Por Mariano Blejman
El cine es presencia y
ausencia. Es una sístole y diástole, la música cubre
las ausencias y genera otras presencias, opina Alberto Quercia Lagos,
presidente de la Asociación de Músicos de Cine, que acaba
de lograr luego de tres años de insistencia que el
Festival de Cine de Mar del Plata premie a la mejor música de película,
con el Pentagrama de Oro y el Pentagrama de Plata, que reconoce a los
mejores trabajos de producción nacional del año 2000. Se
sabe, la música no es sólo compañía en el
complejo compromiso de la realización cinematográfica. Esto
es histórico dijo eufórico Quercia Lagos: por
primera vez en la historia del cine argentino se va a entregar este premio
en un marco internacional.
Página/12 pudo saber que la terna que pujará por el Pentagrama
de Oro está conformada por Los libros y la noche, de Tristán
Bauer, con música de Federico Bonasso; Plata quemada, de Marcelo
Piñeyro, con música de Osvaldo Montes, y Esperando al Mesías,
de Daniel Burman, con la música de César Lerner y Daniel
Moguilevsky. Esta vez, por una cuestión de transparencia, Quercia
Lagos decidió retirarse de la competencia donde podría haber
participado debido a la música que compuso para películas
como El verso, de Carlos Oves, Angel, la diva y yo, de Pablo Nisenson,
y otros títulos que el mismo autor prefiere no recordar.
En verdad, la intención de Quercia Lagos era rellenar un hueco
de reconocimiento hasta entonces imposible de ocupar: No nos daban
bolilla. Nos decían que el premio a la música tenía
que entregarlo una institución. Entonces, junto a Edith Oviedo,
la actual secretaria de la Asociación, conformamos una entidad
que hará su presentación en sociedad el mismo día
que entregue el premio, o sea el 11 de marzo. Pero la propuesta
no fue del todo aceptada por las instituciones de la música. De
hecho, como apoyo a la movida, hasta ahora tanto Sadaic como Argentores
sólo nos acercaron el logo, pero, a decir verdad, no han
tenido una gran participación.
El presidente de Amuci anunció a Página/12 que este año
no entrarán en competencia películas aún no estrenadas,
como Cabeza de Tigre, Campos de sangre, Gallito Ciego y Viaje por el cuerpo,
que fue estrenada esta semana. También, Quercia Lagos anunció
que quedarán afuera de la competencia películas con música
incidental como Casanegra y Solo y conmigo, además de los films
que tengan autores extranjeros como Almejas y mejillones, Las huellas
borradas, Qué absurdo es haber crecido y Una noche con Sabrina
Love.
El jurado de Mar del Plata estará a cargo del mismo Quercia Lagos,
de Edith Oviedo, secretaria de Amuci, la doctora Ana Lucía Frega,
de la Academia Nacional de Educación y Music Council International,
y el crítico Rómulo Berruti, entre otros.
Durante la conducción de Julio Mahárbiz el festival marplatense
hizo oídos sordos de la propuesta, hasta que una vez producido
el cambio de gestión los nuevos funcionarios pararon la oreja.
Entonces consultaron a la FIAPF, entidad que coordina los festivales internacionales
en el resto del mundo, y ésta les dio el visto bueno.
Pero esta asociación civil no tiene como finalidad solamente entregar
un premio, sino que pretende que éste funcione como una pantalla.
Creemos que es necesario que los músicos puedan conseguir
trabajo en la industria y que se valore la música en el mundo cinematográfico.
UN
CICLO DE CANAL 7 REFLEJARA LO MEJOR DEL EVENTO
Diario íntimo de un cinéfilo
El Festival de Mar del Plata
tendrá su diario televisivo. La apuesta, que llevará por
nombre, precisamente, Diario de un Festival de Cine, comenzará
a emitirse esta tarde, a partir de las 19, por Canal 7. El ciclo estará
en el aire los diez días que dure el evento y reflejará
todo lo que allí suceda. Pero a la manera de Boy Olmi, quien, cámara
en mano, transformará sus sensaciones en imágenes.
El ciclo tendrá un formato no convencional (al igual que El otro
cine, que Olmi conduce los sábados por Canal 7) y estará
basado en una especie de diario íntimo de un viajero que se interna
por el escenario marplatense y que se hará público a través
de la pantalla televisiva. Para la ocasión, el cinéfilo
no estará sólo en el recorrido y contará con la colaboración
(en el piso) de las periodistas Gabriela Radice y Cecilia Szperling, quienes
se encargarán de aportarle complemento informativo a la percepción
artística que, en palabras del propio Olmi, le dará forma
a su tarea.
¿Qué intentará transmitir del festival?
Entre la inmensidad de actividades que tendrá, yo voy a circular
con mi cámara, aparte de estar en el piso, y también voy
a preparar notas. Tengo una naturaleza surrealista que me lleva a recombinar
los elementos de otra manera. A mí me tira mucho la gramática
de los sueños, en donde las cosas se combinan de una manera que
no es la estrictamente racional. Entonces, voy a intentar producir notas
con los invitados extranjeros en lugares que no son los previstos para
el ámbito del cine.
¿Qué lugares, por ejemplo?
Voy a llevar extranjeros a lugares nacionales desde una perspectiva
surrealista, sostengo, porque nadie supone que una entrevista con Liv
Ullman pueda ser hecha pescando en el medio del mar o que me voy a encontrar
con Ben Gazzara jugando al black jack en el casino a las tres de la mañana
con la corbata abierta. Estas cosas están propuestas, no sé
hasta dónde podremos abarcarlas, pero trataremos de que puedan
concretarse.
¿El suyo es un aporte ficcional al documental?
Sí, hice muchos documentales y, a veces, rozan la ficción
y muchas de las ficciones que hago también rozan el documental.
En este caso, se trata de un programa periodístico, pero más
que eso, va a consistir en un documental en vivo, casi como una película
casera, porque va a ser un programa en el que permanentemente va a ir
cambiando el estímulo y yo voy a estar abierto a todo lo que esté
pasando. Y probablemente, mucho de lo que registre salga sin editar, con
mucha espontaneidad. Vamos a tener una cobertura seria del festival, pero
vamos a ser tan arbitrarios como nuestros corazones porque, si no, habría
que buscar otro tipo de programa, y no es la idea.
¿Qué le puede aportar el cine a la televisión?
El cine le puede aportar, sin duda, un tratamiento estético
más placentero. Porque la televisión es devorada a gran
velocidad. Pero, al igual que el fast food, se devora a gran velocidad
y no suele ser del todo digestivo. Te diría que la TV se consume
como la hamburguesa y el cine como un plato realizado por un exquisito
cocinero. Me parece que el cine le puede aportar mejor gusto a la televisión
y nosotros intentaremos reflejar eso.
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