Por Horacio Cecchi
Una jueza de instrucción
ordenó que todos los taxis con tres o más pasajeros que
circulen por la zona del centro fueran revisados por la policía,
durante el tiempo que dure el turno de su juzgado. La medida fue dispuesta
por la jueza del fuero criminal Mónica Berdión de Crudo,
luego de tomar intervención en el asalto sufrido por una mujer
en pleno microcentro, el lunes por la tarde. La pasajera tomó el
vehículo en Suipacha y Corrientes y una cuadra después fue
abordada por dos hombres que ingresaron por las puertas traseras y la
amenazaron para que entregara una alta suma de dinero. Finalmente, el
asalto fue frustrado porque un patrullero advirtió la maniobra
y, tras una breve persecución, detuvo al trío. La medida
de Berdión provocó felicitaciones y escepticismo. Desde
la Legislatura porteña, Fernando Caeiro, presidente de la Comisión
de Seguridad, consideró que hay que apoyar la medida, ampliándola
a toda la capital. Los taxistas, por su lado, aseguraron que la
orden judicial no soluciona nada. La policía sostuvo
que desde hace varios meses se viene implementando un dispositivo
semejante, que hizo descender este tipo de delitos. El caso provocó
asombro ya que el conductor, con los papeles en regla, tenía antecedentes
penales.
El asalto hubiera pasado a ser uno más de una larga lista de la
misma modalidad, si no fuera porque la jueza Berdión dispuso una
medida desusada: ordenó a las seis comisarías de su jurisdicción
(centro, microcentro hasta Constitución) que desplegaran operativos
de control preventivo. A partir de ahora y durante los próximos
12 días en que se extiende el turno del juzgado, los patrulleros
de dicha jurisdicción registrarán a todos los taxis con
tres o más ocupantes. Es una medida preventiva. Al menos,
durante ese lapso, los asaltos se van a reducir, dijo Berdión
a Página/12.
Todo empezó el lunes pasado, a las seis de la tarde, cuando una
mujer, tras una operación inmobiliaria y con 20 mil dólares
en su cartera, paró un taxi. Fue el viaje en taxi más corto
que hizo Norma, en sus 45 años de vida: una cuadra, desde Suipacha
y Corrientes hasta Maipú. En la esquina, la detuvo el semáforo.
En ese momento, dos personajes morrudos y de contextura importante subieron
por ambos lados, dejándola en el medio del asiento trasero. A partir
de ese momento, el viaje en taxi de Norma trasmutó en asalto. Dame
las 20 lucas, la apretaron. Norma negó tener semejante suma.
Entretanto, desde un patrullero de la seccional 26ª advirtieron cuando
-según fuentes judiciales Jorge Alberto Medina y Daniel Eduardo
Espíndola subían por las puertas traseras. El conductor
del taxi vio que desde el patrullero los vieron y en lugar de detenerse
aceleró. Su nombre, según las mismas fuentes, Carlos Rolando
Medina, hermano del Medina de atrás. El taxi logró eludir
al patrullero, pero al llegar a Cerrito y Rivadavia fue detenido por policías
de la seccional 3ª, y pese a que los molestos visitantes aseguraron
que eran todos amigos, Norma delató que la estaban asaltando. Espíndola
y los dos Medinas terminaron esposados, detenidos en la 3ª, y a disposición
de la jueza de turno, Mónica Berdión de Crudo, a cargo del
juzgado criminal de instrucción 47.
Además de caratular el caso como robo en banda y en poblado
y privación ilegítima de la libertad, Berdión
dispuso que las seis comisarías de su jurisdicción, mientras
ella estuviera de turno, deberían registrar a todos los taxis que
transportaran a tres o más pasajeros.
La decisión de la jueza recibió todo tipo de reacciones.
