Por
Fernando Cibeira
Estaban
los que tenían que estar. Que no eran ni legisladores de la Alianza,
ni dirigentes partidarios, ni gremialistas más o menos amigos.
Si algo distinguió al acto de asunción de los ministros
Ricardo López Murphy y Horacio Jaunarena fue la sonrisa de los
empresarios y hombres del mundillo económico que acompañaron
la llegada del nuevo jefe de Hacienda, en un día de euforia de
los mercados. No obstante, el saliente José Luis Machinea se llevó
un prolongado aplauso de reconocimiento, o tal vez de alivio. Como en
toda fiesta que se precie, no faltó el invitado sorpresa: el todavía
presidente del Banco Central, Pedro Pou, que se paseó entre los
presentes, se abrazó con Machinea y con quien se le cruzara. Se
sabe: en las fiestas, se olvida que cada uno es cada cual.
El clima en el Salón Blanco era caluroso y apretujado, preanuncio
de gran acontecimiento. El salón es elegante pero ya ha demostrado
de sobra lo pequeño que resulta para los actos que generan altos
niveles de expectativa. Ayer, la mayoría de los invitados debió
mirar en punta de pie desde el fondo. Hubo empresarios como Aldo Roggio,
José Ignacio de Mendiguren, Eduardo Eurnekian, Eduardo Elzstain
y José María Dagnino Pastor, actual directivo de Loma Negra
y ministro de Economía de la dictadura cuando Domingo Cavallo ocupó
la presidencia del Banco Central. Y no faltaron consultores como Miguel
Angel Broda y Adolfo Sturzenegger, que no le quitaron el cuerpo al sofocón
con tal de felicitar a López Murphy.
Pese a que los mercados por una vez le habían hecho
caso y habían demostrado su alegría ante el recambio, el
presidente Fernando de la Rúa apareció en escena con ese
gesto entre mal dormido y reconcentrado que ya había mostrado en
la conferencia de prensa del domingo, cuando confirmó los nombramientos.
No habló mucho. Apenas antes de cada juramento hizo una mención
a la buena labor del antecesor.
Cuando avanzó Jaunarena, elogió el desempeño de López
Murphy en Defensa. En la primera fila de asientos, aplaudieron los jefes
del Estado Mayor Conjunto, Juan Carlos Mugnolo; del Ejército, Ricardo
Brinzoni; de la Armada, Joaquín Stella; y de la Fuerza Aérea,
Walter Barbero. Si algo hizo López Murphy en su paso por Defensa
fue permitir el resurgimiento del partido militar en un alto perfil político.
Ayer, la jefatura de los uniformados le respondió con una asistencia
perfecta.
Jaunarena volvió al ministerio que ocupó durante el gobierno
de Raúl Alfonsín y desde donde debió pilotear tres
alzamientos militares e impulsó las leyes de Punto Final y Obediencia
Debida. Llamativamente, Alfonsín no apareció por la Casa
Rosada. El ex presidente lanza hoy su candidatura a senador y no le resulta
simpático el giro ortodoxo ensayado por el Presidente al poner
al mando de la economía a López Murphy más la inminente
llegada de su enemigo Domingo Cavallo a la presidencia del Banco Central.
Lo que no puede hacer López Murphy es un ajuste que caiga
sobre las espaldas del pueblo, advirtió Alfonsín,
ya con un pie dentro de la campaña. Y adjudicó a una extraña
confusión de horarios su faltazo al acto que estaba anunciado desde
el domingo a la tarde.
Otro que no estuvo fue el jefe del Frepaso, Carlos Chacho
Alvarez, pero, si se quiere, su ausencia era más esperable dado
el respaldo con reservas que dio su partido a las designaciones. Con todo,
hubo una pequeña delegación de frepasistas encabezada por
el jefe del bloque de diputados de la Alianza, Darío Alessandro,
quien traía su negativa a ocupar la secretaría general de
la Presidencia, un dato que luego le comunicó al ministro del Interior,
Federico Storani (ver página 13).
