
MILITAR
Entre
tantos empresarios, financistas y economistas de la City que invadieron
la Casa Rosada para vivar a Ricardo López Murphy, el ex teniente
coronel se sentía levemente incómodo. Sin embargo, no abandonó
su cometido de acercarse a saludar y a desearle el mayor de los
éxitos al doctor Jaunarena, que volvía a asumir como
ministro de Defensa. El hecho no debería tener nada de curioso,
dada la experiencia de Jaunarena en el área, pero resultó
una de las sorpresas de la tarde: el militar era Angel León, uno
de los cabecillas del levantamiento carapintada de la Semana Santa de
1987.
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