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ALFONSIN ANUNCIO QUE COMPETIRA CON DUHALDE EN BUENOS AIRES
La madre de todas las batallas

Asistieron la plana mayor del Frepaso, con Chacho a la cabeza y una multitud de dirigentes radicales. El ex presidente eligió leer su discurso.

Raúl Alfonsín, repitiendo su clásico saludo de campaña durante su lanzamiento en el Bauen.

Por José Natanson

Ni el reciente ascenso del ultraliberal Ricardo López Murphy al Ministerio de Economía, ni la inminente incorporación de Domingo Cavallo al Gobierno, ni la amplia distancia que –según las encuestas– le lleva el PJ; ni siquiera los 45 grados de calor que se respiraban en el Hotel Bauen lograron impedir que los militantes lo saludaran con el clásico cantito. “Alfonsín, Alfonsín”, corearon cuando el ex presidente ingresó al abarrotado salón para presentar su candidatura a senador por la provincia de Buenos Aires. “Vamos a ganar la batalla cultural para derrotar a los fundamentalistas del mercado”, dijo el ex presidente, en un acto que contó con asistencia perfecta: ministros, funcionarios, legisladores y una nutrida delegación del Frepaso encabezada por Carlos “Chacho” Alvarez.
El acto comenzó poco después de las cinco de la tarde, cuando Alfonsín y Leopoldo Moreau ingresaron al Bauen. El senador bonaerense, que finalmente aceptó ceder sus ambiciones de reelección, fue el encargado de presentar a Alfonsín. “Qué paradoja. Estamos reunidos para aplaudir al hombre que consolidó la democracia a pocos días de un nuevo aniversario de aquel hecho nefasto: el golpe del 24 de octubre de 1976”, dijo Moreau, despertando murmullos y risas y cometiendo un lapsus notable: el golpe fue el 24 de marzo; el 24 de octubre fue el día que Fernando de la Rúa ganó las elecciones.
Superado el furcio de Moreau, Alfonsín tomó el micrófono y saludó a algunos de los dirigentes que se habían acercado. Estaban casi todos: ex ministros como Rodolfo Terragno y Ricardo Gil Lavedra; ministros como Federico Storani y Horacio Jaunarena; funcionarios alfonsinistas como Antonio Berhongaray y Federico Polak; los gobernadores radicales Oscar Castillo y Pablo Verani; legisladores como Mario Losada y Luis Brandoni. Entremezclado, en segunda fila, Enrique “Coti” Nosiglia. Sin cruzarse con Coti, un importante grupo de frepasistas: Chacho Alvarez, Aníbal Ibarra, Graciela Fernández Meijide, Darío Alessandro. Otros diputados llegaron justo cuando Alfonsín comenzaba su discurso y desaparecieron apenas terminó, esquivando cámaras y micrófonos.
Como para no entusiasmarse e irse de boca en momentos tan delicados, Alfonsín prefirió no improvisar uno de sus enfervorizados discursos y leyó un papel que había preparado. De todos modos, en el breve documento, que explica por qué decidió aceptar la candidatura a senador, el titular de la UCR no pudo esquivar algunas de sus obsesiones de siempre.
Alfonsín comenzó pintando un cuadro complicado, que incluye “recesión y contracción de la actividad productiva”, “marginación”, “desempleo” y “la extranjerización de la casi totalidad del sistema financiero, los servicios públicos y la producción”. “Cambiar esta realidad, buscar comunes denominadores y promover políticas de Estado será el eje central de mi campaña política”, prometió el jefe de la UCR.
El desafío es importante. No sólo por el tamaño de la provincia de Buenos Aires, por su valor simbólico y por el hecho de que sus candidatos suelen arrastrar –o enterrar– a los del resto del país. También porque los diputados de la Alianza que renuevan mandato son los de 1997, cuando la coalición superó por goleada al peronismo bonaerense.
Dado el peso de la batalla, Alfonsín deberá definir cuanto antes una serie de cuestiones. En primer lugar, tendrá que darse a la complicada tarea de compatibilizar su discurso –plagado de referencias al neoliberalismo, los organismos internacionales de crédito y el capital extranjero– con la realidad de un gobierno cada vez más volcado a la derecha. En segundo término, deberá comenzar a remontar la distancia que lo separa de Eduardo Duhalde, casi seguro candidato del justicialismo bonaerense. Según las encuestas, el ex gobernador le lleva entre 10 y 20 puntos de ventaja.
Finalmente, el caudillo radical tiene que terminar de organizar la campaña y definir los candidatos que lo acompañarán. Aún no hay nadafirme, pero lo más probable es que la frepasista María América González lo secunde en la boleta de senadores y que Moreau encabece la lista de diputados. Aunque Alfonsín quiere llegar a consenso, la UCR bonaerense amenaza convertirse en un berenjenal de internas para resolver el resto de las postulaciones: diputados y senadores provinciales, concejales, intendentes y autoridades partidarias.
Pero ayer nada de esto estaba en el ánimo de los dirigentes y militantes que se habían acercado a saludar al ex presidente. En los pasillos, luego de que finalizara el acto, las charlas giraban en torno de las nuevas medidas económicas que implementará López Murphy. El temor generalizado era una duda: ¿se le ocurrirá apurar un nuevo ajuste en el comienzo del año electoral? “Además de economista, Ricardo es un político y sabe cómo son las cosas”, se esperanzaba un funcionario cercano a Alfonsín. “Si no, va a ser una catástrofe”, concluía.