Antes de tomarle juramento a López Murphy, De la Rúa habló
del gran esfuerzo que realizó al servicio del país
Machinea, quien se había ubicado al final de la fila de ministros,
de pie sobre la tarima. El aplauso se prolongó bastante, lo que
obligó a De la Rúa a darse vuelta y hacer un gesto de simpatía
hacia Machinea. López Murphy también aplaudió. Fue
el momento culminante, el del recambio, el que el establishment financiero
venía reclamando cada vez con menos disimulo. La presencia de Pou
entre los invitados fue cuando menos curiosa. Se sabe que el Gobierno
decidió sacarlo del Banco Central apenas su nombre apareció
involucrado en el escándalo por lavado de dinero. La movida final
llegará luego de un informe condenatorio de la comisión
parlamentaria que lo investiga. Esta vez, Machinea su defensor dentro
del gabinete poco pudo hacer pero igual se ganó el afectuoso
abrazo de despedida de Pou como reconocimiento. Cerca de ellos, el cavallista
Guillermo Francos admitía que su jefe estaba muy cerca de desembarcar
en el Central pero, antes, claro, tenía que resolverse institucionalmente
la salida de Pou.
La desconcentración fue tumultuosa. Alcanzó para que cada
ministro -que aún tiene su renuncia a disposición presidencial
deslizara que se creía confirmado en su puesto. Uno de los que
se mencionaba como en la cuerda floja, Federico Storani, lo demostró
con hechos: fue el encargado de reunirse con los enviados del Frepaso
para arreglar las nuevas incorporaciones. La ministra de Desarrollo Social,
Graciela Fernández Meijide, en cambio, aseguró ella misma
que De la Rúa la había confirmado.
Además, adjudicó a operaciones de prensa las
versiones que la daban como una de las funcionarias que podrían
emigrar. Y dijo que hay algunos ministros que se refieren
al tema intencionadamente, dejando al descubierto la interna de gabinete
abierta entre quienes impulsan un cambio amplio para dar la imagen de
un relanzamiento del gobierno y quienes desean que todo siga
como está. Por lo que se sabe, De la Rúa seguiría
con las modificaciones pero sólo en las segundas líneas,
y no habría nuevos ministros.
Pero ayer a la tarde no era momento de especulaciones. Más bien
daba para abrazos entre amigos, palmadas en la espalda y a ver cuándo
nos juntamos a jugar al golf. Creo que todos los economistas vemos
esto con mucho optimismo. Mejoró la confianza, sostenía
Miguel Angel Broda, quien en sus ratos libres suele pregonar los beneficios
de la dolarización. Es un recambio con gran prestigio nacional
e internacional, apoyaba el constructor Roggio. Afuera llovía,
pero la Bolsa subía, el riesgo país bajaba y el optimismo
retornaba. Igual, igual, que hace un par de meses, cuando fue lo del blindaje.
Respaldo
del FMI y el BID
Stanley
Fisher, subdirector gerente del FMI, telefoneó el fin de semana
desde Washington a Ricardo López Murphy. Seguiremos trabajando
con él y su equipo, dijo Francisco Baker al referirse
al apoyo del FMI y al programa crediticio de 14.000 millones de dólares
concertado con el gobierno argentino. El presidente del BID, Enrique
Iglesias, resaltó el apoyo brindado por la Alianza a la designación
de López Murphy como una muestra de la confianza interna y
el reflejo de la decisión del gobierno de mantener el programa
de recuperación económica. Y el diario de negocios The
Wall Street Journal describió a López Murphy como un
economista respetado, muy bien calificado por los inversores internacionales.
Evaluó que tendrá que maniobrar en un campo político
minado para aplicar las medidas que los economistas dicen que son
necesarias para reanudar el crecimiento. Según el artículo
algunas de esas medidas requieren el apoyo del Congreso, controlado
por la oposición. Pero otras pueden ser aplicadas por el mismo
Gobierno, si tiene el apoyo político suficiente. |
LOS
FUNCIONARIOS QUIEREN SEGUIR
Candidaturas,
un cuco
Al
anunciar a los nuevos ministros Ricardo López Murphy y Horacio
Jaunarena (foto), el presidente Fernando de la Rúa adelantó
que durante la semana seguirían los cambios en el gabinete, que
le presentó su renuncia masiva para que hiciera a su antojo.
