
EQUIPOS
Agitaba
los brazos, saltaba, sudaba. En su platea de todos los domingos cuando
su cuadro juega de local, Pablo Gerchunoff, el virtual número dos
del equipo de Machinea, estaba feliz. No festejaba su alejamiento de la
función pública sino el triunfo de Racing, su verdadera
pasión más allá de la economía. Entre salto
y salto, tuvo tiempo de reflexionar sobre el destino de sus dos equipos.
¿Acaso el futbolístico estaba esperando que renunciara el
económico lleno de racinguistas como el propio ex ministro,
Miguel Bein y él mismo para brindarles semejante alegría?
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