Por Alfredo Grieco y Bavio
El domingo pasado, una bomba
estalló en la BBC de Londres, y otra, de una potencia varias veces
mayor, fue detectada antes de explotar junto a la estación de trenes
de Victoria, también en Londres. Más acá de la ausencia
de víctimas mortales, los atentados, atribuidos al IRA auténtico,
demostraron que la situación del proceso de paz no está
en vía muerta, sino que aún la regresión a la violencia
de todos contra todos es posible.
Ayer el proceso de paz intentó reinagurarse en un doble frente.
En el plano más institucional, una ronda de negociaciones empezó
en Belfast (Irlanda del Norte) entre los partidos políticos norirlandeses
y los primeros ministros británico e irlandés, Tony Blair
y Bertie Ahern. En el plano que importa más a la opinión
pública británica, el Ejército Republicano Irlandés
(IRA) reinició contactos con la Comisión Internacional Independiente
de Desarme (IIDC) por primera vez desde junio. La policía, por
su parte, emitió alertas de máxima seguridad, diciendo que
el IRA Auténtico, escisión del IRA, podría
estar planeando más ataques.
Los acuerdos de Viernes Santo de 1998, cuya resurrección comenzó
a intentarse ayer, tienen a su mayor enemigo en el IRA auténtico.
La oportunidad de los atentados del domingo no pudo ser peor para el gobierno
británico, acosado por la crisis política y social del doble
flagelo de la vaca loca y de la aftosa, cuyas resonancias
debe atender tanto en el frente interno como en el de la Unión
Europea. Al menos, el laborismo puede buscar un avance sobre el terreno
en el que dice superar a la oposición conservadora. Como las elecciones
generales son en mayo, ésta es la última ocasión
que le queda a Blair para dar buenas noticias.
Si el timing político de los atentados del domingo fue alarmante
para Londres, para la guardia más dura de los republicanos irlandeses
estaba bien elegido, aunque desde otra perspectiva. El estallido de la
bomba en la BBC se registró casi exactamente 20 años después
de que el militante del IRA Bobby Sands comenzara una huelga de hambre
en la cárcel. Sands y otros nueve participantes en la huelga murieron
de inanición; los 10 son reverenciados por los republicanos como
mártires. La bomba era también, en el lenguaje de los 70,
una prueba de resistencia real a la violencia simbólica: la elección
de la BBC como blanco se debía a la reciente emisión de
un documental sobre la bomba que en agosto de 1998 causó en el
mercado norirlandés de Omagh la muerte de 29 personas.
La reunión de ayer entre los representantes políticos norirlandeses
de unionistas protestantes y republicanos católicos fue la primera
desde el otoño pasado. Es característico que la agenda,
que ayer se mantenía impenetrable a los ojos de la opinión
pública, no haya variado en absoluto. Las cuestiones que resultan
obstáculos a la paz son la estructura de la policía, el
desarme del IRA y la retirada de las tropas británicas. También
se hablará de las sanciones que el jefe del gobierno provincial,
David Trimble, líder del mayor partido protestante, impuso a los
dos ministros unionistas de su gobierno de unidad, creado a raíz
de los Acuerdos de Viernes Santo. La oficina de Blair se apuró
a desmentir que la reanudación de conversaciones directas entre
las partes tras una larga pausa se vincule al temor a una nueva ola de
violencia terrorista por parte de grupos escindidos del IRA.
El borrador del documento en torno al cual se sentaron las partes fue
redactado por Chris Patten, el último gobernador de la ex colonia
británica en Hong Kong. Entre sus propuestas, además de
la muy general sobre la mejora de los derechos humanos, está despojar
al Royal Ulster Constabulary (RUC) policía norirlandesa
de todas las connotaciones que lo convierten en arma represora de la Corona
británica e incluir a un mayor número de católicos,
ya que el noventa por ciento del cuerpo lo forman protestantes.
El hermetismo en torno a las negociaciones oficiales contrastó
con los dos comunicados difundidos por el IRA, que mantiene el alto el
fuego desde 1997. A primeras horas de la mañana, la organización
anunció que se disponía a reanudar los contactos con la
comisión de desarme; unas siete horas más tarde confirmó
que lo había hecho mediante una conversación telefónica.
El Sinn Fein, el brazo político del IRA que comparte el gobierno
autónomo con el probritánico Partido Unionista del Ulster
(UUP), dijo que el comunicado del IRA crea espacios. Pero
el UUP, principal grupo protestante, lo calificó de golpe
preventivo diseñado para tratar de volcar la presión y la
culpa sobre otros, según dijo el líder del UUP y primer
ministro del Ulster, David Trimble.
ETA
ROBO 1,6 TONELADAS DE EXPLOSIVOS EN FRANCIA
Con una ayudita de amigos galos
El ultranacionalismo vasco cada
vez obtiene mayores y mejores apoyos en Francia. En los últimos
dos años, la organización armada independentista vasca ETA,
activa en España, obtuvo sus explosivos más violentos y
numerosos del otro lado de los Pirineos. Un comando etarra robó
ayer 1600 kilos de explosivos de un almacén en el sur de Francia,
cerca de Grenoble, junto a la frontera suiza, tras reducir a los guardias
de seguridad. Los ocho participantes en la operación también
se llevaron 20.000 espoletas y numerosas mechas en el interior de dos
camiones. Mientras se realizaba el transporte de los explosivos, otros
militantes mantuvieron como rehenes a los empleados del almacén
durante dos horas. La policía francesa detuvo ayer mismo a un presunto
integrante del grupo, al que la Radio Nacional de España identificó
como al veterano etarra Gregorio Vicario Setién.
No nos parece una buena noticia, fue el comentario del ministro
español de Interior y vicepresidente primero del gobierno, Mariano
Rajoy. El acopio de explosivos es fundamental para la campaña de
ETA desde que el grupo puso fin en diciembre de 1999 a una tregua unilateral
de catorce meses, por obra de la cual han muerto desde entonces 26 personas.
El robo de explosivos de ayer se suma a la lista de otros similares en
los últimos dos años. El más espectacular de los
atribuidos a ETA en Francia sigue siendo el de Bretaña (noroeste),
donde más de ocho toneladas de dinamita fueron robadas en septiembre
de 1999. El grupo, armado y encapuchado, se apoderó de 8,3 toneladas
de dinamita, 11,1 km de mecha detonadora, 1142 detonadores pirotécnicos
y 4612 detonadores eléctricos, y huyó a bordo de tres furgonetas
de la empresa. Una parte del botín fue encontrado posteriormente.
Posteriormente, en agosto de 2000, otros dos cuantiosos robos fueron llevados
a cabo con éxito en los Pirineos.
El Ministerio del Interior español ha atribuido muchos de los fallos
en los últimos atentados de ETA (en Sevilla, en Málaga,
en Madrid) a la caducidad del explosivo usado. Después de quebrar
la tregua, ETA procuró emprender una masiva campaña de atentados
en Madrid, pero fracasó. La policía encontró dos
bombas de 900 kg en camionetas separadas que se dirigían a Madrid.
Ahora ETA tiene explosivos suficientes y frescos como para intentarlo
otra vez. La policía cree que lo hará. Es una especie de
comentario a las campañas políticas para las elecciones,
adelantadas a mayo, en el autónomo País Vasco. Estas elecciones
son las más polarizadas de los últimos 20 años, y
por primera vez el nacionalismo vasco puede llegar a perder ante el gobernante
(en España) Partido Popular.
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