Por Claudio Zlotnik
El efecto López Murphy
tuvo poca duración en la city. Tras la explosión de júbilo
del día del debut, ayer las acciones volvieron a desinflarse -cayeron
1,8 por ciento en promedio, y el riesgo país se mantuvo en
los 725 puntos. Un nivel que, según dictan los manuales de la ortodoxia,
imposibilitaría cualquier despegue de la economía. Para
explicar la baja de los papeles, los financistas apelaron a un lugar común:
una toma de ganancias después de un alza extraordinaria,
justificaron. Pero también es cierto que los operadores aguardan,
ansiosos, alguna definición del nuevo ministro antes de volver
a apostar.
López Murphy mostró sus bigotes y eso alcanzó
para que en un día las acciones subieran 8,1 por ciento. Ahora
hay que ver qué hay detrás de esos bigotes, graficó,
en diálogo con este diario, uno de los economistas de mayor renombre
en el microcentro para explicar la corta carrera alcista de los papeles.
Los bonos, en tanto, que el día de la jura recuperaron 3 por ciento
en promedio, ayer mostraron comportamientos dispares. Los Globales de
más largo vencimiento cayeron 0,3 por ciento en promedio, mientras
que los que vencen en el mediano plazo subieron 0,5. Los Brady, a su vez,
cedieron hasta 0,5 por ciento (en el caso del Discount).
Ni siquiera alcanzó con la racha positiva en Wall Street, donde
el Nasdaq (panel tecnológico) se elevó un 2,9 por ciento
y el Dow Jones, un 0,3. Los financistas que aun en los mejores momentos
de la gestión Machinea reclamaban a gritos su reemplazo por López
Murphy, ahora, con el mismísimo hombre de la Bolsa
en el Palacio de Hacienda quieren ver las cartas antes de jugarse. No
hay que esperar nada espectacular hasta que se conozca el proyecto del
nuevo ministro. Hasta entonces, perdurará la cautela, señaló
a Página/12 Ricardo Cavanagh, de la agencia de inversiones Raymond
James. Veremos si López Murphy cumple con las expectativas,
apuntó otro operador. Debe tomar decisiones rápidas
para que el riesgo país no vuelva a subir. Los tiempos se acortan,
sugirió Sergio Ganuza, administrador de fondos del Banco Sudameris.
Otro dato revelador de la prudencia de los operadores fue el volumen de
negocios operado en el recinto de 25 de Mayo y Sarmiento: apenas 27,3
millones de pesos. Un monto inferior a los 40 millones de la jornada anterior
y a los 50 millones que se operaron durante los días de euforia
tras la concreción del blindaje. Incluso, buena parte del volumen
resultó de operaciones realizadas entre AFJP. En el conteo final,
el balance de la sesión arrojó 20 bajas. Las más
importantes fueron Pérez Companc (5,4%), Central Costanera (5,1)
y Capex (4,0).
¿Qué clase de medidas espera el denominado mercado?
Básicamente, aquellas que garanticen la solvencia fiscal. Es decir,
que ayuden a cumplir con las metas pactadas con el Fondo Monetario, cuyo
desvío para el primer trimestre se calcula entre 350 y 400 millones
de dólares. Por eso, en la óptica de los financistas es
que López Murphy debería, rápidamente, dar una clase
magistral sobre achicamiento y eficiencia en la utilización del
gasto público. Pero, al mismo tiempo, tienen temor a que las pujas
políticas en la Alianza terminen por echar a perder ese proyecto.
En este sentido, no fue nada casual que uno de los diarios que se consume
exclusivamente en el microcentro (El Cronista) haya destacado en su portada
que Ni Alfonsín ni Chacho asistieron al acto de jura de López
Murphy, dejando para un segundo plazo la euforia en los mercados.
La duda de fondo radica en la habilidad del nuevo ministro para
moverse en un escenario de complicadas negociaciones políticas,
suscribió a su vez la consultora Ecolatina. En el Palacio se sentó
el candidato de la city. Lo que también quedó en claro es
que ayer los operadores ya empezaron a mostrar sus dientes. Por las dudas.
La prolongada novela
Cavallo
Tanto desde el Gobierno como desde el entorno cavallista coincidieron
ayer en bajar las expectativas acerca de un próximo desembarco
del ex ministro de Economía de Carlos Menem en el Banco Central.
Mientras tanto, la figura de Domingo Cavallo ha empezado a recibir
dardos desde sectores diversos. Por un lado, el plenario del Comité
Capital de la Unión Cívica Radical rechazó,
a través de una declaración formal, su incorporación
a cualquier ámbito del Gobierno Nacional. Ese
repudio fue dado a conocer luego de que se reunieran delegados que
responden al ex jefe de Gabinete Rodolfo Terragno y al diputado
nacional Jesús Rodríguez y algunos integrantes del
alfonsinismo. Por otro, también las críticas provinieron
de sectores financieros y ultraliberales, como los economistas del
CEMA. El presidente de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, Juan
Bautista Peña, sostuvo que la personalidad de Cavallo
es demasiado fuerte y en el Banco Central tendría un campo
un poco limitado. Por su parte, y como parte de la puesta
en escena, el jefe de Gabinete, Chrystian Colombo, aseguró
que no hubo ningún ofrecimiento a Cavallo, pero
estimó que el ex ministro menemista prestó un
gran servicio al país y que siempre se puede
brindar otro. En tanto, Cavallo aseguró que cuando
tenga algo que decir lo voy a hacer.
