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LA EUFORIA EN EL MERCADO DURO APENAS UN DIA
Ahora quieren ver medidas

Las acciones bajaron 1,8 por ciento en promedio. Los títulos públicos y el riesgo país no tuvieron variaciones. La felicidad por la designación de López Murphy ya pasó. Esperan su programa.

Después de caer 58 puntos el día de la asunción, ayer el riesgo país se mantuvo en 725 puntos.

Por Claudio Zlotnik

El efecto López Murphy tuvo poca duración en la city. Tras la explosión de júbilo del día del debut, ayer las acciones volvieron a desinflarse -cayeron 1,8 por ciento en promedio–, y el riesgo país se mantuvo en los 725 puntos. Un nivel que, según dictan los manuales de la ortodoxia, imposibilitaría cualquier despegue de la economía. Para explicar la baja de los papeles, los financistas apelaron a un lugar común: “una toma de ganancias después de un alza extraordinaria”, justificaron. Pero también es cierto que los operadores aguardan, ansiosos, alguna definición del nuevo ministro antes de volver a apostar.
“López Murphy mostró sus bigotes y eso alcanzó para que en un día las acciones subieran 8,1 por ciento. Ahora hay que ver qué hay detrás de esos bigotes”, graficó, en diálogo con este diario, uno de los economistas de mayor renombre en el microcentro para explicar la corta carrera alcista de los papeles. Los bonos, en tanto, que el día de la jura recuperaron 3 por ciento en promedio, ayer mostraron comportamientos dispares. Los Globales de más largo vencimiento cayeron 0,3 por ciento en promedio, mientras que los que vencen en el mediano plazo subieron 0,5. Los Brady, a su vez, cedieron hasta 0,5 por ciento (en el caso del Discount).
Ni siquiera alcanzó con la racha positiva en Wall Street, donde el Nasdaq (panel tecnológico) se elevó un 2,9 por ciento y el Dow Jones, un 0,3. Los financistas que aun en los mejores momentos de la gestión Machinea reclamaban a gritos su reemplazo por López Murphy, ahora, con el mismísimo “hombre de la Bolsa” en el Palacio de Hacienda quieren ver las cartas antes de jugarse. “No hay que esperar nada espectacular hasta que se conozca el proyecto del nuevo ministro. Hasta entonces, perdurará la cautela”, señaló a Página/12 Ricardo Cavanagh, de la agencia de inversiones Raymond James. “Veremos si López Murphy cumple con las expectativas”, apuntó otro operador. “Debe tomar decisiones rápidas para que el riesgo país no vuelva a subir. Los tiempos se acortan”, sugirió Sergio Ganuza, administrador de fondos del Banco Sudameris.
Otro dato revelador de la prudencia de los operadores fue el volumen de negocios operado en el recinto de 25 de Mayo y Sarmiento: apenas 27,3 millones de pesos. Un monto inferior a los 40 millones de la jornada anterior y a los 50 millones que se operaron durante los días de euforia tras la concreción del blindaje. Incluso, buena parte del volumen resultó de operaciones realizadas entre AFJP. En el conteo final, el balance de la sesión arrojó 20 bajas. Las más importantes fueron Pérez Companc (5,4%), Central Costanera (5,1) y Capex (4,0).
¿Qué clase de medidas espera el denominado “mercado”? Básicamente, aquellas que garanticen la solvencia fiscal. Es decir, que ayuden a cumplir con las metas pactadas con el Fondo Monetario, cuyo desvío para el primer trimestre se calcula entre 350 y 400 millones de dólares. Por eso, en la óptica de los financistas es que López Murphy debería, rápidamente, dar una clase magistral sobre achicamiento y eficiencia en la utilización del gasto público. Pero, al mismo tiempo, tienen temor a que las pujas políticas en la Alianza terminen por echar a perder ese proyecto. En este sentido, no fue nada casual que uno de los diarios que se consume exclusivamente en el microcentro (El Cronista) haya destacado en su portada que “Ni Alfonsín ni Chacho asistieron al acto de jura de López Murphy”, dejando para un segundo plazo la “euforia en los mercados”.
“La duda de fondo radica en la habilidad del nuevo ministro para moverse en un escenario de complicadas negociaciones políticas”, suscribió a su vez la consultora Ecolatina. En el Palacio se sentó el candidato de la city. Lo que también quedó en claro es que ayer los operadores ya empezaron a mostrar sus dientes. Por las dudas.

 

La prolongada novela Cavallo

Tanto desde el Gobierno como desde el entorno cavallista coincidieron ayer en bajar las expectativas acerca de un próximo desembarco del ex ministro de Economía de Carlos Menem en el Banco Central. Mientras tanto, la figura de Domingo Cavallo ha empezado a recibir dardos desde sectores diversos. Por un lado, el plenario del Comité Capital de la Unión Cívica Radical rechazó, a través de una declaración formal, su incorporación “a cualquier ámbito del Gobierno Nacional”. Ese repudio fue dado a conocer luego de que se reunieran delegados que responden al ex jefe de Gabinete Rodolfo Terragno y al diputado nacional Jesús Rodríguez y algunos integrantes del alfonsinismo. Por otro, también las críticas provinieron de sectores financieros y ultraliberales, como los economistas del CEMA. El presidente de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, Juan Bautista Peña, sostuvo que “la personalidad de Cavallo es demasiado fuerte y en el Banco Central tendría un campo un poco limitado”. Por su parte, y como parte de la puesta en escena, el jefe de Gabinete, Chrystian Colombo, aseguró que “no hubo ningún ofrecimiento” a Cavallo, pero estimó que el ex ministro menemista prestó “un gran servicio al país” y que “siempre se puede brindar otro”. En tanto, Cavallo aseguró que “cuando tenga algo que decir lo voy a hacer”.