Como única pista, el Presidente dijo que quienes tuvieran la intención
de ser candidatos en octubre no podrían seguir como funcionarios.
Rápidamente, algunos de los ministros que sonaban como posibles
recambios como Federico Storani aclararon que no se iban y
que no serían candidatos. Descartados los ministros, entonces,
la mirada se dirigió hacia algunos secretarios que podría
postularse en el interior, como el secretario de Provincias, el puntano
Walter Ceballos, o el de Desarrollo Social, el jujeño Gerardo Morales.
Lo curioso fue que, ayer, ninguno de los dos se mostró muy convencido
de competir en octubre. Ceballos está muy conforme en la
secretaría, respondieron en Interior. Algo parecido informaban
en la oficina de Morales. Sin candidatos a la vista, los próximos
cambios continúan en la nebulosa.
OPINION
Por Mario Wainfeld
La
consagración del Merval
Quiere
la liturgia católica que, al momento de la misa, la hostia
es el cuerpo de Cristo y el vino es su sangre. He ahí el
misterio de la misa: no están representados, ni figurados.
Al momento de la consagración, son.
Toda jura de funcionarios en el Salón Blanco de la Casa Rosada
tiene algo de liturgia, con su carga de réprobos y elegidos,
con sus dioses o semidioses laicos. Y, antes que nada, con un mensaje
nítido. Por ejemplo, cuando juró el primer gabinete
del actual gobierno era la exaltación de la Alianza, con
la presencia de frepasistas, radicales delarruistas y alfonsinistas.
Cuando juró Alberto Flamarique como secretario general, el
tono imperante era la excomunión de Chacho Alvarez.
Ayer lo que estuvo patente, lo que no estuvo apenas representado
sino presente fue el cuerpo de los mercados, el Merval hecho carne.
Las juras de funcionarios suelen apiñar a la surtida fauna
de la política: operadores, concejales, militantes o vendedores
de afiches que alguna vez lo fueron. Ayer acá y allá,
jugando de visitante, se veía casi en rol de extras a algunos
sobrevivientes de esa fauna picaresca. Pero la presencia masiva
estaba dada por caballeros bien trajeados, con aires de dueños
del país, excelentemente vestidos aunque sin los brillos
amiantados propios del menemismo. Miguel Angel Broda transitando
la Rosada pisando fuerte cual si fuera el colombiano Patrón
Bermúdez entrando a la Bombonera. No eran solamente una cabal
multitud de hombres del establishment ocupando las plazas que Raúl
Alfonsín y Alvarez dejaron vacantes. Era el cuerpo mismo
del poder económico en la consagración de quien se
supone es emergente del gobierno democrático.
Vale la pena aclararlo porque haciendo abstracción
de las mínimas presencias de algunos radicales y un puñado
de frepasistas y de la dinámica presencia de fotógrafos
y movileros la concurrencia recordaba casi afrentosamente
la jura de un ministro de la dictadura militar. Eran el cuerpo del
verdadero poder, el que atraviesa gobiernos de civiles y de uniformados,
no el de una efímera Alianza pactada entre políticos
esos sofistas que no terminan de creer en el Dios Mercado
en franco tren de licuación.
Los asistentes, piadosos, dispensaron un cálido aplauso al
saliente José Luis Machinea. El hombre era un converso y
no habrá sido un santo pero nunca blasfemó acerca
del Mercado ni adoró a otros dioses, sedicentemente democráticos.
Pero cuando juró Ricardo López Murphy el más
FIEL de los economistas de la Alianza la ovación fue
atronadora. Adusto, López Murphy asumió su compromiso,
con tono castrense, enérgico.
Si así no lo hiciera, Dios y el Merval se lo demanden.
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LAS
ACCIONES LIDERES SUBIERON UN 8.1 POR CIENTO
Le
fue mejor que a Greenspan
Por
Claudio Zlotnik
A
las 11 era la hora señalada, esperada con ansiedad por los operadores.
Era el momento en que abría el mercado para empezar a hacer juego
en el paño bursátil. En ese momento, todos estaban con las
órdenes preparadas. Y eran de compra. No querían perderse
lo que imaginaban una fiesta. Y lo fue: las acciones líderes subieron
8,1 por ciento en promedio.