La medida no soluciona nada, aseguraron desde el lado de los
taxistas (ver aparte). Es una acción netamente preventiva
señaló el legislador porteño por la UCR, Fernando
Caeiro, presidente de la Comisión de Seguridad. Hay que apoyar
este tipo de medidas, extendiéndolas a toda la ciudad. Tenemos
que encontrar un sistema de control que permita monitorear las paradas,
como ya pasó en Retiro donde no se registran asaltos desde hace
tiempo. Por su parte, Lucio Tirao, jefe de la seccional 3ª,
aseguró a este diario que operativos como el solicitado por la
jueza ya están en funcionamiento desde hace cinco o seis
meses. Prevencional de taxis los llaman en la jerga
policial y consiste en un refuerzo de patrulleros, motociclistas y brigadas
de distintas comisarías destinadas en horas pico a recorrer el
microcentro. Desde que se iniciaron los operativos el índice
de esta modalidad descendió. Lo que suelen hacer es robar un taxi
y salir a recorrer, o usar el sistema de alquiler por día, con
los papeles en regla. Buscan el auto que está en perfectas condiciones,
porque no quieren que la policía los detenga por una inspección.
El del alquiler fue el sistema utilizado en el caso de Norma. Según
fuentes policiales, el conductor tenía licencia en regla
y el auto sus papeles en orden.
LOS
TAXISTAS CRITICAN LA MEDIDA JUDICIAL
Roban igual en las zonas controladas
Los choferes de taxis criticaron
ayer la disposición judicial que recomienda a la policía
reforzar el control sobre el servicio. No sólo cuestionaron la
medida sino a los encargados de cumplirla. En diálogo con Página/12,
representantes de la Asociación de Taxistas de Capital, aseguraron
que los robos a pasajeros ocurren no sólo en el microcentro, una
de las zonas con más presencia policial, sino que las técnicas
usadas responden a mecanismos propios de las fuerzas de seguridad. Sobre
esto, y mientras en la urbe se multiplican como antídoto los servicios
de radio taxi, la Asociación denuncia además la existencia
de una organización expendedora de licencias truchas enquistada
en la estructura comunal.
De acuerdo con las estadísticas de la Asociación, los robos
más habituales a pasajeros se producen en Barrio Norte, Belgrano
y el microcentro. En general se hacen aprietes y se secuestra a
los pasajeros durante varias horas para sacarle lo que llevan encima y
las tarjetas, con técnicas como las de inmovilización, similares
a las que usa la policía, explica Luis Fernández de
la Asociación de Taxis. De las tres zonas mencionadas, el microcentro
es la que cuenta con más control policial y sin embargo los
robos siguen ocurriendo, continúa el gremialista antes criticar
como poco confiable la propuesta judicial que busca aumentar el control
en taxis con dos o tres pasajeros a bordo.
La Dirección de Habilitaciones y Licencias de la Comuna es la encargada
de entregar los permisos a los choferes y de exigirles el certificado
que compruebe que no tienen antecedentes penales. Antes del trámite,
los choferes deben autenticar el certificado con un escribano público
y pasar después por Verificaciones. Algunos taxistas consultados
por este diario aseguran que allí existe un agujero negro: es posible
aparentemente conseguir licencias truchas salvando los controles. Acá
el problema es la no intromisión de la municipalidad en el manejo
de negocios ilícitos de los taxis, indica Fernández.
No creo que nadie compre taxis para usarlos en robos porque no rinde
sigue, más bien alquilan un coche o la licencia para
aprovechar esos nichos para robar.
Uno de los antídotos contra la estampida de inseguridad de los
últimos años fueron los servicios de radiotaxi. Desde diciembre
del 99 a marzo de este año, las empresas vinculadas o
presuntamente vinculadas a agencias de radio pasaron de 14 a 44.
Aún así, según Marta Candia, de la Cámara,
siguen representando entre el 10 y 12 por ciento del universo de 38 mil
taxis de la Capital. Pero no todas las empresas de radio son reales. Muchos
taxis no cuentan con una estructura atrás sino que son choferes
que alquilan autos a mandatarias y ponen un sello en la puerta para presentarse
como de radio. Les interesa más tener coches con carteles
sigue Candia que alguien detrás de un teléfono,
porque saben que en la calle la gente busca autos con cartel.
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