 

EL DEBATE QUE SE VIENE: MERCOSUR VERSUS ALCA
Brasil enciende luces amarillas

Las declaraciones de algunos economistas cercanos al nuevo titular del Palacio de Hacienda, Ricardo López Murphy, acerca de la necesidad de negociar individualmente con el ALCA y desconocer la lenta construcción del Mercosur encendieron luces de alarma en Brasil. La reacción en el vecino país tuvo la fuerza suficiente como para que el canciller argentino intente poner paños fríos. Adalberto Rodríguez Giavarini se comunicó telefónicamente con su par brasileño, Celso Lafer, para asegurarle que el recambio ministerial “en nada alterará la prioridad que la Argentina le atribuye al Mercosur”.
La comunicación fue dada a conocer por la Cancillería brasileña y destaca que durante la “extensa comunicación” mantenida, los cancilleres de ambos países “destacaron la importancia de la acción conjunta del Mercosur en las negociaciones del ALCA (Area de Libre Comercio de las Américas)”. La nota sostiene también que “el ministro Celso Lafer renueva su convicción en la sociedad estratégica argentino—brasileña y en su relevancia para la consolidación y profundización del Mercosur”.
Para los economistas más ortodoxos, el modelo de desarrollo argentino debe parecerse al Chile agroexportador antes que al Brasil industrial. Y Chile optó por negociar directamente con el ALCA. No tener una industria en desarrollo significa que no hay necesidad de aranceles altos. El argumento anti Mercosur, entonces, es que se trata de una economía “demasiado cerrada”. Sin embargo, el abandono de la Unión Aduanera puede traer muchas más desvenatajas que beneficios, pues se trata del principal destino de las MOI argentinas y del 30 por ciento de las exportaciones. El saldo de la balanza comercial regional, además, es superavitario para el país. Debería demostrarse entonces cómo podría reemplazarse este ingreso de divisas.
Por otra parte, quienes ven beneficiosa una integración rápida con el ALCA imaginan que eso significará un mayor acceso de los productos agrarios argentinos a los mercados estadounidenses, algo que no puede darse por descontado.

 

OPINION
Por James Neilson

Tierra de nadie

Al presidente Fernando de la Rúa, este Ulrich, el hombre sin cualidades imaginado por Musil, de la Argentina prehistórica, le gustaría metamorfosearse en la encarnación del “consenso” nacional, pero desgraciadamente para él, en la esquizofrénica mente colectiva conviven dos consensos incompatibles y no le es permitido representar a ambos a la vez. Uno, que está compartido incluso por buena parte de la izquierda, insiste en que el ministro de Economía ha de ser no meramente conservador sino decididamente liberal porque, de lo contrario, los mercados se enloquecerán y el país se derrumbará, razón por la cual todos dieron por descontado que el sucesor de Machinea sería ya Domingo Cavallo, ya un duro como Ricardo López Murphy sin demasiadas pretensiones progresistas, planteo que Raúl Alfonsín y Carlos “Chacho” Alvarez ni siquiera intentaron cuestionar. Sin embargo, según el consenso político que goza del apoyo del grueso de la población y de virtualmente todos los “dirigentes”, la estrategia económica es intrínsecamente maligna y a menos que se vea reemplazada por otra muy pronto nos llevará al apocalipsis.
Así las cosas, no sorprende que De la Rúa se haya sentido desbordado por lo acaecido en las semanas últimas. Si trata de complacer a los comprometidos con el consenso político, consultándoles y prometiéndoles un par de concesiones simbólicas, la economía hace agua y sus correligionarios se ponen a bombardearlo con insultos por su inoperancia. Si procura manejar la economía conforme a las reglas internacionalmente reconocidas, el griterío resultante es aún más estridente y, para colmo, los “mercados” lo acusan de debilidad por haber intercambiado palabras con algún político. Puesto que los números suelen ser más convincentes que los anatemas progresistas, De la Rúa se ha visto constreñido a privilegiar el consenso económico aunque entenderá que los costos políticos podrían ser enormes.
Para muchos, la única solución lógica para este dilema sería reemplazar la Alianza supuestamente progre por otra conservadora a fin de que el Gobierno pueda obrar con cierta coherencia, pero ocurre que aquí escasean los políticos que estén dispuestos a encolumnarse tras cualquier estrategia económica que no sea de apariencia “solidaria”, para no decir populista, aunque, como saben muy bien, ninguna receta de este tipo tendría la más mínima posibilidad de funcionar. De la Rúa, pues, está condenado a pasar sus días en la tierra de nadie entre los dos consensos: quisiera encarnar todo, pero tal como están las cosas terminará encarnando nada.

 

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