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EL
DEBATE QUE SE VIENE: MERCOSUR VERSUS ALCA
Brasil enciende luces amarillas
Las declaraciones de algunos
economistas cercanos al nuevo titular del Palacio de Hacienda, Ricardo
López Murphy, acerca de la necesidad de negociar individualmente
con el ALCA y desconocer la lenta construcción del Mercosur encendieron
luces de alarma en Brasil. La reacción en el vecino país
tuvo la fuerza suficiente como para que el canciller argentino intente
poner paños fríos. Adalberto Rodríguez Giavarini
se comunicó telefónicamente con su par brasileño,
Celso Lafer, para asegurarle que el recambio ministerial en nada
alterará la prioridad que la Argentina le atribuye al Mercosur.
La comunicación fue dada a conocer por la Cancillería brasileña
y destaca que durante la extensa comunicación mantenida,
los cancilleres de ambos países destacaron la importancia
de la acción conjunta del Mercosur en las negociaciones del ALCA
(Area de Libre Comercio de las Américas). La nota sostiene
también que el ministro Celso Lafer renueva su convicción
en la sociedad estratégica argentinobrasileña y en
su relevancia para la consolidación y profundización del
Mercosur.
Para los economistas más ortodoxos, el modelo de desarrollo argentino
debe parecerse al Chile agroexportador antes que al Brasil industrial.
Y Chile optó por negociar directamente con el ALCA. No tener una
industria en desarrollo significa que no hay necesidad de aranceles altos.
El argumento anti Mercosur, entonces, es que se trata de una economía
demasiado cerrada. Sin embargo, el abandono de la Unión
Aduanera puede traer muchas más desvenatajas que beneficios, pues
se trata del principal destino de las MOI argentinas y del 30 por ciento
de las exportaciones. El saldo de la balanza comercial regional, además,
es superavitario para el país. Debería demostrarse entonces
cómo podría reemplazarse este ingreso de divisas.
Por otra parte, quienes ven beneficiosa una integración rápida
con el ALCA imaginan que eso significará un mayor acceso de los
productos agrarios argentinos a los mercados estadounidenses, algo que
no puede darse por descontado.
OPINION
Por James Neilson
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Tierra de nadie
Al presidente Fernando de la Rúa, este Ulrich, el hombre
sin cualidades imaginado por Musil, de la Argentina prehistórica,
le gustaría metamorfosearse en la encarnación del
consenso nacional, pero desgraciadamente para él,
en la esquizofrénica mente colectiva conviven dos consensos
incompatibles y no le es permitido representar a ambos a la vez.
Uno, que está compartido incluso por buena parte de la izquierda,
insiste en que el ministro de Economía ha de ser no meramente
conservador sino decididamente liberal porque, de lo contrario,
los mercados se enloquecerán y el país se derrumbará,
razón por la cual todos dieron por descontado que el sucesor
de Machinea sería ya Domingo Cavallo, ya un duro como Ricardo
López Murphy sin demasiadas pretensiones progresistas, planteo
que Raúl Alfonsín y Carlos Chacho Alvarez
ni siquiera intentaron cuestionar. Sin embargo, según el
consenso político que goza del apoyo del grueso de la población
y de virtualmente todos los dirigentes, la estrategia
económica es intrínsecamente maligna y a menos que
se vea reemplazada por otra muy pronto nos llevará al apocalipsis.
Así las cosas, no sorprende que De la Rúa se haya
sentido desbordado por lo acaecido en las semanas últimas.
Si trata de complacer a los comprometidos con el consenso político,
consultándoles y prometiéndoles un par de concesiones
simbólicas, la economía hace agua y sus correligionarios
se ponen a bombardearlo con insultos por su inoperancia. Si procura
manejar la economía conforme a las reglas internacionalmente
reconocidas, el griterío resultante es aún más
estridente y, para colmo, los mercados lo acusan de
debilidad por haber intercambiado palabras con algún político.
Puesto que los números suelen ser más convincentes
que los anatemas progresistas, De la Rúa se ha visto constreñido
a privilegiar el consenso económico aunque entenderá
que los costos políticos podrían ser enormes.
Para muchos, la única solución lógica para
este dilema sería reemplazar la Alianza supuestamente progre
por otra conservadora a fin de que el Gobierno pueda obrar con cierta
coherencia, pero ocurre que aquí escasean los políticos
que estén dispuestos a encolumnarse tras cualquier estrategia
económica que no sea de apariencia solidaria,
para no decir populista, aunque, como saben muy bien, ninguna receta
de este tipo tendría la más mínima posibilidad
de funcionar. De la Rúa, pues, está condenado a pasar
sus días en la tierra de nadie entre los dos consensos: quisiera
encarnar todo, pero tal como están las cosas terminará
encarnando nada.
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