado nuestras discrepancias y podremos llegar a un acuerdo para reducir las emisiones que causan el recalentamiento global”, anunciaron ayer representantes de los países más industrializados y Rusia, que constituyen el “Grupo de los Ocho”. Aunque sólo a partir de julio se empezarán a discutir sus aspectos prácticos, el anuncio pone fin al bloqueo que, desde noviembre pasado, padecían las negociaciones. En los últimos meses, un equipo científico internacional logró consenso en cuanto a que el recalentamiento procede de la actividad humana, principalmente la quema de combustibles fósiles. El anuncio coincidió cn la campaña lanzada por Greenpeace, desde 14 ciudades del mundo –incluida Buenos Aires–, mediante la cual la entidad ambientalista reclamó “abandonar el petróleo e invertir en energías renovables como la solar o la eólica”.
La tarea primordial que enfrenta la comunidad internacional en materia de recalentamiento global consiste en lograr la ratificación del Protocolo de Kyoto, de 1997, por el cual los países industrializados debían reducir en un 5 por ciento, antes de 2010 y respecto de los niveles de 1990, las emisiones de gases con “efecto invernadero”. Lejos de cumplir con la reducción, Estados Unidos, por ejemplo, ya está emitiendo un 10 por ciento más.
En noviembre pasado, las negociaciones que se efectuaban en la ciudad holandesa de La Haya quedaron interrumpidas por diferencias insalvables entre los países europeos, por un lado, y Estados Unidos y Japón, por el otro. Ayer, en la ciudad italiana de Trieste, representantes de Estados Unidos, Gran Bretaña, Canadá, Francia, Alemania, Japón, Italia y Rusia (que conforman el Grupo de los Ocho) anunciaron que el conflicto había cedido: “Nos comprometemos a intentar llegar a un acuerdo en torno de los asuntos políticos significativos y asegurar, de la manera lo menos costosa posible, la integridad medioambiental del Protocolo de Kyoto”, afirmaron los funcionarios en una declaración conjunta.
Habrá que aguardar la próxima reunión, que tendrá lugar en julio en Bonn, Alemania, para que se discutan “los detalles prácticos del acuerdo”. De todos modos, el encuentro en Trieste era una oportunidad para poner a prueba la actitud de la nueva administración norteamericana del presidente George W. Bush, en materia de medio ambiente. Observadores señalaron que Christine Todd Whitman –la nueva titular de la Agencia de Protección del Medio Ambiente de Estados Unidos– fue, junto con su colega canadiense, una de las responsables de que se haya superado el bloqueo en las negociaciones. Willer Bordon, ministro de Medio Ambiente de Italia, afirmó que en Trieste “se logró restaurar un clima de confianza mutua”.
Mientras tanto, desde ayer, Greenpeace difundió en su página web una imagen con 14 fotografías tomadas en otros tantos países, donde militantes de la entidad levantan carteles con letras que, juntas, forman la frase: CLEAN ENERGY NOW (“energía limpia ya”). Las letras que formaron el mensaje se elevaron en las ciudades de Manila, (Filipinas), Bangkok (Tailandia), Tokio (Japón), Berlín (Alemania), Oslo (Noruega), Atenas (Grecia), Ciudad de Luxemburgo (Luxemburgo), Estocolmo (Suecia), Roma (Italia), Hong Kong (China), Madrás (India), Estambul (Turquía), Buenos Aires (Argentina) y Moscú (Rusia).
Según Greenpeace, “hay que abandonar el petróleo e invertir en energías renovables como la solar o la eólica. De lo contrario no conseguiremos interrumpir el calentamiento del planeta y el cambio climático global”.
En enero de este año, el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático acordó en que “existen nuevas y más sólidas evidencias de que la mayor parte del calentamiento global observado en los últimos 50 años se puede atribuir a actividades humanas” y, en febrero pasado, pronosticó “impactos irreversibles” como el derretimiento de glaciares y casquetes polares, el aumento en el nivel de los océanos, la multiplicación de huracanes, inundaciones, sequías y difusión de enfermedades tropicales.
Greenpeace solicitó “adoptar acciones a nivel nacional que aceleren la expansión de las energías renovables”, y su filial local destacó que “laArgentina posee un gran potencial para el uso de la energía eólica.

 

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