El fuerte incremento de los bonos permitió un descenso de 58 puntos
en el riesgo país, que cerró en los 724, dando así
la bienvenida al nuevo ministro de Economía que querían.
O sea, a Ricardo López Murphy, el economista que deseaba el mercado
para manejar el Palacio de Hacienda.
En este sentido, a López Murphy le fue mejor que a Alan Greenspan.
Cuando el jefe de la Reserva Federal también sorprendió
a los financistas bajando la tasa de interés, no bien empezó
el 2001, las acciones treparon 7,1 por ciento. Menos que el 8,1 de ayer.
Pero peor le fue a José Luis Machinea. El día que asumió
fue recibido con una suba accionaria de apenas el 0,6 por ciento.
La muestra cabal de la simpatía que López Murphy despierta
entre los financistas la dio el banco de inversión estadounidense
Merrill Lynch. Sin esperar a que el nuevo ministro mostrara el juego que
desplegará desde el Palacio de Hacienda, el banco aconsejó
a sus clientes comprar títulos públicos argentinos. López
Murphy es un economista ortodoxo muy apreciado en el mercado. Goza de
un apoyo firme, mucho más firme que su predecesor, por parte de
los inversores, afirmó, desde Nueva York, la vicepresidente
de investigaciones del banco, Susan McCabe.
¿La fuerte suba de los papeles significa que la crisis ya pasó?
¿Que un cambio en el elenco ministerial resolvió los problemas?
De ninguna manera. Quizás, la lectura más próxima
a la realidad es que, en la lógica de los operadores, López
Murphy es garantía de que se aplicará a rajatabla la receta
de la ortodoxia, haciendo eje en la política fiscal, de manera
tal de habilitar una baja en las tasas de interés que termine impulsando
la economía. En esencia, una apuesta similar a la de Machinea.
Con la diferencia de que el nuevo ministro es, para los financistas, más
confiable que el ministro anterior. Un amigo de la casa.
Ayer, los precios se dispararon no bien arrancaron los negocios. En el
caso de los bonos, las alzas promediaron un 3 por ciento, con un pico
del 3,5 por ciento, en el caso del Global 2017. Según estiman los
analistas de la city, el veranito durará al menos toda la semana.
Durante este lapso aguardan que el riesgo país caiga hasta los
650 puntos, el nivel que se situaba a finales de enero, en medio de la
euforia por el blindaje. A su vez, los pronósticos indican que
el MerVal subirá otro 12 por ciento en el corto plazo, recuperando
todo lo perdido el mes pasado.
Los precios estaban muy retrasados por la crisis de confianza. Es
seguro que, con López Murphy, se recuperará lo perdido.
Pero lo que todavía no sabemos es si la economía arrancará.
Y de eso depende la evolución futura del mercado, señaló
a Página/12 Rafael Ber, director de la consultora Argentine Research.
Justamente, algo que llamó la atención fue que las operaciones
de ayer totalizaron apenas 40,5 millones de pesos, un volumen bajo tomando
en cuenta la explosión de los precios. Según Ber, este detalle
da cuenta de la cautela que aún rige la conducta de los inversores,
a pesar del recambio ministerial.
Darío Lizzano, jefe de analistas del Santander-Río, aportó
otro elemento que determinará si la fiesta seguirá o no:
la cuestión política. Es la clave para saber la tendencia
del mercado en el mediano y largo plazo. López Murphy sirve para
renovar el aire en el recinto. Pero la próxima semana, los financistas
estarán atentos a si las iniciativas del ministro son apoyadas
por el resto de la Alianza, apuntó Lizzano en diálogo
con este diario. Justamente, y más allá de las preferencias
de los operadores, en la city creen que buena parte del desgaste sufrido
por Machinea se debió a las disputas dentro del Gobierno. Más
precisamente, a laspresiones que recibió el ex ministro para mostrar
resultados económicos positivos en lo inmediato.
Ayer, el flamante ministro superó la prueba. La próxima
ya tiene fecha: dentro de una semana, cuando salga al mercado a colocar
bonos de la deuda por 850 millones de dólares.
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