Por
Santiago Rodríguez
Hablaron
de intereses y preocupaciones compartidas, pero lo importante fue el gesto:
Carlos Chacho Alvarez y Aníbal Ibarra se juntaron otra
vez a solas después de mucho tiempo. Fue el domingo a la noche,
después de la reunión que mantuvieron los principales dirigentes
frepasistas para analizar la designación de Ricardo López
Murphy como ministro de Economía. El ex vicepresidente y el jefe
de gobierno porteño coincidieron en asumir una posición
de responsabilidad frente a los cambios de gabinete y evaluaron
en privado el escenario en la Capital Federal frente a las próximas
elecciones, así como los nombres de posibles candidatos a cubrir
las vacantes que Fernando de la Rúa abrirá para el Frepaso
en su administración. El encuentro sacudió el letargo en
que se encontraba la relación entre ambos.
A Alvarez e Ibarra los unió la salida de José Luis Machinea
del Gobierno y su reemplazo por López Murphy. El trato entre los
dos se volvió frío y distante después de la renuncia
del líder frepasista a la vicepresidencia. La decisión de
Alvarez de llevar consigo al intendente socialista de Rosario, Hermes
Binner, a la mesa de trabajo de la Alianza que convocó De la Rúa
e ignorar a Ibarra complicó aún más la relación.
Ese ámbito de discusión aliancista parece haber quedado
hoy en el olvido, pero los ibarristas todavía se sienten despechados
y se quejan: Cómo puede ser que Chacho haya convocado al
intendente rosarino y no al jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
Fue a propósito, concluyen.
Los resquemores quedaron en un segundo plano frente a los cambios en el
gabinete nacional. Ibarra llegó a primera hora de la tarde a la
quinta de Alvarez en Ezeiza, donde un reducido grupo de frepasistas preparó
el documento en el que se fijó la posición de ese partido
frente al nombramiento de López Murphy. Desde entonces, el jefe
de gobierno y el ex vicepresidente estuvieron casi todo el tiempo juntos.
En el Frepaso tampoco somos tantos como para andar debilitándolo
en los momentos de crisis y es parte de su responsabilidad cuidar su espacio
de referencia política, explicó un funcionario porteño
que goza de la plena confianza de Ibarra, sobre los motivos de su pronta
respuesta a la convocatoria realizada por Alvarez para analizar los movimientos
de De la Rúa. Recordó también que cuando Chacho
renunció a la vicepresidencia, Aníbal estuvo a su lado.
Aquél y éste fueron los momentos más críticos
de la Alianza y entre los roles que puede jugar Ibarra está el
de ser articulador entre el Frepaso y el Gobierno porque tiene una relación
construida con el Presidente. Fue Ibarra, de hecho, quien llamó
el domingo desde la quinta de Alvarez a Olivos para adelantar la posición
del Frepaso y escuchó de boca de De la Rúa que López
Murphy estaba confirmado.
Los chachistas le reconocieron sus méritos. Estuvo y puso
el cuerpo todo el día, admitieron en el entorno del líder
frepasista, aunque sin dejar de remarcar que fue más lo que
acompañó que lo que habló y dijo. El mismo
Alvarez lo sentó a su lado para la foto y le pidió que estuviera
también a su lado a la hora de las declaraciones.
La reunión a solas fue el corolario de la jornada. A puertas cerradas,
no sólo continuaron con el análisis de los cambios de gabinete.
Vos sos el mejor candidato a senador, dijo Ibarra cuando evaluaron
el panorama electoral en la Capital, pero Alvarez le reiteró que
no quiere postularse. Aníbal todavía no se da por
vencido, comentó un ibarrista, aunque la nueva negativa de
Chacho dio pie a una conversación sobre la eventual candidatura
de Elisa Carrió acompañada por un frepasista. Ese es un
esquema que a Ibarra le cierra y a Alvarez no le pareció descabellado.
También hubo un primer cambio de opiniones sobre la integración
de la lista de diputados.
Otro motivo de charla fue la apertura al Frepaso que De la Rúa
hará en su administración. Alvarez e Ibarra aportaron nombres
propios para cubrir las vacantes que quedarán disponibles e intercambiaron
ideas al respecto. Los dos quedaron en volver a verse.
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