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El nuevo escándalo en la policía
encuentra “desbordado” a Ruckauf

�Esta es la policía que tengo, ¿qué quieren que haga?�, dijo Ruckauf a los diputados tras la muerte de una chica en un operativo policial. El gobernador aceptó convocar al Consejo de Seguridad.

La Bonaerense está cuestionada por la muerte de Edith Acevedo, que llevaba a su beba en brazos.

La muerte de Edith Acevedo, la chica de 18 años baleada en medio de una persecución policial en El Talar, puso otra vez en un cono de sombras la actuación de la Policía Bonaerense. El jefe de la Departamental San Isidro dispuso que los dos policías que participaron del hecho dejen de prestar funciones en la calle y les asignó tareas de oficina. Vecinos del barrio donde ocurrió el hecho aseguran que el disparo mortal fue efectuado por uno de los uniformados, en tanto que familiares de la víctima denunciaron que algunos testigos recibieron presiones por parte de la policía. El episodio constituye un nuevo golpe para la política de seguridad del gobernador Carlos Ruckauf quien, con su doctrina de “meter bala a los delincuentes”, logró un record de víctimas civiles y policiales sin que hubiera descendido el índice de delitos. Se lo recordaron ayer senadores y diputados de la Alianza que, en una entrevista, le reclamaron la convocatoria del Consejo de Seguridad de la provincia. “Esta es la policía que tengo, ¿qué quieren que haga?”, contaron que dijo Ruckauf, a quien describieron como “desbordado” por los hechos.
“Los testigos vieron que un policía bajó la ventanilla y tiró, y después le dijo al otro: ‘Mirá lo que hice’”, relató ayer Víctor Acevedo, uno de los hermanos de Edith. El muchacho agregó que “una vecina le dijo al policía ‘Vos la mataste, porque yo te vi’, y el policía le contestó: ‘No, yo no quise hacer esto’”. Por su parte, Juan José Robledo, el marido de la madre de la víctima, dijo que algunos testigos “están recibiendo amenazas telefónicas que dicen que tienen que cuidarse”.
La muerte de Edith Acevedo se produjo el miércoles por la tarde, cuando un móvil del Comando de Patrullas de Tigre perseguía a una pareja de jóvenes a bordo de un auto robado. La chica, vendedora ambulante de artículos de librería, llevaba en brazos a su hijita de 19 meses, que resultó ilesa. Ella, en cambio, recibió un tiro en la cabeza que le provocó la muerte.
En el lugar del hecho se halló un solo proyectil, de 9 milímetros, coincidente con las armas que utiliza la policía. A la menor de 14 años que fue detenida le secuestraron un revólver calibre 38, que tenía tres cápsulas servidas, por lo que habría sido accionado.
El fiscal de San Isidro, Ricardo Costa, a cargo de la causa, tomó declaración ayer a vecinos de la zona, entre ellos, dos testigos presenciales. “Ninguno hizo referencia a amenazas”, aseguró. Según Costa, los policías “están siendo investigados, pero no se tomará ninguna medida procesal hasta que se conozca el resultado de la pericia, que realizará el lunes la Policía Científica”.
Los efectivos involucrados son el sargento Héctor Ovejero, de 33 años, y el cabo Jorge Coronel, de 35, con 13 y 11 años de antigüedad en la fuerza, respectivamente. En forma preventiva, los dos fueron separados del Comando de Patrullas de Tigre y se les asignaron tareas administrativas, “hasta que la Justicia resuelva su situación, y mientras se sustancia el sumario administrativo en Asuntos Internos del Ministerio de Seguridad”, dijo el jefe de la Departamental San Isidro, comisario inspector Rodolfo Coronel.
Edith Acevedo se sumó a la lista de civiles muertos por excesos policiales. Según los registros de la Coordinadora contra la Represión Policial (Correpi), sólo en los últimos tres meses se denunciaron 25 muertes en esas circunstancias.
Con ese telón de fondo, Ruckauf recibió en la sede porteña del Banco Provincia a los presidentes de los bloques de senadores del Frepaso y la UCR, Eduardo Sigal y Carlos Pérez Gresia, y al vicepresidente de la Cámara de Diputados, Francisco Ferro. “Lo vimos desbordado por el problema de la seguridad en la provincia”, relató Sigal a este diario. “Cuando se le planteó el tema de la corrupción en la fuerza, dijo: ‘Esta es la policía que tengo, ¿qué quieren que haga?”, reveló el radical Ferro. Los legisladores se retiraron “más preocupados que al comienzo”, pese a que Ruckauf accedió a convocar al Consejo de Seguridad, integrado porrepresentantes de los tres poderes, un organismo creado por ley que nunca fue citado en los quince meses de la gestión Ruckauf.

 


 

LOS JUECES DE MENORES PIDEN QUE SE POSTERGUE
El cierre del Agote está en duda

La suerte del Instituto Agote aún no está echada. Más allá del anuncio de su clausura para dentro de diez días, realizado el 28 de febrero pasado por la ministra de Desarrollo Social y Medio Ambiente, Graciela Fernández Meijide, los jueces nacionales de menores pretenden dilatar esta decisión: ayer, en un encuentro organizado por la Cámara del Crimen, los magistrados solicitaron a funcionarios del área de minoridad que se posponga el cierre del Agote hasta que se pueda contar con otros establecimientos que lo reemplacen en su actual función. Fuentes del Consejo del Menor y la Familia comentaron a Página/12 que esta posibilidad “está en análisis”.
El pedido de los jueces de menores para postergar el cierre del Instituto Luis Agote fue formulado en el encuentro que organizaron integrantes de la Cámara del Crimen, “preocupados por los últimos episodios de fugas y disturbios ocurridos en los institutos de menores”. Desde el Consejo del Menor y la Familia dijeron a este diario que se está estudiando el pedido y que “analizan la posibilidad de no cerrar intempestivamente el Instituto Agote en el tiempo previsto, aunque el proceso de clausura sigue en pie”.
En el encuentro, los funcionarios ministeriales informaron a los magistrados –en relación a los últimos incidentes ocurridos en los establecimientos dependientes del Consejo– sobre las medidas previstas para brindar mayor seguridad a los internos y garantizar la habitabilidad y funcionalidad de los institutos. También informaron a los jueces sobre la intención de construir nuevos edificios en terrenos propios y profundizar el cumplimiento de las leyes y pactos internacionales relativos a los derechos de los menores.
El 28 de febrero último cinco internos se fugaron del Agote, y ese mismo día la ministra Fernández Meijide anunció la clausura del instituto. Desde Desarrollo Social se aclaró que si bien se “desinstitucionalizarán los viejos patronatos, esto no significa que no habrán institutos de máxima seguridad”, aunque se decidió “terminar con los viejos métodos represivos y de abusos”.
Las sucesivas fugas de los institutos de menores –en total, 83 internos de la Capital Federal y de La Plata se fugaron en lo que va del año– generaron varias polémicas: por un lado, en casi todos los casos se sospechó de los celadores a cargo de la vigilancia, a los que se les iniciaron sumarios administrativos. También pusieron sobre el tapete las condiciones de vida a las que son sometidos los menores. Sobre la situación del Agote, María Orsenigo, titular del Consejo del Menor, reconoció que es “inviable y que no está estructuralmente adaptado para el trabajo con jóvenes”.

 

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