 


 

FARINELLO, CANDIDATO A SENADOR Y NO A DIPUTADO
Que sea lo que Dios quiera

El sacerdote Luis Farinello anunció ayer que saldrá a la cancha para competir contra Eduardo Duhalde y Raúl Alfonsín por una banca en el Senado de la Nación. Hasta ahora el cura de Quilmes era número puesto para encabezar la lista de candidatos a diputados nacionales del Polo Social de la provincia de Buenos Aires, con el amplio respaldo de las encuestas que le aseguraban de movida su propio sillón en la Cámara baja. Pero Farinello redobló su apuesta después de que transcendieran las negociaciones que habría iniciado Duhalde para sumarlo, por afuera, a su propia campaña al proponerle que lo lleve como candidato a senador por el Polo, o de mínima, que el flamante partido que orienta el sacerdote no presente candidatos al Senado, tal como anticipó Página/12 la semana pasada.
“Mucha gente piensa que voy a terminar arreglando con unos o con otros, pero quiero demostrar que no, que estoy tan lejano del PJ como de Alianza. Lo mío es una construcción totalmente nueva”, afirmó Farinello.
El cura de Quilmes dijo ayer que su decisión de presentarse como candidato a senador se basó en que, “si encabezaba la lista de diputados del Polo Social”, su figura “quedaría en un segundo plano”, cuando su intención es “discutir las ideas con los políticos más importantes del país para instalar al Polo en ese nivel”, en referencia a Duhalde y Alfonsín, quienes serán los protagonistas de la elección de octubre en territorio bonaerense.
“Es una buena oportunidad de estar instalado en la discusión con los hombres más importantes. Para incorporar la mía, que es una construcción totalmente nueva”, señaló Farinello.
“Es una decisión ya tomada que sea candidato, porque el obispo (Jorge Novak, de Quilmes) me dio permiso para ser legislador y yo me he decidido por la candidatura a senador”, manifestó el sacerdote que desconcertó el tablero electoral de la provincia con el anuncio de su postulación.
Si bien el pastor devenido en político admitió que ganar las elecciones legislativas de octubre ante dos poderosos candidatos “va a ser muy difícil”, subrayó que su intención consiste en “intentar” hacerle frente a dos estructuras poderosas como son las del Partido Justicialista y la de la Alianza UCR-Frepaso.
Farinello también anticipó que mantiene conversaciones con la diputada frepasista y dirigente sindical del personal aeronáutico Alicia Castro a quien quiere ver encabezando la lista de diputados nacionales del Polo Social. Si bien la legisladora reconoció la oferta, aún no tiene decidido si abandona el bloque aliancista, el que todavía integra en el Congreso.

 

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