El 34,2 por ciento de los hogares de la ciudad de Buenos Aires tiene como jefe a una mujer. Así lo reveló el informe “Mujeres en Números”, que fue presentado ayer en la Secretaría de Promoción Social, con motivo de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer. Según el documento, 378.679 de los 1.106.702 hogares que hay en Capital Federal son sostenidos por mujeres, cifra que ha crecido paulatinamente desde 1974, cuando se registraba un 23,2 por ciento de hogares con jefatura femenina. Para Daniel Figueroa, secretario de Promoción Social del gobierno porteño, “el aumento del número de jefas de hogar en la ciudad está relacionado con una profunda modificación en los roles y las relaciones de los géneros”, dijo a Página/12.
“Actualmente, hay una tendencia a tomar en cuenta la propia definición de la mujer como jefa o sostén de hogar; es decir, no debemos dar por sentado que, porque hay un hombre en el hogar, necesariamente es jefe. Debemos estar muy atentos al rol de la mujer como la persona que toma decisiones elementales en el ámbito doméstico y en la crianza de los hijos.”
La recopilación estadística, elaborada conjuntamente por la Dirección General de Estadística y Censos y la Dirección General de la Mujer (ambas pertenecientes al gobierno porteño), revela además que la cantidad de hogares con jefatura femenina en Buenos Aires es la más alta de todo el país: en la zona denominada como Gran Córdoba se registran 111.939 hogares en esta situación y en Gran Mendoza, 66.258. “El crecimiento de los hogares con jefatura femenina habla de nuevas elecciones que van haciendo las mujeres, como separarse de un marido violento, o de formar una nueva familia; pero también con el cuadro socioeconómico que ha ido surgiendo, donde el hombre de la casa gana poco o pierde su empleo en forma repentina”, señala Figueroa.
Buscando apuntalar estas nuevas formas familiares, la Secretaría de Promoción Social porteña trabaja en una serie de programas: la construcción de nuevos jardines de infantes y guarderías que permitan a las madres salir a trabajar, los talleres de capacitación laboral para jefas de familia y los créditos y subsidios destinados a hogares con sostén femenino, entre otras medidas. “Si bien apuntamos a los grupos de recursos escasos, también buscamos contener la situación de inestabilidad que atraviesan muchos hogares de clase media sostenidos por mujeres, para que no se conviertan en nuevos pobres”, indica el funcionario.
“Mujeres en Números” también analiza la situación de la mujer en el trabajo. En la ciudad de Buenos Aires, 639.955 mujeres tienen empleo y 81.685 no lo tienen, en tanto 950.011 están fuera del grupo económicamente activo. Del total de las mujeres empleadas, un 30,5 por ciento corresponde a jefas de hogar. El informe señala que un 79,5 por ciento de las mujeres trabaja en relación de dependencia, mientras que un 17,5 por ciento es cuentapropista. La mayor parte de las mujeres se desempeña en el sector de servicios, principalmente como empleadas domésticas, aunque también se destacan áreas como las finanzas y la enseñanza. Un 39,6 por ciento de las mujeres trabaja entre 35 y 45 horas y en su mayoría ocupan puestos técnicos u operativos.
La salud y el maltrato hacia la mujer son otros temas sobre los que avanza el documento. Para la población femenina de la ciudad de Buenos Aires, la principal causa de muerte entre los 25 y los 35 años es el virus VIH; mientras que, a partir de los 35 y hasta los 74 años, los tumores son el primer motivo de muerte.
A partir de los casos de violencia familiar atendidos por el Centro Integral de la Mujer Elvira Rawson, el informe presenta un perfil de las mujeres víctimas de este tipo de hechos: en su mayoría son argentinas (82 por ciento), más del 60 por ciento se ubica en la franja entre 25 y 44 años. En cuanto al nivel educativo, el 53 por ciento tiene secundario completo o más. Más de la mitad de estas mujeres trabaja en relación de dependencia. En el perfil del agresor aumenta la franja etaria (se reduceel número de jóvenes), se observa un nivel educativo más bajo que el de la mujer y el porcentaje de ocupación es altísimo: 81,9 por ciento. Poco más de la tercera parte (36,5 por ciento) son adictos al alcohol, siendo los adictos, en mayor proporción, desocupados. Por último, la gran mayoría convive o ha convivido con la mujer a la que maltrata.

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